«i«íí«.!0< $ « de proceder es el de abrir la hinchazón y dejar salir el fluido. Hay, sin embargo, peligro en esto y es mejor, las mas veces, no ejecutar la operación. Muchos se han equivocado, tomando esa afección por una pequeña hernia, ó una vena hinchada. La otra forma de Hidrocele Espermática, se Uama, por lo general, Hidrocele Enquistada, del cordón Espermático, porque el fluido está contenido en una ó mas bolsas. En este caso, la hinchazón tiene la forma de un huevo y está situada entre el Testículo y la ingle. Es, por lo regular, firme al tacto, sin fluctuación y perfectamente distinguida del Testículo, el cual puede palparse mas abajo. A veces, el saco de fluido está cerca del aniUo y se le puede apretar y hacerlo entrar en el abdomen, de modo que desaparezca, pero para volver á bajar, tan pronto como cesa la presión. En dichos casos, es fácil equivocarse, tomándola por una hernia ó quebradura. Sin embargo, al ecsaminarla, se en- contrará que los vasos del cordón espermático pueden sentirse distínctamente, aun cuando el tumor haya bajado, con solo apretarlo por un lado, lo cual no sucede en la quebradura. En la Hidro- cele, ademas, las funciones de los intestinos no se haUan interrumpidas, mientras que, en la Hernia ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 65 es todo lo contrario cuando está baja. A veces, el tumor aguado baja mucho mas de lo regular, y puede entonces confundirse con una Hidrocele de la Túnica Vaginal. Basta, con todo, el tener presente que, cuando el fluido está contenido en el Escroto, rodea al testículo, el cual, apenas puede palparse al través; pero, cuando está contenido en un saco, en la cubierta del cordón, se haUa, siempre, mas arriba, ó á un lado, del Testículo, el cual está enteramente separado de él. El tratamiento, al principio, debe consistir en fomentos, como los indicados para las otras varie- dades, y en mantener los intestinos enteramente espeditos. Este método es el mejor para "con niños, los cuales padecen á menudo, de este mal. Es muy bueno el usar de mañana y noche, una mez cía de dos partes de espíritu de vino en una de agua, ó cualquiera de las recetas, dadas anterior- mente. En cuanto á medicinas internas, son, quizás, menos convenientes, en esta varjedad, quo en cualquiera de las otras ; pero, si se creen necesa- rias, las mejores son las aconsejadas anteriormente. A veces, y especialmente con niños, puede prac- ticarse una pequeña puntura y dejar salir el fluido ; pero, en adultos, esto es, á menudo, de escaso provecho, puesto que el saco se vuelve á llenar. Para impedirlo debe usarse la inyección de vino de Oporto y corlar y estraer, el saco, por completo. Algunos médicos, lo abren sencillamente, en toda su lonjitud : el Señor Astley Cooper acostumbraba insertar un Sedal, método, que he visto dar muy bueno.s resultados, con frecuencia, así en niños como en adultos. Sin embargo, el sistema especial, que debe seguirse, ha de depender de las eircuns tancias del caso : aconsejaría á todos, que evitaran una operación, si pueden pasarse sin ella, con mcdiaua molestia y sin empeorar, lo cual, casi siempre, se conseguirá, siguiendo, con perseve rancia, las senciUas direcciones, dadas, y usando un suspensorio. 66 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. Para niños, la loción siguiente, aplicada Ubre- mente, dos ó tres veces al dia, hará que desaparezca el agua, en la mayor parte de los casos, sin mas tramiento. B. Hidroclorato de amonia, una onza; vinagre destilado, cuatro onzas ; agua, seis onzas. La misma loción, con solas tres onzas de agua, es, también, escelente para adultos. BARCOCELE, Ó HINCHAZÓN, CRÓNICA, CARNOSA, DEL TESTÍCULO. Esta afección es el verdadero Testículo hinchado, 6 incremento, crónico, carnoso, de la sustancia de ese órgano. Varias son las causas, que conducen á dicho incremento, algunas de las cuales no se compren- den aun. Cáncer y Escrófula son, quizas, las dos causas mas frecuentes ; pero, á menudo se presenta, •cuando no ecsisten estas, y cuando no se descubre aparente influencia, inmediata. A veces, una hinchazón crónica, se fija en el Testíciúo y, des- pués de un tiempo considerable, desaparece, en- teramente, sin malas consecuencias. Sin embargo, el resultado es, con frecuencia, mas serio, y tumores malignos, Cancerosos, Escrofulosos ó Sarcomatosos, Uegan á desarroUarse. Hay varias clases de Tumores Sarcomatosos, que bou lo mismo en el Testículo, que en cualquiera otra parte del cuerpo. La clase mas frecuente es aquella Uamada Medular, porque se parece á la sustancia del cerebro. Es una de las afecciones mas peligrosas, y hay que acudir á eUa tan pronto como ue presenta pues, de lo contrario, es, de seguro, fatal. Toda la sustancia del Testículo se convierte en una especie de pulpa blanca, igual, en aparien- cia, al cerebro; á poco tiempo, el mal se propaga por los absorventes, hasta atacar las partes vecinas. Las glándulas de la ingle se hinchan pronto, de un modo terrible, se escarifican y sangran y, final- ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 67 mente, la partes inferiores del abdomen llegan á afectarse del mismo modo hasta quedar destruidas, por completo, y el paciente fallece. Algunos piensan que esta enfermedad es igual al Fúngus Hoematodes y, en varios respectos, se parece mucho al cáncer. Ecsiste, sin embargo, bastante diferencia entre los dos, para permitir al cirujano, que los distinga fácilmente : esto importa poco al paciente, pues ambas son igualmente peligrosas, y el tratamiento igual, para la una y la otra. A veces, es fácü equivocarse, confundiendo la Sarcome con la Hidrocele; debe tenerse presente que, en la Hidrocele, la hinchazón principia en la parte baja y sube, gradualmente, al aniUo abdomi- nal, pero no pasa de aUí; es, ademas, medio trasparente y movible. En la Sarcome, sucede lo contrario : la hinchazón ecsiste evidentemente, á la vez, en el todo de la sustancia del Testículo, y se estiende, hacia arriba, al cordón espermático ; no es, tampoco, trasparente, en lo mas mínimo, y mucho mas pesada que el agua. Por falta de aten- ción á esas diferencias, se ha punzado, á menudo, el testículo hinchado, para hacer salir el agua. El Cáncer, en el Testículo es, en su origen y progreso, igual al de cualquiera otra parte del cuerpo. Se forma, en dicho testículo, un tumor duro, el cual produce dolores profundos y laceran- tes, que suben á las ingles y bajan á las estremi- dades. Con el tiempo, este tumor se convierte en una úlcera abierta y con escara, que destruye la sustancia del órgano, y se estiende gradualmente al abdomen causando una abundante y asquerosa supuración que, rápidamente, destruye la salud general. Escrófula del Testículo.—Bara vez padecen de este mal mas que los que presentan, abiertamente, una propensión jeneral escrofulosa. Causa una hinchazón de los testículos, igual á las del Cáncer, en su tacto y aspecto pero carece de dolores laceran- tea. Cuando se abre el tumor, parece hallarse 68 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. Ueno de una sustancia blancuzca ó amariUenta, como cuajada ó queso blando, acompañada de una pequeña parte de materia. Esta enfermedad, puede ser muy lenta y engañosa ; al principio y, aun después de haberse manifestado, por completo, puede no presentar aspecto serio. Nada hay, que alarme al paciente, en tanto el tumor no se abre y forma úlcera ; entonces su progreso es, á menudo, muy rápido, y todas las partes, inmediatas, se afectan y destruyen, prontamente. Las causas de esa tendencia particular á la Escró- fula y al Cáncer que muchos poseen no las conoce- mos : son, sin embargo, con toda probabihdad, lo que se llama Constitucionales, es decir, que no son producidas por ninguna agencia accidental, des- pués del nacimiento, aunque puede haber muchas causas, (pie llamen, ó esciten, esas enfermedades, las cuales, de otro modo, se hubieran quedado adormecidas, largo tiempo, ó quizás para siempre. El tratamiento, de las varias formas de Sarcocele, esplicadas anteriormente, puede compendiarse, en muy pocas palabras, puesto que, por desgracia, poco es lo que se puede hacer, para alivio de aquellas enfermedades. En algunos pocos casos, de simple hinchazón, del carácter Medular, ó craso, puede, tal vez, hacerse desaparecer, en sus primeros . períodos, usando sanguijuelas, lociones frías, ó ungüentos mercuria- les, al esterior, con mercurio y Todo interiormente : no puede, sin embargo, confiarse mucho en esto. A menos que estos medios hagan bajar la inflama- ción, iu mediadamente, no debe de perderse mas tiempo, porque se puede escapar la oportunidad de curarla por otros medios. La amputación, ó separación, del Testículo, por medio de una opera- ción, es la única esperanza de una cura, y, si eso no se verifica al principio, no tendrá buen resultado puesto que el mal, una vez propagado á las partes imediatas, la separación del Testículo no lo cortará. Desgraciadamente, muchos pacientes dejan de ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 69 operarse, hasta que es demasiado tarde, y entonces consideran que ya es inútil. Debe de tenerse presente que, algunos de esos casos, son muy rápidos en estenderse, y que las partes adyacentes, pueden afectarse, profundamente, sin denotarlo. Especialmente para el cáncer, es necesario operar todo lo pronto posible, porque la enfermedad puede haberse estendido hacia las ingles y el ab- domen, aun cuando el Testículo no dé mas que ligeras señales del mal. Ha habido, sin duda, muchos casos de Sarcocele, de todas las clases es- presadas anteriormente, que se han curado al sacar el Testículo, y que jamas han vuelto á aparecer. Por lo general, uno solo de los Testículos se en- ferma, y ese es el único que requiere remoción, pero los dos corren riesgo de enfermarse, si se di- lata la operación. Esta en sí, es senciUa, y no causa tanto dolor y peligro, como muchos pueden figurarse. Como se ha dicho, es muy común el encontrar Sarcocele acompañada de Hidrocele y, al sacar el agua, en la Hidrocele, se ha hallado, con frecuen- cia, que el Testículo se habia dilatado a pesar de no haber dado indicio alguno de eUo. Es cosa admitida, generalmente, que golpes, ú otras violencias, pueden producir endurecimiento simple de los Testículos, lo cual conduce á tu- mores medulares ó crasos, pero no á Cánceres ó Escrófulas ; si bien pueden escitar á estas ultimas á que se presenten. Las irritaciones, producidas por candelillas ó inyecciones, demasiado frecuen- tes, se sospecha que dañan, también, del mismo modo. FUNGUS DEL TESTÍCULO. Esta afección es distinta de cualquiera de las ya espHcadas, aunque, en cierto, período, se parece al Cáncer. Sin embargo, el tratamiento ofrece mas probabüidades de buen écsito, y el mal no suele estenderse tanto hacia otras partes. 70 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. Se supone producida por contusiones ú otras violencias, ó por Gonorrea y Blenorragia, particu- larmente si se han usado inyecciones. La primera indicación es una hinchazón, simple, y sin dolor, que rebienta y, formando un abeeso, que descarga materia, un Fungus principia á salir de la aber- tura. Dicho Fungus puede adquirir un enorme tamaño y, si no se destruye, estenderse hacia el abdomen y hacerse muy virulento. La descarga de materia puede, también, ser tan grande, que cause una debüidad general y una irritación cons- titucional. Cuando se sabe que la hinchazón proviene de violencia esterna, á veces se puede disminuir por medio de sanguijuelas, fomentos calientes, cata- plasmas y purgas. Los fomentos y las cataplas- mas suelen, también, ser bastantes á impedir que el mal se estienda, aun después de rebentado el abeeso. Al aparecer el fiyugus, esos medios senci- Uos son inútiles, y es preciso recurrir al cáustico : este el mejor remedio y, rara vez, deja de estirpar el esceso de carne dañada, sin afectar las demás par- tes. Si el mal no se ha estendido demasiado, pue- de curarse, á menudo, sin perjudicar al Testículo, en lo mas mínimo ; antiguamente se consideraba necesaria la castración, en todos los casos, y así lo hacen, aun hoy, algunos médicos. Conocí una vez á un hombre, que tenia uno de esos crecimientos Fungosos, causado por un golpe, y cuyo individuo se curó con el uso, diario, de alumbre quemado, en polvo, aplicado sobre el Fungus y, en seguida, una cataplasma de lino cahente. Esto lo hacia por mañana y noche y, con solos esos medios, acompañados de purgantes simples y la solución de Hidriodato de Potasa, in- teriormente, cual recetado para Hidrocele, se res- tableció, enteramente, en seis semanas. El Testí- culo, sin embargo, permaneció duro y, es muy probable, que perdiera su poder. En todos los casos de golpes, ú otras violencias, ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 71 la oportuna aplicación de cataplasmas y fomentos calientes, puede impedir muchos de esos males. Hay varias otras clases de tumores é hincha- zones de los Testículos, ademas de las menciona- .das, pero no si; diferencian, esencialmente, ni en su naturaleza, ni en su tratamiento y, á menudo, es- casi imposible distinguirlas. Hay, en Inglaterra, una forma particular de Cáncer, que se encuentra entre los limpia chime- neas, y es producida por la irritación del hoUin de- positado en los surcos del Escroto. Algunas veces, aunque raras, se encuentra en las manos ó pies. Llámase, vulgarmente, Cáncer de Limpia Chime- neas. HERNIA HUMORAL, ORQUITIS Ó YNFLAMAOION DE LOS TESTÍCULOS. Esta, á veces, nace de alguna causa constitucio- nal, desconocida, y viene poco á poco pero, por lo genera], es producida por alguna agencia visible y, desde el principio, presenta un carácter agudo. Proviene, con frecuencia, de golpes, caídas, dema- siado montar ó cabaUo, y contorsiones ó Torcedu- ras pero, comunmente, del uso de inyecciones y candeHUas, de Gonorrea, de Uretrosténia, ó estre- cha mentó del conducto de la Uretra, de opera- ciones, como la usada para la Hidrocele. He visto casos, en los cuales, un intenso estímulo secsual lo ha producido, á causa de no haber podido satis- facer el deseo, y no tener el semen tendencia á es- caparse involuntariamente. En los muchados, con frecuencia sigue, ó acompaña, á las Paperas. La inflamación del Testículo principia, general- mente, con un dolor pequeño, en las partes, acom- pañado de hinchazón, la cual es, al principio, blanda y cede al tacto, pero que, por grados, so endurece y, á veces, se pone ardiente y con mucho dolor. El Escroto pierde toda su aspereza, con tanto hincharse; se vuelve liso y colorado y, én 72 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. ocasiones, tan tierno, que apenas puede sufrirse que le toquen. A medida que la inflamación au- menta, la hinchazón se cstiene hacia el Cordón Espermático, sintiéndose agudos dolores, en las ingles y, á veces, en las estremidades, hasta que el paciente sufrí1 la mas terrible agonía. Bajo un tratamiento oportuno, el dolor, aun en los casos mas severos, es escaso, y la inflamación cede, sin dejar rastros perjudiciales. Hay, sin em- bargo, peligro, si se descuida, que sobrevenga ab- eeso ó hidrocele, ya que no tumor ó Fungus. Hay esposicion de que, á la inflamación del Testículo, siga una pérdida de poder secsual, ya porque de- sarregle la estructura del órgano, ó porque des- *}, truya el conducto del Vaso Deferente, impidiendo, do este modo, para siempre, el que el semen pueda pasar del Testículo á la Uretra. La Gonorrea produce Orquitis, mucho mas á menudo que ninguna otra cansa ; porque la infla- mación se estiende de la Uretra al Vaso Deferente hasta Uegar al Epididimo y, por fin, al Testículo. En tales casos, el Epididimo es el que primero sufre : muy á menudo, el mal no se estiende mas ; entonces, se llama Ejjididimítis. Si alcanza al Testículo se le llama Hernia Humoral. Cuando la Gonorrea está acompañada de infla- mación, se observa que, por lo general, esta última se acrecenta, cuando el derrame se corta de ]>ronto y, tan luego vuelve á dejarse correr, la inflamación desaparece. Esto muestra la simpatía, que ecsiste, entre la Uretra y los Testículos y el pehgro que hay en irritar la Uretra, de cualquier modo que sea. He visto inflamación de Testículos, que se pre- sentó, á la hora de haber usado una fuerte inyec- ción. El tratamiento de esta severa dolencia consiste primeramente, en completo descanso, sosteniendo la parte posterior del Escroto por medio de un vendage suspensorio ó braguero. ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 73 Deben usarse lociones frías, con mucha frecuen- cia, y mantener los intestinos suelto* con sales 6 aceita de Bienio. Es preciso no beber ni comer cosas estimulantes : mantener el espíritu tranquilo y (¡vitar toda escitacion. La mejor loción es una mezcla de media pinta de agua y media de espíritu de vino, con una cucharada de láudano, dentro. Si el dolor íue38 muy agudo, puede usarse la loción caliente, ó aplicar una cataplasma caliente da lino, ó pan. Un ba.ío, también caliente, es, con fre- cuencia,—beneficioso. Perseverando en esos reni'dios, se reducirá por lo regular, la indamacion, en un par de días, á ma- nos q i >, la causa escitante, continué obrando. En ca30J my severos, particularmente en los causados por contusión, puede ser necesario el aplicar san- guijuelas, ó abrir algunas de las venas del Esaroto ; lo cual, casi siempre, alivia, si la sangre sale fácU- mente. Si el dolor es tan fuerte, que el paciento no puede dormir, puede tomar veinte á treinta gotas de l-.iud.ino, al acostarse, en un poco do ociiniento de semilla de Uno, agua de cebada, ó" agua .simple, en caso que las otras no se pudiesen ooteuer cou facilidad. Las pildoras siguientes son L13 mejores, para este objeto cuando no las resisto el estómago lo cual, por desgracia, sucede á menu- do : puede, sin embargo, hacerse la prueba. IjL. Opio, can jabón, veinte granos: Alcanfor, media drugmu: con esto3 ingredientes, se harán doce pildoras, con todo el muciiago, que haga i'aha para elaborarhis. Puede tomarse una de dicha3 pildoras, cada seis horas, si es necesario. El ungüento siguiente, apHcado esteriormente, pueda, también, aliviar mucho el dolor, cuando la loción no lo consigue. B- Ungüento de Belladona, dos onzas : Al -au- tor, uno, dragma, Elicsir Paregórico, una dragma. Con esto, debe haeer.se un ungüento y untar, con cuidi.lo, un poco sobre las partes sensibles, cada vez que el dolor aprieta. 74 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. Cuando la inflamación ha cesado, del todo, hay peligro de que el Testículo permanezca endureci- do, lo cual, casi de seguro, destruye su poder, si es que no origina alguna otra enfermedad, i ara • impedir esto, si queda la menor dureza, debe bauarse á menudo con agua caliente y aplicarle cata- plasmas : sí esos medios fallan, hay que untar la parte dura con Ungüento Mercurial Alcanforado. Cuando la dureza ha resistido á todos los medios se ha empleado, con buen resultado el Galvanis- mo ; siendo este un remedio, que no puede dañar, no hay inconveniente en emplearlo. El único medicamento interno, que puede ser útil, es la so- lución de liidriodato de Potasa, descrita anterior- mente, y aun esto debiera tomarse muy raramente. El mejor método, en algunos casos de Orquitis aguda, particularmente cuando os producida por la supresión repentina de la emisión de la. Gonor- rea es la compresión. Esto se hace por medio de vendages, de emplastro glutinante, los cuales se pegan firmemente al rededor del órgano, pasando por debajo : los pedazos deben tener un cuarto de pulgada de ancho y bastante largos, para dar la vuelta, y volverse £ encontrar. Como es consigui- ente, las tiras se cruzan, unas á otras y, cuando bien apretadas, comprimen considerablemente y sujetan todo el órgano. Es preciso afeitar las par- tes, antes de aplicar el vendage ó tiras, y estas de- ben aplicarse, de nuevo, cada vez que se aflojan ó que la hinchazón disminuye. En la mayoría de los casos, el paciente esperimenta alivio grande, é inmediato, con esa aplicación, debido al sosten ó apoyo que ofrece : debe, sin embargo, usarse con el suspensorio. Por lo general, la compresión es solamente conveniente en casos de Orquitis aguda, causada por Gonorrea, aunque puede eniph arse! con ventaja,, en ciertas ocasiones, en (pie es produ- cida por otras causas, La hé empleado cuando la hinchazón nacia de intenso estímulo secsual, y también, una ó dos veces, cuando provenia 'de ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 75 golpes, y siempre con buen resultado ; pero, por lo regular, si se persevera en el tratamiento, que he indicado anteriormente, se evitará la necesidad de compresión. Últimamente, la compresión se ha efectuado por medio del colodión, sustancia obtenida disolviendo algodón-pólvora en éter, la cual adhiere con mucha mas fuerza y se aphca con mas prontitud. Los Síntomas de la Epididimítis, son los mismos, y, también igual el tratamiento, como cuando el órgano entero está atacado, lo cual casi de seguro acontecerá, si la Epidíditis continua. Hay, siempre, motivos para temer que, un severo ataque de Orquitis, dañe el Testículo, mas ó menos, para siempre, destruyendo algunos de los conductos Seminales, aun cuando no obstruya el Vaso Deferente, ó endurezca el Epididimo. Un Testículo puede, sin embargo, estar inflamado y padecer, mientras que el otro continua en buen estado. Después de haberse inflamado el Testículo, una vez, parece hallarse mas propenso á padecer el mismo mal, asi que, los que han padecido de esto, deben tener todo el cuidado posible, afin do evitar nuevos ataques, pues, probablemente, los efectos se aumentan cada vez; Cion frecuencia, la Orquitis trae consigo la Ympotencia. A veces, la iuflamacion termina en supuración, que sala por un número de pequeños senos, ó aber- turas, los cuales, por último, se cierran y cicatrizan, cuando han descargado todo el humor. En todos esos casos, sin embargo, el testículo se gasta, mas ó meno3, y. en ocasiones, queda enteramente des- truido. Otras veces, la materia no sale, al principio, sino que toma la forma de una masa cuajada, y algo compacta, igual á la sustancia del cerebro, per- maneciendo por mucho tiempo. El órgano, en- tonces, está mas propenso á inflamarse y su estructura interna sufre, gradualmente, un cambio por el cual pierde totalmente su facultad de secreción. En algunos de esos casos, el Testículo 76 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. se vuelve casi tan duro como una piedra, y, al disecarlo, se asemeja mucho á la ternilla, ó al hueso. En ciertas personas, la Orquitis Aguda se parece mucho al Bumatísmo, afectándola la variación de tiempo, ó la esposicion á la intemperie, y, presen- tándose y desapareciendo prontamente. Algunos escritores, la consideran como Rumatismo del Testículo y la tratan lo mismo que á dicho Buma- tísmo, en cualquiera otra parte del cuerpo. He conocido hombres, con tal sensibilidad en ese órgano que, con solo apretarlo un poco, al cruzar laa piernas, bastaba para producir un ataque de Orquitis, y mas especialmente, aun si montaban á cabaUo. Es indudable, que muchos casos severos, ban sido producidos por golpes, ó presión, contra el arzón delantero de la silla. A veces, la inflamación del Testículo aparece en niños, recien nacidos, sin que sepamos á que causa atribuirlo. En ocasiones, he creído que lo pro- ducía la dentición; otras, que provenia del mal modo de llevar al niño, con lo cual habían maguUado dichos órganos. He visto un caso, muy severo, en que la inflamación se presentó el mismo dia de nacer. Por lo general, esos casos infantiles pueden curarse con simples fomentos, ó lociones frias, Con una dosis ó dos de aceite de Bicino. Cuando muy severo el caso, puede aplicarse una sanguijuela y administrarse tres ó cuatro granos de Polvos de Mercurio y greda. Si ha sido producido por Paperas, suele, por lo general, aplacarse al hacer desaparecer la causa primaria ; si bien puede seguir también luego; entonces hay que tratarlo como he aconsejado mas arriba. Se ha discutido, algún tanto, entre los médicos « esa inflamación, en niños, daña al Testículo, para siempre, ó no ; yo estoy persuadido, que así resulta muchas veces y, probablemente, mas de un hombro ha quedado impotente, á causa de esa afección cuando niño. Es, por tanto, de la mayor impor- ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 77 tancia el no descuidar ese mal, aunque sea leve, puesto que las resultas pueden ser serias. Conviene el indicar, que las Paperas se presentan en I0.3 adultos, lo mismo que en los niños, y que pueden afectar los Testículos y causar impotencia, en una edad igualmente que en otra. Tales casos, ofrecen una prueba singular, de esa notable simpatía, (pie ecsiste, entre Jas partes distantes del cuerp i, y cuya naturaleza no podemos espHcar. Cualquiera de las recetas siguientes, dan esce- lentes lociones refrescantes, aplicables á todos ios casos. IL Agua de cal, una onza; Espíritu de vino siete onzas : mezclarse. IjL. Hidroelornto de amonia, una dragma; agua fria, cinco onzas; Espíritu de vino, una onza: mézclense. L i última loción es escelente, para aplicar al Escroto y al Perineo. En muchas personas, sin embargo, I03 fomentos caHentes dan mejores resul- tados que las lociones frías. Es muy conveniente, en particular cuando loa dolores son severos, el promover un poco de nausea ó vómito. Para lograrlo, puede tomarse un grano de Tártaro Emético, cada tres ó cuatro horas, hasta producir el efecto. Esto alivia, con frecuencia, en muy poco tiempo, cuando todos los otros medio3 fallan. Eu casos muy obstinados, acompañados de dolores, se darán dos ó tres granos de calomelanos, á la hora de acostarse, mezclados con ocho ó diez granos de Polvos de Doirer. Esto puede darse, dos ó tres veces á la semana. Es, á veces, bueno, el envolver el Testíciüo, con Emplasto de Amonúi y M;rcurio, del modo espHcado antes, á fin de aprovechar, juntos, las ventajas da la Cünpresion y los efectos del Mercurio. Si la inflimaciou y la sensibilidad disminuyen, y la hinchazón y dureza siguen, se puede untar el 78 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. Escroto con la solución siguiente, cada tres 6 cuatro dias. ÍL Yodo, una dragma ; Yodido de Potasio, media dragma; Espíritu de vino, una onza: disuélvase todo junto. En muchas personas, particularmente en las de tendencia Escrofulosa, la Orquitis Aguda tiene tendencia á tomar la forma Oránica, después que los síntomas severos se han aplacado ; este estado ea, quizás, peor que el otro. En la Orquitis Crónica, un depósito de materia amarillosa ha lugar, en diferentes partes del Testículo : al principio es blando, pero va endureciendo, gradualmente, hasta que, por fin, el órgano se pone como una piedra Dicha materia, obstruye los conductos Seminíferos y destruye su facultad de secreción, produciendo la ' impotencia. Era costumbre antigua, el llamar esos casos Seirrhus, ó cirro : esto es impropio, puesto que pudiera inducir á creer que toman una forma mahgna, lo cual no es así. La Orquitis Crónica, puede tener origen de la forma aguda, ¿producirse, espontáneamente, como la afección Escrofulosa de otras partes : también nace, con frecuencia, de tun período largo de intemperancia ó de vida licenciosa, y hasta puede ocasionarla el uso prolongado, é* imprudente, del Mercurio. Esta forma del mal, suele causar muy poco in- conveniente, durante mucho tiempo, aunque la hinchazón sea de un tamaño considerable ; pero, si se sufre un golpe ó contorsión, enseguida los síntomas se vuelven enteramente agudos, y hay que buscar alivio. Begularmente, después de algunas semanas, se nota que la hinchazón presenta punta en alguna parte del Escroto : al fin, se abre, des- cargando materia y un cuerpo, parecido al Fungus que se presenta áspero y brotando sangre. En poco tiempo, la abertura se ensancha y, mas ó menos, del mismo Testículo, pasa al través, for- mando un tumor granuloso, de un color blanco ENFERMEDADES DB LOS TESTÍCULOS. 79 amarillento, salpicado de manchas de color en- carnado, pálido, ó negro. Este tumor, queda sujeto, fuertemente, al rededor de su cueUo, por los bordos do la abertura, por la cual ha pasudo, los cuales se vuelven muy gruesos y colorados. Del Tumor, fluye un agua, mezcbda frecuentemente oon s'rnan pero rara vez con sangre. Si siente gran alivio, tan pronto como esta abortura ocurre y las partes pasan al través, y el m ü puede seguir así largo tiempo, sin sufrir mas cambio. El tumor, en sí, rara vez es sensible, pudiendo manosearse, cortarse ó quemarse, con cáustico, con poco inconveniente. No es poco común, el hallar esta salida singular del tumor, en niñón Escrofulosos, que han tenido inflamación del Testículo. Era costumbre antigua, el estraer el Testículo entoro, cuando se veía atacado de este crecimiento Fungoso : hoy dia, esto se practica muy raramente. La parte, que proyecta, ó sobresale, se corta con el enchino ó se quema con Cáustico : luego se lleva la piel del Ese/roto á que cubra la herida, la cual se cicatriza y no vuelve á esperimentarse molestia. En muchos casos, la curación es espontánea, ó por m'.vlio de un simple lavamiento de seis granos de Nitrato de Plata, en una onza de agua, con alguna medicina alterativa, interna. L i mejor medicina para las Orquitis Crónicas son Píl loras Azules de las cuales se darán cinco granos oon un grano de Opio, todas las noches, hasta que las en.ias principien á ponerse doloridas. En algunos cílsos, el mejor tratamiento es ad- ministrar, interiormente, el Estracto concentrado de zarzaparrilla y rociar el Fungus con pálvos de sabina y sulfato de cobre; Variando, de vez en Cuando, la medicina, corr*un poco de Vino de Hierro, particularmente si el paciente se siente débü y decaído. Es preciso confesar, sin embargo, que la Inflama- ción del Testículo es, en cualquiera forma, y bajo 80 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. Cualquier tratamiento, un mal, en estremo peligro- so, para el vigor secsual del paciente, aunque no comprometa su vida, ni afecte mucho bu salud general. OSIFICACIÓN DEL TESTÍCULO. En algunos, aunque no muchos, casos, se ha visto al Testículo Osificarse, ó convertirse, mas 6 menos, en Hueso. Las causas de esto son des- conocidas y. desgraciadamente, no le sabemos remedio. Hé visto unos cuantos casos, en los cuales he creído que podía mas bien atribuirse á una continencia escesiva, que á ninguna otra causa; no es posible, con todo, afirmarlo Por lo general, la Osificación principia en el centro y puede sentirse como una almendra dura, que se estiende, gradualmente, hasta afectar todo el órgano. En todos los casos, cuando se sienta una dureza de esta clase, debe acudirse, inmediata- mente, á fomentos y cataplasmas, porque puede ser una simpie dureza, que estos remedios senciUoa harán desaparecer. Es probable, que la Osificación y dureza procedan, en la mayor parte de los casos, de la Orquitis, par- ticularmente cuando ha habido muchos ataques consecutivos. PARALIZACIÓN DEL DESARROLLO, Y CONSUNCIÓN DH LOS TESTÍCULOS. Los Testículos, lo mismo que 'otras partes del cuerpo, están sujetos á paralización en su desar- rollo, por causas que ignoramos : esta paraUzacion puede ser permanente, ó completarse el desarroUo' al cabo de cierto período S. la vida. He conocido casos, de hombres de varias edades, con Testículos de una pequenez notable y pasiones, casi r ¿or- inecidas, en los cuales se manifestó un desarroUo f-pentino, al ver una hembra, que escitó sus ENFERMEDADES DE LOS' JTESTÍ0ULO8. 81 deseos en grado estraordinario. Con toda proba- bilidad, esas personas hubieran permanecido en el estado en que estaban, á no ser por esa ocurrencia; como ha resultado con otros varios, que se haUaban en la misma condición : esto nos suministra una prueba do la influencia decidida, que, el despertar de bus sensaciones, puede ejercer, sobre el desar- roUo físico. j En una ocasión, en que fui consultado, para un caso de esta clase, el Testículo izquierdo era del tamaño de una avellana pequeña, y el otro, aun menor : la persona tenia como veinte y ocho años y poseía las sensaciones usuales de su secso, aunque en pequeño grado. Muchas circunstancias me indujeron á creer, que los órganos eran robustos y que, con toda probabilidad, su prócsimo crecimiento tendría lugar, bajo tratamiento oportuno, ayudado del nuevo impulso, dado á sus deseos, con su afán de casarse. Le aconsejé un tratamiento estimu- lante, igual al que se indicará en un artículo subse- cuente, y le aconsejó que esperase con paciencia. El resultado justificó mi opinión; los órganos, muy pronto, principiaron á crecer y en el curso de dos años, habían alcanzado el tamaño ordinario, y no ofrecían obstáculo alguno para casarse. Sucede, muy á menudo, que personas, que han padecido de Hernia del Escroto, cuando niños, tienen los Testículos, pequeños, sin duda á causa de la presión de la ligadura del instrumento usado para curar aqueUa, y, en los que han tenido Paperas, jamas alcanzan los Testículos su completo de~ sarroUo. Cualquiera causa, que impida pasar la cantidad suficiente de sangre £ los Testículos, impedirá, también, que estos crezcan, y sera causa de que se gasten : á esto pueden achacarse muchos de esos casos. Si las Arterias Esper ni áticas, que le surten de sangre, son pequeñas, no reciben bastante nutrición y, desde luego, no pueden crecer ni contener mucho semen. Esas arterias son xtasg 82 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. largas y espuestas á varias causas de daño, al pasar por el 'abdomen, de modo que se dañan, con fre- cuencia, mas ó menos, y, por consiguiente, los Testículos padecen. A veces, se ven aprendas, por las otrns partes, al pasar por el anillo y, en Ocasiones, sufren de aneurisma ó sus paredes engruesan y obstruyen, en parte, los conductos. En personas ancianas, las arterias ospornuí ticas están muy propensas á destruirse, mas ó menos, lo cual es causa de esa consunción de los Testículos, que se observa, tan á menudo, en aquel período de la vida. Para probar esto, completamente, se lo ligó, á un perro, la arteria espemiática, que con- ducía á uno de los Testículos : al cabo do corto tiempo, este fué completan ¡ente destruido, mientras ■ que el otro permaneció en buen estado. Hasta se 'ha propuesto el verificar esta operación, que es comparativamente sencilla, en vez de la castración, cuando se quiere destruir el poder procreativo de animales. Tales hechos hacen evidente, que el vigor de los Testículos y, por consiguiente, la tendencia amorosa de qualquier hombre depende, materialmente, mucho mas del tamaño délas arterias ■espermalicas, que de cualquiera estructura especial del cerebro. Es seguro que, si se destruyen estas arterias en los primeros años, no se podrá jamas, sentir omatividad alguna, ni ecsistir facultad procreativa. El conocimiento de este hecho nos enseña; que. la estén ion del poder, asi como el de la inclinación, se haUíin, en gran parte, sino del todo, bajo nuestro dominio, con tal que el repuesto de sangre, admitido 'en los Testículos, pueda regularse debidamente. Este es un punto que, hasta ahora, no ha, o< upiido la atención de la Medicina práctica, al menos que yo sepa ; pero me he convencido de su ecsactitud, por repetidos esperimentos. y lo considero como del mayor interés. Muchos medios hay, por los OOfti s se puede regular la cantidad de sangre que ■fluye á los Testículos; ya aumentándola, ya dis- ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 83 mennyéndola. como lo he demostrado en muchos de los casos espHcados. líesulta, muy á menudo, que Bragut ros mal construidos, aprietan sobre las arterias y causan la destrucción de los Testículos, mientras que, por el contrario, un suspensorio,, nial hecho, ó hasta un traje apretado, estrujando las partes, atrae hacia eUas la sangre, hasta que las escita intensamente, ó hasta que la inflamación ha lugar. Esto nos demuestra, bajo (pie. principio debemos obrar, en la práctica, adoptando los medios, según las circunstancias especiales del caso. Aplieauones calientes y estimulantes, llamaran la sangre á cualquiera parte, mientras que las frías y astringentes la rechazaran; el uso de estos medios, aplicados con acierto son, muy £ menudo, mucho mejores que cualquiera medicación interna ó que todas las reprime/nías morales, jamas empleadas. Adamas de los indicados, hay varios otros medios, mecánicos y medicinales, que se espHcaran, según vayamos adelantando: aveces, para casos especiales,. se oonstruj/c/i instrumentos, (pie producen resulta- dos cusí milagrosos. En ocasiones, he usado una modificación del instrumento, llamado conjestionador, que esplicaró, mas adelante, en un artículo, con el objeto de atraer la sangre á los Testículos, y ensanchar, per- manentcmente, la arteria espermática. En re- BÚmon, todos los medios empleados, para causar ' un aumento de afluencia de sangre á la Pene pueden usarse para los Testículos hasta cierto I punto, y con ciertas modificaciones. Como Uevo •'dicho, he tenido numerosos pacientes, de lodos ' edades, cuyos Testículos habían sido siempre demasiado pequeños é inactivos, para el desempeño do sítis funciones; sin embargo, por medio de tratamiento oportuno, la mayor parte de eUos han alcanzado su desarrollo ordinario y completo vigor. Ixt consunción de los Testículos, después de haber alcanzado un tamaño usual, es cosa mucho mas seria; pues, por lo general, proviene de alguna Bi ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. enfermedad, que puede destruirlos para siempre, si bien, en ocasiones, las causas están bajo nuestro dominio, y podemos remediar la pérdida. Ademas de todas las causas, antes mencionadas, que impiden el desarroUo, podemos también contar la Hidrocele Lia Hematócele, de larga eosistencia, y también Hernia del Escroto, cuyos padecimientos pneden causar la consunción de los Testículos, por efecto de la presión continua, que ejercen. La Esperma- fcocele, también, conduce al mismo resultado, según ee ha espHcado en el artículo sobre dicha enferme- dad. Una continencia, demasiado larga y ríjida, consumirá los Testículos,, en muchas personas, apesar de lo que, en contrario, dicen algunos escritores. Estos órganos, cuando no se emplean, pierden su poder, lo mismo que cualquier otro, y de ningún modo es provechoso, para su salud, el dejarlos totalmente inactivos, No ignoro, que se ha argüido, que los que hacen votos de celibato, conservan esos órganos en desarroUo perfecto, pero eso tiene poco peso, porque nadie puede decir cual puede haber sido la observancia, verdadera, de esas promesas, ni hasta que punto ha podido tener lugar la acción involuntaria. Estoy enteramente convencido, por observaciones numerosas, que la inacción total de los Testículos, bajo cualquiera forma es, en la mayoría de los casos, seguida, de seguro, de su consunción y decadencia. He cono- cido hombres, que se jactaban de una castidad njida, y que habían seguido así años, sin apariencia de ningún perjuicio de esta (lase, pero que al ecsaminarlos, debidamente, les lie probado qué el semen pasaba casi constantemente á la Orina Es casi innecesario el observar que dicha acción era contra la naturaleza y decididamente perjudicial Las aserciones de algunos fisiólogos teóricos de ore el semen, cuando no se derrama, es absorvido en la sangre y da vigor al sistema, no se apoyan en un tolo hecho, ni siquiera en un raciocinio plausible v desde luego, no han menester refutación alguna ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 85 Mas do un hombre, que se ha vanagloriado de su inmaculada pureza, y que ha acriminado á los que no podían, ó no querían abstenerse, por completo, ha sido, él mismo, víctima de un derrame constante, poco grato y perjudicial. He hablado aqui libre, y francamente, como debe hacerlo un médico y nadie, de sentido común, ó de pensamientos honrados, puedo acusarme de licencioso, en lo que he dicho. La verdadera virtud, consiste en hacer conveniente uso de aqueUas facultades, (pie nos han sido concedidas ; no en su total supresión. Hay varias causas, de carácter nervioso, que tam- bién tienden á consumir los Testículos ; tales como la parálisis de la parte inferior del cuerpo; daño en el Espinazo, en la inmediación de los nervios, que conducen á aquellos y, á veces, también, pro- longada ansiedad de espíritu. Sin embargo, las causas mas frecuentes son, probablemente, la Infla- mación y las /'aperas, particularmente en edad temprana. El escesivo-abuso de placeres, termina, con frecuencia, en consunción gradual, y la Mastur- bación, mas á menudo aun, especialmente si la acompaña intemperancia de licores fuertes. He conocido casos de intensa cscitacion, que han sido seguidos de inflamación y ulterior consunción, en corto plazo: y he visto, en muchas ocasiones, á borrachos, dispertarse de sus sueños de embriaguez, pora hallarse, impotentes. Hay ciertas drogas que, á veces, ejercen una influencia, por ese estilo, de un modo muy marcado. También resulta lo mismo con el Mercurio, si se usa por largo tiempo : lo propio acontece con el Opio y, con mas frecuencia, y mas decididamente aun, con el Yodo. Es, por tanto, deber del Médico el observar, con cuidado, el efecto de esos remedios. Estoy convencido, de (pie el Tabaco es, decidida- mente, perjudicial, para ciertos hombres y, cuando Be usa con esceso, altera el tono y la cnoriia de los citados órganos, en alto grado : en varias ocasiones, 86 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. he tenido buenas razones, para atribuir la con- sunción de los Testículos á su influencia. Golpes en la cabeza, deben contarse entre las causas de consunción de los Testículos, aunque no podemos decir el porque. Se han observado varios casos, de esa naturaleza, particularmente por Cirujanos de Ejército: el hecho se haUa com- probado, fuera de duda. El Barón Larrey, men- ciona un caso notable que, personalmente, tuvo ocasión de observar. Era el de un soldado, hombre sano y robusto, con fuerte propensión secsual, y bien dotado, el cual recibió un sablazo que le cortó parte de la cabeza. Se curó de la herida, pero perdió el sentido de la vista y el del oido, del costado derecho. Esperimentó, también, dolor en el Es- pina/.' > y una sensación, pecuHar, de cosquiUeo en lo» Testículos, los cuales principiaron á consumirse y, en el curso de quince dias, se quedaron del tamaño de habichuelas. Perdió, completamente, todo deseo de placer secsual y, en apariencia, hasta todo recuerdo de él. El Señor Lallemand, menciona, iguahnente, el caso de un soldado Francés, herido del mimo modo, en la espedicion de Arjel, el cual pronto esperimentó consunción de los Testículos, pérdida de deseo secsual y toda facultad de erección. Contusión de los Testículos, cuando severa, casi de seguro va seguida de inflamación y consunción : pocos males causan mas agudo sufrimiento físico, ó ^afectan, mas generalmente, al sistema. Ansias, vómitos y desmayos, suelen esperimentarse, gene- ralmente, por resultado de contusiones de los órganos, y, á veces, hasta delirio. Presión cons- tante, por cualquiera razón, aunque sea aquella ajera, causa siempre consunción, como se ha observado en infinidad de personas, que pasan mucho tiempo £ cabaUo. Hasta era costumbre antiguamente, en Turquía el hacer Eunucos apre- tando los Testículos, en vez de castrarlos : algunas personas lo hacen aun así, ahora, cuando quieren ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 87 capar animales ; porque la presión consume dichos órganos. El cortarlos, con instrumentos afilados, de modo que no haya contusión, suele tener mal resultado. En muchas ocasiones, se han cortado y lacerado, considerablemente, ya por accidentes, ya por operaciones quirúrjicas, sin disminuirse su vigor, á menos que no haya seguido inflamación ó mortificación. Fanáticos, y personas faltas de razón, se han dañado, de ese modo, con frecuencia. Todo lo que podemos hacer, en tales casos de consunción de los Testículos, es el encontrar, si es posible, la causa inmediata, ó que lo provoca, y curarla. Sin embargo, suele no poderse, acertar y, si se logra, muchas veces no podemos dominarla. Con todo, Cualquiera que sea el caso, no debo abandonarse y el tratamiento, que se considere conveniente, hay que aphcarlo, sin perder ni un solo dia. MAL TUBERCULAR, Ó TÍSIS DE LOS TESTÍCULOS Este mal es idéntico £ la Tisis Pulmonar, siendo su carácter distintivo, la formación do Tubérculos en el órgano, cuyos Tubérculos, concluyen por supurar y reventarse, destruyendo, completamente, la sustancia del Testículo. En la mayoría de los casos, los paeientss son, ó decididamente Escro- fulosos, ó evidentemente propensos á la Tisis y, por lo jeneral, ambos Testículos se ven atacados, bien á un tiempo, bien succesivamente. Eos síntomas son, comunmente, una pequeña desazón en alguna parte del Testículo, seguida de fuerte hinchazón en el cuerpo del órgano, ó en el Epidíóüino, pero sin dolor agudo ó en caso, muy poco. La hinchazón, se presenta desigual, ó sembrada de pequeños bultos, uno de los cuales. por fin, sobresale y revienta, descargando una cantidad de pus y materia espesa, coagulada, de un color amariUento. Puede acontecer, que trascurra un año, ó mas, después de haberse presentado la * * * 88 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. hinchazón, antes de que reviente, pero cuando una vez se ha abierto uno de los bultos, casi siempre, sucedo suecesivamente con otros! Las aberturas comunican, sin duda, con el interior del Testículo y acontece, con frecuencia, que salga semen de ellas, á par del pus, después de estímulo ¡imativo. En algunos casos, si bien pocos, el Tubérculo sana y la herida se cicatriza, dejando al Testículo, en parte, consumido : pero, lo jeneral es que con- tinúen arrojando materia, hasta que estos queden del todo destruidos ó el sistema tan aniquilado, qua sobrevenga la muerte. A veces, todo el Testículo pasa al través de la herida y permanece á la parte do afuera, hasta que se ha consumido por completo. Este mal ataca, á veces, á niños de naturaleza Escrofulosa y les destruye los Testículos, en muy poco tiempo. El tratamiento depende de muchas circunstancias, tales como la edad del enfermo, la naturaleza y salud jeneral del individuo, y el sistema de vida. Por regla, casi constante, el tratamiento debe do sor jeneral y tal, que obre sobre todo el sistema, á fin do producir un cambio favorable en su acción. Los medicamentos alterativos son, por lo tanto, loa mas á propósito conlo, por ejemplo, el Mercurio, el Yodo, lá Zarzaparrilla: en casos de debilidad tónica, hay cpie administrar el Hierro. El cuidado en la dieta, aire y clima, es también muy importante. Los Tísicos se hallan siempre, mas ó menos, espuestos á este mal y estoy convencido que, muchos de aqueUos, lo padecen lo bastante para destruir el vigor del órgano y causar impotencia parcial, aun cuando no Uegue al estado de supura- ción. CUERPOS ESTRAÑOS EN EL ESCROTO, ADEMAS DE LOS TESTÍCULOS. Suehii encontrarse, en lis Túnicas ó cubiertas, cuerpos redondos, como guisantes y formados de ENFF.mr EDADES DE LOS TESTÍCULOS. 89 una materia dura, Cartilajinosa ó huesosa. Ho visto uno dal tamaño de una aveUana y duro como el m irfil. Bira vez hay mas de tres de eUos. El oríjen de esos cuerpos solo podemos conjeturarlo, aunque es de suponer sean malas secreciones, como las (pie se haUan, á veces, en las articulaciones que, al principio, estaban adheridas á las Túnicas y so desprendieron después. Aunque en algunas ocasiones se han hallado Gusanos, ilidátides y otros seres vivientes, esto es, sin embargo, cosa muy poco común. Ha habido casos de contener el Escroto los restos de un Feto que, sin duda, habia dése urdido del Abdomen con el Testículo. M. Velpeau dio cuenta ala Academia de Ciencias, en el año de 1810, do un hecho de esa naturaleza, en el cual habió esfcraido todas las partes de un Feto, del Escroto de un hombre do veinte - y siete años. Este habia padecido, de resultas desde el nacimiento, pero jamas se sospechó la causa, hasta que M. Velpeau practicó la operación. Si el lector tiene curiosidad de enterarse de casos estraños, de esa esp'oio, y quiere saber como ha lug o- esta inclusión de un Feto dentro de otro, le re •(>:n uidamos (pie lea nuestra obra, titulada: "El Oríjen de la Vida." AFECCIONES NERVIOSAS DE LOS TESTÍCULOS. Los Testículos, como otras partes del cuerpo, se hallan espuestos á varias clises de afecciones nerviosas, las cuales, con frecuencia, causan un agudo malestar, aun cuando no produzcan daño positivo. Irrit-v'.ion del T'slícu'o.—Esta es una do las for- mas de ufeecion nerviosa, que inuitiene al Testículo en un estado constante de irritabilid'il y desazón, sin dolor verd iderumente agudo, si bien, aveces, se. hace seitir en algún punto especial. El estado de sensibilidad de la parto es tan estraordinario, 90 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. que el contacto de la ropa, ó el mero roce con las piernas, causa al paciente tan insufrible molestia, que no se atreve ni á menearse. A veces, la irrita- ción sube por el cordón, de modo que, el mover del vientre ó el acto de orinar, son causas de sufri- miento : llega el caso, en que el paciente no puede tsiquieru toser, sin que se le aumente su angustia. En ocasiones, esta sensibiUdad mórbida afecta ambos Testículos; en otras, solo uno y, en este caso, suele ser el izquierdo. No produce alteración, aparente, ó hinchazón en las partes ; solo se nota, en ciertos casos, un poco de rotundidad, especial- mente del cordón, y algo de relajación en el Escroto. liara vez los ataques de este padecimiento desa- parecen al poco tiempo : por lo regular, duran varios meses, durante los cuales el paciente pierde todo apego á la sociedad y se halla imposibilitado, casi por completo, para toda clase de goces. Su pensamiento se haUa fijo en los sufrimientos que esperimenta y, por lo común, se convence, que jamas ha de hallar mejoría, y que quedará impotente y morirá de cáncer : algunos han Uegado á suplicar al facultativo que los castrara, para evitar los supuestos resultados que se forjaba su dolorida imajinacion. Las causas de este angustioso padecimiento son, en parte, constitucionales; esperiinentandolo, con especialidad, los de naturaleza débil, irritable y poco inclinada á ejercicios físicos, ó los hipocón- dricos y despéptico.;. Lo producen, sin embargo, directamente y con frecuencia, los desarreglos de los órganos jenitales, en particular los que nacen de la masturbación, los placeres e.scesivos, ó los derrames involuntarios. Los jóvenes de tempera- mento nervioso, ó de fuertes inclinaciones secsuales, suelen padecerlo antes de casarse y he sido con- sultado, en muchos casos, en los cuales nin«Tin tratamiento era posible, sin que precediera el matrimonio. Ocurre, también, bajo forma modifi- cada, en la época de la pubertad, á causa de la ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 91 grande y estraordinaria actividad de los órganos, en dicho período y, si no se acude entonces á consejo facultativo, puede resultar gran sufrimiento ulterior. Los jóvenes se haUan espuestos £ observar que la masturbación produce un ¡Jivio temporal, é ignorando que la irritación se aumenta luego, continúan el vicio, que concluye por destruir la Balud y agravar el sufrimiento, mas allá de lo que es posible soportar. Él tratamiento, para la irritación del Testículo, depende, en gran manera, de las condiciones especiales del paciente y del estado jeneral de su salud. En muchos casos, la dolencia es de un carácter tan puramente nervioso, que no puede aconsejarse mas que el cambio de aires y de pais, alegre compañía, ocupación mental agradable y, en fin, cuanto pueda inducir á la actividad y al olvido, posible, del padecimiento. Si el paciente es dis- péptico, es necesario ocuparse de sus órganos dijestivos y, si padece de re.streñimiento, lo cual es lo jeneral, es indispensable regularizar la acción de los intestinos, antes de poder aspirar £ mejora alguna. Cuando ecsiste mucha debilidad, deben emplearse tónicos, tales como la preparación de Uma.luras do Acero, llamadas en Yngles "Steel Drop3" ó (dotas de Acero, ó la Quina: al propio tiempo, hay que usar alimentos nutritivos con un poco de vino. El uso de agua fria, al esterior, es de la mayor importancia, pues entona las partes y hace desaparecer la sensibilidad mórbida, mas, tal vez, que ningún otro remedio. Las partes deben ouñarse en dicha agua fria, en abundancia, dos ó tres veces al dia, si es posible ó, cuando menos, mañana y noche. En casos muy obstinados, puede apUcarse, sobre todo el Escroto, un parche de Ungüento de Belladona ó hacer uso de lociones de Láudano. Un buen vendaje suspensorio es, con frecuencia, do mucho alivio. Sin embargo, ademas del tratamiento, y mas esencial aun que este, es el conocimiento de las causas 92 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. del padecimiento. Si las malas costumbres, antes mem-ionadas, no se abandonan, ó si la posición social del paciente es contraria ¡í su temperamento, no puede esperarse gran resultado del tratamiento médico, por sí solo. Es pues indispensable que esas cosas se averigüen y que se haga comprender al enfermo la necesidad de ocuparse, ante todo, de eUas. En esta dolencia, no se hace necesario, como en otras, el apelar á la castración, porque, sobre no ser una enfermedad grave, suele ceder, por sí, con el tiempo, ó aliviarse con oportuno tratamiento. En cierta ocasión, un caballero, que padecía de mórbida irritación en uno de los Testículos, hallán- dose próesimo á contraer matrimonio y persuadido que lo que sufría era precursor de mayores padeci- mientos, insistió, contra todo consejo, en que se le amputara el órgano enfermo. Le hicieron la operación y, á muy poco, el Testículo que quedaba empezó á aquejarle, como lo habia hecho el otro. No queriendo, naturalmente, desprenderse de este, aguantó cuanto pudo y se casó, cesando, desde entonces, todo padecimiento. El Testículo am- putado estaba perfectamente sano y robusto. Neuraljia de los Testículos.—Es otra afección nerviosa, pero de carácter mas grave y de trata- miento mas difícil que la que acabo de describir. Sus característicos son dolores agudos, á veces lacerantes, otras tirantes ó punzantes, acompañados, por lo jeneral, de espasmos de los músculos dei Cremaster. á efecto de los cuales, los Testículos se ven afeados violentamente á las ingles. Por lo jen ral, esos dolores ocurren periódicamente, como en los demás casos de Neuraljia y, en el intervalo que media entre los parocsismos, los Testículos suelen hallarse Ubres de dolor, aun al tocarlos si bien por lo regular, conservan una sensibilidad mórbida y tal vez, se esperimente algo de desazón en el borae del hueso de la cadera. El ataque nuede durar solo algunos minutos ó muchas horas • ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 93 por lo común, se limita, á un solo Testículo : hay persouas que lo sufren dos veces al dia ; otros solo una y otros, en fin, cada cierto número de días. Los hay que esperimentan mareo y vómitos; á algunos les produce tiriteo y sudores frios ; hay ocasiones, en que es tan intensa la agonía que causa, que el paciente se revuelca, jimiendo, por el suelo y tal vez concluye por desmayarse. Citando se ha tenido que recurrir á la amputación, por efecto de eso padecimiento, y los Testículos, ya separados, se han sometido á ecsámen, casi nunca se ha descubierto alteración alguna en su estructura, ni indicación de mal, al cual pudiera achacarse la neuraljia: en algunas, pero muy pocas ocasiones, siendo muy agudo, y los casos muy antiguos, se ha notado algo de abultamiento é inflamación. Las causas de la Neuraljia de los Testículos son muy poco conocidas ó, mas bien pudiera decirse, ignoradas del todo. Suele haUarse en todas las edades y en todas las naturalezas pero, con mayor frecuencia, en aqueUos que padecen desarreglos en los órganos dijestivos. A menudo, parece tener oríjen en alguna enfermedad de los Testículos, en particular de la Orquitis, de la Varicocele ó de mal de Biuones. Muchos la sufren por efecto de la Piedra y, mas aun, al paso de esta de los Piñones á la Vejiga. Los gotosos se haUan propensos á padecer de eUa, y lo mismo los que sufren de incremento de la Glándula Próstata. Lo primero que hace falta, en el tratamiento de la Neuraljia de los Testículos, es el averiguar si ecsiste alguna otra enfermedad, que pueda ser causa de aquella. Hay que cuidar de los Órganos Dijestivos, y aconsejar al paciente, que evite todo motivo de intranquilidad de espíritu ó de ajitacion nerviosa. Los medicamentos internos son, rara vez, de utilidad alguna; pero, en algunos casos, suele obtenerse ahvio por medio del Hierro, en varias formas, especialmente bajo el de Pildoras de Carbonato de Hierro: cuando los ataques son perió- 94 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. dicos y regulares, puede conseguirse ayuda por medio de la Quinina, tomada tres ó cuatro veces al dia, en dosis de cinco granos, cada vez. La Tere- binta, preparada del modo siguiente, produce, £ veces, muy buenos resultados : IjL. Una yema de huevo ; aceyte de Terebentina, tres dracmas ; jarabes de Corteza de naranja y de Tolú, de cada uno, dos onzas; Láudano, una dracma. Bien mezclado todo, y tomado á razón de tres cucharadas, soperas, al dia. Fomentos calientes, de Lúpulo ó de Adormideras, producen ahvio, en algunos ; en otros, es mejor el uso del agua de hielo. Cuando los demás medios fallan, puede apHcarse un vejigatorio al Escroto y estender, sobre la superficie en carne viva, la cuarta parte de un grano de Morfina. Causa, á veces, alivio, un Emplasto de Belladona ó el untar las partes, dos veces al dia, con un Ungüento compuesto de un grano de Acanita y un dracma de Manteca fresca de puerco. La Tintura de Acánito es, en ocasiones, mas eficaz aun: frotando el Escroto con una esponja, empapada en dicha Tintura, suelen adormecerse de tal modo las partes, que no se esperimenta dolor, en varias horas. Veinte ó treinta gotas de Láudano, tomadas interior- mente, calman, con frecuencia, el dolor y, con mas frecuencia aun, la preparación siguiente. tL Estracto de Hiosciamina, cinco granos ; Ace- tato de Morfina, medio grano : tómese dos veces al dia. Ni las sangrías ni el Mercurio son, al parecer, de ventaja alguna en este padecimiento ; pero el Galvanismo, oportunamente aphcado, produce, con frecuencia, buenos resultados. Cuando el mal es demasiado agudo, para sufrirlo el paciente, ó cuando afecta á la salud, en jeneral, si todos los demás medios se haUan ineficaces para el ahvio, es preciso recurrir á la castración. Esto, sin embargo, no debe ejecutarse apresuradamente, ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 95 ni sin que preceda madura reflecsion; porque, sobre acontecer, á veces, que el mal cede espon- táneamente, después de mucho tiempo de ('asis- tencia, sucede también, en otras, que aun después de ejecutada la operación, la Neuraljia sigue en el cordón espermático, con la misma intensidad que antes. He conocido caso de esperimentar el paciente la enfermedad, durante dos años, con los mas agudos dolores, casi constantemente, y luego desa- parecer, por sí, para no volver á presentarse. He asistido á varios, que padecían de este estraSo mal, en los últinos pasados años ; no he hallado dos de ellos, á quienes el mismo tratamiento con- siguiera aHviar. A todos los he tenido que estudiar, individual é independientemente : con cada uno, emplear distinto método, poro sin que me haya sido necesario acudir al último estremo de la castración. ESPERM -rOCi''LE, Ó HINCHAZÓN DE LOS TESTÍCULOS, POR EFECTO DE REPLECIÓN Ó AGLOMERACIÓN ES- CESIVA DE SEMEN. Esta enfermedad es muy poco común aunque, á veces, ha lugar, por efecto de obstrucciones en el Vaso Deferente y en la Uretra. Puede también resultar por descenso del Cordón espermático, por retorcerse ó anudarse este, ó por hinchazón de la Glándula Próstata, que ejerza, así, presión sobre los conductos espelentes. Los síntomas son, hin- chazón y calor en los Testículos, con una sensación penosa de abultamiento en ellos. Suele haber, ademas, bastante priapismo y muchos deseos sec- suales, si bien no siempre. El tratamiento consiste en hacer desaparecer, primero, todas las causas de obstrucción, si es que esta ecsiste, y luego emplear lociones frias y des- canso, con purgantes. A veces, la Espermatocele proviene sencülamente de indebida continencia, pero esto no es común. Los efectos de dicha continencia, 96 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. si es muy prolongada, pueden ser la inflamación del Testículo, la Hidrocele y, por fin, total impo- tencia. Si los medios indicados anterioimente, no producen ahvio, pueden aphcarse Sanguijuelas al Perineo, ó practicar una sangría jeneral en el brazo. El ahmento tiene que ser sencillo y escaso y la bebida limitarse á agua fria. Hay que ocupar el pensamiento, no escitar la imajinacion y mantener el cuerpo en ejercicio ordenado y vivo, al aire libre. Si no obstante, el mal continu ase y amenazara hacerse grave, la naturaleza misma indica el último remedio, el cual, de seguro, trae consigo el ahvio. En casos muy obstinados ele Espermatocele, se ha visto al Semen reventar, con su presión, los con- ductos seminíferos y, por lo que la esperiencia me ha dado á conocer, estoy persuadido que daña la estructura de los Testículos. En cierta ocasión, ecsaminé los Testículos de un joven, que murió de un acídente epiléptico, producido por los esfuerzos hechos para vencer sus deseos secsuales.^ Dichos Testículos, ofrecían el ejemplar mas completo, que pueda darse, de Espermatocele: se hallaban repletos de Semen, que los habia abultado sobre manera y, evidentemente, en un estado de inflamación crónica. Los conductos estaban obstruidos con Semen coagulado, de consistencia parecida al queso; muchos de eUos, rotos y mezclados. De haber vivido el joven, es indudable que la estructura de los órganos se le hubiera destruido completamente. Tenia, también, el Vaso Deferente y el Epididimo, repletos del mismo modo, y ya empezaban á alter- arse en su estructura, por distintas partes. ESCROTOCELE, QUEBRADURA, Ó RUPTURA DE LOS" INTESTINOS, Ó DEL OMENTO, LLAMADO TAMBIÉN EPLIPON, DENTRO DEL ESCROTO. Para comprender la naturaleza de este mal, es necesario referirse á lo que ya se ha dicho anterior- mente. Durante la ecsistencia del ser, en el estado ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 97 de Feto, I03 Testículos se hallan encerrados en el Abdomen de donde, á esodelnoveno mes, bajan al Escroto por una abortara que, por lo jenérai, se cierra Íno queda comunicación enti'e las do; cavidades. In algún >s caius, sin embargo, dicha cerradura no hc. veranea antes del na-amiento y, en tales ocasiones, hay e¡punción de que lo* Yntestinos, ó el Omento que 1-M cubre, ó ambos á dos, bajen con los Testí- culos al Escroto y produzcan lo que S3 llama Hernia dd Eicrolo. En la mayoría de lo* casos, esto se verifica inmediatamente pero, á yee.^.^, se dilata nie;es ó aúos: ha, habido ejemplares de suceder después de treinta años. Los síntomo3 son casi los mismos que I03 di cualpaiera otra quebralura, con la diferencia de que, en esta, el tu ñor se halla en el Escroto. Si el intestino se vé co npcimido en el anillo, de tal modo que la via se oneu 'n;/e obstruí la, da lugar á mucho sufrimiento y, si uj se consigne alivio, la muerta e* casi cierta. He conocido niuos, que han padeeido estraordi- naria nenie por esta causa, y que han estado á pique de fallecer sin que los padres pudieran, nacurahneute, atinja' en lo que apa 'jaOa á 1x3 criuiuru. , Han llegado á mi noticia caso3 de mueñ unos q ie, de repente, se han visto aquejados de esie mil, de resaltas de saltos ó de grandes esfuerzos aí deponer, y que han sufrido atroces tormento*, antes de manifestar lo que padecían; ó de li idar quien comprendiera la causa de su angustia. Si 11 i\) i-djr i dura e.3 de nacimiento, los Testículos no pueden tocarse, en tanto que acuella está en el E-sero^o, por pie cubre á e3t03 ; pero, cuando dicha Quebrad ira oeurre después d.3 nacer, pueden palpar o los Testíoulo3, por detras, en la parte inferior del Escroto. En algunos casos, la Hernia es pe.pieña y baja solo un corto trecho, de modo que no se siente gran molestia : puede entonces seguir así años, y hasta toda la vida, pero sie upre nay pehgro de que empeore. A veces, con Ruptura 6 98 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. sin ella, cierta cantidad de líquido baja del Abdo- men y forma una verdadera Hidrocele ; pero se diferencia de las que se forman después de salir al mundo, en que el fluido vuelve al abdomen, al comprimirlo hacia arriba. Algunos niños, nacen con una gran acumulación de fluido en esa forma y, en otros, se presenta á los pocos dias de nacer. En estos casos, el fluido, por lo jeneral, desaparece dentro del abdomen, cuando el niño esta recostado y, cuando se pone en pié, puede mantenerse allí, apoyando el dedo sobre el anulo abdominal; mas, en el momento en que el dedo se retira, el Hquido vuelve á bajar. El tratamiento de la Hernia del Escroto es, con corta diferencia, el mismo que para cualquiera otra quebradura y, por lo regular, si el método es acertado, se consigue la curación, á menos que no haya vicio de conformación, en alguna de las partes, que no sea posible el correjir. Primero hay que hacer retroceder los intestinos,' ó el Omento, al abdomen, dejando los Testículos en su lugar: luego, Uevar un braguero bien construido que, apretando contra el aniUo abdominal, impida que vuelvan á caer las partes, rechazadas á su natural posición. Si esto se consigue, lo cual es fácil, llevando constantemente el braguero bien colocado, el pasaje, por lo regular, se cierra y la curación es completa á las pocas semanas. Cuanta mas edad tiene el paciente, mas tiempo requiere para curarse y mayores son las probabilidades de que no lo consiga y de que se vea precisado á Uevar constantemente el suspensorio. Al colocar el braguero, es preciso tener mucho cuidado de que no oprima sobre el Yntestino ó sobre los Testículos, pues, de hacerlo, puede causar mucho dolor y producir, tal vez, inflamación. También hay que asegurarse de que los Testículos se haUan en el Escroto ; de lo contrario, el braguero seria perjudicial, porque impediría el que pudieran descender á su lugar. ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 99 En la Hidrocele Conjéhita, el fluido puede man- tenerse, mas ó menos por completo, en el abdomen, por el mismo medio que los Yntestinos y, en personas jóvenes, dicho fluido suele absorverse con el tiempo. En casos muy malos de Hernia del Escroto, cuando el Yntestino se haUa estrangulado y no puede hacérsele volver á su puesto, por medio de manipulaciones esternas, hay que apelar á la operación de cortar el cuello del saco, ó el aniUo, á fin de agrau.lu- la abertura y conseguir el recha- zar, del Escroto, la parte es'craña, introducida en él. Esta operación, requiere destreza; pero, en mano * de un Cirujano hábil, es cosa segura y com- parativamente fácil. Eos padres no pueden ser nunca demasiado cuidadosos de sus hijos, á fin de descubrir males de esta naturaleza, en tiempo oportuno, lo mas pronto posible. Por falta de atención, puede ocurrir una Hernia y producir serias consecuencias, ante* de que se haya sospechado, dilatando dema- siado el tratamiento oportuno. Un acceso, ó parasismo, de llanto, puede producir ese mal, en los niios preiÍ3pue3to.s á él; lo mismo puede traer consigo un ataque de tos, en edad mas avanzada. Si acontece después de la pubertad, rara vez se cura lo suficiente para poderse pasar sin braguero. VARICOCELE Y CIRCOCELE, Ó HINCHAZÓN DE LAS VENAS DEL ESCROTO Y DEL CORDÓN ESPERMÁTICO. La Varioocele. es una hinchazón simple de las venas del Escroto y no ofrece jumas peligro ano ser que proceda de otras enfermedades. En muchas ocasiones se presenta espontáneamente, pero lo regular es que sea el resultado de estraor- dimiria fatiga, mucho permanecer en pie, ó enfer- medad -s debilitantes. Lo único que requiere el paciente son las lociones astriñientes, frias, y el vendaje suspensorio, recomendados para la Hidro- 0-- le, y el descanso. Si el enfermo es de tempera- 100 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. mentó robusto y de complecsion gruesa, será conveniente el que se sujete á una dieta moderada, por algún tiempo, y que no beba mas que agua, La Circocele, es una hinchazón de las venaa primarias d 1 cordón espermático, dentro del Escroto y, aunque rara vez peligrosa, puede Uegar á hacerse mucho mas molesta que la Varicocele : á esta circunstancia es debido el que, á veces, se la haya tomado por una ruptura del Omento, en el Eseroto; si bien, solo hace falta un ecsámen se^i ...o, para distinguirlas. Cuando el enfermo se haiia acostado, empújese el tumor hacia el abdo- men y apoye-e, con fuerza, el dedo sobre el anUIo abdominal : puesto el paciente en pié, entonces, si es quebradura la que padece, esta no bajará, en tanto que el dedo se mantenga en el sitio indicado, mas si es Circocele, vuelve á aparecer enseguida. Rara vez se esperimenta otra cosa mas que una sensación de peso y desazón en las partes, escepto en casos muy agudos, cuando suelen presentarse dolores en la espalda y en los ríñones, acompañados de flaqueza en los muslos, gastándose, con el tiempo, los Testículos. El tratamiento tiene que ser el mismo, casi, que el indicado para otras hinchazones. Lociones astrinjentes frías; vendaje suspensorio ; purgantes y descanso, recostado sobre la espalda ; es lo único que puede aconsejarse, como método jeneral, si bien pueden ocurrir circunstancias especiales, en cada caso, que reclamen algo mas. Hay casos tan severos, que ecsijen la amputación de los Testículos, mas aquellos son rarísimos, por fortuna. Muchos de los que padecen de ese mal, lo evita- rían si Uevasen suspensorio, desde el momento en que notan los primeros síntomas de la hinchazón y molestia; y gran número se ahorrarían una recaída, si no se quitaran dicho suspensorio con demasiada prontitud. Aun cuando las venas de ambos lados se ven, á veces, afectadas, lo regular es que solo padezcan las de un costado y ese, en la gran ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 101 mayoría de casos, suele ser el izquierdo. Esto, probablemente, es efecto de la posición del Colon, ó estremo inferior del Yntestino grande, el cual baja por el lado izquierdo y, apretando las venas, inipide el Ubre regreso de la sangre, causando así la hinchazón por debajo. Por esta razón, las personas que padecen de obstrucciones son las mas espuestas á la Varicocele: esta es tanto peor, cuanto mas Ueno3 estén I03 intestinos, ó mas tiempo haga que no se hayan movido. Por la misma razón, el ovario izquierdo de la mujer es el mas propenso á padecer de Varicocele. Entre otras causas jenerales de esta enfermedad, hay que mencionar el esceso de placeres amativos, Mastur- bación, Ynflamacion de los Testículos y Rupturas, ó Tumores, en el Abdomen. Personas muy gruesas se suelen ver atacadas de este mal, con motivo de la presión de la gordura en la parte inferior del abdóm en : I03 que usan braguero, si este no está bien hecho y colocado con cuidado, se haUan, tam- bién, espuestos á lo mismo. El montar á cabaUo, correr mucho, saltar y levantar pesos, traen, con frecuencia, consigo, hinchazón de las venas y, á veces, hasta las rompen, particularmente si el Escroto está muy flojo ó lacio. Aunque este mal ocurre en todas edades, no es frecuente mas que en la de la pubertad. Los signos característicos da este padecimiento son tan márcalos que, rara vez, puede ocurrir equivocación : se nota claramente que el cordón está hinchado y nia3 abultado, principalmente á la parte inferior, sobre el Testículo y, al comprimirlo, se palpa como un roUo de cuerda* nudosas ó como un pelotón de gusanos de jardín. La hinchazón se aumenta por la noehe, después de algún esfuerzo, y al tosu-, ó violentarse, en cualquier sentido. Puede disminuirse, guardando una postura recos- tada y aplicando líquidos frios. Muchos de los pacientes se les figura que se sienten mejor después de la cohabitación y con tal idea, suelen entregarse 102 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. £ la Venus con frecuencia. La idea, sin embargo, es errónea y fatal: el ahvio temporal ecsiste, á causa de la contracción del Escroto y del aumento de velocidad en la circulación, que el coito pro- duce ; mas, en cuanto cesa este estímulo del momento, la relajación es mayor que antes y se aumenta la hinchazón de las venas : cuantos hayan hecho la esperiencia, se convencerán de la realidad de lo que manifiesto. Por lo jeneral, si se acude al principio, la enfer- medad se domina fácilmente por los medios espH- cados, mas si se descuida, puede hacerse muy severa y tenaz, y hasta dar cabida á síntomas de Neuraljia. Hay también esposicion á que »e consuman los Testículos, cual he dicho antes, á causa de que la supresión de circulación en la sangre, les priva de la necesaria nutrición. Las obras de medicina, citan muchos casos de esa naturaleza, y yo he visto personalmente muchos de ellos. Hay ocasiones, en que los Testículos se consumen y desaparecen, casi por completo, á los pocos meses de haberse presentado la Varicocele. Esto, naturalmente, destruye las sensaciones y el vigor secsual y el paciente queda reducido á un Eunuco. Es, por tanto, conveniente, si los medios usuales de contener la inflamación no lo consiguen, y muy particularmente si empiezan á gastarse loa Testículos, el acudir á alguno de los varios trata- mientos, adoptados con buen resultado, por dis- ..tintos Cirujanos. Sir Astley Cooper, y algunos otros, sohan cortar un pedazo del Escroto, y luego unian las partes, aprocsimandolas y dejándolas cicatrizar. Este método, como se comprende, disminuía el Escroto y, atrayendo los Testículos, con fuerza, hacia el abdomen, proporcionaba apoyo conveniente á las partes superiores. En muchos casos, el método ha conseguido la curación, pero ha habido también varios en que el alivio obtenido ha sido muy escaso, y la enfermedad ha solido presentarse, de nuevo, con igual fuerza, muchos ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 103 años después de cúrala por este sistema. La operación, ademas, sobre no poderse ejecutar en todos los caso.s, es peligrosa, aun en manos muy diestras. Ademas de este método, algunos cirujanos han cortado las venas, ó las han atado y, á veces, hasta separado, parte de ellas, por amputación. Cual- quiera de estas operaciones, si bien con frecuencia cura la Varicocele, es poco recomendable pues, ademas de hallarse espuestas á inflamación de las venas y á otros resultados serios, traen consigo la destrucción del Testículo. El célebre Cirujano Vranees M. Delpech operó á un individuo, de esa manera, y le curó; pero los Testículos, contra lo (pie se prometía el paciente, se consumieron luego, lo cual le ecsasperó de tal modo, que asesinó al Cirujano. El único tratamiento, que puede alcanzar la curación, sin sacrificar los Testículos, es el uso de la presión; de tal modo, que disminuya la circula- ción de la sangre en las venas, sin parahzarla completamente. Esto se consigue, á veces, con un braguero ó vendaje, construido de un modo especial; otras, por medio de un aniUo: pero, tanto la hechura como la colocación de estos aparatos, son cosas difíciles y han de hacerse esprofeso, para cada caso. Con frecuencia, he proporcionado alivio, de este modo, si bien con gran trabajo, por mi parte, y mucha paciencia, por la del enfermo. Cuando no queda otro recurso, hay que apelar £ la castración : mestros anales de ciruj-'-s nos pre- sentan infinidad de casos, en que ha habido que recurrir á esta operación. 104 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. HEMATOCELE, Ó HLNCHAZON DEL ESCROTO Y DEL CORDÓN ESPERMÁTICO, PRODUCIDA POR EL DER- RAME DE SANGRE. Este mal se diferencia de la Hidrocele en que es un derrame de sangre, en vez de agua, el que ha lugar en el Escroto ó en el Cordón Espermático. Suele, á veces, orijinarse de alguna picadura del instrumento, en los vasos sanguíneos, al practicar la operación de estraer el fluido de la Hidrocele; la herida permite á la sangre que se infiltre en el Tejido celular ó en la Túnica Vajinal. Puede, también, provenir espontáneamente de la rotura de una rama de las venas espermáticas, á efecto de golpe ó relajación, como cualquier derrame de sangre en las demás partes del cuerpo. Estos accidentes son raros y pocas veces de entidad. Una quietud completa; sostener el Es- croto con un vendaje suspensorio ; fomentos de Lúpulo, cocido en vinagre, ó de espíritu de vino 6 vinagre con agua y un lacsante suave para los intestinos es, por lo jeneral, lo único que hará falta. A veces, sin embargo, 'el vaso sanguíneo permanece abierto ; la sangre sigue defamándose y la hinchazón se aumenta tanto, y comprime de tal modo los Testículos, que el padecimiento se vuelve muy agudo. Entonces, es preciso practicar una incisión, para que la sangre salga, y atar el vaso, á menos que no se pueda cerrar, compri- miéndolo esteriormente, cuando se ha logrado descubrir el sitio de la ruptura. Si hay inflama- ción, debe combatirse con sanguijuelas, lociones frías, y demás medios usuales y, en caso de supu- ración, apHcar una cataplasma. PRURIGO, Ó COMEZÓN EN EL ESCROTO. Este es uno de aqueUos males molestos que, sin ofrecer peHgro, causan tal sufrimiento y desespera- ción, que el paciente Uega á desear la muerte, ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 105 como único término á sus padecimentos. A veces, se siente la comezón sin que se presenten señas visibles en las partes, pero lo jeneral es que aparez- can en el Escroto una porción de granitos, encar- nados, redondos, los cuales se estienden é inflaman, al rascarlo* el paciente para aliviar la picazón. Cuando el mal se prolonga mucho, la piel se engruesa y endurece y las glándulas sebáceas despiden un fluido desagradable. He conocido personas, que padecían de este mal, las cuales llegaban á deHrar, sin hallar medio de ahviar, en lo mas mínimo, su inmenso sufrimiento. No conocemos las causas verdaderas del Prurigo, pero no hay duda de que, si no lo produce, lo agrava, al meno3, mucho, la falta de aseo personal. El uso, abundante y continuo, del agua fria, evitaría mas casos de estos, de los que la medicina es capaz de curar. Mu cuas personas producen una secreción tan acre en las partes, que irrita cuanto toca. Los ancianos son los que mas propensos se haUan á este achaque, aunque suele aquejar á jóvenes también : por lo jeneral, se Umita esclusivamente á las partes jeni tales pero, £ veces, se estiende £ la parte interna del muslo y al rededor del ano. El tratamiento tiene que ser principalmente estenio, á menos . que no haya restrenimiento habitual, ó ind jestion, en cuyo caso conviene hacer uso de alguno* lijeros alterativos. Si hay restreni- miento, puede tomarse algo de Sal de Higuera y, si el estómago está desarreglado, sera bueno el tomar, por cuatro ó cinco veces, cada segunda noche, cinco granos de Pildoras de Plummer. El paciente debe cuidar mucho de no frotar las partes y evitar que las roce el traje, el cual debe ser hjero y holgado. La ropa de cama no ha de ser pesada, tampoco, y dicha cama, dura y fresca. El ejercicio debe hacerse muy moderado y tranquilo, lavándose bien las partes, dos veces al dia, con agua caliente y jabón. Durante el dia, puede también emplearse 106 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. una loción refrescante de Agua y Vinagre, con un poco de L anida no 6, lo que es mejor, á veces, dos granos de Biclárido de Mercurio, en dos onzas de agua. Partes iguales de Ungüento Citrino y Man- teca fresca de puerco, forman también una mezcla £ proposito, fiara untar bien las partes por la noche. Ung ento de Azufre, prueba bien en ciertos casos y, aun mejor, en otros, un Baño de Vapor, Sulfuroso. Es de la mayor importancia, que el alimento sea senciUo, lijero, sin estimulantes y que' no se beba licor alguno, alcohólico ó fermentado. A veces, la comezón la producen ciertos anima- liUos parásitos, peculiares : estos, son fáciles de destruir, untando, de vez en cuando, las partes con polvos de precipitado blanco. Esto puede también emplearse para el mal, cuando la piel no esta agrietada ó rota. ELEFANTIASIS DEL ESCROTO. Esta terrible enfermedad es, por fortuna, estre- mamente rara en este pais y, por tanto, me limitaré á su descripción. Se presenta en forma de una hinchazón especial del Escroto, causada por la infiltración, en sus tegumentos, de un fluido albuminoso, en forma de jalea, y el cual suele acumularse de un modo prodijioso. La superficie esterna de la piel, toma un aspecto áspero y agrietado ó se cubre de escamas grandes, parduzcas, que le dan la apariencia de un pié de elefante. A veces, aunque no con frecuencia, se forman una porción de úlceras y las partes agrietadas fluyen una secreción purulenta, ofensiva. Esta enfermedad, reina principalmente en las Barbadas, si bien suele hallarse en algunas otras de las Yslas del mar Yndico de Occidente : también es común en Ejipto, África, Grecia y las Yndias Orientales. El tamaño del Escroto toma, á veces, propor- ciones increíbles y, sin embargo, en algunos de loa ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 107 casos mas ostremados, los pacientes disfrutan de completa salud jeneral, sin que las funciones de las demás partes del sistema sufran alteración ; lo cual prueba (pie el mal es esclusivamente local. Mr. Listón amputó uno de esos Tumores, que habia crecido durante diez y nueve años y pesaba cuarenta libras. M. I Mpeelí cortó otro, que pesaba sesenta libras y el Barón Larrey vio uno, eu Ejipto, de mas de cien libras. Ha habido ejemplares de pesar algunos arriba de doscientas libras y hasta de servirles de asiento á las pacientes. Con frecuencia, cuelgan hasta los tobillos y tienen cuatro ó cinco pies de circuniferenc'a. No se conoce remedio para esta enfermedad : el único modo de librarse do ella, es por medio de la cuchiUa, lo cual se ha hecho, á menudo, con buen resultado completo. El Dr. Picton, de Nueva Orlcuns, amputó, en 1H.'Í7, á un negro, uno de esos tumores, que pesaba cincuenta y tres libras y habia tardado diez años en crecer. Se han amputado mucho mayores, aun: algunas veces, sin destruir ni dañar, en lo mas mínimo, los órganos jenitales; de modo que el enfermo se encontraba, después de la operación, tan bien y tan perfecto como antes del mal. Estas, sin embargo, son escepciones raras, pues es sumamente difícil el salvar los órganos jenitales, los cuales, por lo jeneral, hay que amputar junto con la escreseencia. El mayor peligro está en la perdida de sangre, de la cual han fallecido muchos de los operados. Un Chino, llamado Hoo Loo, fué á Londres á operarse: Mr. Key amputó el tumor, que pesaba cincuenta y seis Ulnas, pero el pobre hombre murió de la pérdida de sangre. CAÍDA, Ó PROLAPSO, DEL CORDÓN ESPERMÁTICO. El forro, ó cubierta del Cordón, se haUa espuesto, por varias causas, £ relajarse mucho y á debilitar sus adherencias, de modo que cae, mas ó menos, en el Escroto. Esto se da á conocer por una 108 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. sensación de peso y plenitud en dicho Escroto; por dolores sordos en las Yngles y desazón en los Testículos. Al proceder al reconocimiento, se palpa una especie de tumor nudoso, por encima del Testículo, ó á un lado de él, cuyo tumor puede empujarse, gradualmente, al abdomen y que, de por sí, se sube á este, en gran manera, cuando el individuo se halla acostado. Ese tumor no es otra cosa mas que el cordón, que se ha caído en montón, y apoya sobre los testículos. Por las mañanas, no suele notarse sino muy débilmente, pero reaparece, en cuanto el enfermo ha estado algún tiempo levantado. Se hace mas visible en tiempos calurosos y después de mucho cansancio 6 de gran aj itacion nerviosa. Los esfuerzos, naturales £ un estado de restreñimiento, y los escesos sec- suales, tienden también á empeorarlo. Este mal no es mas que una debilidad local pero, si se abandona, puede traer consigo consecuencias desagradables. La presión constante sobre los Testículos se hace penosa y concluye por inflama- ción ó hidrocele : últimamente, el cordón pudiera formar falsas uniones y adherirse, sóHdainente, £ su nueva posición, de manera que no hubiera medio de separarlo luego. El tratamiento es sen- cillo pero requiere perseverancia. Hay que bañar las partes, constantemente, con lociones Mas, astrinjentes; tales como agua de alumbre, ó solución de sal de saturno. Estos baños, hay que darlos, por lo menos, mañana y noche y, si es posible, dos ó tres veces durante el dia, cuidando de que parti- cipen bien de ellos las ingles el perineo y el Escroto. El traje no debe ser demasiado caliente, entre las piernas, y es preciso evitar todo esfuerzo y movi- miento violento, así como el permanecer largo tiempo en pié y el restreñimiento á desarreglo de los intestinos. Lo mas esencial, sin embargo, es un vendaje suspensorio y, en casos muy malos, un braguero ; construidos de modo que aprieten sobre el anulo abdominal. Cualquiera de estos aparatos, ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 109 que haya (pie usar, es preciso colocarlos por la mañana, antes de levantarse el enfermo. La caida, ó Prolapso, del Cordón, proviene, por lo común, de debilidad jeneral, de esfuerzos, escesos secsualcs, ó fatiga en pié. Puede tener lugar por un solo lado, ó por ambos. RELAJACIÓN DEL ESCROTO. Esto mal es parecido ¡d del Prolapso del Cordón : proviene de cansas semejantes y requiere el mismo tratamiento. Lo produce la debüidad de las fibras del Dártos, y del músculo Croniustor grande, lo cual permite que el peso de los Testículos llamen hacia abajo y prolonguen, á veces muchisimo, el escroro. lio conocido hombres á quienes, después de haber estado mucho tiempo en pié, los llegaba mas de seis pulgadas por debajo del Pubis. Ade- mas de la molestia de colgar así, el escroto y los testículos, hay, en este mal, el inconveniente de que, si se deja abandonado por demasiado tiempo, cusí de seguro produce un Prolapso del Cordón y, probablemente, Hidrocele. El mal va siempre acompañado de una sensación molesta de peso, con mas ó menos dolor en la ingle y debilidad en las piornas. El único tratamiento que se requiere, es el empleo continuado de baños irios, astrinjentes, cual se ha indicado en el Prolapso del Cordón, y el uso constante de un vendaje suspensorio. También hay (pie observar las mismas precauciones, aUí recomendadas, sobre tener los intestinos comentes, y evitar escesos y fatiga. Si se apelara al agua fria y al Vendaje, con tiempo, ninguna de esos dos males llegaría á causar recelos, á no ser que mediara algún esfuerzo violento. A veces, sin embargo, proviene, de escesivo peso de los testículos, de hinchazones, de tumores, ó de hidrocele; en talos casos, la relajación no puede desaparecer, Ínterin no cosen las causas que la ocasionan. 110 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 1 ENFERMEDADES DE LOS VASOS DEFERENTES. El Vaso Deferente es un pequeño Conducto, espuesto á muchos accidentes, que pueden afectar el debido ejercicio de sus funciones. Es cosa muy común el que, después de restable- cerse un paciente de la Hidrocele ó de la Hernia Humoral, el Vaso Deferente aparezca obstruido, par- cialmente, y hasta, á veces, borrado por completo, á causa de haber participado de la inflamación y haberse, en consecuencia, adherido sus paredes. Cuando la pegadura ó adhesión es completa, el individuo es, por consecuencia, estéril, porque no ecsiste paso para el semen. El Testículo puede ser perfecto en su acción, sin que le sea dado al semen salir de él, lo cual, no solo produce la csteri- Hdad, sino que, en muchos casos, causa una infla- mación fatal á los Testículos, por efecto de la constante aglomeración de semen y la imposibilidad de descargarse de él. Cuando solo hay obstrucción parcial, el paciente esperimenta una dificultad particular en el derrame del semen, que se efectúa despacio y con gran dolor. En algunos casos, el orgasmo se ha verificado y la erección ha cesado, antes de que el semen empiece á fluir, haciéndolo entonces á gotas, con gran molestia y desazón para el paciente. Cuando este mal es solo el resultado momentáneo de alguna inflamación aguda, no hay mas que aplacar esta, para dar ahvio al otro ; mas, si aquel es muy antiguo, no tiene remedio conocido. Lo esenchú es el precaver el daño, combatiendo toda acción inflamatoria en los Testículos y' demás partes, que á él conducen, antes de que afecte al Vaso Deferente. Aun cuando este mal puede tener su oríjen en golpes recibidos en las ingles, lo regular es que proceda de Hidrocele ó Hernia Humoral, descuidadas por mucho tiempo, <5 mal curadas. Á menudo, ocurre una obstrucción tem- poral del Vaso Deferente, por haUarse comprimido con la hinchazón de alguna vena ó por tumores en ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 111 el Testículo ó en la ingle: la obstrucoion desa- parece, en cuanto cesa la causa, pero e3 conveniente el remover esta, lo antes posible, porqué la reten- ción del semen daña los Testículos. He conocido un caso, de un braguero mal construido, que oprimía al cordón espermático, junto al Vaso Deferente, de modo que el individuo fué esterü, mientras hizo uso de aquel. A veces, el Vaso Deferente se Dilata, ó Reluja, de modo que se aumenta mucho su dimensión : entonces, ó pierde la facultad de retener el semen, ó se llena de tal modo, que produce molestia. Las causas de este mal son desconocidas, pero es probable que, tanto como de cualquiera otra cosa, procedan de retener el semen, cuando se haUa pronto á derramarse. He conocido individuos, aquejados de esta dolencia, los cuales tenían por costumbre el tratar de parahzar el derrame del Semen, creídos de que, de este modo, no se verificaba en tal abundancia y disminuían, con ello, la debiHdud inherente al coito. Es apenas necesario el advertir, que tales arbitrios no dismimuyen el derrame, sino que dilatan su terminación, haciéndola adoptar un curso invisible y peligroso. No es fácil el averiguar cuando el Vaso Deferente se halla dilatado ó relajado ; pero, cuando hay motivos plausibles para considerarlo así, el trata- miento es muy sencillo. Lociones continuas, frías, de Agua de Alumbre ó de Sal de Saturno, cual se ha recomendado para casos parecidos, ó hielo, aplicado con frecuencia, como astrinjente, en las partes, y el abandono de toda costumbre viciosa, es lo único que se requiere. Ademas de los males indicados, el Vaso Defe- rente se halla sujeto á varias otras afecciones, tales cuno Escrófula y Tumores : no son, sin embargo, muy comunes estos padecimientos y, en cuanto á su tratamiento, siendo idéntico al que se emplea para iguales males en otras partes del cuerpo, no merece la pena de ocuparse de él. En ocasiones, aunque raras, el Vaso Deferente no ecsiste al nacer, 112 ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. en tanto que los Testfcnlos, y demás órganos, son perfectos. El individuo forma Semen y tiene erección; pero, no habiendo salida desde los Testículos, no le es posible el derrame. Esta condición de las partes, casi de seguro trae consigo la Orquitis ó la Espermatocele, á menos que el paciente tenga deseos muy apagados, oque consiga moderarlos mucho y dominarlos. Si se estrae, ó se Hga, el Vaso Deferente de un animal, se nota que el Testículo sigue secretando semen, aun cuando no puede arrojarlo, lo cual prueba, que la facultad de secreción no la destruye laimposibihdad de emisión. ENFERMEDADES DE LAS VESÍCULAS» SEMINALES. El uso ecsacto de estos órganos es, aun hoy, materia de discusión entre los Fisiólogos : unos, los consideran como verdaderas Glándulas, que secre- tan un Hquido especial, para mezclarse con el semen; en tanto que otros opinan que son recep- táculos, en los cuales se acumula, antes de derra- marse. Cuando las Vesículas están secas, é in- yectadas, se vé que son dos tubos retorcidos, dándose, mutuamente, vueltas tan inmediatas, que las partes parecen pequeñas celdiUas. Los estre- ñios de estos Tubos abren en el Vaso Deferente, precisamente donde principia el conducto espelente. Parece no ecsistir duda, de que las Vesículas poseen una fuerza grande contráctil: esto es lo que ha servido de apoyo á la opinión, de que tienen por objeto el contener el Semen y arrojarlo después, durante el .coito. Sin embargo, si se ecsaminan después de la muerte, no contienen Semen, sino que están llenas de un fluido amariUento, al parecer peculiar y propio. Su uso verdadero, por tanto, puede considerarse como ignorado. Se conoce, (pie se haUan espuestas £ obstruirse y borrarse, como el Vaso Deferente, pero no tenemos medios para descubrir sus desarreglos, ni rodemos indicar el remedio. Cuerpo Esponjoso, ENFERMEDADES DE LA PENE. H3 1 CAPÍTULO V. DE LA ESTRUCTURA, ENFERMEDADES Y VÍCIOS DE CONFORMACIÓN' DE LA PENE Y DE LAS PARTES MAS ÍNTIMAMENTE LIGADAS CON ELLA. La Pene, vulgo Verga 6 Miembro Viril, es un órgano hueco y esponjoso, por el cual pasa el conducto, Uamado Uretra, que da sahda á la orina de la vejiga y que, £ la par, como se ha dicho ya, facilita paso al Semen. La estructura anatómica de este órgano no es aun conocida de los Anatómicos, con toda perfec- ción, á causa de la dificultad que ofrece la disección de sus muchas partes; bastante, sin embargo, se sabe, para esplicar su acción Fisiológica, que es cuanto, por ahora, se requiere en este tratado. VA cuerpo de la Pene se compone de dos partes distintas, porosas, ó mas bien esponjosas ambas. La parte superior, que es la mayor, se llama Cuerpo Cavernoso y la inferior, cuya estructura es muy parecida, se conoce por Cuerpo Esponjoso: ambas partes se estienden desde los huesos del Bacinete, al estremo del miembro, ó Glande. El Cuerpo Cavernoso está dividido, £ lo largo y en su centro, por un septo ó separación, que ha dado márjen á que algunos Fisiólogos sepusieran, errt'neamente que eran dos Cuerpos, en vez de uno. Estas dos partos están redondeadas en su filo inferior y, al aplanarse la una contra la otra, forman, por debajo, una canal, en la cual se haUa colocada la Uretra : dichas partos están firmemente ligadas á los huesos delanteros del Bacinete, debajo (bel Perineo, por dos raices, Uamadas Crura Penis ó Piernas de la Pene. 114 ENFERMEDADES DE LA PENE. El Cuerpo Esponjoso rodea al conducto de la Uretra, por debajo, y Uena, por completo, la canal, redondeando así todo el órgano y terminando, por detras, en el Bulbo de la Uretra. Todo el miembro se haUa revestido de piel, escepto la punta, que es un cuerpo distinto y separado de los ya descritos y conocido por la Glande. El borde interno de la Verga, se haUa sujeto, al estremo del Cuerpo Cavernoso y la vuelta esterior se prolonga sin adherirse, sóbrela Glande, cubriéndola, en parte, y permitiendo el poderla descubrir, del todo, retirando dicha piel hacia atrás. Esta piel, suelta y movible, que se conoce por el prepucio, y es la parte que se amputa en el rito de la circumcision, cubre, mas ó menos, la Glande, según las personas. La Glande, que, probablemente, no es mas que una dUatacion del tejido ereetfl especial, que rodea á la Uretra, se haUa cubierta por una piel ó telilla vascular, alta- mente sensitiva y de una delicadeza de estructura éstraordiuaria. Tiene la forma de una sección de cono y se apoya, en su base, sobre el borde superior de una lomita, llamada Corona de la Glande, por debajo de la cual ecsiste una depresión, conocida por Cervix ó CueUo. En esta depresión, ú hon- donada, hay varias glándulas, apellidadas Glán- dulas Odoríferas, que producen una secreción blanquecina de un olor especial y que suele acumularse, en cantidad, si no se atiende á una conveniente limpieza. Por debajo de la Glande, el Prepucio está sujeto, casi en su estremo, por un pliegue ó Hgamento, Uamado Freno ó Ligamentum Preputii. Este ligamento ó cuerda, es, á veces, demasiado corto y, en el acto de la erección, es tal La tirantez, que ocasiona mucha incomodidad, hasta el punto de rasgarse y producir dolor agudo, acompañado de pérdida de sangre. Las distintas partes referidas constituyen el conjunto de la Pene y son, por tanto, esenciales al desempeño de sus funciones. 115 LAMINA X. SECCIÓN DE LA PENE Ó MIEMBRO VTRIL. Fig. 1. . Fig. 2. 77/ 2. a, a. Cuerpo Cavernoso. b. División ó Septo. e. Cuerpo Esponjoso d. La Utvtra. 6. La Ovan Vena. Fig 1. a. I.a V.jic-a. 5,5. Los ITreteros. c,c. Los Vasos Dele- rentes. (/. <>. Bocas ó salidas de los IV-teros. e La Ul-m.lula I»r..-tata. f. F.l Veronnmtano. ij Conductos Seminal, s. h Mus- culos Ysquio-Cavernosos. /, /. RulLo de la Uretra. /:,?:. Clan- dulas de Cooper. 1. Parte Ancha de la Uretra. »'. 1 arte an posta, n. Segundo Knsaiu'he. o. La Glande, p. U l repació. r.r un lado de la Pene se muestra su estructura esponjosa y, por •1 otro costado, los vasos sun-ruíneos. 116 EXPERMEDADES DE LA PENE. La estructura del Cuerpo Cavernoso y del Es- ponjoso tiene la particularidad de estar formada de una infinidad de vasos sanguíneos y celdillas, ó cavidades, como las de una esponja, que comunican entre sí y se unen con las ramas principales de una vena y de una arteria. En estado normal, dichos vasos, escepto los mayores, están casi, ó entera- mente, vacíos, lo mismo que las colonias; pero, cuando suficiente estímulo ha lugar, la sangre de la arteria se precipita en vasos y cavidades y el órgano se dilata, como una esponja, al llenarla de agua. Este es el fenómeno Uamado Erección, el cual depende de una sensibihdad especial, propia £ dichas partes, las cuales, por esta razón, se las snpone, con frecuencia, formadas de un Tejido Erectil. La única parte del cuerpo, cuya estructura se asemeja á la Pene, es el Clítoris de la mujer, el cual tiene un Tejido igual y la misma facultad de erección, hasta cierto límite. Cuando el estímulo cesa, la sangre, por lo jeneral, retrocede, por medio de la vena cavernosa, y la erección se aplaca; pero, á veces, el retroceso de la sangre se vé paraHzado y entonces la erección continúa, aunque sin estímulo. El Cuerpo Es- ponjoso y el Cavernoso son tan distintos, que la erección, á veces, ha lugar en el uno y no en el otro, lo cual necesariamente encorva al órgano, en forma de arco, y produce lo que se llama cordal. La erección y la emisión del Semen, tienen por ausüiares á diferentes músculos, el principal de eUos Uamado Erector Penis ó músculo Ysquio Cavernoso. El derrame de la sangre, en el miembro, en el acto de la erección, es, á veces, tan violento, que los vasos estaUan y el tejido erectü queda destruido. Hay personas en quienes la inyección de sangre es muy rápida y otras en quienes, por el contrario, es muy pausada, y del mismo modo, en unos la erección es muy duradera y en otros muy transitoria. La causa de esto, aunque no conocida, depende, sin duda, de alguna ENFERMEDADES DE LA PENE. 117 peculiaridad en la acción vital de los vasos san- guíneos. En los ancianos, la sangre se agolpa con mas lentitud y retrocede mas deprisa que en los jóvenes, así que la erección es mas lenta y su bajada mas pronta. (.'orno ya va esphcado, la Pene ejerce una función doble : sirve de conducto, para espeler la orina del Cuerpo y, ademas, de conducto del Semen £ loS( órganos femeninos. Para lo primero, no se re- quiere erección, pero, para lo segundo, es indispen- sable, y de consiguiente dicho estado, en acción oportuna es, no solo natural, sino esencial al desempeño de una de las principales funciones de todo ser viviente. La configuración del miembro, adaptándose al órgano femenino es muy varia y, á veces, suma- mente rara. Algunos, como el gato, lo tienen cubierto de espinas, lo cual causa mucho sufrimiento £ la hembra, en el acto de la cópula : otros, como el perro, lo tienen de tal forma, que el acto se prolonga muchísimo. En los pájaros, el órgano macho es alienas perceptible, de modo que, en realidad, no hay unión ó coito formal y solo una emisión ó derrame en los órganos de la hembra. En el ser humano se presentan, á voces, deviaciones del desarrollo natural y casos de peculiaridades de conformación : pueden servir de ejemplo aqueUos, cuyo interior del Cuerpo Cavernoso se ha encon- trado, mas ó menos, osificado, ecsistiendo, en todos, un hueso en el centro del órgano. Este fenómeno es común entre los Negros y algunos animales de inferior especie. En ocasiones, aunque pocas, y una de las cuales observé personalmente, la Pene es doble ó, por mejor decir, dividida en dos partes ; una sola de las cuales posee Uretra, si bien ambas son capaces de erección. En el caso, que .reconocí, es probable que hubiera podido ejecutar, sin riesgo, la amputación de la parte defectuosa é inútil, pero, como la persona no esperimentaba estorbo ni incomodidad, lo juzgué innecesario. 118 ENFERMEDADES DE LA PENE. Las distintas peculiaridades de estructura y desarrollo, (pie afectan las funciones de los órganos, de que nos venimos ocupando, las iremos tratando en esta obra, en sus párrafos correspondientes. AUSENCIA Y VICIO DE CONFORMACIÓN DE LA PENE. Ademas de la esposicion, que tiene el hombre, de perder el miembro, por varias casualidades y por operaciones necesarias, puedo también carecer de él, desde su nacimiento. He visto casos, en que solo aparecía como una lijera hinchazón, á manera de pequeño tumor. Es evidente que, con tales condiciones, no podía haber cohabitación y, sin embargo, los individuos en cuestión podían ser padres; pues, siendo fácil, como se ha espHcado ya, el producir embarazo, con solo derramar el semen, dentro de los labios estemos, esto puede efectuarse con una, casi absoluta, carencia de miembro; en el bien entendido, que las demás partes, que concurren á la procreación, no sean defectuosas. En prueba de esto, puedo citar casos, que he observado en mi práctica, de matrimonios, con hijos que, por la espuesta carencia del varón, no habían podido nunca consumar el acto verdadero del coito. La natural razón dicta que, el casa- miento, con tales condiciones, no debia efectuarse ; por lo menos sin hacer previamente conocer el estado del individuo y, aunque creo que la ley consideraría válido todo ínatrinionio en que la fecundización fuera posible, es muy delicado y dificü el emitir una opinión sobre este asunto, con arreglo á verdaderos principios de equidad. Aunque, por lo jeneral, una muger sana puede concebir, con solo la colocación del Semen en la Vajina, esto no es cosa segura siempre. Hunter refiere un caso, en que aconsejó el uso de una jeringa, para inyectar el semen, recojido del marido, en el acto de la emisión, y el embarazo se logró perfectamente. Hay, sin embargo, muchas ENFERMEDADES DE LA PENE. 119 mujeres que no absorven el fluido fecundante, sin que medie el es tímido de la asociación material y estas, por lo tanto, no será fácil queden embara- zadas cuando hay carencia de órgano viril, para el placer. Pero, dejando á parte toda razón material, hay muchas, morales y sociales que se oponen al casamiento, en las circunstancias espresadas, aun cuando el marido, dando á conocer su estado, la muger otorgara conformidad. Para muchos caso ' puede lograrse remedio ó paHativo, especialmente citando la falta en el miembro, proviniendo de desgracia íí operación, aun queda partí del órgano: en este caso se remedia la falta por medio de un instrumento, cuya forma asemeja la parte perdida. He conocido cjemplarse de haberse logrado, por este mecanismo, la concepción, cuando la Peno solo tenia un cuarto de pulgada de largo, si bien es cierto que el individuo poseía gran cantidad de saludable semen. Algunos niños tienen la Pene sujeta al Escroto ó á alguna de las partes adyacentes, por medio de ligad i uas (pie no la permiten estenderse, y por consiguiente la impiden el ejercer sus funciones. Conocí á un muchacho de siete años, cuya verga estaba adherida, de piano, sobre el abdomen y cpie sufría la consigmente incomodidad, al orinar, atendida la dirección que tomaba el fluido. Casi todos estos casos se corrí jen fácilmente, por mecho de operaciones senciUas, y á cualquiera edad, si bien es mejor en tiernos años : el hecho, que ha | referido últimamente, no ofreció dificultad, y, a¡ i los dos años ni cicatriz, apenas, podia distinguirse. I A veces, la Pene tiene una dirección tan torcida, ya hacia un un lado, ya hacia arriba ó hacia abajo, que la cohabitación se hace imposible. Si el defecto estriba en contracción de la piel, ó de las 1 fibras musculares, el remedio es senciUo, con solo cortar el estorbo ; pero si el mal procede de tumor ó hinchazón, es preciso, ante todo, remover dichas causas. Aneurismas é hinchazones de las venas, 120 ENFERMEDADES DE LA PENE. ocasionan, á menudo, las espuestas terceduras y lo mismo suele ocasionar una prolongada erección cuando, de resiútas, se rompen algunos vasos ó celdülas y la sangre se acumula. Asistí un caso de esta naturaleza, en el cual, cada vez que ocurría erección, se formaba, en el costado izquierdo, un tumor, lleno de sangre, que tiraba, hacia aquel lado, la punta del órgano é impedía toda conecsion secsual. Este defecto provenia de muchas, violentas y largas erecciones, durante una noche, en estado de embriaguez : el tumor, del tamaño de un huevo, cuando Ueno, parecía pronto á reventarse y causaba dolores agudos, haciéndose sentir fácUmente sus pulsaciones. El remedio que empleé fué el de lociones frias y astrinj entes, con una lámina fina de talco, firmemente sujeta contra la parte dañada, £ fin de evitar toda hinchazón, por efecto de la acumulación de sangre. Mi plan tuvo buen resul- tado, en cuanto produjo mucho alivio, pero me temo que siempre habrá esposicion, y tendencia, i que el mal se repita. Ademas de Tumores Escrofulosos, y otros pare- cidos, suelen aparecer en la Pene inflamaciones, ó bultos, huesosos y depósitos, á manera de loa cálculos ó piedras de la Vejiga: ó comprimen la Uretra, de modo que impiden el paso á la Orina y al Semen, ó encorban el órgano, é impiden su uso. Por lo general estos defectos pueden corre- jir.se. A veces, el Ereno ó cuerda, que sujeta, por debajo, el estremo del Prepucio, suele ser demasiado corto, de modo que, durante la erección, dobla, hacia abajo, la punta de la Glande. Esto, no solo impide que el Semen salga en dirección recta, sino que suele oponerse £ la cohabitación, bien por el dolor que causa, ó porque dobla demasiado la punta del miembro. Este obstáculo, sin embargo, es de senciUísima remoción, con solo cortar el freno con una lanceta ó unas tijeras. Consultado sobre esto, en carta, por un CabaUero del Oeste, me escribió, ENFERMEDADES DE LA PENE. 121 luego de recibir mi contestación, que lo habia ejecutado felizmente con una navaja de afeitar. El único cuidado, que hay que tener, es el de solo cortar lo suficiente para separar la cuerda y man- | tenerla, luego, así, para impedir que las partes vuelvan á unirse, empleando simplemente, como aposito, unos paños de agua fria. Hé visto emplear el cáustico, para dividir la cuerda, pero considero este medio no tan bueno como el de la incisión, pues, sobre ser mas doloroso y mas largo, produce í mayor cicatriz. En algunos casos, se ha roto, de repente, el estorbo, por una erección violenta ó al intentar el coito pero, en estas circunstancias, siempre hay dolor é incomodidad y vale mas prevenirlo, con una operación á tiempo. HYPOSPADIAS. Llamase así un defecto de conformación, por el cual el canal de la Uretra no Uega al estrema de la Pene, sino que se abre, ó da salida, por debajo. Esto, £ veces, es resultado de enfermedades vené- reas muy severas pero, con mas frecuencia, es un vicio conjénito: en tal caso, las causas nos son desconocidas y, desgraciadamente, el resultado del tratamiento es, rara vez, satisfactorio. Este vicio de conformación, ocasiona mucha molestia para orinar y se opone, mas ó menos, £ la facultad de impregnación, aunque no es, como ! antiguamente se suponía, un impedimento absoluto. A veces, la abertura se haUa inmediata al Freno y, durante la erección, la presión la cierra comple- ; tamente, de modo que el Semen no tiene saHda. En tales casos, la impregnación es imposible, á menos que el Semen fluya, después que la erección ha disminuido : esto no siempre sucede : general- mente, el Semen retrocede á la Vejiga y el paciente es, por necesidad, impotente. Cuando el Semen corre, sin obstáculo, y penetra en el órgano feme- nino, no importa el ahujero por donde el varón lo 12'¿ ENFERMEDADES DE LA PUNE arroja; la concepción tendrá, ó no, lugar, por circunstancias independientes del defecto^ de con- formación. En ocasiones, la abertura, ó sahda, del Semen, se haUa tan inmediata al cuerpo que, aquel, no puede penetrar en los órganos femeninos. Entonces, no queda mas recurso que la impregna- ción artificial, como se ha espHcado antes. Por regla jeneral, cuanto mas cerca se halla la abertura del estremo de la Pene, tanto mayores son las probabüidades del embarazo y, por la inversa, cuanto mas cerca del cuerpo la sahda del Semen. En algunos casos, es escusado todo trata- miento. Cuando el agujero está muy cerca del Cuerpo, si no se hace uso de un instrumento, para evitarlo, la Orina y el Semen se corren por el Escroto y el Perineo, causando continua irritación y molestia. A veces, hay dos sahdas, pero no suelen comuni- carse y los fluidos siden, casi siempre, por una sola. Antiguamente, se consideraba imposible, hasta por los mejores cirujanos, el operar en los casos indicados, con probabilidad alguna de buen écsito, £ causa de la naturaleza de las partes y del derrame de la orina : aconsejaban, por tanto, el limitarse á proporcionar al paciente los instrumentos au.siHares, mas á propósito, para disminuir el inconveniente. En tiempos modernos, se han conseguido curas numerosas, de ese vicio de conformación y, siempre que las circunstancias se presentan favorables, es costumbre el intentar de correjir el defecto. La operación consiste, senciUamente, en pasar un instrumento, pequeño y agudo, rectamente á lo largo de la Pene, donde debiera estar la abertura natural, haciendo un conducto artificial: este agujero se mantiene abierto, por medio de candeli- Uas, hasta que se cicatrizan los bordes, y ya no hay pehgro de que vuelva á cerrarse. Cuando se ha conseguido la cicatrización del agujero artificial, se introduce, por él, un Catéter y, poniendo en carne ENFERMEDADES DE LA PENE. 123 viva los bordes de la antigua, ó primitiva, sahda, se les mantiene unidos, por medio de agujas, ú otro método, hasta que se juntan, cerrando el conducto y dejando solo el nuevo, que ocupa la posición natural. Ecsisten, sin embargo, circuns- tancias, que pueden hacer la operación muy incierta y otras, que la pueden absolutamente prohibir. Por lo general, el verdadero canal de la Uretra ecsiste, aunque muy estrecho, y cerrado, solo en la misma punta, por una gruesa membrana. Esta, puede, las mas veces, cortarse al través y ensanchar- se el conducto con candelillas, con lo cual, si se consigue cerrar la falsa saHda, la curación es com- pleta. Sin embargo, á veces, no hay trazas de la Uretra, lo cual precisa á abrir el conducto, por la carne maciza, en toda la lonjitud: esto suele ocasionar tal inflamación, que es imposible el conservar la candeHUa y la cisura concluye por cerrarse, otra vez. En ocasiones, también, la falsa abertura es tan ancha, ó los bordes tan delgados, que no puede cerrarse, haciendo, casi, inútil, la nueva sahda. Sin embargo, en algunos de estos casos, puede llevarse un tubo pequeño," que se estienda mas hacia el cuerpo que la falsa salida, por cuyo medio, el Semen y la orina tomaran el camino del conducto artificial y se derramaran por la punta : puede, también, emplearse un pedazo de goma elástica, ó de lienzo encerado, para tapar, esteriormente, la falsa salida: el resultado será el mismo, que el conseguido con el uso del tubo. Por tales medios, mas de un paciente ha podido orinar cómodamente, de un modo natural y, no pocos, antes impotentes, han logrado ser Padres de fainUia. Se han conocido casos, en que la falsa abertura se hallaba entre los Testícidos, y hasta en el Perineo, en los cuales se les ha practicado nueva sahda, por toda la lonjitud de la Pene, cerrando perfectamente la antigua. Estas operaciones requieren mucha ♦ 124 ENFERMEDADES DE LA PENE. destreza, en el cirujano, y muchísimo sufrimiento, en el paciente. * En muchas ocasiones, cuando la falsa abertura se halla cerca del estremo de la Pene, el conducto regular sigue por toda la lonjitud del órgano y^ solo queda cerrado en la punta, por una piel ó membrana. Conocí á un hombre en ese estado, el cual tenia la abertura justamente por debajo de la Glande y, cuando la cerraba con el dedo, en el acto de orinar, la orina Uegaba hasta el estremo y empujaba la piel hacia afuera. Habiéndome oido esplicar este defecto, en una de mis lecturas, se resolvió á operarse él mismo : tomó un cortaplumas y, con la punta, hizo una incisión .en la piel, por donde sobresalía bastante, y la orina fluyó por aUí, enseguida. La inflamación se aplacó, muy pronto, y quedó la nueva abertura : mas, corno aun subsistía la antigua, la cerraba con el dedo, cada, vez que orinaba, verificando el acto con toda- facilidad. Le dije ; que, con otra lijera operación, podría cerrarse, permanentemente, la falsa sahda; pero, se sentía tan satisfecho de lo que ya habia conseguido, y esperimentaba tan escasa molestia, que no quiso hacer nada mas. Una de las mayores dificultades, estriba en mantener el catéter, dentro del nuevo conducto, el tiempo suficiente, para que la orina corra por él, y dé lugar á que se cierre la falsa salida. A menudo, el agujero está, casi, cerrado, cuando ocurre un chorro repentino de orina, que lo abre, de nuevo, destruyendo cuanto se habia adelantado. En casos, en que el defecto ecsiste de muy atrás, los bordes son, con frecuencia, muy delgados y andra- josos, y el orificio muy grande ; de modo que, una unión completa, es cosa, j>oco menos que imposible. Si ecsiste tendencia escrofulosa, las probabilidades de que la abertura se cierre son, también, muy r^scasas. En muchos de estos casos, lo mismo que •'en los abcesos estemos de la Glándula Próstata, puede la herida sanar perfectamente, durante * ENFERMEDADES DE LA PENE. 125 algún tiempo, y abrirse luego, £ lo mejor, sin motivo aparente. Muchos de estos vicios de conformación pueden correjirse en la infancia ó en la primera juventud : así que, en vez de ocultarlo, como con frecuencia lo hacen los Padres, debieran, siempre, enseñarlos £ cirujanos esperimentados, en el momento en que los descubren. Es dificü el decir hasta que edad puede conseguirse la corrección de esos defectos : probablemente, no hay, para eUo, límite: algunos han sufrido la operación á los treinta años ; otros á los cuarenta, ó mas ; pero, no hay duda que, cuanto mas jóvenes, mejor. Por lo general, el desarrollo de la Pene es, mas ó menos, imperfecto, por encima de la falsa abertura : por lo tanto, cuando se desea un vigor generativo, completo, este último defecto debe correjirse, por los medios que esplicaré en otro artículo. A veces, es necesario conseguir el desarroUo, antes de que pueda ejecu- tarse la oj>eracion de abrir el nuevo conducto. EPISPADIAS. Este defecto, si bien de la naturaleza del anterior, se diferencia en que, en vez de hallarse la falsa abertura por debajo de la Pene, se encuentra por encima. Es vicio menos frecuente que el de Hipospádiasy de tratamiento un tanto mas difícil, puesto que la salida se haUa á mayor distancia dei conducto natural. Dicho orificio se presenta, á veces, cerca del estremo de la Pene, en otras, inmediato al hueso Pubis y, en ocasiones, algo hacia un lado. La operación es la misma que para el Hipospádias pero, como so ha dicho antes, es mas dificü y las probabilidades de buen écsito suelen ser menores. 126 ENFERMEDADES DE LA PENE. FIMÓSIS. En este vicio de conformación, la piel del prepucio cubre, completamente, la Glande, y la abertura, en dicha piel, es tan pequeña ó contraída, que no puede correrse hacia atrás y descubrir la -cabeza del miembro. Este estado del órgano es desagradable, molesto y peligroso, pues impide una conveniente limpieza y predispone á varias enfermedades. La secreción de las Glándulas Odoríferas, suele acumularse bajo la piel y, en unión con la orina, producir serias inflamaciones. Fórmanse, también, á veces, Cálculos, como los de la vejiga, y la hinchazón Uega á ser tal, en ocasiones, que ni el semen ni la orina encuentran salida. En muchos casos de Fimósis, la hinchazón es tan severa, que causa crudo dolor, durante la erección, y comprime, en consecuencia, la Glande, de tal modo, que el semen no puede salir y el individuo es, por esta razón, impotente. Los medios de producir alivio, son muy sencillos. No hay mas que introducir, cuidadosamente, un instrumento, por debajo de la piel, y cortar el Prepucio, de modo que quede abierto. Esto puede ejecutarse con poco trabajo, ó dolor, y con escaso temor de inflamación, con solo el uso de paños, empapados en agua fria. A veces, es necesario cortar, con la tijera, los bordes de la herida, si son desiguales ó caUosos. En ocasiones, el prepucio es, todo él, tan duro y poco flecsible, que se hace preciso el practicar una completa circuncisión. PARAFIMÓSIS. En esta clase de defecto, el prepucio está corrido hacia atrás, por debajo de la Cwrona de la Glande, y aprieta al órgano, fuertemente, como con una cuerda. En algunos, esta situación ha sido cons- tante ; en otros, el paciente ha corrido el prepucio, por encima de la Glande y luego, á causa de la ENFERMEDADES DE LA PENE. 127 pequenez de abertura, de aquel, y de la inflamación v de las partos, no ha podido volver á su posición primitiva. Cuando esta última causa, es la que ha producido la Parafimósis, suele ser suficiente el bañar las partes con agua fria, por algún tiempo, £ fin de disminuir la inflamación y, luego, untarlas con Ungüento de Belladona: el prepucio podrá, entonces, correrse, fácilmente, por encima de la Glande. A veces, puede hacer falta una pequeña sangría, ó unas pocas sanguijuelas, en algunas de las partes inmediatas. La cura mas cierta, es la de cortar el Prepucio, del mismo modo que para la Fimósis, lo cual evita toda repetición de la molestia. Los que padecen de Finuísis, se haUan muy propensos á trocarla en Parafimósis, por los esfuerzos, que suelen hacer, para ensanchar el Prepucio y tirarlo para atrás. Ambos defectos pueden ecsistir en niños, sin causar gran molestia ; pero, al acercarse á la Pubertad, se hallan espuestos á esperimeiitar grave daño, de repente. Es, por tanto, necesario, que los Padres descubran tales defectos y observen su progreso, especialmente al acercarse ala Pubertad, £ fin de acudir con tiempo al Cirujano. Muchos han padecido toda su vida, física y moralmente, por haberse descuidado estos preceptos, cuando se hallaban en la niñez. Conocí el caso de un joven, que tenia una Para- fimósis permanente, la cual no le habia ocasionado molestia alguna, hasta que Uegó á la edad de doce años : entonces, empezó á dolerle, cuando orinaba y. mas adelante, el dolor se hizo muy agudo, cada Vez que habia erección. A los catorce años, con motivo de una irritación estraordinaria, el Prepucio ciñó, con tal fuerza, la Glande, que la astrangulaba completamente. Por no manifestarlo á sus Padres, siguió sufriendo, hasta que la agonía fué tal, que no pudo ocultarlo por mas tiempo. Llamado un médico, haHó que las partes habían empezado á gangrenarse y que, una fuerte inflamación, se 128 ENFERMEDADES DE LA PENE. habia presentado en la vejiga, con motivo de la larga retención de orina. Con un tratamiento pronto y adecuado, los síntomas mas alarmantes mejoraron, después de algún tiempo, y luego, se le cortó el Prepucio, £ fin de alcanzar alivio per- manente. El paciente, sin embargo, estuvo á pique de perder el miembro, y hasta la vida, por falta de confianza en el trato con sus Padres. Tanto la Fimósis/jomo la Parafimósis, pueden provenir de una inflamación, derivada de otras enfermedades, especialmente de las de carácter venéreo ó sifilítico : en tales casos, si bien, á veces, la operación se hace necesaria, lo mas usual es, que baste hacer desaparecer el mal primitivo, para que cese el del Prepucio. Es necesario indicar aquí, que muchos niños se han entregado á la Masturbación, y han perdido la vida, simplemente por haber descuidado una Fimósis : la secreción, á causa de dicho defecto, aglomerándose debajo de la piel, ha producido una irritación constante, la cual ha inducido £ un manoseo, de que no se hubiera acordado el niño, sin aquella causa. He conocido á muchos, que se han operado ellos mismos, con toda felicidad, en ambos padecimien- tos, con unas tijeras ó un cortaplumas. Es preciso tener presente que, en caso de mal venéreo, no debe hacerse cisura alguna, pues la herida pudiera inocularse y la enfermedad propagarse £ todo el cuerpo. Algunas personas, carecen, completamente, de Prepucio y, en algunos de estos casos, han tratado los médicos de formar uno, artificialmente, haciendo subir la piel de la parte inferior del miembro : pero el resultado no ha sido nunca muy satisfactorio y, ademas, es cosa del todo innecesaria. La sola razón, alegada para esta operación, es la de que la Glande, con haUarse perennemente descubierta, pierde parte de su sensibilidad : esto es inegable, y lo observamos con los Judíos, y demás, que se ENFERMEDADES DE LA PENE. 129 circuncidan; pero el inconveniente, no solo es Hjero, sino que casi puede considerarse una ventaja, pues espone menos, á la persona, £ contraer enfer- medades. FALTA DE DESARROLLO, Ó PEQUENEZ CONOÉNITA DE LA PENE. Es dificü el determinar si la Pene es, ó no, demasiado corta, puesto que, sobre no ecsistir medida que lo fije, la longitud varia mucho, en diferentes individuos. En algunos, nunca escede de las dimensiones que tenia en la infancia; en otros, alcanza un grandor medio y no faltan ejemplos en que apenas es mas que un rudimento. Aunque estos casos pueden ser independientes de toda falta en los demás órganos, lo regular es que se correspondan los defectos, mas ó menos. Hombre de cuarenta años, he conocido, cuya Pene solo tenia dos pulgadas de largo y el grueso del dedo meñique y cuyos testículos, sin embargo, eran de regular tamaño ; gozaba de fuerte sensibili- dad secsual y de un completo acopio de Semen. A veces, el miembro es como un pequeño tumor, ó verruga, y escasamente puede distinguírsele. Cuando la falta de desarroUo, en la Pene, es efecto de falta general de vitahdad, en los Órganos Genitales, y especialmente en los Testículos, es necesario dispertar su acción y establecer sus fun- ciones, en la forma espresada en el Capítulo sobre los Testículos. Si esto so* consigue podrá lograrse el crecimiento de la Pene, hasta en edad avanzada, según se ha dicho en el citado Capítulo. Cuando solo el Miembro es el que carece de desarrollo, el remedio tiene que ser local y, por consiguiente, distinto el tratamiento. En algunos. casos, aunque pequeño el órgano, es capaz de completa erección y puede, no solo entregarse al coito, sino producir también embarazo ; entonces, si, circunstancias especiales, no lo reclaman, el 130 ENFERMEDADES DE LA PENE. aumento del Miembro, no es de necesidad tan imperiosa. Con mayor frecuencia, sin embargo, la pequenez de la Pene se vé acompañada de falta parcial, ó completa, de erección, que impide la cohabitación, y de tan imperfecta emisión de Semen, que la procreación se hace imposible, tanto natural, como artificialmente. Entonces, es de toda necesidad el producir un aumento de desar- roUo, á fin de conseguir el desempeño de las espre- sadas funciones, y podemos asegurar, para consuelo de los pacientes, que, tan apetecible mejora, puede conseguirse, aun en casos de los mas desesperados. Conviene, sin embargo, advertir, que los casos, £ que nos referimos, son aqueUos en que la pequenez es Congénita, es decir, de nacimiento, y no cuando es por disminución en el curso de la vida, á efecto- de escesos ó enfermedades : con todo, aun así, si las naturales facultades de los órganos no se han deteriorado, por completo, puede restituirse lo perdido, por iguales medios á los empleados para las faltas de nacimiento. Las causas, que influyen en la falta de desarroUo de la Pene y de los demás órganos, cuando el defecto es de nacimiento, nos son desconocidas, puesto que tienen su origen antes de nacer ; pero, las que paraHzan dicho desarroUo, durante la infancia ó juventud, pueden, desdo luego, atribuirse á temprana masturbación, golpes en los Testículos, ó parecidos contratiempos, ó, también, £ alguna enfermedad, muy grave, que haya afectado mucho la enerjía vital. Hay ciertas enfermedades, que, especialmente, dañan á los jóvenes, en el indicado sentido, como, por ejemplo, la Parotiditis, vulgo Paperas, que, con frecuencia, produce inflamación de los Testículos. La fiebre Escarlatina y las Vü'uelas, cuando severas, suelen dañar la potencia viril, y mas aun, las Escrófulas y la Baquítis. Parecidos defectos suelen aquejar, también, £ las mujeres, algunas de las cuales tienen el Útero ENFERMEDADES DE LA PENE. 131 y los Ovarios muy pequeños, aun cuando la Vajina sea de suficiente tamaño para verificar el coito; otras, por el contrario, con aqueUos órganos de regulares dimensiones, tienen tan diminuta la Vajina, que la consumación del matrimonio es imposible. Lo que es dable practicar, para ahvio ó curación de estos defectos, podrá verse en mi tratado sobre las "Enfermedades de las Mujeres." Para conseguir un aumento de la Pene, ademas de los remedios generales, para mejorar la salud y dar vigor tí todo el mecanismo, se emplean ciertas aplicaciones, mecánicas y man uales, cuyos efectos, bajo dirección entendida, son tan completos como inesperados. Para comprender la naturaleza de dichas apHcaciones, y su medio de obrar, es necesa- rio tener presentes la anatomía del órgano y los requisitos para la erección. Se recordará, por nuestras anteriores csphcaciones, que este fenómeno estriba, esencialmente, en la inyección de sangre en los vasos y ccldiUas de los cuerpos, Esponjoso y Cavernoso, y, por tanto, si hay en eUos defecto de conformación, ó de conecsion, ó si la sangre no acude, la erección no ha lugar. Los defectos in- dicados son, precisamente, los que aparecen, en casi todos los casos de falta de desarrollo y, por consiguiente, £ su remedio es preciso encaminarse. Al practicar la disección de individuos que, en vida, padecieron de los aludidos defectos, se nota, siempre, que las celdiUas y vasos pequeños nunca se Uenaron de sangre y, por tanto, ni el miembro pudo crecer, ni jamas ponerse erecto. Por igual principio, después de escesos continuados, largo tiempo, ó de enfermedad muy debihtante, la arteria pierde la fuerza necesaria, para transmitir la sangre requerida, y las celdiUas, noUenandose, disminuyen en tamaño y concluyen por encoger y reducir la Pene. Por esta ley, la supresión absoluta de oscitación secsual, si se prolonga demasiado, ter- mina por gastar al miembro, en vez de acrecentar 132 ENFERMEDADES DE LA PENE. su poder, como muchas jentes, mal impuestas, suponen. Como se vé, lo que hay que conseguir es abrir las celdillas y hacer que la sangre se precipite en eUas, de modo que aumente gradualmente su volumen y las disponga á llenarse, espontánea- mente, á impulsos del natural estímulo. Para aqueUas personas que, considerándolo pecado, han huido siempre de todo pensamiento sobre asuntos secsuales, basta, á veces, estimular un poco su imaginación, y el enardecimiento, que esto produce, en las partes, será suficiente á pro- mover su crecimiento. Otros habrán menester de , mas eficaz medio, en el uso de baños diarios, locales y calientes, con un ungüento estimulante que, mas adelante esphcaré : si este tratamiento se .sigue con constancia, bajo dirección entendida y con medicamentos internos, £ propósito, será suficiente á conseguir el ahvio de la mayor parte de los casos que se presentan. Es necesario, sin embargo, que los estimulantes, internos y estemos, sean adecuados á las necesidades del sistema del individuo y que se observen, cuidadosamente los efectos, á fin de aumentar ó disminuir su fuerza ó suprimir, del todo, su uso. Si la configuración del órgano no es defectuosa y su falta de desarroUo, no escesiva, puede, por los medios indicados, lograrse notable cambio, hasta mas allá de los cuarenta años : cuanto mas joven es el paciente, mas fácil es el producir efecto sobre sus partes. En cierta ocasión, un Cubano, hijo de un rico Hacendado, y aquejado del defecto que nos ocup*a, acudió á mí, muy solícito, en busca de alivio, pues tenia grandes deseos de contraer matrimonio : su. edad era de unos veintitrés años y poseía buena salud y suficiente robustez. Al ecsarninarle, haUé que la Pene solo tenia dos pulgadas y media de lonjitud y el grueso del dedo índice y, aunque bien conformada, sin mas sensibilidad, apenas, que cualquiera otra parte del cuerpo : los testículos ENFERMEDADES DE LA PENE. 133 estaban enteramente desarroUados y con grande inclinación secsual de modo que, bajo fuerte estímulo, habia logrado frecuentes emisiones de Semen ; pero, como no ecsistia erección en el miembro, la cohabitzcion era imposible. De mis indagaciones resultó, que habia sido educado bajo reglas de la mas estricta moralidad, habiendo concebido la idea de que, para robustecer el entendimiento, era preciso desechar todo deseo secsual y, como era joven sumamente ambicioso de distinción, concluyó por hacer de sí un anacoreta. Ya se ha visto el efecto que su conducta produjo sobre el cuerpo ; en cuanto al ánimo, solo consiguió volverse irritable, caprichoso y, en suma, desgra- ciado. Poco tiempo antes de acudir á mí, conoció £ una joven, de la cual so enamoró ciegamente, pero, £ la par del pensamiento de matrimonio, surjió el temor de su incapacidad de reaHzarlo : el ardiente deseo, de pronto dispertado, y las dudas de su ajititud para satisfacer lo, obraron tan poderosa- mente sobre su espíritu que, casi, le condujeron á una furiosa locura. Las seguridades, que le di, de una probable mejoría, le tranquilizaron, sin em- bargo, y se sometió, pacientemente, ¡d tratamiento que le ordené. Lo primero, fué producir en el órgano el mayor calor posible, á fin de facilitar la corriente de sangre. Esto se logró con el uso de una loción estimulan te y cahente, dos ó tres veces al dia, acompañada de vivas frotaciones, con bayetas y cepiUos suaves. A las tres semanas los efectos se hicieron patentes : erecciones, al principio par- ciales, luego violentas, se presentaron y el órgano empezó á aumentar sus dimensiones. Ademas le receté unas gotas estimulantes y le recomendé una alimentación nutritiva, con objeto de dar el mayor vigor, posible, á los Órganos Generativos. Bajo este réjimen, la emisión de Semen se hizo mucho mayor y el instinto procreativo se desarroUo con 134 ENFERMEDADES DE LA PENE. fuerza. Quedaba, sin embargo, una falta y era la de fuerza en los músculos que contribuyen á la erección y al coito, especialmente el músculo Erector Penis. Esto se corrijió, por medio de frecuentes jabonaduras, comprimiendo Lis fibras, hasta que adquirieron volumen y firmeza, como le hubiera sucedido á cualquiera otro músculo, con igual tratamiento. El indicado sistema lo continué, rigorosamente, por espacio de seis meses, á cuyo término, la Pene, en estado de erección, tenia cuatro pulgadas de lonjitud, era completamente dura y apta para el coito. En tal estado, manifestó el joven deseos de regresar á su familia y, aun cuando hubiera pre- ferido que continuase algún tiempo mas, bajo mi vijilancia, accedí £ su marcha, en la confianza de que, por sí, continuaría el tratamiento. Once meses, después de su marcha, me' escribió, dicien- dome : que la mejoría habia seguido en aumento, hasta que creyó innecesaria mas medicación y que, £ los tres meses, pensaba casarse. La alegría y gratitud de este joven no conocían límites, al verse, como el decia, '' transportado de la desesperación á la mayor altura de humana fehcidad." En el curso de mi práctica, he asistido varios casos de igual naturaleza, algunos de los cuales han logrado alivio, con los mismos medios espresados, mientras que otros han requerido diferente plan, que me propongo esplicar. Cuando los remedios mencionados, son insufi- cientes á producir bastante afluencia de sangre en el Tejido Erectil, hay que hacer uso de un instru- mento, Uamado Conjestionador. Es este un Tubo, de tamaño adecuado al miembro, £ que debe adaptarse, y á cuyo Tubo va unida una bomba, para estraer el aire, introducida la Pene en el Tubo, se estrae el aire, mas ó menos, según el caso, y la sangre se precipita, naturalmente, en el miembro, que está dentro de un vacío: es tan violenta la afluencia de dicha sangre que, si no se moderara, ENFERMEDADES DE LA PENE. 135 diestramento, el efecto del instrumento, llegaría á reventarse el tejido. Operando con cuidado, las partes, al poco tiempo, empiezan £ abultarse y £ enrojecerse y la erección, mas ó menos fuerte, se presenta : esta mejoría siempre ha lugar si la vitali- dad del órgano no se ha perdido, por completo, ó si la estructura de los Tejidos no está enteramente destruida. He presenciado, en el uso del citado instrumento, los resultados mas notables que pueden conseguirse en el arte de curar. Pacientes he conocido, cuyo miembro no Uegaba £ media pnlgaila, y sin la menor tendencia á erección, £ quienes el Conjestionador les ha prolongado y abultado la parte, dándola vigor, para Uenar, cumplidamente, el objeto para que fué destinada. A veces, solo se nota, en el lugar de la Pene, una pequeña protuberancia, ó tumor, y otras, el órgano, aunquo Lugo, es muy delgado y lacio, pero el Conjestionador impele la sangre en los Tejidos y el objeto se consigue. Es verdad que, en ocasiones, no se logra cuanto fuera de apetecer, pero, casi siempre, lo suficiente para las necesidades naturales y, con frecuencia, tanto como si no hubiera ecsis- tido defecto alguno. A la par del instrumento, es necesario, casi siempre, obrar sobre los músculos que, en estos casos, suelen carecer de vigor, por medio de las jabonaduras ; pues, sin la acción de dichos mús- culos, la Pene no se pondría erecta, aun cuando conjestionada de sangre. La práctica de jabonar los Músculos Genitales y los del Perineo, tuvo oríjen en el Asia, pero se conoce en Europa de hace muchos años. La operación es pesada y, un tanto, dolorosa y requiere práctica é intelijencia para ejecutarla : en Turquía hay jentes, dedicadas £ eUo, que lo ejercen como una profesión. En nuestros países, hay (pie dirijir al paciente, ó £ persona alquüada, para que lo Ueven á cabo y, de consiguiente, la dirección y presencia del facultativo se hacen necesarias. Para 136 ENFERMEDADES DE LA PENE. ejecutar bien la operación es preciso, en primer lugar, afeitar las partes y untarlas con el ungüento £ propósito : enseguida, el operador apoya, con fuerza, el dedo índice sobre el músculo y frota vivamente, adelante y atrás, en dirección de las fibras, hasta que dicho músculo se calienta ó hincha. Esto se hace, diariamente, con todos los músculos, cuya acción es necesaria, hasta que los efectos se dan á conocer. Al principio, la jabonadura, ó frotación, causa bastante dolor é incomodidad, pero esto desaparece, al poco tiempo, y entonces el m úsenlo se fortalece y se presenta firme al tacto. He t'-nido ocasión de emplear en Nueva York á doi individuos, con tanta frecuencia, que se han hecho ya duchos en la operación y puedo confiar en el buen resultado de su manipulación. Debe tenerse presente, que los distintos medios indicados, requieren mucho tiempo para ponerse en plena ejecución y que, por lo tanto, solo suelen estar al alcance de los que tienen mucho tiempo y dinero á su disposición. Para los que, afortunada- mente, poseen estos dos requisitos esenciales, la ganancia es segura y vale bien lo que cuesta; y no hé conocido á ninguno, de los que han obtenido los buenos resultados del tratamiento, que no haya espresado, "que ningún precio bastaba á pagarlo." Mas de un desgraciado se ha salvado, por una de estas curas, de la locura ó del suicidio, y muchos hogares domésticos han trocado, en placer y alegría, sus anteriores escenas de desesperación y reproche. He asistido á pacientes de todas edades; desde la infancia á la edad madura : el mas avanzado en años, según mis recuerdos, tenia cincuenta y dos : £ todos con feliz resultado, Algunos de los medios, que he indicado, apenas son conocidos en este pais y, desde luego, son poco usados en la práctica general, de modo que la descripción, que Uevo hecha, será, probablemente, la primera noticia, que tengan algunos pacientes, de que su mal ENFERMEDADES DE LA PENE. 137 admite cura. Algunos falsos tratados sobre el asunto, que suponen escritos por hombres eminen- tes, pero que, en realidad, solo han sido impresos para especular en la venta, hacen mención, inci- dental, de los remedios; pero, da tal manera, que no ofrecen utüidad alguna. En uno de eUos se citan varias drogas, de gran efecto para los casos de debilidad ; drogas, sumamente perjudiciales, al- gunas, y otras que no ecsisten. La obra presente es, £ mi juicio, la única, verdaderamente científica y popular, en la materia. Uno de los casos mas notables, que he asistido, es el de un joven de diez y nueve años, que me trajo su propio padre, que era, también, de la facultad. Esto muchacho, apenas tenia señales de Pene y solo un pequeño tumor, que sobresalía un cuarto de pulgada, y en cuyo centro se notaba la abertura de la Uretra : era esta protuberancia, sin embargo, sensitiva y parecía como comprimida hacia adentro. Los testículos eran de regular tamaño y la secreción del Semen con frecuencia abundante, de modo que lo único, que, al parecer, faltaba, era dimensiones al miembro. Desde el eesáinen, aseguré al Padre, que una mejoría era segura, pero que, para eUo, se requería mucho tiempo y cuidado, de mi parte, así como mucha paciencia, por la del enfermo. Ambos quedaron sumamente complacidos, con mis seguridades y el joven se mostró tan deseoso de empezar la curación que, desde luego, di principio £ ella. Hice cons- truir un Conjestionador, á propósito, y le aphqué dos voces al dia. El instrumento era de cristal, en su parte inferior, de modo que pudiera observarse el efecto, y se notó que, en cuanto el aire se estrajo del tubo, la Pene parecía que la tiraban hacia afuera y llegó £ estenderse dos pulgadas. El muchacho se quejó mucho, durante el acto, del dolor, que le ocasionaba la inyección de sangre en las celdiUas y vasos, y conservó la parte muy dolo- rida, por varios dias después. Mientras esto duró, 138 ENFERMEDADES DE LA PENE. suspendí la aplicación del Conjestionador,^ em- pleando, en tanto, lociones estimulantes y cálidas y frotaciones en los músculos. Desde la primera aplicación, se pudo conocer que el miembro se había estirado algo y el paciente notó ciertas sensaciones, interiores, hasta entonces desconoci- das. La medicación interna la prescribí mas estimulante que de ordinario, porque ol impulso secsual era escaso y se manifestaba raras veces. L.i diela, ordené que fuera lo mas nutritiva posible, con el uso de vino; haciéndole dar un paseo, diario, á caballo, después de un baño caliente y unas friegas vivas, en toda la superficie del cuerpo. En cuanto cesaron los efectos del primer uso del Conjestionador, empleé este, diariamente, con jabonaduras, por espacio de diez semanas, á cuyo término, se habia conseguido adelanto permanente: la Pene media dos pulgadas completas, en su estado ordinario, y se estendia, hasta tres, en el aparato; teniendo lugar erecciones parciales, durante el sueño, y mostrándose mas activo y duradero el instinto procreativo. Deseoso de esperimentar, entonces, si la naturaleza consumaria el alivio, le hice regresar á su casa, por una temporada, encar- gándole que solo continuara el tratamiento jeneral. A los tres meses, regresó de nuevo, con alguna mejoría, aunque Hjera, y le sometí, otra vez, al antiguo réjimen, con visibles adelantos. A los dos meses, el miembro media cuatro pulgadas, dentro del aparato, permaneciendo de tres, en estado constante natural, con firmes erecciones y copiosos derrames de Semen. Viendo que, en tal estado, podia desempeñar todas las funciones de la natura- leza y considerando probable mayor perfección, al desarroUarse el sistema jeneral, desistí de mas tratamiento y le mandó á su casa, curado. El Padre esperimentó, al ver su estado, tanto asombro como placer, y otro facultativo, que le habia ecsa- minado antes, y considerado como Hermafrodita, apenas podia creer que fuese el mismo individuo. ENFERMEDADES DE LOS TESTÍCULOS. 139 Tuvo otro caso de un hombre que, aunque imperfecto, se habia casado á los treinta y dos años, en la falsa creencia que el matrimonio le curaría. Puede concebirse el resultado, y cuan desgraciados se sentirían ambos. Un su amigo, al ver su desesperación, me lo trajo para que lo ccsaminara : hallé que la Pene no tenia imperfec- ción y no era tampoco demasiado pequeña, pero que, sin embargo de secretar el semen en abun- dancia y de ser bastante vivo el instinto secsual, el miembro no se habia jamas puesto en erección, ni parecía capaz do conseguirlo. Le dije, sin titubear, que si se haUaba dispuesto £ seguir mis instruc- ciones me comprometía á hacerle, en poco tiempo, capaz de desempeñar sus deberes maritales y suscribió £ (dio con gusto. ApHqué el Conjes- tionador, con feliz resultado y, £ la tercera prueba, produjo una fuerte erección, que no se apaciguó en mucho tiempo, £ causa de la falta de acción espedita en las venas cavernosas : esto se remedió, en breve, y á las dos semanas, con solo el uso del aparato, tenia erecciones naturales y perfectas. En suma, curó completamente y hoy es padre de dos hijos. He tenido también muchos aplicantes, que halñan pérchelo el poder de erección, por efecto de escesos secsuales y de otras clases, por ansiedad mental y por resultado de enfermedades debili- tantes. Con la mayor parte he logrado resultados satisfactorios; los demás, ó toda vitalidad habia desaparecido ya de los órganos, cuando acudieron á mí, ó su estructura era completamente desorgani- zada. Muchos jóvenes, víctimas de la Masturba- ción, y cuyos órganos habían cesado de crecer, han sido, por rai tratamiento, rescatados de la impo- tencia y. mas de un hombre, de edad madura, cuyo vigor no estaba destruido, pero que no podia emplearlo, á causa de especial debilidad, se ha vi-i' restablecido á su primitiva fuerza. El Conjestionador no es un instrumento á pro- 140 ENFERMEDADES DE LA PENE. pósito, para apHcarlo uno mismo, y no aconsejaría £ nadie que lo usara, sin dirección ó inspección facultativa. He conocido casos, en que su aplica- ción, por manos inespertas, lejos de producir buen resultado, ha causado grave daño ; á un individuo, £ quien se lo aplicaron con demasiado fuerza y repentinamente, le hizo estaUar casi todas las celdiUas, inflamándole severamente el miembro y haciéndole perder, para siempre, la fuerza de erección. Hay medios, que todo el mundo puede usar, con tal que sepa cuales son los requeridos para su estado : la presión y las frotaciones ó jabonaduras, puede aphcarlas el paciente, por sí, aunque nunca muy bien : en cuanto á la observancia jeneral de dieta, ejercicio y demás, está al alcance de cual- quiera. No hay que perder de vista, sin embargo, que no hay desarreglo orgánico, mas difícil de asistir, ni que requiera mas intehjencia y cuidados mas continuos. Hay, ademas de los remedios espHcados, otros de utilidad"" en ciertos casos, pero no tan jeneral- mente aplicables. Cuando hay falta de sensualidad nerviosa, en combinación con los demás defectos, puede usarse el Galvanismo, como ájente poderoso: el medio mas eficaz y sencülo es el de Galvanizar el Conjestionador, mientras el miembro se halla dentro, cuidando de no dar demasiada fuerza al fluido ni mantenerlo mucho tiempo en acción, pues pudiera fácilmente producir una parálisis parcial. Los Franceses aplican, con frecuencia, la Flaje- lacion, que es muy eficaz, £ veces, y promueve,- prontamente, la erección; pero es un método muy severo, que pocos tienen valor y paciencia bastantes para continuar, hasta que ha dado todo su resultado. El Elajelador ó disciplina, se compone de seis ú ocho cabos, retorcidos, del grueso de una cuerda de guitarra; de unas ocho pulgadas de largo y muy flecsibles : para apHcarlo, se afeita el veHo de ENFERMEDADES DE LA PENE. lél las partes y se vapulea £ lo largo de la Pene, sobre el Pubis, Perineo y en la parte interna de los muslos, basta que la piel enrojece y escuece bas- tante. La flajelaeion, sin embargo, no debe ser severa, ni continuarse mas que lo preciso, para poner las paites encendidas con algo de escozor y ardor, pero de modo que no produzca cardenales, ni deje dichas partes doloridas : por lo regular, basta un cuarto de hora de operación ; terminada esta, debe bañarse el sitio, con agua caliente, y recostarse el paciente. Para los cpie jamas han oido hablar de este tratamiento, les parecerá, sin duda, estraño; pero puedo asegurar (pie, en muchos casos, es mas eficaz de lo que iludiera imajinarse el que nunca ha presenciado sus efectos; Algunos, que no podían disponer del tiempo suficiente, para entregarse £ mi tratamiento, lo han empleado con buenos resul- tados, logrando, desde la primera flajelaeion, fuertes erecciones, (pie promovía la afluencia de sangre, con que se estimulaba el desarroUo del miembro. La cauterización es otro de los medios empleados, para despertar la encrjña de las partes, que carecen de desarroUo, cuando las demás aplicaciones no han sido bastantes á conseguirlo. Se practica quemando dichas partes, con un botón liso de hierro, caliente por inmersión en agua hirviendo : se afeita primero el veUo y el botón se aplica, de repente, volviéndolo al agua y continuando así, por todo el órgano, hasta que se haya recorrido la superficie, sin repetir en el mismo sitio, y solo dejando el botón permanecer un instante sobre la piid. El dolor es lijero y no nacen amponas : el sitio cauterizado, se vuelve blanco, al principio, y luego toma un color encarnado. Las cauteriza- ciones deben''repetirse, con intervalos de tres ó cuatro dias. esperando siempre á que desaparezcan los efectos de la anterior, antes de proceder £ otra nueva. Este procedimiento es, á veces, de un efecto tan 142 ENFERMEDADES DE LA PENE. asombroso que, basta una aplicación, para conse- guir el objeto : es preciso, sin embargo, cuidado de no producir demasiada inflamación, ni de operar demasiado cerca de los testículos. Algunas veces, el desarrollo de la Pone es menor por un lado que por otro : es decir, menor, por ejemplo, en el cuerpo Esponjoso que en el Cavernoso, de modo que el miembro es curvo en vez de recto : otras veces, también, el órgano, en su estado natural, es recto, pero no esperimenta igual erección por todas partes: en estos casos, el tratamiento, por medio de la flajelaeion, ó de la cauterización, es el mas á propósito, porque puede aplicarse localmente y solo sobre la parte defectuosa. No estará de mas el indicar, que un Conjestiona- dor, con ciertas modificaciones, es de gran utihdad en ciertos casos de letargo, en los órganos feme- ninos, y que los demás tratamientos, también modificados, suelen emplearse, en eUas, con ventaja. PARALÍSIS DE LOS MÚSCULOS DE LA PENE. Jamas habia oido de esta enfermedad, cuando la observé, por vez primera, en un paciente de cincuenta y tres años de edad. Desde esa época, se me han presentado otros casos, en personas de distintas edades, si bien, siempre, de mas de treinta años. En el primer caso, era á no dudarlo, el anuncio de una Parálisis jeneral, de la cual sufrió un ataque, á los dos meses, aunque se recobró, en parte, de él. En otras ocasiones, lo he considerado, también, como indicio de Parálisis, ó Apoplejía; si bien, estas, no se han presentado enseguida. En esta enfermedad, no se altera la secreción del semen ni el curso de la sangre, poniéndose el órgano, tan Heno y firme, como antes, pero carece de poder para levantarlo ó dirijirlo. El primer caso, cedió en una semana al Galvanismo ; algunos de los otros, se aliviaron con baños calientes y ENFERMEDADES DE LA PENE. 143 lociones estimulantes y otros, en fin, se resistieron á todo tratamiento: estos últimos, eran los de personas ancianas con una marcada predisposición £ la Parálisis. En ocasiones, he tenido motivos para creer, (pie el mal lo habían producido los escesos secsuales anteriores. PRIAPISMO, Ó ERECCIÓN INVOLUNTARIA. Llamase Priapismo, á una erección, no natural, é involuntaria de la Pene. Algunas personas, la padecen solo á intervalos, pero otras, lo esperi- inentau constantemente, y por largos períodos, dejeiierando, entonces, en una verdadera enferme- dad. Aunque al Priapismo suelen acompañar sensaciones placenteras, no siempre es así : algunas veces, se sufren, por el contrario, dolores. A algunos so les presenta de repente, sin ningún síntoma precursor; en otros empieza gradualmente, indicándolo, con frecuencia, una sensación de pli'tora en los Testículos ó de dolor y pesadez en la cabeza. El paciente no puede dominar la erección, en lo mas mínimo y, por regla jeneral, no es posible evitarla, en tanto que el estado mórbido continua. He conocido hombres, cpie sufrían del Priapismo en el momento en que se acostaban, lo cual Ks interrumpía mucho el descanso; en espe- cial un joven, cuya salud se resentía de eUo seriamente. Todas las noches, después de una hora, ó así, de acostado, se le presentaba el Priapis- mo ; y era tal el efecto que producía en su sistema nervioso, cpie le era imposible el dormir, en tanto tpie duraba. Con frecuencia, se pasaba varias noches seguidas, sin dormir mas que una hora, sin tener, en jeneral, sensación secsual mas que, alguna vez, al principiar la erección, y con una oscitación violenta de desazón, cpie no le dejaba, en tanto que no cedía el ataque. Al dia siguiente, sufría jaqueca, dolor y debilidad en la espalda y pena en el mismo miembro. En ninguna ocasión 144 ENFERMEDADES DE LA PENE. tuvo derrames durante los ataques, lo cual es una peculiaridad que he observado con frecuencia. Varias pueden ser las causas de esta molesta dolencia pero, á veces, solo es posible sospecharlas. En muchas ocasiones, especialmente entre jóvenes de salud robusta y desarroUo completo, nace de esceso de semen, el cual causa ; primero, Esper- matocele y pasa, luego, al estado de inflamación crónica, la cual provoca constantemente, la erección. Esta condición, puede ecsistir en personas, nada, propensas á ideas lascivas, y hasta en aquellos que, de continuo, luchan por rechazar tales pensamien- tos : sin embargo, es mas violenta en los (pie ocupan su ánimo en dichas ideas. Por lo jeneral, en esta clase de personas, el Priapismo continua hasta que ocurre un derrame involuntario: entonces desaparece, por algún tiempo, hasta que el semen vuelve á acumularse en cantidad escesiva. Hay muchos, sin embargo, como he dicho antes, que jamas se derraman y en estos el Priapismo suele hacerse constante convirtiéndose en verdadera enfermedad. En los principios del mal el casa- miento es naturalmente el único remedio seguro si bien puede lograrse gran alivio por los medios que luego esplicuró pero cuando los órganos se han dañado ó adquirido inflamación crónica el casarse seria muy perjudicial en tanto que á aquellos no se les ha devuelto la primitiva salud. No siempre proviene el Priapismo de aglomera- ción de semen ó esceso de vigor : á veces lo padecen hombres bastante escasos ele licor seminal ya que no casi estériles como lo he observado alguna que otra vez. En estos casos proviene de la poco sana condición del cerebro y se le considera como una afección moral si bien cual muchas otras afecciones morales es senciUamente una indicación y conse- cuencia de enfermedad física. En tal estado hay, siempre, al principio, un deseo constante que llega £ veces á una ero'omania furiosa, mas al fin desa- parece todo deseo y sensación continuando el ENFERMEDADES DE LA PENE. 145 1 Viapismo, en ocasiones, hasta después de la muerte. La crápula prolongada suele acarrear £ menudo un Priapismo obstinado, terminando en completa impotencia. En el Medical Repository de Abril de 1824 hay un caso de esta naturaleza, comunicado por M. Calla-fray. El paciente, en un parasismo de embriaguez, se asoció tres veces consecutivas con una mujer, derramándose en todas eUas, sin que cediera la erección, cosa que me consta ocurre con frecuencia en el estado de embriaguez. Con gran sorpresa del individuo, la erección continuaba á la mañana siguiente, permaneciendo así durante diez y seis días, á despecho de todos los medios empleados para hacerla cesar. El cirujano practicó entonces una incisión con la lanceta, por debajo del Escroto y, al momento, fluyó una cantidad de sangre negra, mezclada con grumos. Al apretar la Pene, la sangre, que contenía, saHó por la abertura, y el miembro se puso enseguida lacio. El individuo quedó impotente para siempre, no habiendo vuelto á tenor erección, sin duda por haberse adherido, con la inflamación, las celdiUas de los Cuerpos Cavernoso y Esponjoso. Es probable, que la erección la ocasionara la inflamación de la parte inferior de la Pene, ó de los Músculos del Perineo; con lo cual, se vieran tan apretadas las venas, que la sangre no pudo retroceder por eUas : tal vez, las mismas venas se inflamaron también y se cerraron. Algunos se han causado esa condición de las partes por mantenerse, demasiado tiempo, en un estado de escitacion, sin permitir el derrame : esta cos- tumbre es muy inconveniente y, no pocas veces, trae consigo la Espermatocele, y hasta la (orquitis. Si la erección es muy violenta ó muy prolongada, suele causar impotencia temporal, apretando de tal modo la Uretra que el semen no puede pasar por eUa. Cuando esto acontece, el semen, ó sale después, lentamente, ó se mezcla con la orina. Un priapismo continuado, es perjudicial siempre, y muy propenso á destruir, por completo, la íacul- % 146 ENFERMEDADES DE LA PENE. tad de erección : es, por tanto, conveniente, que conozcamos las varias causas que lo producen y los mejores medios para curarlo. Las personas que ignoran la verdadera naturaleza do ese mal, suelen considerarlo como el resultado sencillo de pensa- mientos lascivos, y creen, que solo se requiere el conveniente esfuerzo de la imajinacion, para domi- narlo. Esto, como ya hemos demostrado, es un error; que, no solo tiende á descuidar el debido tratamiento, sino que inclina á juicios poco cari- tativos. Ademas de las causas jenerales indicadas, que producen esa molestia, hay otras varias que tienen, mas ó menos, tendencia á producirla ó á agravarla. La falta de conveniente aseo, el traje demasiado abrigado, particularmente cuando roza, y el uso, muy frecuente de baños calientes, pueden citarse entre las causas ; así como varias enfermedades, tales como la gonorrea y espermatorrea. La piedra y la inflamación de la vejiga, irritan mucho la pene, en ciertas personas; lo propio sucede, en otras, con las almorranas. Manjares estimulantes ó muy sazonados, y bebidas caben tes ó espirituosas, tienen igual tendencia; ayudando á ello, con frecuencia, el dormir en cama muy blanda y cálida. El uso de candeHUas é inyecciones produce, á menudo, el priapismo y, con mas frecuencia aun, ciertos medicamentos. Entre los mas enérjicos, para producir el priapismo, debemos contar las Cantári- das, el Fósforo y el Opio; pero hay, ademas, otros, cuyos efectos son muy marcados : todos obran de distinto modo,'según las circunstancias y los indi- viduos. La lectura de libros lascivos y las conver- saciones libres, tienden á producir iguales efectos : igualmente, el permanecer en la cama por la mañana, en estado medio dispierto. Es evidente, que el tratamiento del priapismo debe sujetarse á las causas que lo han producido ó que lo fomentan. Cuando proviene de mala direc- ción de las ideas, ó falta de dominio sobre los • ENFERMEDADES DE LA PENE. 147 deseos, la curación tiene que descansar, esclusiva- mente, en el individuo y en su fuerza de voluntad. Cuando nace de ahmentacion y bebida demasiado estimulante, ayudadas de falta del conveniente ejercicio muscular, lo cual es muy común en los jóvenes, hay que comer con moderación, beber agua fria, mantener los intestinos espeditos y bañar, con frecuencia, las partes en agua fria. Si hay demasiada secreción de semen, sin suficiente derrame involuntario, el casamiento es el remedio indicado. Si ecsiste alguna otra enfermedad, es preciso hacer desaparecer esta, lo primero ; y, si se siento ardor y dolores en la cabeza, hay que man- tenerla fresca, bañándola á menudo con agua fria, cual si fuera inflamación del cerebro, de lo cual, en realidad, el priapismo no es mas que un síntoma. Durante el parasismo, pueden bañarse las partes con agua caliente, ó tomar una ayuda, también caliente. El mejor método, á veces, es ei de tomar un baño de asiento, caliente, ó el recibir el vapor de agua hirviendo. En casos muy rebeldes, pueden aplicarse Sanguijuelas á la Pene, ó abrir, en esta, una vena; pero, el mejor remedio, es el administrar suficiente '/'. irtaro Em¿tico para promover el vómito: esto, por lo jeneral, hace desaparecer el priapismo. Dos pildoras ordinarias de Goma Alcanforada, han aliviado el mal, en algunos; en otros, ha sido suficiente una dicta rigurosa, hasta el desvaneci- miento. Cuando ha terminado el parasismo, es preciso cuidar dcd alimento, traje y costumbres jeneralos, para evitar el que se repita. He asistido á algunos, con los cuales he tenido que emplear varios artificios mecánicos, para im- pedir que el priapismo se presentara durante la noche, ó mientras se usaban los medios curativos. Con frecuencia, un vendaje senciUo, ceñido con fuerza al rededor del miembro, cuando está lacio, evita la erección; pero, lo mejor, es emplear dos medias cañas de madera, la una por encima y la otra por debajo de la pene, y mantenerlas apretadas 148 ENFERMEDADES DE LA PENE. con una venda ó tornillo. Con esto mecanismo, puede ceñirse de tal modo el miembro, cuando está flojo^ que la erección es absolutamente imposible. Varios de mis pacientes no podían conciliar el sueño hasta que no hicieron uso de este instru- mento. El período mas largo, que he conocido, del estado de priapismo, fué el de seis semanas; pre- cisamente en un hombre casado. Se le presentó durante una corta ansencia de su casa y continuó, £ su regreso, por la imposibilad, en que se encontró, de descargar el semen, £ causa del estado de hin- chazón é inflamación de las partes. Padeció Es- permatocele y Hjeramente de orquitis, acosado de violentos deseos, que no podia satisfacer. Podia cohabitar, pero sin derrame y, por consiguiente, sin placer. La violencia del ataque y los síntomas, me hicieron temer que quedaría del todo impotente, pero, con cuidadoso tratamiento y constancia, sanó completamente. He conocido un caso, en que el priapismo se presentó de resultas de un golpe en la cabeza, que produjo la muerte; continuando, después de esta, con las partes tan firmemente conjestionadas y ríjidas, que no hubo nada que pudiera alterarlas. He visto varios casos de priapismo, producidos por la aplicación de cantáridas al cueUo ó á la espalda, hasta en niños de tierna edad; Este hecho no debieran perderlo de vista los padres y los facul- tativos. ENFERMEDADES DE LA URETRA, Y DE LAS PARTES QUE ESTA ENCIERRA. Ya se ha dicho, que la Uretra es un conducto prolongado, que pasa de la vejiga, á lo largo de la pene, y sirve para conducir la orina fuera del cuerpo, como igualmente el semen ; siendo común el paso, para ambos fluidos. Las paredes membranosas de la Uretra, son ENFERMEDADES DE LA PENE. 149 bastante gruesas y elásticas, y el Ulterior forrado de una capa mucosa, como la del interior de la vejiga. La anchura de la Uretra no es uniforme : á poco de su abertura esterna, ó meatus urinarius, ensancha considerablemente y estrechándose luego otra \m ;z, se ensancha de nuevo, aun mas, á cosa de los dos tercios de su total largura desde la vejiga. La sustancia, que forma, las paredes de la Uretra, parece no ser la misma en toda su lonjitud ; siendo membranosa, en algunas partes, y, en otras, espon- josa, como la del Cuerpo Esponjoso. Toma parte, por tanto, en el acto de la erección y su concur- rencia es muy esencial para la debida emisión de semen. En el sitio en que se une al cuello de la vejiga-, la Uretra es ancha, pero comprimida por ciertos músculos, (pie se relajan y la permiten abrirse, en el acto de evacuar'la orina. Esta, sin embargo, no la impide el escapar, solo el estrecha- miento de las paredes de la Uretra, sino cpie, £ contenerla, ayuda en parte, el Vero Montano. La posición de esta parte se comprenderá fácilmente, bochando una mirada á la lámina que representa la situación de los órganos varoniles. Es una pequeña protuberancia carnosa, colocada en la parte inferior de la pared de la Uretra, justamente al desembocar de la vejiga. Tiene la forma de un cono, con su vértice apuntando hacia el estremo de la Peñe. El cueUo de la vejiga, cuando se retiene la orina, se ciñe al rededor de dicha pro- tuberancia y, durante la evacuación, se relaja, abriéndose un poco, y dejando paso al fluido, á cada lado del Vero Montano, el cual desempeña una función parecida ala del tapón de una botella. Resulta de ahí, que muchos casos de involuntario escape de la orina, son producidos por la irritación del Vero Montano, el cual se pone tan sensible que no consiente que lo ciña el cueUo de la vejiga y, por consiguiente, la salida de esta queda continua- mente abierta. Esta irritación, puede tener varias causas por oríjen mas, por lo jeneral, solo nos ea 150 ENFERMEDADES DE LA PENE. dado el presumir cuales puedan estas sin-. El modo de dominarla, consiste en emplear los medios jenerales para vencer la inflamación, cual se usan para las partes inmediatas. La cualidad irritable de la orina suele, con frecuencia, dar lugar á la inflamación del Vero Montano ; pero, en tal caso, se corrije pronto, tomando todas las mañanas antes de almorzar, un poco de Carbonato de Sosa y bebiendo agua de goma arábiga á pasto. Tuve un paciente, que sufría terriblemente por este estilo, sin saber á que atribuirlo, hasta que se lo esplique. En cuanto la menor cantidad de orina se secretaba en la vejiga, sentía Como si un hierro candente le tocase al cueUo de esta : todo dominio sobre dicho cueUo cesaba y la orina se escapaba, á pesar de todos los esfuerzos. El dolor, ardor y comezón, que sentía, eran terribles, sin (pie concibiera posi- bilidad aparente de alivio. Algún curandero le habia dicho que era piedra pero, en cuanto le reconocí bien, me convencí que solo era inflamación del Vero Montano y le traté en consecuencia. Le prescribí fomentos calientes de Cabezas de Ador- mideras, sobre el Pubis y el Perineo, con sangui- juelas, ademas, en este último y en la parte interna de los muslos. Ynteriormente, le receté los polvos siguientes, con una dosis de Aceyte de Castor, todas las noches, y agua de cebada á pasto. 5.. Hojas secas de Uva Ursi ó Gayuba, dracma y media; Bicarbonato de sosa, una dracma. Todo, bien mezclado y dividido en doce tomas, para tomar tres de eUas, al dia, mezcladas en el agua de cebada. El efecto de esté tratamiento se dio á conocer desde el segundo dia, en que la inflamación dis- minuyó considerablemente ; el tercer dia se sentía enteramente bien, con solo un poco de adolori- miento cuando orinaba. La inflamación del Vero Montano la produce, también, con frecuencia, la retención de orina, cuando la vejiga está muy Uena : lo que muy par- ENFERMEDADES DE LA PENE. 151 ticularmente tiende á eUo, es el intentar contener la salida del semen, (in ei acto del coito; lo cual suelen algunos hacer, apretando la Pene por su parte inferior. Los efectos de esta costumbre, á que se apela á menudo, con la idea de evitar el embarazo, son seriamente dañinos: ademas de producir la inflamación indicada, conduce £ pér- didas involuntarias del semen, cual se esplicará mas adelante. Costumbres tan destructoras nadie las adoptaría si los hombres no ignoraran, de tal modo, cuanto hace relación £ su sistema físico : en tanto dicha ignorancia subsista seguirá causando mas males de los que alcance á curar la ciencia médica. El Vero Montano se haUa también propenso £ padecer, cuando sufre la Glándula Próstata, £ causa de la íntima simpatía que ecsiste entre ambas partes. El S'men penetra en la Uretra, justamente al estremo inferior del Vero Montano, por dos peque- ñas aberturas, muy propensas £ cerrarse, mas ó menos, cuando dicho Vero Montano, ola Glándula Postrata, se hallan inflamados: entonces, el der- rame, ó curso del semen, se ve, en parte, ó total- mente, paralizado. A veces, el Vero Montano se hincha, hasta que Uena completamente el cueUo de la vejiga, de modo que, en tanto no baja la inflamación, ni la orina ni el semen hallan salida. Como la Postrata, el Vero Montano esta expuesto al Cáncer y á la Escrófula. La Uretra se haUa sujeta £ Vicios Conjénitos de Conformación y á accidentes posteriores, algunos de los cuales, de carácter grave. En algunos jóvenes, está contraída permanentemente, de modo que la salida de la orina es difícil y les causa mucho dolor. Este defecto, sin embargo, se corrí je, por lo jeneral, con el uso y con la edad. Niños, en ese estado, tardan mucho en orinar, haciéndolo en un chorro muy pequeño, y con mas ó menos sufri- miento. En casos muy severos, pueden emplearse 152 ENFERMEDADES DE LA PENE. candeHUas, para düatar el conducto ; pero, si la molestia no es muy grande, vale mas esperar hasta la pubertad, á ver si la naturaleza, por sí, consigue el alivio. En ocasiones, también, aunque raras, se ven Estrecheces Conjónitas, ó se¡ presentan espon- táneamente, sin causa aparente. Si estas no son escesivas, vale mas esperar hasta los catorce ó quince años, antes de operar, pues, á dicha edad, los cambios en el sistema son muy notables y puede ocurrir la mejoría naturalmente. Si las estrecheces son escesivas, ó si siguen después de la indicada edad, es necesario emplear las candeHUas, las cuales son, en reaHdad, el único remedio eficaz en tales casos. Muchos jóvenes causan la estrechez, com- primiendo la Pene en la Masturbación ó magull- ando la Uretra. He conocido á muchos, que lo hacían para evitar que el semen escapara en el acto de derramarse, creyendo que, con esto, el vicio no causaría malos resultados. Es innecesario el demostrar la falacia de esa creencia; pero, tal vez, convenga el espHcar, que se hace del fluido seminal en esas ocasiones pues, á menudo, no se ve ni una partícula de él. En el acto del derrame, el semen sale £ chorros, ó borbotones, del canal espelente £ la Uretra, por ciertas aberturas pequeñas, llamadas conductos espétenles (que pueden verse en las láminas) y luego baja por la canal y sale del cuerpo. Si la Uretra se halla comprimida, de modo que impida al semen la sahda al esterior, tiene que fluir en otra dirección: la única que se- le presenta, es á la vejiga, en la cual penetra, abriendo á la fuerza el cueUo, y pasando por los dos lados del Vero Montano. Naturalmente sale con la orina y es evidente que se ha perdido, lo mismo que si hubiera sahdo del cuerpo por su via natural. Al propio tiempo, su presencia irrita la vejiga y, en su paso en aqueUa dirección contraria, suele causar infla- mación al Vero Montano y á la Glándula Próstata: hasta produce estrechez, cual se ha espHcado antes, ENFERMEDADES DE LA PENE. 153 y debilidad en los conductos, predisponiendo £ pérdidas seminales involuntarias. En algunas personas, la Uretra es también muy • irritable, sin que ecsista enfermedad particular, ardiéndoles y escociendo, al orinar, como si tuvieran Gonorrea. Hombres y basta niños hay, que pade- cen de este mal constantemente, ó á intervalos, y cpie sufren, con él, considerablemente. Se observa, < por lo jeneral, en los que tienen este achaque, que su orina es de color subido y deposita un sedimento encarnado ó amariUento, al dejarla que se asiente : esto indica, ó areniUas en la vejiga, ó inflamación de la misma; El mejor tratamiento, es el indicado anteriormente para la inflamación del Vero Mon- tano : el mejor preventivo, consiste en el cuidado, respecto á la comida y la bebida. No debe comerse ni beberse nada que sea ardiente ó estimulante, ó que pueda producir restreñimiento, el cual, siempre empeora estas dolencias. Los licores espirituosos, ó fermentados, son muy perjudiciales: lo mismo lo es, por lo jeneral. el café. La mejor bebida, es el agua de Sosa, la de Cebada, la de Goma Arábiga, y el Mucüago de MeoUo de Sasafras, ó de la Planta de Bene. Un poco de Carbonato de Sosa, tomado por las mañanas, es un preventivo escelente, para unos; para otros, un poco de Magnesia. Es preciso evitar todo esceso y mantener constante- mente espeditos los intestinos. Baños calientes repetidos son, casi siempre, ventajosos. Muchas de las enfermedades de la Glándula Próstata, y muchas de las operaciones en la Pene, son causa frecuente de estrechez é inflamación de la Uretra y, por tanto, requieren mucho cuidado y atención. Es común el que manos inhábiles, al curar por completo una de dichas enfermedades, causen una estrechez, que es peor que el mal primitivo. 154 ENFERMEDADES DE LA PENE. LA GLÁNDULA PRÓSTATA. Las funciones de este órgano, así como las de las vesículas, no han podido aun fijarse satisfac- toriamente. Antiguamente, se creia que era una simple glándula, destinada á secretar un^ Hcor especial, indispensable para mezclar con el semen. Esta idea se ha modificado, algún tanto, reciente- mente, considerando hoy á la Próstata como una reunión de varias glándulas, ó folículos, que, juntos, constituyen una masa ú órgano. Estos diminutos folículos, secretan un fluido blancuzco pecuhar que, por medio de un mimen) de pequeños conductos, penetra en la Uretra, cerca del Vero Montano, donde se introduce el semen. Es pro- bable que dicho fluido sea, de un modo ó de otro, esencial á la perfección del semen, cuando sale del cuerpo. La Glándula Próstata está sujeta £ males de varias formas, algunos de los cuales son, á la par, peligrosos y dolorosos y, todos eUos, por desgracia, poco capaces de tratamiento. Parece que se haUa esencialmente espuesta á abultamiento ó hinchazón y á endurecimientos escrofulosos y cancerosos. A veces, también, se vuelve cartüajinosa, y hasta casi huesosa : otras se forman en eUa cálculos, ó piedras, semejantes á las que se haUan en la vejiga. El tratamiento poco intehjente de la Gonorrea, es- pecialmente cuando se han empleado candelillas ó inyecciones, suele acarrear inflamación y absceso en la Glándula Próstata: esto, también, resulta con frecuencia, de la cauterización para curar las pérdidas seminales involuntarias. Yguahnente puede provenir de golpes en el Perhieo; de una presión fuerte, ó muy prolongada ; de montar á caballo ; de sentarse en asiento muy duro ;< y hasta de usar ropa i.úerior muy apretada. Dicha dolencia es seria y molesta y, á veces, muy dolorosa. Cu ando la Próstata está solo simplemente hinchada, causa una sensación de plenitud y desazón en el ENFERMEDADES DE LA PENE. 155 Perineo, con dificultad al orinar, al derramar el semen y al obrar. La razón de estas dificultades se comprende fácilmente, al considerar la situación y enlaces del órgano que nos ocupa. El menor incremento en el tamaño de la Próstata, la hace apretar sobre la Uretra y cerrarla, en parte, de modo que el curso de la orina se halla necesaria- ": mente obstruido : como las aberturas de los con- | ductos seminales se ven también comprimidas, la I salida del semen esperimenta los mismos obstáculos I que la de la orina. En casos muy severos, ocurre que (d paso de la orina y el del semen quedan com- pletamente cerrados, lo cual, si no se remedia pronto, puede causar una inflamación del carácter mas agudo y peligroso, tanto en la vejiga como en los testículos. Cuando se Uega á este estado, el padecimiento y los dolores se hacen muy intensos y, si no se aplacan pronto la hinchazón y la infla- mación, se forma un Absceso, que concluye por reventar y descargar su contenido : esperimentase, entonces, algún alivio á la pena, pero la enfermedad toma un carácter mas molesto y mas difícil de curar. Si el absceso revienta interiormente, hay un continuo fluir de pus ó materia por la Uretra, acompañado de un vivo escozor, y de dolor, cuando salen la orina ó el semen : ademas, las partes in- mediatas están en un estado constante de irritación, cpie obra sobre el sistema nervioso de un modo angustioso. A veces, el absceso se abre esterior- mente en el Perineo, lo cual, si cabe, es aun mas I molesto. El pus fluye del mismo modo, si bien no por la Uretra, y se esperimenta igual irritación I constitucional, sin tanto dolor al orinar. El tratamiento de este mal, depende del estado á i que haya podido Uegar y de las causas que lo han producido. Cuando á efecto de golpes ó magulla- dura, la hinchazón ó inflamación son aun sen- ciUas, hay que acudir á hacer desaparecer- estas, lo mas pronto posible, y por todos los medios. El paciente debe permanecer completamente tranquüo 156 ENFERMEDADES DE LA PENE. y hechado sobre la espalda, todo el tiempo que pueda: en tanto, deben aplicarse, de continuo, al Perineo, fomentos de agua caliente con láudano, ó colocar, entre los muslos y apretados contra dicho Perineo, bayetas empapadas en el indicado Kquido, renovándolas con frecuencia y aplicando- las todo lo caHentes que el individuo alcance á sufrirlas. Es necesario mover el vientre libremente con Aceyte de Castor y el alimento debe de ser Hjero y sin estimulantes. Es muy bueno el que el paciente tome baños de asiento caHentes, por una media hora cada vez, ó que los tome de vapor. Si se persevera en estos medios, cuando por primera vez se sienten el mal y la incomodidad, lo probable es que baje la inflamación y se eviten malas conse- cuencias. Un baño general caliente, tomando al propio tiempo bebidas sencülas calientes, para promover la traspiración, es muy conveniente: cuando la magulladura ó golpe es muy fuerte, y presenta cardenal, hay que apHcar sanguijuelas en el Perineo ó en la parte interna de los muslos. Si la inflamación es ele carácter crónico, y no producida por violencia esterna, el mejor medica- mento es la apheacion del Ungüento de Mercurio, restregándolo sobre el Perineo, hasta que produce efecto marcado sobre el sistema. A la par de estas friegas, puede tomarse la solución de Yodido de Potasa, recetada en la Hidrocele, manteniendo espedito el vientre con Sales ó Aceyte de Castor. Hay que apHcar, con frecuencia, lociones frías de Alumbre ó de Sal de Saturno y no tomar, por ningún pretesto, ni especias ni licores espirituosos. Los escesos secsuales, son esencialmente dañinos en esta enfermedad. Muchísimos ataques de inflamación de la Próstata pudieran, en su principio, curarse por estos medios, poniendo cuidado en los manjares y observando una ríjida templanza en todas cosas. Con mayor frecuencia, sin embargo, el mal con- tinua y bien forma absceso, ó Tumor indolente, ENFERMEDADES DE LA PENE. 157 que, á cada rato, se estiende tanto, que impide, del todo, el que fluyan el Semen y la orina : entonces, los padecimientos son severos y precisan á opera- ] ciones paliativas para ahviarlos. Muchos pacientes | sufren ataques periódicos de esa naturaleza, y otros los esperimentan siempre, después de esfuerzos ! corporales, ó de ansiedad, estraordinarios. En j estos casos, se consigue á menudo el mitigar la severidad del dolor y paraHzar el curso del mal, con el uso, interno, de purgantes, y lociones frias de BeUadona, ó emplastos de Eléboro, al esterior. Cuando el padecimiento está en su mayor altura, puede tomarse un grano de Opio, ó treinta gotas de Láudano, en un poco de agua de Goma Arábiga. El Ungüento de BeUadona y Alcanfor, prescrito para la inflamación de los Testículos, se haUará que es beneficioso en muchas ocasiones y, en otras, alcanzará buen resultado, la apheacion de sangui- juelas al Perineo y á los muslos. La clase de operación, que es preciso practicar en los casos estrenaos, pende de las circunstancias particulares que los acompañan : hay que dejarla al buen juicio del Facultativo. La aplicación interna del cáustico es muy usada por algunos ; otros emplean la lanceta con frecuencia; pero, uno y otro método, está acompañado de dificultad y pehgro. Muy al prin- cipio del mal es, á veces, posible el introducir un catéter, sin gran dificultad : esto puede servir para mantener la Uretra espedita, mientras se emplean los demás medios para vencer la inflamación. El Catéter, sin embargo, es inadmisible cuando se requiere violencia para introducirlo ó cuando aumenta la inflamación. Cuando el Tumor no puede palparse al esterior, ó en el recto, una de las 1 pruebas mas seguras de la hinchazón de la Glán- | dula Próstata, es la imposibihdad de pasar un Catéter, á causa de haber dicha Glándula, con su aumento, cerrado la Uretra. La inflamación de la Glándula Próstata, puede 15b ENFERMEDADES DE LA PENE. terminar en endurecimiento, ó dureza permanente; en mortificación; en absceso; ó en disipación. Cuando la mortificación se presenta, es suma- mente peligrosa, sino fatal por precisión : no le conocemos remedio. El endurecimiento presenta, £ veces, una marcada tendencia Escrofulosa, y sigue el mismo curso que la Escrófula del Testículo : en ocasiones, se vuelve enteramente cartüajinoso 6 huesoso. Cuando se forman en la Próstata cálculos ó piedras es, £ veces, posible el estraerlas : para esto, es preciso que su presencia sea tan evidente, que no pueda ocurrir equivocación; lo cual, rara vez, se consigue. Como en la mayoría de las enferme- dades de la Próstata, las indicaciones de la piedra, ó cálculos, son tan oscuras que, en la mayor parte de los casos, solo es posible conjeturar el asiento y naturaleza del mal. En ocasiones, las piedras salen por la via de la Uretra; enseguida se esperimenta alivio. Baños caHentes y fomentos, tienden á facilitar e3te mecho de escape. He conocido á algunos que, por largo tiempo, habían sufrido todos los síntomas usuales de la dilatación de la Glándula Próstata y que se aliviaron, completamente, al arrojar unos pocos cálculos, rara vez mayores que un guisante. Entre los remedios para obtener á veces alivio, en los casos de abultamiento de la Próstata, men- cionaré las inyecciones, repetidas con frecuencia, por el Recto, de almidón claro y frió con láudano. He probabo también el Galvanismo, en ocasiones, con notable buen resultado. El incremento crónico de la Glándula Próstata es bastante común entre los ancianos, en especial los que han pasado una vida sedentaria ó se entre- garon á escesos secsuales. 159 CAPITULO VI. ENFERMEDADES FUNCIONALES, Y SIMPATÉTICAS, DE LOS ÓRGANOS GENITALES. Esta es una de las partes, referente al asunto de que vamos tratando, que mayor importancia ofrece: sin embargo, son tan numerosas y tan peculiares las dificultades que lo rodean, que es muy dificü alcanzar sobre eUo conocimientos precisos. Res- pecto á muchas cosas de gran interés, referentes á la potencia viril del hombre, poco, ó nada, se sabe, hasta por las personas de la facultad; las cuales, jeneralmente hablando, aprenden muy poco sobre eUo en sus primeros estudios y luego se les presen- tan pocas ocasiones para enterarse debidamente. El Dor. Curling. al hablar de los Testículos, dice. '' Sus funciones se haUan tan enlazadas con las de otras partes, sufren la influencia de causas tan peculiares ; y dependen y se ven tan modificadas, por sucesos y circunstancias especiales, que su investigación, cuando Uegan £ desorganizarse, es, por precisión, de un carácter complicado y difícil. El producto de estas glándulas es, ademas tal, que es casi imposible definir sus cualidades; pues, durante el curso de la vida, no hay mecho de obtenerlo puro y sin mezcla. Por otro lado, con- siderando la repugnancia que causa el tratar y preguntar de estas materias, no hay que estranar que el asunto haya sido imperfectamente investi- gado, y rara vez tratado, por el Patolojista y el médico práctico. En realidad, lo poco que de eUo sabemos, se encuentra, principalmente, bajo el epígrafe de Ympotencia, en obras de jurisprudencia medica, en las cuales se considera, de corrido, la 160 ENFERMEDADES DE LOS materia con relación á puntos de ínteres médico legal, y casi nada con referencia á la práctica. Esta es la verdad pura : no hay duda que muchos se sorprenderán al saber, que los médicos, jeneral- mente hablando, saben poco, ó nada, de estos asuntos, Así es, sin embargo, como debe constarles £ los que han acudido á ellos, en busca de consejo ó informe. Me he visto precisado á partir, en mis investigaciones, cual si nada se supiera, sobre muchos puntos importantes, y adquirir el conoci- miento deseado por el lento, pero seguro, sistema de los esperimentos y observaciones propias. Muchísimos de los asertos en este libro sorpren- derán, probablemente, á los que los leen por vez' primera; no solo á causa de su novedad, sino de su oposición con las antiguas ideas. Sin embargo, ninguna de estas aseveraciones se ha ofrecido, sin buena y suficiente prueba de su ecsactitud, en tanto que las ideas antiguas, con las cuales desacuerdan, son meras suposiciones y asunciones destituidas de todo fundamento. Ésto acontece, especial- mente, en lo que atañe á las causas funcionales y simpatéticas de la Yinpolencia, é igualmente á su tratamiento moral y facultativo, el cual, puede decirse, con verdad, que es, invariablemente, del carácter mas empírico, aun cuando puesto en prác- tica por los módicos mas eminentes. Las nociones de los profanos en la ciencia de curar, respecto á esas cosas son, con frecuencia, tan correctas como las de las facultativos que consultan y, á menudo, el tratamiento curandero de los primeros tan bueno, ó mejor, que el de los segundos. Hace muy poco que se ha descubierto la verdadera acción de varios ajentes medicinales, poderosos, para los Órganos Generativos y aseguro, sin titubear, que muchísi- mos médicos, hasta de los de mas fama, lo ignoran tanto como el paciente á quien pretenden curar. Al seguir mis propias investigaciones, sobre estos importantes é interesantes asuntos, no he omitido medio alguno para adquirir información. Ademas ÓRGANOS GENITALES. 161 de esperimentar y estudiar, hasta donde era necesa- rio y conveniente, en miles de casos que se me presentaron en el curso de mi práctica, he esperi- mentado, también, sobre centenares de animales, hasta el-Hmite que consentía la humanidad. De este modo, he venido en conocimiento de muchos hechos importantes, y aprendido la acción de muchos ajentes medicinales poderosos, que no era propio, ni seguro, el ensayar primero en seres humanos. La incapacidad funcional ó simpatética de los Órganos Reproductivos, se presenta bajo dos for- mas : la Ympotencia y la Esterilidad que, con frecuencia, si bien erróneamente, suelen confun- dirse. La esterilidad significa la ausencia total del principio Reproductivo y tiene que verse, siempre, acompañada de impotencia ó incapacidad de asoci- arse al opuesto secso, escepto temporalmente, y en ciertos casos especiales: la impotencia puede ecsistir, sin que el hombre sea estéril. La esterili- dad absoluta es incurable, por lo regular, porque nace de la destrucción ó desorganización de los Testículos, y se hace necesario hacer desaparecer las causas, para evitar el mal: la impotencia puede, con frecuencia, curarse y precaverse. La impo- tencia es, ademas, el mal mas usual y, á menudo, no es otra cosa que el precursor ó primer período de la esterilidad : conviene, por tanto, tratar de eUa con preferencia. De las varias clases de vicios de conformación, faltas, y enfermedades agudas, que causan la destrucción del poder jenerativo, nos hemos ocupado ya estensamente: solo nos queda el esphcar esos misteriosos ajentes, simpatéticos y funcionales que, siendo á veces tan poderosos y tan distintos en su operación, han sido apenas estudiados hasta ahora ; sabiéndose, jenerahnente, muy poco, res- pecto á su naturaleza y modo de obrar. Esto se hará patente en el artículo siguiente. 162 ENFERMEDADES D» LOS YNFLUENCIA DEL CERERRO, SOBRE EL PODER JENERATIVO. En otra parte de esta obra, he citado varias casos de impotencia, producida por daños sufridos en la cabeza pero, á causa de lo importante del .asunto, bajo muchos conceptos, creo deber añadir algunos ejemplos mas. Hace unos cinco años, fui consultado por un hombre casado, el cual habia perdido enteramente sus facultados secsuales, de resultas de un golpe, que se habia dado en la cabeza, contra una viga. El golpe le atontó, de pronto, pero no presentó luego resultado serio : sin embargo, á los dos ó tres dias, se sintió impotente y continuó así, por espacio de diez y ocho meses, á cuyo término le hice la primera visita. No habia perdido casi nada de los deseos del placer; los órganos jenitales no habían sufrido disminución alguna, y no ofrecía signo esterior de su mal. Habia sido siempre hombre de costumbres sobrias y, al tiempo de recibir el golpe, su robustez y salud eran iguales á las de la jeneralidad. La contusión la sufrió en la parte superior de la cabeza, y no prudujo hinchazón ni dolor en el Cerebro ó en el pescuezo. Cuando acudió á mi, gozaba de «legria y buena salud jeneral, y solo se quejaba de la espresada impo- tencia, que ansiaba mucho el remediar. Lo esencial, era el descubrir de que manera la concusión del cerebro habia suspendido la tras- misión del poder nervioso á las partes jenitales, y si esto se conseguía, de que modo podrían restable- cerse dichos órganos. Recordé que, en varios casos, de golpes en la cabeza, que habían paralizado músculos especiales ó algún miembro, su acción se habia restablecido por medio del Galvanismo, aplicado de modo que comerá desde el Espinazo £ lo largo de los Nervios de la parte afectada. Calculé, que el golpe habia interrumpido la unión entre las raices de los nervios del órgano, ú órganos, ÓRGANOS GENITALES. 163 dañados y la médula espinal y juzqué, que la corriente eléctrica podría restablecer dicha unión. Lo consideré como el reanudar los rotos alambres de un Telégrafo eléctrico, para hacerlo operar de nuevo. Apliqué, pues, el Galvanismo, haciendo correr el fluido desde la parte del espinazo, donde nacen los Nervios Espermáticos, hacia el Pubis, el Perineo y las partes inmediatas; y apliqué, ademas, un linimento estimulante usando, de vez en cuando, el conjestionador. El resultado fué pronto y muy satisfactorio: á la tercera aplicación, el paciente esperimentó unas vivas punzadas en el perineo y una erección parcial. Continué así, aplicando primero el galvanismo todos los dias, luego cada dos, y por fin dos veces á la semana: al cabo de cinco, se haUaba completamente restablecido, sin ningún síntoma aparente de que pudiera recaer. Hay que notar cpie, en esta ocasión, el golpe no fué en la parte posterior de la cabeza, en lo eme los Frenólogos llaman el órgano de la Amatividad, sino en el alto del cráneo; y que no resultó daño alguno al Cerebelo. En otro caso parecido, una fractura del cráneo, sobre la Sien Yzquierda, produjo impotencia y pérdida total del deseo : pero, en esta ocasión, todos los medios empleados fueron ineficaces. A los pocos meses, los Testículos empezaron á con- sumirse y concluyeron por desaparecer, casi del todo; pero la salud jeneral no sufrió, apenas, nada. En un periódico Americano de Ciencia Médica, del mes de Febrero de 1839, el Dor. Fisher refiere un caso curioso, de un cabaUero estropeado en un coche de un camino de hierro. Tenia la cabeza asomada £ la ventaniUa, en el momento en que ocurrió un choque, dándose en la parte posterior del cráneo un golpe, contra el borde de la ventana, que le privó de sentido. Volvió en sí y fué con- ducido á su casa, donde empezó á quedarse de fuertes dolores, en el sitio donde recibió la con- 164 ENFERMEDADES DE LOS tusion, y en lo alto del pescuezo. Sentía también algo adormecido el brazo derecho, y esperimentaba cierta dificultad en el tránsito de la orina ; pero, £ las dos semanas, pudo salir £ la caUe, sin sentir mas incomodidad que un Hjero oscurecimiento de la vista. A eso de la quinta semana, descubrió que habia perdido todo deseo secsual y que se haHaba completamente impotente. Los medios, empleados para restaurar sus facultades jenitales, solo tuvieron un écsito parcial y, si bien las otras dificultades desaparecieron, bajo un tratamiento oportuno, la memoria qnedó un tanto afectada. En el periódico la Lanceta, del mes de Agosto de 1851, se cita el caso de un estudiante en medicina, que recibió un golpe en la cara que le arrojó de espaldas, dando en el suelo con la parte posterior de la cabeza. Durante ocho ó diez horas, per- maneció sin conocimiento, pero volvió en sí, gradualmente y, al dia siguiente, se sintió bastante bien para seguir sus estudios, que continuó sin interrupción, durante seis semanas, después del lance. A los pocos dias, sin embargo, se le pre- sentó una sensación de mal estar jeneral y se puso sumamente irritable y, al terminar la semana, notó que los órganos jenitales empezaban £ consumirse, debüitandose, al propio tiempo, los deseos de cohabitación y concluyendo, en breve, por quedarse casi impotente. Un tratamiento oportuno logró, por fin, su restablecimiento. Entre los soldados, se han visto muchos casos de impotencia, por efecto de heridas, recibidas en la cabeza; algunos ejemplos de lo cual, se han citado en un capítulo anterior de este libro. Es necesario tener entendido, que este residtado no es, ni el único, ni el mas frecuente, siquiera, de los golpes en la cabeza, pues la mayoría, de los que los reciben, se sienten afectados en alguna otra función orgánica sin menoscabo de las facultades jenera- tivas. Algunos pierden la vista, otros el oido, y los hay, que quedan paraKticos de los miembros. ÓRGANOS GENITALES. 165 Las esperanzas de recobrar el poder secsual, perdido por las citadas causas, son muy remotas, especialmente cuando las partes han empezado £ consumirse. El tratamiento debe encaminarse, primero, á calmar la irritación, que probablemente ecsiste cu alguna parte del sistema nervioso, y luego, si hace falta, á dispertar los nervios esper- niáticos y comunicarles una acción enérjica. Cada caso, sin embargo, eesije algo peculiar al mismo, lo cual solo puede determinarse, después de una cuidadosa y detenida observación de todos los síntomas ó influencias. La corroboración de los hechos, asentados ante- riormente, la tenemos en ciertas indicaciones fisiólójicas, observadas en los que mueren por estrangulación. Es bien sabido, que muchos ahorcados han tenido erecciones, y hasta derrames, y los esperimentos, practicados sobre animales, han dado, á menudo, el mismo resultado. Esta particularidad, se atribuye á la presión de la soga contra la parte posterior de la cabeza, lo cual, de un modo ú otro, escita los nervios espermáticos. He visto ejercer, esprofeso, una presión sobre la parte citada, de un modo particular, á ver si se conseguían ereeciones, y el residtado ha sido com- pleto. Algunas hembras, de los Harenes Turcos, entienden de eso y constantemente frotan ó esti- mulan la parte posterior de las cabezas de sus compañeros, á fin de producir la erección. He hecho uso, yo mismo, en mi práctica, de este medio, en casos en (pie solo habia una suspensión de la influencia simpatética, que el cerebro ejerce, naturalmente, sobre los órganos jenitales. El modo especial de efectuar esto, aunque per- fectamente conocido de los médicos eminentes del antiguo hemisferio es, según creo, totalmente desconocido en este pais. La esphcacion del procedimiento, y del aparato ó mecanismo em- picado, de modo que pudiera comprenderse per- fectamente para practicarlo, seria asunto que me 166 ENFERMEDADES DE LOS Uevaria fuera de los límites de la presente obra y, como de ningún modo serviría para usarlo los pacientes, por sí, creo innecesario entrar en mas detaUes : añadiré, con todo, que la singularidad del tratamiento, y los efectos notables que produce,^ han causado admiración £ cuantos han sufrido, o presenciado, la operación. Sin embargo de todos los hechos y argumentos presentados, sobre la influencia del cerebro en las facultades jenerativas, el asunto, £ mi juicio, según lo veo, permanence aun en grande oscuridad. No hay duda (pie el cerebro ejerce, á menudo, una influencia particular; unas veces beneficiosamente, otras al contrario : pero, lo que se ignora es, si dicha influencia nace de cierta parte especial del cerebro, ó de todo el órgano indistintamente. Los Frenólogos afirman; que solo tiene oríjen en un punto dado del Encéfalo; esto es, en la parte inferior del Cerebelo, que descansa sobre la médula espinal. Por mí, después de una detenida consideración de las razones alegadas, en apoyo de la anterior opinión, no puedo convencerme de su ecsactitud. Es inegable, que hay muchas circunstancias en favor de aquella creencia, pero también es cierto, que ecsisten mas, tal vez, en contra; á fuer de investigador de la verdad, debo considerar todos los hechos, que se refieren £ la cuestión, aun cuando sean contrarios £ mis anteriores opiniones. Empecé per creer, que el Cerebelo era, realmente, el órgano de las inclinaciones secsuales, y mis investigaciones y esperimentos me hacen, hoy, dudar de eUo. Estoy plenamente convencido, ahora, que el grado de propensión amativa de un hombre no puede medirse por el desarroUo del Cerebelo y que tampoco sirve la regla para los irracionales. Si lo que pretenden los Frenólogos fuera cierto, haUariamos el mayor desarroUo del órgano indicado en aqueUos individuos de mayor inchnacion amativa y, aunque esto suceda ÓRGANOS GENITALES. 167 en algunos casos, no es así en la mayoría. Un célebre Fisiólogo Alemán, hizo varios esperimentos curiosos en el asunto : tuvo infinitas proporciones para disecar caballos y la curiosidad de pesar los Cerebelos de dichos animales, entre los cuales los habia enteros y otros que habían sido castrados, cuando jóvenes. Si el Cerebelo fuera, en reahdad, el órgano de la amatividad, debe suponerse que seria mayor en los cabaUos enteros, que siempre pudieron hacer alarde de la propensión, que en los castrados, que jamas sintieron tendencias de natu- raleza copulativa. El esperimentó demostró, sin embargo, que, en igual número de caballos de cada clase, el peso medio de los Cerebelos, fué igual para cada una, y si alguna diferencia resultó, fué á favor de los animales castrados. Y no puede alegarse que el tamaño de los Cerebelos, en los caballos capones, fuera resultado de enfermedad, puesto que no se observó diferencia, entre estos y los enteros. Al ecsaminar á varios idiotas, algunos de los cuales eran sumamente propensos á la Venus, y otros diametralmente opuestos, no he hallado que el desarroUo de sus Cerebelos corres- pondiera al sistema frenolójico. Todo lo que puede decirse, con seguridad, es: que ciertas ajencias, que obran sobre el Cerebelo, causan á veces propensiones secsuales, y otras las contienen. Las mismas ajencias, obrando sobre otras porciones del Cerebro, producen iguales resultados y, con frecuencia, la acción ejercida sobre el Cerebelo, no afecta á los Órganos Generativos y si á la vista, al oido y al habla, que pudieran, por esta causa, considerarse, también, bajo la influencia esclusiva del órgano atribuido á los placeres. También puede añadirse; que ciertas influencias, obrando sobre varias partes del cuerpo, afectan, con frecuencia, y de un modo muy decidido, los Órganos Generativos. He visto un vejigatorio en la pierna, causai- al hombre deseos secsuales que no podia contener ; y un cáustico, en la garganta, producir, 168 ENFERMEDADES DE LOS en otro, igual efecto. La aplicación de cantáridas en lo alto del pescuezo, causa £ algunos fuertes erecciones, mientras que otros no esperimentan nada y, á veces, dan retortijones en los brazos, como el Baile de San Vito, ó Corea. Azotes en las espaldas, aunque sean muy severos, producen erecciones y derrames, como, con frecuencia, se ha observado con soldados, que han sufrido ese bárbaro castigo. Rousseau, en sus confesiones, nos dice : que el azotar á los muchachos en las escuelas, de la manera repugnante, que antes se hacia, solia dar iguales resultados, y observa : que el dolor, pro- ducido por el castigo, puede olvidarse, bajo el poderoso placer que produce: lo cual es un hecho de profunda importancia moral. En suma, lo que aparece es; que la intensidad de las inclinaciones secsuales, nace de los órganos mismos de la virilidad, aunque á veces se vea modificado por varias simpatías misteriosas, que proceden de otras partes. Si el semen no llegara á formarse, no habría deseo secsual: este será tanto mayor, cuanto mayor sea la secreción de aquel, independientemente de toda otra influencia. Los que sienten deseos, sin tener semen, como sucede á veces, con impotentes ó castrados, no es mas que las reminiscencias del placer perdido. Conviene, sin embargo, al asistir á desarreglos de los Órganos Generativos, el tener presente, y en cuenta, daños en la cabeza, aunque sean de épocas anteriores. YNFLUENCIA DE LA YMAJTNACTON SORRE LOS ÓRGANOS GENERATIVOS. Se ignora, por la jeneralidad, que la imajinacion puede ejercer una decidida influencia sobre los órganos jenerativos. No solo puede el deseo enjendrarse ó destruirse, por impresiones mentales, £ despecho de toda otra condición sino que, el crecimiento ó desarroUo de los mismos órganos ÓRGANOS GENITALES. 169 puede retardarse, ó acelerarse, por la misma causa. He conocido individuos, que jamas sintieron deseo secsual, y cuyos órganos eran imperfectamente desarroüados que, de pronto, esperimentaron las sensaciones, largo tiempo suprimidas, y sus partes empezaron á crecer, con solo el estímulo de la vista de una persona del otro secso, cuyas circunstancias eran á propósito para producir una impresión oportuna sobre la imajinacion de dichos varones. Toda persona, de alguna esperiencia, sabe que tales casos son frecuentes y prueban que, al menos en la mayoría de ocasiones, se requiere alguna impresión sobre la mente, antes de que puedan esperimentarse las meras sensaciones animales ó dar campo al desarroUo físico. En otras palabras; lo dichos casos nos convencen que hay individuos cuyas sensaciones secsuales solo pueden dispertar- las determinadas personas del otro secso, y que es probable que, si dichas personas no Uegan á cruzarse en la ecsistencia de las otras, las aludidas sensaciones no se esperimentaran, ó será en todo caso muy débümente. El conocimiento de estos hechos nos esphca muchos de aqueUos casos, de indiferencia y aver- sión, que observamos en algunos matrimonios, y nos sirven de guia para facilitar consejo en ocasiones en que, sin verdadero defecto, hay una aparente impotencia. Hay pruebas suficientes para deducir que el instinto secsual, tiene gran parte de su oríjen en algún punto del cerebro, pero ignoramos el sitio donde nace y si solo es un desarroUo lo que tiene lugar ó si estriba en alguna peculiaridad de estruc- tura ú organización. Con frecueucia se ven hombres perfectamente constituidos, en todos sentidos, con vigorosa imajinacion y con todas las demás facultades, en plena actividad, que, sin embargo, apenas poseen deseo alguno de goce secsual. Es verdad que, en algunos de estos casos, los órganos jenerativos son pequeños é indudable- 170 ENFERMEDADES DE LOS mente inactivos; pero, en otros, tal vez la mayoría, son de naturales dimensiones, activos y sanos. En semejantes ocasiones, no podemos- darnos cuenta de la indiferencia del individuo mas que bajo la suposición, de que la parte reguladora del cerebro carece de poder suficiente, ó que, según hemos espHcado antes, no se ha presentado aun el objeto destinado á dispertar los sentidos. Ademas de esa influencia especial, los órganos jenerativos se ven sujetos £ la acción jeneral del cerebro y del sistema nervioso, £ la par de los demás órganos. Así pues, si un hombre consume la mayor parte de su enerjia nerviosa, en cálculos ó trabajo muscular, las demás funciones, inclusa la jenerativa, se debüitaran proporcionalmente. Muchos de estos casos he observado, personal- mente, en individuos dedicados £ negocios, los cuales perdían toda su potencia, cuando se absor- vian demasiado en aquellos, y la recuperaban en el momento en que daban tregua á sus ocupaciones y descanso al cerebro. El siguiente ejemplo, tomado de mi Hbro de anotaciones, lo citaré aquí, por lo instructivo y especial. El paciente era un joven de veinte y ocho años, con tres de casado y un hijo : amaba mucho á su esposa la cual le pagaba con igual cariño. Nunca habia sido afecto á escesos de ninguna especie y, hasta unos seis meses antes de yo conocorle, se haUaba en el pleno goce de sus facultades jenerativas. En la fecha aludida, sufrió pérdidas repentinas y crecidas en sus negocios, hasta entonces prósperos, y la ansiedad, cuidados y esfuerzos continuos, eme puso en juego, para desembarazarse de sus compromisos, le proporciona- ron sufrimientos físicos y mentales, que nunca habia esperimentado y, entre eUos, una completa impotencia, que le dejó sin fuerza y sin voluntad. Como es natural, el hecho, en sí, y el temor de que fuera el principio de una total pérdida de poder, le angustiaron sobre manera y acudió á consultarme, ansiando saber mi opinión sobre las probabihdades ÓRGANOS GENITALES. 171 de un restablecimiento de su potencia. Después do un detenido ecsámen, me convencí que no habia pérdida material de poder y solo si la ausencia temporal del necesario estímulo nervioso, debido á su cscesivo trabajo mental y al estado de ansiedad por que habia pasado. Le pregunté sobre el aspecto de sus negocios y supe con placer, que se hallaba Ubre de todo compromiso y que sentía renacer en él el ánimo y la salud. En vista de esto, no titubeó en asegurarle que, muy en breve, su potencia volvería, especialmente si podia evitar el pensar en eUo y abandonar todo recelo : le receté un lijero estimulante, prescribiéndole un sistema jeneral de alimentación, ejercicio, &e, y quedé en verle dos veces á la semana. Al mes, se sentía tan bien como nunca, sin embargo de haber estado siete meses como si los órganos jenerativos hubiesen quedado del todo aniquilados. Varios comercian- tes me han manifestado que en aquellas épocas del año, en que es mas activo el tráfico y se hallan, de consiguiente, mas ocupados, suelen perder mucho de su potencia y sentir muchos menos deseos secsuales. Un autor me dijo también, en cierta ocasión, que siempre que escribía alguna parte notable de un libro, ó que esperaba su crítica, después de impreso, percha por algún tiempo toda su potencia. En las biografías de hombres dedica- dos al estudio, se corrobora esto perfectamente pues nos presentan £ la mayoría, en especial los dedicados á ciencias abstractas, como las matemá- ticas &c., como notables por su frialdad y falta de inclinaciones amativas. Sir Ysaac Newton, según se cuenta, aunque hombre sano y bien conformado, no esperimentó jamas deseos secsuales, lo cual si no enteramente, en gran manera, fué, sin duda, debido á que el estudio absorvia todas sus facul- tades, lis, en suma, evidente que, en la mayoría de los hombres la asidua apheacion mental dis- minuye mucho la potencia viril y, á veces, la destruye por completo; y este hecho, que no ha 172 ENFERMEDADES DE LOS sido debidamente apreciado, es de suma impor- tancia, bajo los puntos de vista, moral y facultativo. No admite duda que la mayor parte del Hbertinaje que se nota, especialmente entre la juventud, es debido, ó acrecentado, por la ociosidad mental y corporal. Si no se ocupa la imajinacion con algún estudio grato en los ratos de ocio, pronto se formará la costumbre de entregarse á lascivos pensamientos y sí, al propio tiempo, no se tiene cuidado de absorver un tanto de la enerjia vital, con algún ejerce-io corporal, los órganos secsuales se sentirán, tan Ue continuo escitados, que los pensamientos esp rosados predominaran sobre tocia otra idea. Tu v - una vez ocasión de Uamar la atención sobre la filosofía de lo espuesto á un cabaUero, que vino £ consultarme sobre él mismo y sobre su hijo, de unos diez y seis años de edad. El Padre, á causa de la asiduidad de sus ocupaciones, se habia quedado casi impotente y el hijo estaba medio muerto de estenuacion, fruto del libertinaje y ele la intemperancia. Supe que el joven se habia criado para señorito, sin ocuparse en cosa alguna de utilidad, por lo cual, y de pura holganza, se entregó £ la crápula y á la bebida, como medio de distrac- ción, concluyendo por hacerse incapaz de otro jénero de vida. La persuacion moral fué ineficaz, para lograr cambio alguno y la costumbre era ya demasiado inveterada para que pudiera vencerla el temor de las consecuencias; así que consideré inútil el tratar de arrancarle de su estado. El Padre Uoró amargamente la suerte de su hijo y me pidió encarecidamente consejos, para precaver £ un hermano de este, de semejante desgracia. Al esphcarle de que manera un ejercicio propor- cionado obraba sobre el poder y sobre las tendencias secsuales, comprendió, desde luego, la filosofía de las respectivas situaciones de su hijo y suya. Si, me dijo, veo que me he aniquilado por esceso de laboriosidad, mientras abandonaba á mi hijo á las inclinaciones crapulosas, enjendradas por la hol- ÓRGANOS GENITALES. 173 ganza. Conozco ahora, claramente que, si hubiera apHcado parte de mi carga sobre los hombros de mi hijo, los dos nos hubiéramos salvado: pero, por mal entendido cariño y falso orgullo, le condené £ él á una vida ociosa, con la depravación consiguiente, y £ mí á riles faenas, que me han reducido á una sombra de lo que fui. El caso es instructivo para todos y, como él, ocurren muchos en la sociedad. Ciertas sensaciones ejercen también mucha in- fluencia sobre los órganos jenerativos, pero solo temporalmente ó en determinadas personas : así vemos á algunos hombres, de repente incapaces de ejercer el coito, con ciertas mujeres, por asco ó desagrado, ocasionados con algún inesperado des- cubrimiento y otros, en el mismo predicamento, por miedo de ser vistos ó recelo de infícion. Los hay, que pierden todo su poder, al encontrarse con compañera demasiado fria, ó demasiado ardiente, y muchos, tal vez la mayoría, por timidez ó descon- fianza en sí propios. He conocido varios, aptos por todos conceptos, y que, sin embargo, tenían tal idea de su incapacidad que, siempre que inten- taban unirse al otro secso, se hallaban completa- mente inútües para el caso. Esta timidez se presenta, á veces, de una manera estraña: el paciente se siente estraordinariamente ajitado, y tan nervioso, que tiembla en todo su cuerpo y sufre tal angustia y desfaUecimiento, que Uega hasta desmayarse. Esta peculiaridad aparece ser innata y se observa, con frecuencia, en hombres que no pueden considerarse nerviosos, en la verdadera acepción de la palabra, y que, en otras materias, conservan toda su entereza y tranquüidad. El único remedio, para esta flaqueza, es el trato con- tinuado, con una sola mujer, por medio del casa- miento, con lo cual se establece la necesaria familiaridad, cpie vence gradualmente al recelo del varón y le convence, por último, de su aptitud. En la mayor parte de estos casos, hay mas bien 174 ENFERMEDADES DE LOS esceso que falta de potencia y, la intensidad misma de las sensaciones, impide el satisfacerlas, porque absorve toda la enerjia vital. Con frecuencia, he sido considtado, por hombres en el caso espresado, sobre la conveniencia ó posibilidad del matrimonio, temerosos de que no podían dominar su flaqueza : con dificultad he podido convencerles de lo infun- dado de sus recelos y, en todas ocasiones, he visto que el matrimonio alcanzaba la curación, aunque, á veces,, no inmediata. Unos han dominado su debilidad enseguida, mientras que otros la han esperimentado, aun algunos meses después: pero, por fin, han Uegado £ estrañarse de que jamas pudieran haber sido tan timoratos. El recelo de no sahr airosos del lance es lo que, en tales j entes, ocasiona su verdadera inutüidad : una vez conven- cidos de que dicho recelo es infundado, la curación es completa. En ciertos casos de estos, un poco de ayuda facultativa es conveniente, pero no creo de este lugar el esplicar cual sea el medicamento. Conocí á un hombre, que estaba casado hacia tres años, sin haber podido asociarse con su compañera y, probablemente, no habiera conseguido jamas el hacerlo, sin mi oportuno consejo. El célebre Juan Hunter nos cita un ejemplo parecido, que conoció en la práctica de su profesión. El paciente era completamente inhábil para el coito, solo á causa de su recelo de no salir honrosamente de la amorosa lucha ; cuya idea le preocupaba de tal modo que, invariablemente, se veia chasqueado. El Dor. Hunter se convenció de que no ecsistia dificultad alguna física y que, lo único que hacia falta, era destruir la aprensión, ó hechizo, que encadenaba al individuo. En consecuencia, le recetó, como base esencial del medicamento ó réjimen, que continuara con su compañera pero, bajo ningún concepto, intentara disfrutarla, durante seis noches, por muchos que fueran los deseos de hacerlo. Resultó pues que, antes de espirar el plazo fijado, sus deseos fueron tan grandes, que no pudo ÓRGANOS GENITALES. 175 obedecer el encargo del médico y entonces empezó á temer que su potencia era mas bien escesiva que escasa quedando, como se desprende, del todo curado. Lo único, que se requiere en casos tales, es un médico intehjente y honrado que, asegurán- dose, en primer lugar, de que no hay verdadera carencia ele poder, esplique al paciente la reahdad de su situación y los medios de correjirla. Si esto se hace, con tacto ó intelijencia, la curación es segura, así como cierto el empeorar, si no se adop- tan las oportunas medidas. La demasiada intensidad de las sensaciones secsuales basta, á veces, para causar impotencia, pues anonada al paciente, antes de poder consumar el acto debidamente. He conocido hombres, en quienes la escitacion era tan violenta, que los reducía á un estado de atontamiento, durante el cual se derramaban con frecuencia : esto, sin em- bargo, puede siempre curarse con tratamiento oportuno.' Muchos casos han Uegado £ mi conocimiento de hombres, impotentes al casarse, por haber descu- bierto, de pronto, alguna circunstancia desagrada- ble en sus compañeras. En cierta ocasión, la novia tenia un pequeño absceso en un brazo, que habia ocultado hasta entonces, considerándolo de ninguna monta, por cuanto su salud era perfecta, en lo demás, y su físico altamente agradable. El novio no lo consideró, sin duda, así pues, fué tal el efecto que produjo el descubrimiento, sobre su imajinacion que, desde aquel momento, no volvió £ sentir deseo alguno hacia eUa. El descubrimiento de cabeUo postizo, ó falsos dientes, ha bastado, á veces, para producir el mismo efecto. Esto no es debido tanto £ lo desagradable del hecho, en sí, como á la circunstancia de ser inesperado, destruy- endo, con su presencia, los sueños de perfección comparativa, hasta entonces esperimentados. En hombres rudos, ó de escasa imajinacion, estos Hjeros defectos, producen poco ó ningún efecto, 176 ENFERMEDADES DE LOS pero no es lo mismo con jente culta, ó de imajina- cion ardiente : es indudable que, gran parte del descontento y pérdida de confianza, que se observa después del matrimonio, proviene de estas causas. La mayoría ignora la verdadera naturaleza, física y moral, de la mujer que (dijen por compañera, y se forman, en la imajinacion, un cuadro muy distante, á veces, de la realidad ; cuando la verdad aparece de repente, los sentimientos suelen esperi- mentar una completa revulsión. Esta sensación tiene lugar, hasta con respecto á las funciones mas naturales de la mujer, y su primer conocimiento ha producido, en muchas ocasiones, que han llegado £ mi conocimiento, un efecto repulsivo y duradero. En esto, como en muchas otras cosas, la ignorancia y el disimulo producen daños, que solo pueden evitarse, ó precaverse, con el conocimiento de los hechos y con la mutua confianza. ESCESIVA SENSIBILIDAD DE LOS ÓRGANOS GENITALES. A veces, la sensibilidad de los órganos Genitales se aumenta tanto, bien natural, bien accidental- mente, que, al menor estímulo, hay un derrame y la persona se haUa, por esta razón, impotente, pues no puede efectuar la unión. Esta condición es, en reahdad, un mal: debe considerarse así, como cualquiera de los que llevamos espHcados. El asiento de este incremento de sensibilidad se haUa, en ocasiones, en los Testículos, en el Vaso Deferente, ó en los Conductos espelentes; pero, con mas frecuencia, en la Glande de la Pene. Cuando es escesiva, los órganos esperimentan el orgasmo, casi con un roce, y la emisión ha lugar al primer esfuerzo. He conocido hombres, casados de muchos años, que nunca lograron asociación completa, simplemente por esta causa. No eran, en lo mas mínimo, escasos de poder, ó defectuosos ni siquiera sujetos á escitacion nerviosa; sino] ÓRGANOS GENITALES. 177 desgraciadamente, aquejados de esta escesiva sen- sibilidad. Otros he conocido también, que jamas se atrevieron á casarse porque, padeciendo de lo mismo, estaban convencidos que nunca podrían consumar el matrimonio. Las causas de este achaque parecen haUarse en la estructura peculiar de la Glande, cuya piel es, en demasía, deUcada; en tanto eme sus nervios se ramifican en miles de hilos diminutos, distribuidos por toda la superficie. Esto produce una sensibili- dad tan esquisita, en algunos, que el mero roce de la ropa basta á estimularles y se haUan siempre en un estado perpetuo de irritación. A veces, un estado semejante lo causan enfermedades, en par- ticular la inflamación, porque, en tales casos, la Pene se siente tan delicada como la superficie de un absceso, en el momento antes de rebentar; lo cual la hace sentir la menor presión ó roce. Cuando la espresada sensibilidad es fruto de alguna enfermedad, se desprende que cesará, en cuanto esta desaparezca ; pero, cuando es natural, su cura ó disminución se hacen mucho mas difíciles, si bien, casi siempre, puede lograrse grande alivio. Lo primero que se requiere, es el hacer desaparecer toda causa estraña de irritación y cuidar del alimento, traje y réjimen jeneral: luego, hay que dedicarse £ endurecer la piel de la Glande, de modo que los nervios queden mas resguardados y dis- minuida, en consecuencia, su sensibilidad. Esto se consigue con el uso constante de baños, ó lociones astrinjentes, cáusticos y, en ciertos casos, con el Galvanismo. Todo el mundo conoce los efectos de ciertas sustancias, que endurecen las manos y destruyen la finura del tacto; se com- prende, por tanto, que iguales medios lograran el apagar la sensibilidad de otras partes. El agua de cal es muy buena, en ciertos casos; en otros, el agua, saturada con orín de hierro ; pero, lo mas eficaz, son los astrinjentes, tales como el agua de alumbre, soluciones do tanino ó corteza de roble 178 ENFERMEDADES DE LOS ÓRGANOS GENITALES. blanco, goma de kino ó catechu. Estas sustancias hay que usarlas diariamente, como lociones, man- teniendo la Glande cubierta con algodón, empapa- do en los Hquidos. Estos medios, con frecuencia, bastaran á curar el mal: si no lo consiguen del todo, siempre serán beneficiosos. En el caso de no ser suficientes á conseguir el objeto, hay que emplear los cáusticos: mas, estos es preciso que los aplique el facultativo. Cuando los derrames prematuros tienen por causa la irritación de la Uretra, ó de los conductos espelentes, debe hacerse uso de lociones calmantes esternas, combinadas con medicamentos convenientes internos : cuales hayan de ser estos, depende de la pecuHaridad de la irritación y del sitio en que tiene su asiento. ■He asistido algunos de estos casos estremos, de escesiva irritación : en ninguno de eUos he dejado de conseguir ahvio, escepto cuando el mal provenia de enfermedad incurable. La relación, que ecsiste, entre dicho mal y ciertos padecimientos morales, es fácil de concebir: se comprenderá, cuan indispen- sable es, en muchas ocasiones, el atender á eUo debidamente. Los niños, á menudo, sufren de esa_ molesta sensibilidad de las partes, que lea incita á manosearlas y, si no se corrije, les estimula £ la masturbación. Es pues de gran- importancia el que los Padres tengan conocimiento de esto, para que comprendan ; que hay casos, en los cuales las amonestaciones morales son insuficientes. ESPERMATORREA. 179 CAPITULO vn. ESPERMATORREA, Ó PÉRDIDA ESCESIVA DEL SEMEN. Esto es un asunto de mas importancia, tal vez, en lo que toca á la salud y felicidad humanas, cpie ningún otro de los que pueden ocurrir y, sin embargo, muy pocos son los que de él entienden algo. No titubeo en decir; que mas daño causa este mal oculto, y no sospechado, que todos los eme llevo mencionados: pudiera añadir, que la suma de todos los conocidos. No solo destruye el cuerpo, impidiendo su desarroUo, en la juventud, y reduciéndolo á una masa enfermiza, en la edad madura, sino que Ueva consigo el descaecimiento prematuro, la temprana muerte y, lo que es mas, afecta al entendimiento y á la imajinacion de un modo igualmente fatal. Su influencia cambia la vivacidad y la enerjia de la juventud en abandono é indiferencia; destruye el vigor de la edad viril y convierte en sombría desesperación la calma y el trauquüo contento de los años maduros. Muchos jó venes, con facultades mentales, propias para hacerlos eminentes y fehees, y con todos los requisitos de salud y robustez, han terminado una vida corta y miserable en el suicidio, ó han arras- trado su ecsistencia en la imbecüidad ó el idiotismo. La pérdida escesiva puede provenir de una vida licenciosa ó tener lugar sin culpa del individuo : los efectos son casi los mismos en los dos casos; pero, en el último, suele atribuirse á otras causas : en ambos, no se le da" siempre la importancia que merece. La jenerahdad saben ; que el semen se derrama, 180 ESPERMATORREA con frecuencia, involuntariamente; pocos habrá que no lo hayan esperimontado, mas ó menos : también es sabido por la mayoría, que esas pérdidas son muy perjudiciales á la salud. Pocos, sin em- bargo, conocen la verdadera estension del mal y de sus perniciosas consecuencias. Los únicos casos, que á las jentes se les alcanzan, son aqueUos en que el semen perdido se presenta á la vista: mas, para un caso de esta naturaleza, hay probablemente diez, en que no puede descubrirse la pérchela sino por medios, epie indicaré mas adelante: por lo tanto, la pérdida queda ignorada en esas ocasiones, si no la descubre un médico intelijente. Del mismo modo, la mayoria solo se apercibe de los efectos visibles, en tanto que los mas temibles solo los alcanza el que está ducho cu la práctica de obser- varlos. Muchos llegan al estremo del sufrimiento, pierden el juicio y mueren prematuramente de ese mal, sin haber, ni en sueños, sospechado su ecsis- tencia. Por lo jeneral, también, los médicos, á quienes consultan, se haUan en igual ignorancia, é intentan curar los efectos sin destruir la causa primordial. La Espermatorrea, como demostraré mas adelante, ofrece, si es escesiva, los mismos síntomas que casi todas las enfermedades á que ¿e halla sujeto el sistema : de ahí el que se achaque el mal, con frecuencia, á padecimientos del Corazon- ó del Hígado, á Dispepsia y otras mil enfermedades, de las cuales, en realidad, no hay traza alguna. La Espermatorrea altera también el vigor de la imajinacion y cambia de tal modo los sentimientos y el carácter del individuo, que apenas puede reconocérsele, como el mismo, en sus procederes. Los efectos destructores del mal que nos ocupa, no se Hmitan á clase, edad ni condición particular, ni son siempre resultado de mala conducta, como algunos creen: por el contrario, los mas virtuosos y ejemplares, los esperimentan con frecuencia. Algunas de las causas, que á él conducen, obran igualmente sobre el fuerte, como sobre el débil; ESPERMATORREA. 181 sobre el sano, como sobre el enfermizo: á dichas causas se halla sujeto el hombre de edad media, casado y de costumbres sobrias, lo mismo que el joven soltero, de vida crapulosa. Es, por tanto, indispensable, el poner de manifiesto esta pestilencia destructora para que, cada cual, sepa defenderse de eUa y guardarse de sus terribles efectos." Para bien comprender el como la Espermatorrea conduce á tantos y tan distintos males, será necesario referirse £ la conecsion Orgánica y sim- patétiCa, que ecsiste entre los Órganos Generativos y ol resto del sistema ; la intimidad y "estension de esa conecsion son poco conocidas y, por con- siguiente, poco apreciada su importancia. Aunque dicha conecsion se ha esphcado parcialmente, al principio do este obra, se hace preciso, ahora, el ponerla mas de manifestó* Hasta cierto punto, los Órganos Generativos se hallan en conecsion directa con los Urinarios y, en algunos puntos, las mismas partes son comunes £ entrambos. La parte inferior del Yntestino grande, ó Recto, se haUa en inmediata relación con ellos, cual puede notarse, ecsaminando la lámina del frontispicio y la descripción del sistema varonü. Cualquiera enfermedad, por tanto, que desarregle los Órganos Genitales, afecta comunmente á los (pie se hallan en conecsion con ellos y es muy posible, epie la enfermedad secundaria resulte mas serio, que la primordial. Todo el mundo sabe, que los padecimientos de la Vejiga, Ríñones, Uretra y Recto, son muy comunes y, con frecuencia, muy dolorosos; pero las causas, á menudo, per- manecen ocultas. En muchos de estos casos, los males que se presentan no son mas cpie síntomas de la Espermatorrea, que es el verdadero nial primitivo. El motivo principal, que hace á los Órganos Genitales ejercer influencia tan jeneral sobre todas las demás partes, es la íntima conecsion de aquellos con el sistema nervioso. Ninguna délas funciones 182 ESPERMATORREA. del Cuerpo requiere tanto poder nervioso, como la formación y derrame del semen: ninguno, por tanto, consume tal cantidad ele enerjia vital. Hasta en la juventud, es necesaria gran copia ele dicho poder, para alcanzar la completa formación délas Glándulas Seminíferas : en suma ; la Natura- leza parece haber desplegado tales esfuerzos con este objeto, que todas las demás partes se ven estimuladas id propio tiempo : de ahí, el que el perfeccionamiento de los Órganos Genitales Heve consigo el desnrroUo de todo el sistema. Esta es la razón de que los castrados sean siempre imperfectos, física y morahnente, y que mueran temprano. Si se suprimen los Testículos, no queda ninguna otra parte, en la cual la naturaleza se esfuerce tanto, para estimular al todo; en con- secuencia, el desarroUo .«olo es parcial. Los que hayan visto alguna vez Eunucos, tendrán prueba suficiente de esos asertos los cuales, cualquiera puede verlos comprobados, al observar los animales mutilados, en dicha forma. Compárense, por ejemplo, el Buey y el Caballo capón, con el Toro y el CabaUo entero y, al momento, se notará, que se han cambiado, ó alterado, completamente, la índole y forma de los animales. Hasta en lardad avanzada, la enerjia vital, requerida para secretar el semen, vigoriza todo el sistema y predispone d una actividad y vida, que no ecsistirian sin aquella circunstancia. Los hombres defectuosos en ella, no se hacen notar por su.carácter emprendedor ni por su afición á las aventuras : son afectos, al con- trario, £ la calma, tranquilidad y retiro, aun en los casos en que se haUan dotados de injenio. Casi todos los hombres de voluntad fuerte y enérjica y de inclinaciones osadas, sonde temperamento ardiente, es decir, que secretan abundante semen. Este es, por tanto, un ájente poderoso y esencial, no solo para perfeccionar el sistema en los primeros años de la vida, sino para mantenerlo en suficiente acti- vidadad luego, y es induelable, que la falta ó la ESPERMATORREA. 183 superabundancia de dicho fluido, ejerce una in- fluencia decidida en el carácter del individuo. Probablemente, muchos son torpes ó inactivos á causa de la carencia de semen, en tanto que otros, por el contrario, son impulsivos ó inquietos, por esceso del licor seminal; sin que, rara vez, se sospeche la causa real de sus involuntarias inclina- ciones. Es costumbre demasiado arraigada en los Fisiólogos, el considerar al cerebro como el único productor de los característicos mentales, miran- dolo como esclusiva fuente de esa misteriosa in- fluencia (pie, constantemente, observamos ejercida sobre todas las partes del sistema. Sin embargo, estoy persuadido que, si se mira el asunto bajo un verdadero punto de vista filosófico, se reconocerá que hay otras partes, cuya acción merece tomarse en cuenta, y que, una de las mas importantes, es la de los Órganos Genitales. La madura consideración de esos hechos, nos esplica la verdadera filosofía de los goces secsuales, demostrándonos, también, porque los escesos del Libertinaje traen consigo tantos y tan profundos males. En el estado de salud, la Naturaleza va supliendo la enerjia nerviosa necesaria, tanto á los Testículos como al resto del sistema, hasta eme Uega £ acumularse una superabundancia de semen, que produce el deseo de arrojarlo : la satisfacción tic ese deseo, en tales circunstancias, es, fisiolójica- mente hablando, no solo conveniente, sino saluda- ble. En realidad, no es mas que deshacerse de una enerjia sobrante y, por tanto, ni daña ni debilita. Sin embargo, si dicha emisión es produ- cida por un estímulo artificial, ó un deseo facticio, no hay la superabundancia indicada, y el derrame es una verdadera pérdida, que debüita y daña seriamente la enerjia vital. No debiera pues entregarse el hombre al goce, sino cuando la es- presada superabundancia de potencia escita £ ello ; cuyo estado puede conocer cualquiera, estudiando 184 ESPERMATORREA. bus sensaciones, sirviéndose de la esperiencia, y no dejándose jamas Uevar de estímulo artificial. Cuando el derrame de semen ocurre con mas frecuencia de lo que la naturaleza suple, la enerjia nerviosa que se gasta, no es ya una inútil super- fluidad, sino una parte del total indispensable, cuya ausencia debilita el poder de todo el sistema. La Naturaleza podrá, por algún tiempo, con un esfuerzo estraorcünario, supHr la falta producida; pero, si el esceso continua demasiado, dicho es- fuerzo, al fin, se agota, y una postración jeneral es la consecuencia. La ecsistencia y fin de todo Hbertino disoluto, sirve de plena comprobación de lo espresado, y debiera servir de escarmiento y aviso, para evitar tan peligroso camino. Lo dicho esphca el porque, los que son víctimas de escesivos derrames seminales, sufren de casi todos los males físicos y morales. El estómago no puede dijerir, el corazón impeler la sangre, ni el cerebro pensar, sin que todos se haUen abastecidos de la suficiente cantidado de poder nervioso y si la mayor parte de este se gasta en la producción y evacuación de semen, es consiguiente que las demás partes se verán muy escasamente suphdas, y no podran desempeñar debidamente sus res- pectivas funciones. De ahí nace, en tales casos, la Dispepsia, el mal de Corazón, la torpeza de la imajinacion, la locura y otros mil males. Ademas del agotamiento de la enerjia nerviosa, según recientes observaciones, se presume que el semen requiere, para su formación, algunos impor- tantes y sutiles elementos del cuerpo, cuya pérdida escesiva debe de ser altamente perjudicial. Se ha supuesto, con plausible fundamento, que una parte del fluido seminal es idéntica á ciertas por- ciones de la sustancia nerviosa y de la del cerebro, y que este material mutuo es producido para el uso respectivo de uno y otro. Esto esphca el porque las personas de temperamento ardiente son, casi siempre, activas de imajinacion, pues el cerebro se ESPERMATORREA. 185 nutre con parte de la misma materia que la natura- leza produce para formar el semen. También se comprende, por dicha teoría, que la imajinacion tiene que sufrir con la escesiva pérdida del semen, pues es quitar al cerebro la nutrición que le es indispensable para su completo vigor. En apoyo de esto, se ha dicho ; que, en muchas personas, muertas de escesos crapulosos, sa ha hallado el cerebro consumido y reblandecido: lo mismo he observado yo, en personas muertas por efecto de la Masturbación. A esto es debido, probable- mente, la desazón y dolores de cabeza, ofuscamiento de la vista y pérdida del oido, de que se quejan muchos de los pacientes cuyos achaques aumentan, hasta dejar £ los que los sufren, sordos, ciegos y dementes. La esplicacion, que hemos dado, de los varios males que produce la Espermatorrea, nos faciHtará la comprensión detaUada de sus efectos y hará evidente la filosofía de su oportuno tratamiento y lo que conviene hacer para evitarla. CAUSAS DE LA ESPERMATORREA. Eesiston, á no dudarlo, muchas causas de Esper- matorrea, (pie apenas conocemos, y otras, que ni siquiera sospechamos. M. LaUemand, dice : que, '' cuando ocurre espontáneamente, durante el sueño, y el individuo está sano y os continente, el efecto es beneficioso á la economía animal; por cuanto la ¡divia de un jérmen estimulante, cuya acumulación pudiera alterar las funciones naturales. En dichos casos, el efecto es igual al do sangrar por la nariz, en la juventud." Sin embargo, si el derrame es eseesivo, ó con- tinua mas idlá del astado, que dio primero márjen á él, pueden seguirse daños graves, como hemos antes demostrado. Lo probable es, que la causa mas frecuente de Espermatorrea sc¿ el estímulo secsual, demasiado constante, en especial bajo la 186 ESPERMATORREA. forma de la masturbación. Esta, deja £ los órganos en un estado de irritación, que los estimula £ una continua actividad y los emancipa de la voluntad. Al principio, las emisiones van siempre acompaña- das de ereccioues y de sensaciones placenteras durante el sueño ; pero, con el tiempo, empiezan á tener lugar sin erección ni sensación y concluyen por verificarse, durante el dia, cuando se mueve el vientre ó se orina : en casos estremos, el semen fluye de continuo, sin intermisión, alguna. Para que se compréndala razón de este escape constante é inevitable del semen, es preciso referirse á los detalles anatómicos, dados en la descripción de los órganos varonües. Allí se demuestra; que el semen pasa de los Testículos, por una canal ó conducto, Uamado el Vaso Deferente, cpie vacia en la Uretra, al través de la Glándula Próstata, por dos pequeñas aberturas, Uamadas Conductos Espé- tenles. Estas aberturas, en estado de salud, se 'mantienen siempre cerradas, escepto cuando se haUan bajo la influencia del estímulo secsual; en cuyo caso, se abren para dar paso al semen, vol- viendo á cerrarse enseguida. Cuando se las provoca £ hacer esto con demasiada frecuencia, se mitán y relajan, tomando propensión á abrirse por causas Hjeras, y siéndoles mas dificü el volver tí cerrarse. Cuando se encuentran en un estado de irritación, están principalmente espuestas á verse afectadas con el paso de la orina, que corre por encima de eUas; y como la vejiga, al poco tiempo, se siente partícipe de la misma irritación, la orina escapa constantemente y, casi siempre, mezclada con semen. La presión del Recto sobre la Glándula Próstata, cuando se mueve el vientre, hace también que los conductos espelentes se abran : esta es la razón porque muchas personas pierden semen cuando van al sillico. En casos muy malos, bastará, para abrir los conductos, cualquier movi- miento ordinario del cuerpo ; en especial el montar á cabaUo, correr, saltar y toser. Por último, los ESPERMATORREA. 187 conductos pierden toda fuerza de contracción y, no pudiendo cen-arse, el semen está goteando constantemente. Siempre que sea posible notar el semen, no es posible equivocarse sobre la naturaleza del padeci- miento ; pero como, con mucha frecuencia, cual se ha dicho, suele derramarse involuntariamente y sin hacerse visible, es común que el individuo padezca sin atinar en la causa. Esplicaremos como esto ha lugar. Los conductos se vuelven sensibles al contacto de la orina, la cual, en estado sano, no produce efecto alguno sobre ellos y, cada vez que este fluido sale, se abren aquellos y permiten al semen que salga también, mezclándose con la orina. La vejiga se irrita, á efecto de su íntima conecsion con las partes dañadas, y no puede retener por mucho tiempo la orina: la menor cantidad de esta, que se reúna, causa un deseo irresistible de arrojarla; de este modo, el paciente orina continuamente y, de continuo también, está perdiendo semen. Este hecho no ha sido conocido hasta muy recientemente, de modo que, indudable- mente, miles y miles han faUecido de ese mal, sin que, ni remotamente, se atinara en la causa de la muerte. Los medios empleados para cerciorarse de la ecsistencia de este mal son sencidos y seguros, lo cual puedo afirmar con la esperiencia de una estensa práctica. Consisten en ecsaminar la orina con un microscopio, construido al efecto, el cual descubre, en aqueUa, la presencia de los animálculos seminides. Estos diminutos animales se encuen- tran casi siempre, en la orina de los que padecen de Espermatorrea y su presencia, como se com- prende, demuestra evidentemente la pérdida de semen. Es muy común en los pacientes, el notar que la orina es muy espesa y glutinosa, en particu- lar las últimas gotas, lo cual atribuyen á inflama- ción en la vejiga, no siendo, en la mayoría de los casos, mas que la mezcla del semen. Con ayuda del ecsámen microscópico, he podido, en infinidad 188 ESPERMATORREA. de casos, descubrir la verdadera causa del mal, apHcando el remedio conveniente, después que otros facultativos habían tratado á dicho mal, sedo por síntomas, y sin ninguna mejora permanente. Con frecuencia, han acudido á mi hombres casados, de costumbres morij eradas, que presentaban todos los indicios de la Espermatorrea, sin embargo que me aseguraban no haber jamas padecido de seme- jante cosa. Juzgaban así senciUamente, porque nunca habían visto salir nada é ignoraban que la pérdida podia tener lugar de un modo oculto. Al enseñarles á esas j entes el semen en la orina, se asombraban, lamentándose de que la falta de debido conocimiento, en la materia, les habia privado de conocer, con oportunidad, el oríjen de sus padecimientos. No me cabe duda, que esta forma de oculta Espermatorrea, ignorada hasta el dia, ha causado niales incalculables á miles de individuos, condenando, á no pocos, á la locura y £ una prematura muerte. Conviene advertir que, cuando la pérdida del semen ocurre en esa forma, es porque los conductos se hallan en estado de irritabilidad y no en el de relajación. Cuando se encuentran relajados, ó abiertos, el semen fluyo á todo momento, por varias causas, ó, mas bien, sin motivo alguno accidental. He manifestado, ha poco, al tratar de las causas del derrame involuntario del semen, que lo pro- bable era, que fuese producido, las mas veces, por un estímulo secsual demasiado frecuente, en espe- cial bajo la forma de masturbación. No estará de mas el añadir, para evitar mala interpretación, que el estímulo constante, bajo cualquiera forma, puedo obrar del mismo modo. Hay muchos casados que, indudablemente, esceden los límites, de una ver- dadera moderación, calculando, que tales escesos, siendo lejítimos, no han de producir inconveniente. Este es un error grave; esos hombres están espuestos á padecer, cual si dichos escesos los oometieran bajo cualquiera otra condición y, no ESPERMATORREA. 189 pocos, de eUos, han acudido á consultarme de resultas. Las leyes Fisiolójicas que gobiernan la salud, son muy diferentes de las ecsijencias morales, que reclama el bienestar social; la observancia de una de estas, no es suficiente inmunidad para poder barrenar las otras. El esceso de los goces secsuales no es la única causa de la Espermatorrea, pues el estremo opuesto conduce al mismo resultado. Pocos hombres de' temperamento ardiente, si disfrutan de buena salud, pueden observar una estricta continencia, durante un período largo, sin que esperimenten, en sueños, derrames involuntarios. Estos, como he dicho antes, son esfuerzos saludables de la naturaleza para desahogarse y, cuando no son muy frecuentes, benefician en vez de dañar. Por desgracia, si la continencia continúa, h*ay siempre tendencia á que se hagan los derrames mas frecuen- tes llegando, por fin, á constituir una verdadera enfermedad : de este modo, el joven virtuoso, que jamas se ha entregado á los placeres en ninguna forma, está espuesto á los mismos contratiempos y padecimientos, que el libertino crapuloso, ó la víctima de la masturbacien. Esta es una verdad, que importa tanto el dar á conocer como otra cualquiera, por muy estraño que parezca su anun- cio, á los que lo oyen por vez primera. Por fortuna, hay, en tales casos, muchos medios para disminuir la tendencia aun aumento escesivo de los derrames, por esto es indispensable que las personas, á que nos referimos, conozcan el peligro, para que com- prendan la necesidad de adoptar los preventivos aludidos. Escesivo trabajo, ó gran ajitacion de ánimo, producen también Espermatorrea, á causa de la simpatía que ecsiste entre los órganos jener- ativos y el sistema nervioso, lo cual acontece, con frecuencia, á mercaderes, estudiantes, hombres de profesiones científicas, y otros. » He. conocido muchos negociantes que, siempre que sus negocios les preocupaban en demasía, tenían derrames 190 ESPERMATORREA. involuntarios : varios abogados me han asegurado que, después de estraordinario, estudio, esperi- mentaban lo mismo. Varias otras enfermedades de los Órganos jenerativos producen también la ¡ Espermatorrea, é igualmente la traen consigo ciertos desarreglos de las partes inmediatas, en particular el restreñimento prolongado, la arenüla I y las almorranas. Otro tanto producen ciertos ! medicamentos, especialmente las Cantáridas, el i Fósforo, el Hierro y el Opio, los cuales, así como ¡ el uso del Tabaco, Licores y manjares muy sazona- dos, ya que no sean la causa primordial, siempre agravan, sin escepcion, el padecimiento, cuando ya ecsiste. Hay otras causas, en ocasiones, mas difíciles aun de sospechar que las mencionadas; tales son las lombrices en el recto, varias enfermedades cutáneas y 'males ó daños en el cerebro. La gonorrea y el venéreo tienden á la Espermatorrea y, á veces, la causan directamente. He notado tam- bién, que muchos niños tienen una predisposición £ esos derrames, heredada de sus Padres, y acom- pañada de debilidad conjénita de las partes, que se nace patente con la imposibihdad de. retener la orina. Todas estas causas se haUaran üustradas en los casos, ó ejemplos prácticos, de que daré cuenta mas adelante. En resumen ; las causas principales son los abusos secsuales. aun cuando no tomen su carácter de gravedad hasta muchos años después : así vemos que los vicios y las locuras de la juventud son, por lo jeneral, los jérmenes de los padecimien- tos y achaques de la edad madura. EFECTOS ESPECIALES DE LA ESPERMATORREA. Los efectos jenerales, ya espHcados, pueden proceder de pérdidas seminales grandes, en cual- quiera forma; pero, cuando dicha pérdida es involuntaria, los resultados son aun mas severos y, con frecuencia, acompañados de otros, erue no siempre siguen £ los goces voluntarios, aun cuando ESPERMATORREA. 191 estos sean escesivos. En suma; la pérdida invo- luntaria os la prueba segura de un mal estensoy arraigado y, por consiguiente, sus síntomas tienen (pie ser graves. Algunos de los efectos primeros, se presentan en las partes mas íntimamente ligadas á los Genitales, en particular los Órganos Urinarios. La irritación se propaga pronto, de los Conductos al Vaso Dcderente y á la Uretra y, por fin, á la Vejiga, la cual se pone, de resultas, tan sensitiva, que no puede retener la menor cantidad de orina, sin gran molestia. El paciente siente un deseo constante de orinar, haciéndolo en pequeñas cantidades : esto le reduce á un estado de desazón perenne, que le precisa £ huir de todo trato, y á no concurrir á sitios públicos, temeroso del compromiso de no poder desahogar sus frecuentes necesidades. He conocido individuos, completamente des- graciados por este estilo; entre otros, uno reciente- mente, que se vio precisado á renunciar una pro- vechosa y agradable ocupación, por no poder atender á ella seguidamente, por período largo. Por fin, esta irritación puede Uegar á tal estado, (pie todo dominio sobre la vejiga desaparece y la orina se escapa, constantemente, sin que el paciente pueda evitarlo. Esta irritación de la vejiga es, por lo jeneral, uno de los primeros indicios de que • d hombre ha observado poca moderación: sin embargo, no es de absoluta é indispensable ocur- rencia, aun en los peores casos de derrame invo- luntario. Cuando la irritación de la vejiga ha sido de larga duración, suele estenderse por los Ureteros á los Ríñones, produciendo aUí todos los síntomas de inflamación y de Arenillas, con gran debilidad y dolores en la espalda. Es muy difícil el con- vencer á muchos pacientes, que no son estas las enfermedades de que padecen, y mas aun, el hacerles comprender, cuando son ignorantes en la materia, de donde provienen, en reahdad, sus 192 ESPERMATORREA. males. He conocido infinitos casos, en que los mismos facultativos se han equivocado, recetando por esos meros síntomas, cual si fueran la enfer- medad primordial, y sin sospechar jamas la reali- dad. Otra de las partes propensas £ padecer con la Espermatorrea, es el Recto, ó intestino mayor, que se encuentra en communicacion directa con la Glándula Próstata y las Vesículas seminales, cual puede verse en el Frontispicio. Algunas personas, esperimentan una sensación de peso, cual si fuera á moverse el vientre, y como si el intestino em- pujara parcialmente hacia afuera. Otras, sienten una desazón jeneral, al rededor del Ano y del Perineo, lo cual obliga al paciente á estarse con- tinuamente meneando en su asiento y ajilándose, como si sufriera de dolores. A veces, hay una irritación ó comezón grandes y, á menudo, serias almorranas, á causa de haUarse parahzada la circu- lación de la sangre. En suma, el Recto, así como los demás intestinos, con motivo de su conecsion con aquel, pueden verse afectados de varios modos. En ocasiones, se presenta Una parálisis parcial de los músculos, á efecto de la privación de poder nervioso que, parahzando el movimiento peristál- tico, causa un obstinado restreñimiento. Otras veces, la capa mucosa participa de la mutación jeneral, y entonces se presenta la Diarrea, que ningún medicamento puede curar, en tanto que la Espermatorrea continúa. A veces, suele presentarse otro síntoma de la Espermatorrea, el cual consiste en una mutación peculiar de la Uretra y del Meatus Urinarius, ó abertura esterna de la Pene. Dicha irritación es, á veces, muy Hjera y solo se nota después de orinar; mas, en otras ocasiones, se hace muy violente y bastante continuada, asemejándose á una Gonorrea, hasta el punto de arrojar un humor, que denota la ecsistencia de la inflamación. Muchos se han alarmado con esos síntomas, ESPERMATORREA. 193 creyéndoles de una enfermedad asquerosa y, en varias ocasiones, he podido apercibirme, que ha Uegado á ser causa de mutua sospecha y de gran I desazón deméstica. ( Estos efectos locales suelen ser precursores de otros mas jenerales y severos; cuya conecsion, con la causa verdadera de todo, se hace mas difícil de I trazar. Ademas de la jeneral lasitud y debüidad, el paciente esperimenta una pérdida notable de fuerza en las piernas, que le impide el andar mucho, ó sostenerse en pié largo tiempo, sin verse agobiado de cansancio y sentir que se le adormecen las pan- tonülas y los muslos. El menor esfuerzo le hace temblar y palidecer ; su corazón palpita, ó cesa de latir, por completo, y siente tendencia £ desma- yarse. Esta congojosa debiHdad es tan escesiva, £ veces, que el individuo apenas puede moverse y, como, en apariencia, puede muy bien no demostrar mucho decaimiento, ni presentar aspecto enfermizo, las personas poco impuestas creen que es finji- miento y pereza. Con el tiempo, sin embargo, el estómago empieza á padecer, y se debüita de tal modo, que la dijestion es imperfecta: entonces empieza la estenuacion que, á veces, se convierte en rápida disolución. La pérdida de poder ner- vioso afecta, aveces, con especiahdad al Diafracma: la consiguiente dificultad de respiración, y otras sensaciones esperimentadas, - conducen á suponer que los pulmones están dañados. Cuando á esto se agrega la palpitación del corazón, cuyo oríjen es, con corta diferencia, el mismo, el paciente se halla en un estado perenne de temor y apuro, íntimamente convencido que padece, á la par, mal del corazón y Tisis. La cabeza no escapa tampoco á la influencia jeneral: dolor en eUa, vahídos y continua pesadez, son cosas de que suele quejarse el enfermo. La vista se enturbia también, con frecuencia, como si una telaraña la cubriera, y los ojos se llenan de 194 ESPERMATORREA. agua y se ponen colorados, £ poco que se les fatigue. Los parpados son, sin embargo, los que se hallan mas espuestos á inflamación; es imposible ahviarlos, mientras dura la Espermatorrea. Los efectos mas marcados se demuestran en la imajinacion y en las sensaciones. La actividad mental, se hace tan molesta y difícil como la corporal, y el enfermo se vuelve torpe, indiferente y pensativo: su memoria le hace traición; su juicio se debilita; y aparece, como perdida, la facultad de apheacion. Cuando se sienta á estudiar alguna cosa, su imajinacion vaga y no puede concentrarla en el punto requerido ; dispertándose, con fre- cuencia, de una especie de sueño, para notar que ha perdido completamente el asunto de que in- tentaba ocuparse. Esta abstracción, ú olvido, Uega, á veces, á tal punto, que hace al individuo inhábil para toda ocupación y, con frecuencia, dejenera en demencia. He conocido muchos casos, de comerciantes que han quebrado por dicha causa; no me cabe duda, que tiene, á menudo, mas parte ele lo que se cree, en las faltas y errorc, humanos. Este efecto es especialmente grave en la juventud : muchos- jóvenes, de grandes esperan- zas, las han visto fallidas, en la forma espresada, sin que ni eUos, ni sus amigos, atinaran en las causas de la desgracia. Si pudieran escribirse detaUadamente, y como es debido, los rejistros de reprobación, en los estudios de los Coléjios; los de Quiebras mercantiles ; y los de Asüos Lunáticos; nos asombraríamos, en cada uno de ellos, del número que habia sido víctima de la enfermedad que nos ocupa. Los sentimientos y carácter de los que padecen de Espermatorrea, sufren, las mas veces, en sus facultades mentales, cambios tan grandes y tan poco ventajosos. Ya se vuelven melancóhcos y sensitivos; átal grado, que prorrumpen enllanto á la menor causa, figurándoseles, de continuo, que se les somete, intencionahnente, £ vejaciones é ESPERMATORREA. 195 insultos, en que nadie ha pensado. Ya se hacen irritables é impertinentes, manteniendo á cuantos les rodean en el mismo estado de irritación que eUos mismos, y creyendo, firmemente, que á nadie, en el mundo, se trata tan mal como á ellos. A lo mejor, se presenta una forma especial de Mono- manía : uno cree verse perseguido incesantemente de un enemigo, cpie pretende privarle de hacienda y vida : otro, se persuade, epie una gran calamidad le amenaza, de la cual ningún esfuerzo alcanza á Hbrarie. Rara vez el enfermo hace alarde de intenciones dañinas contra los demás ; su ánimo se haUa demasiado abatido para eso; pero, con frecuencia, atenta contra sí mismo. Ha habido muchos ejemplos de Monomaniacos de ese jenero, que se han castrado, con la idea de que jamas mejorarían de salud, en tanto conservaran los órganos jenitales. Por lo jeneral, esa clase de pacientes siente una decidida aversión al otro secso, y embarazo y vergüenza en su compañía. Mucbos hermilaños, y enemigos del secso femenino, no han sido otra cosa que pacientes de Esperma- torrea. En suma, no hay límite £ las aben-aciones y divagaciones, de ánimo y carácter, producidas por una prolongada Espermatorrea: esto se compren- derá bien, leyendo los siguientes ejemplos prácticos, los cuales, mejor que las descripciones jenerales, dan una justa idea de los rasgos peculiares de la enfermedad. Alguna que otra vez, ese mal presenta efectos tan lastimosos y repugnantes, que los pasaría por alto, si no considerara conveniente esponer, por completo, la desnuda verdad, £ fin de que se sepa la estension real del padecimiento, para precaverlo, en todo lo que depende de la voluntad ó propia culpa. Esos efectos, son la inchnacion £ vicios y cos- tumbres antinaturales: la Caridad nos ordena juzgarlos, como resultado de un cerebro enfermo, 196 ESPERMATORREA. que simpatiza con los desarreglos de las demás parte-. Los siguientes ejemplos, los he tomado; parte de mi cuaderno de anotaciones, y parte de la célebre obra de M. -LaUemand, titulada '' Des Per les Seminales." Ejemplo ; ó caso, 1.—(Comunicado por el Dr. McDougaU, en el prólogo de su traducción de LaUemand.) "R. H----, de edad de treinta y nueve años, pasó la primera parte de su vida en el campo, con la costumbre de mucho y violento ejercicio. A los diez y seis años, tuvo entrada en casa de un Banquero, en Londres, donde, con gran actividad y buena conducta, ascendió al puesto de cajero, antes de haber cumphdo los 25 años. Los negocios de la casa empezaron á ir á mal y, por fin, ocurrió una quiebra, que afectó mucho á Mr. H----, £ causa de la confianza que le dispensaban los principales. Poco tiempo después, se puso al frente de las operaciones mercantiles de otra casa fuerte de la Ciudad y empezó, él mismo, á especular en vales estraujeros. Las fluctuaciones del mer- cado le acarrearon pérdidas considerables, su es- píritu se sintió muy fatigado, y empezó á sospechar que, los que tenia al rededor, no procedían con honradez hacia los que los empleaban. Al hacer las oportunas investigaciones, quedó probado que las sospechas de Mr. H---- eran infundadas, lo cual ecsasperó tanto á este Señor, míe renunció á su destino. En este tiempo, murió su padre y Mr. H—— tuvo el contratiempo de descubrir, que los bienes del difunto, que creyó vinculados á su favor, como hijo mayor, debían repartirse entre él y sus hermanos, según el testamento del Padre. Su conducta, para entonces, era de lo mas estraño: temia salir por las calles de la ciudad, donde vivia su familia; dejó de asistir á la mesa de esta y, finalmente, abandonó bruscam mte la casa y regresó £ Londres. En 1837, habia llegado á tal estado ESPERMATORREA. 197 tjue, de resultas de sus repetidas cartas, ciertos individuos de su familia pasaron á Londres, neván- dosele^ consigo á Devonshire. Hacia esta época, el desorden de su mente se hizo evidente y, tanto entonces como posteriormente, tuve frecuentes oportunidades de observar su conducta y de oir sus quejas. Según él, habia siempre emisarios en su busca, para arrestarle por crímenes contra la naturaleza, que habia oometido en Londres : todo el que le encontraba en la calle, leía en su cara los crímenes que habia cometido ; los sastres le hacían las casacas, con el paño al revés en las mangas, á fin de marcarle con un seUo de infamia; la vista de un ájente de pohcía en la caUe, le alarmaba es- traordinariamente y, con frecuencia, si un estran- jero acertaba á pasear alguna distancia en la misma dirección, esclamaba, que era uno de los emisarios, enviados en su busca para arrestarle. A veces se encerraba en su habitación y Uoraba horas enteras. Nunca comia con la familia, ni probaba manjar ó bebida, sin reservar un poco, para someterla á químico análisis, porque estaba convencido, que sus amigos tenían una conspiración, para enve- nenarle poco á poco, á fin de borrar la memoria de sus crímenes: estas ideas le perseguían noche y dia. Su dijes ti ou ora muy desarreglada; el sueño intranquilo é interrumpido, y el vientre muy estreñido. La fisonomía la tenia encendida, y sufría ataques periódicos de escitacion cerebral, durante los cuales, se quejaba de vértigo, ruidos en la cabeza, pérdida de la vista, &c. También se lastimaba de la pérdida de la memoria y, con fre- cuencia, de dei)ilid*d de cuerpo y cansancio. Los mejores médicos de las cercanías, le asistieron sin resultado : las opiniones de dichos Señores fueron; que Mr. H—— padecía de una grave hipocon- driasis, complicada con monomanía: varias fueron las causas asignad -ts al mal, mas no pudo recordarse caso anterior de locura, en los miembros de la familia. Mr. H---- empezó, entonces, á hablar 198 ESPERMATORREA. de que pensaba abandonar £ Ynglaterra. para dirijirse á América, y evadirse de sus perseguidores: para evitar que pusiera este proyecto en ejecución, le colocaron al cuidado de un guardián especial. Mientras estuvo en compañía de esta persona, se quejó, con frecuencia y amargamente, de continuos .cien-ames en el sillico, de agudo dolor, y de una sensación de peso, entre el recto y la vejiga. Sufría también irritación en la uretra, acompañada de derrames; dolores en los lomos y én una ingle; debüidad en las piernas; orina espesa; almorranas y obstinado estreñimiento. Llevaba, en dicha fecha, un diario, que conservo en mi poder, en el cual no pasaba dia, sin que hiciera referencia á las aflictivas pérdidas seminales que le agoviaban. Los médicos que le asistieron, consideraron dichas pérdidas como de ninguna importancia, sin em- bargo de no cesar él de quejarse de eUas y de solicitar que se las curaran, todo el tiempo que estuvo encereado en Ynglaterra. Cuando se lo- graba hacerle olvidar sus padecimientos, atrayén- dole á la discusión de asuntos jenerales, se mostraba ameno é instructivo: como hombre de negocios, se presentaba igualmente ducho; y el estraño, que no hiciera cosa que lograra ofenderle, le haUaba, según todas las apariencias, hombre de estudio y de esperiencia. Durante dos años y medio, estuvo bajo la vijilancia de varios médicos, dedicados al cuidado de dementes: por fin, le despidieron de un establecimiento, cerca de Bath, porque, en una visita, hecha allí por la comisión de rijüancia del ramo, le consideraron como injustamente retenido. En cuanto se vio libre, su primer paso fué el de instituir procedimientos legales, contra sus amigos, por el encierro que le habían impuesto, ganando la demanda: apenas logró esto, se dirijió £ Lon- dres, donde acechó, y asaltó violentamente, £ un cabaUero de alta reputación mercantil. De resultas de este atentado y, £ falta de caución, estuvo preso bastante tiempo: se presume que, en cuanto saHó ESPERMATORREA. 199 en Hbertad, se embarcó para América. Nada volvió £ saberse de él, hasta Setiembre de 1843, cuando un caballero que, fen otro tiempo, le habia asistido, recibió una carta suya, en la cual le decia: que habia esperimentado en América, el mismo sistema de persecución que en Yuglatena. Se quejaba de no haber podido conseguir un eficaz tratamiento facultativo, sin embargo de haberse dirijido á los mejores médicos de Cincinnati, y luego £ los de Füadelfia y Nueva York. Después de esto, no volvió á oirse de Mr. H----, hasta el año de 1485, en cuya época un periódico Americano, dirijido á los amigos de aquel Señor por mano desconocida, contenia la noticia de su muerte y del reconocimiento, verificado en su cadáver, bajo el epígrafe de: 'Muerte de un Hermitaño, en West Jersey.' Se decía aUí ; que habia vivido en una pequeña hacienda, enteramente solo, sin otra compañía que la de un perro, y huyendo todo trato con sus vecinos. Cayó repentinamente enfermo, y solicitó ausilio de un labrador cercano, muriendo al dia siguiente. De las averiguaciones, practicadas luego por sus amigos, se cree que murió de apo- plejía ó, tal vez, de uno de los ataques, de que padecía con frecuencia, antes de dejar su pais natal. " Los síntomas de este desgraciado caso, se parecen mucho al 32 y 45, citados por LaUemand. Era, sin embargo, mas grave y presentaba el rasgo, poco común de descubrir el paciente los denames, y de quejarse constantemente de eUos; lo cual, por desgracia, se miró como de ninguna conse- cuencia. La locura de Mr. H----, al principio, se fijó en que habia cometido, ó le acusaban de haber cometido, crímenes nefandos, cuya idea jamas le abandonó por completo, si bien, durante la última parte de su vida, su manía versaba sobre imajinarios perseguidores, que le acechaban de continuo, y trataban de arruinarle, esparciendo especies falsas: querían, ademas, envenenarle, adulterando su 200 ESPERMATORREA. comida, é infiltrando en el aire gases dañinos. No cabe apenas duda, considerando sus quejas, de peso entre el recto y la vejiga con dolores pun- zantes, &c, en la misma rejion, que los derrames provenían de irritación en las inmediaciones de la próstata: opino que, si en los primero períodos de su enfermedad, se hubiera aliviado esto, podría haberse esperado, con sobrada probabüidad, el curarle de las manías que le dominaban." He elejido este caso, como ofreciendo gran número de los síntomas, que suelen observarse ; y como propio, para dar una idea ecsacta, de la inmensa serie de males que, á menudo, nacen de esa enfermedad. El prócsimo caso, es también del Dor. McDougaU, é igualmente instructivo. Es una copia perfecta, de muchos de los que hé tenido ocasión de observar personalmente. "El otro caso, á que he hecho alusión, como habiendo Uamado mi atención singularmente, y del cual tuve conocimiento por la misma época, es el de un joven, estudiante en medicina, de gran poder intelectual, y general instrucción. Este cabaUero era uno de mis compañeros mas asiduos, cuando, casi de repente, se verificó en él un notable cambio : rehuyó la sociedad, en especial la de mujeres, volviéndose áspero y taciturno y entre- gándose, frecuentemente, al Uanto. SoHa sentarse, horas enteras, en un estado de abstracción y, al sahr de esta, no podia darse cuenta de sus sen- saciones ni pensamientos: constantemente me manifestaba su convicción, de que jamas adelantaría en su profesión y, con frecuencia, esclamaba: ' que estaba perdido, entonces y para siempre; cuerpo y alma, y por su propia locura.' Un año antes de esta depresión de ánimo, sufrió un severo ataque de blenorrajia, con orquitis y fimósis; lo cual le dejó cierto grado de irritabihdad en la vejiga, que le precisaba á orinar con frecuencia. Su dijestion se alteró de tal modo, que el estómago no podia retener los manjares mas sencülos, y tenia fre- ESPERMATORREA. 201 cuentes erutos, de un fluido, que se inflamaba como el aceyte, si io escupía sobre el fuego. El padre del joven era médico; esta circunstancia, unida al natural interés que le inspiraba su hijo, le hizo conseguir las consultas de los hombres mas eminentes de la facultad. Sin embargo, no con- siguió mejora alguna, Hacia seis meses que se haüaba en ese estado, cuando tuve ocasión de pasar tres semanas en la costa del mar, y mi amigo me acompañó, durmiendo en el mismo cuarto, y apenas perdiéndonos un momento de vista. Antes de nuestro regreso, su salud se hallaba casi res- tablecida y su ánimo habia entrado en su natural condición. A los doce meses, volvió á caer en el mismo abatimiento; esa vez, su condición se presentó macho peor que anteriormente. Per- manecía, con frecuencia, en la cama las tres cuartas partes del dia, sin que su padre pudiera conseguir el hacerle levantar, ni con ruegos ni con amenazas. Sus facultades intelectuales se hallaban completa- mente apagadas, y la mhada, fija y vacía, que habia reemplazado su habitual espresion alegre, dio motivos de recelar, que concluiría en el idiotis- mo. Yo era la única persona que tenia sobre él algún inliujo, lo cual puede atribuirse á eme sentía que yo estalla impuesto de la causa de su mal. Este estado continuó de tres á cuatro meses, durante cuyo tiempo, me hallaba en su compañía, cuanto me lo permitían mis demás ocupaciones y me esmeraba en demostrarle, con frecuencia, la locura de la conducta cpie observaba. Al terminar ese tiempo, empezó á recobrarse gradualmente y no ha tenido, desde entonces, mas que una Hjera recaída. Siguió sus estudios con lucimiento y hoy es un oficial médico, al servicio de S. M. Solo me queda el hacer notar, en este caso, que los síntomas no nacían de derrames involuntarios, sino de escesivas emisiones, causadas por el abuso. Los tratamientos, recomendados ppr los distin- guidos facultativos £ quienes se consultó, no 202 ESPERMATORREA. tuvieron buen écsito, porque, desconociendo el oríjen del desarreglo, eran inútiles los remedios, en tanto que la viciosa costumbre continuaba." El siguiente caso, es uno de los de Mr. LaUe- mand; lo cito, para comprobación del hecho, asentado antes, de que esa enfermedad puede atacar (y mas seriamente aun) £ los hombres casados. Demuestra también, con cuanta facilidad los médicos pueden equivocar sus síntomas, con los de otros paelecimientos. "En el mes de Enero 1864, fui Uamado para visitar á Mr. de S----, atacado de síntomas de conjestion cerebral, de los cuales sufría hacía algún tiempo. En varias consultas, recojí los siguientes hechos. " Mr. de S----era natural de Suiza, de padres robustos, habiendo el suyo faUecido de una afección al cerebro. Mr. de S----, era de constitución fuerte y de imajinacion activa; habia recibido una educación escelente y, muy joven aun, se habia entregado al estudio de la filosofía y de la metafísica, dedicándose luego £ la filosofía moral y á la poHtica. "Después de pasar algunos años en París, siguiendo sus estudios favoritos, se vio precisado á encargarse del manejo de una fábrica, atendiendo á detalles que herían su orguUo. Por grados, se fué volviendo impertinente y caprichoso; pasando, sin motivo aparente, de una alegría estravagante £ una profunda melancoHa: la menor contradicción le irritaba; no parecía sentir placer con ningún suceso afortunado, y se entregaba á la ira inopor- tunamente : Analmente, parecía esperimentar dis- gusto y fatiga, con la conespondencia y con todo trabajo mental. "En esta época, se casó, y el Dr. Buttini (de Ginebra) su médico y amigo, escribió sobre él lo siguiente.— " La mejor época de su vida parecía hah.er dado principio con este casamiento, pero, muy pronto, ESPERMATORREA. 203 los jérmenes del mal, que tantas causas habían contribuido £ enjendrar, se desarroUaron rápida- mente. Se notó, que Mr. de S----escribía des- pacio y con dificultad, y que su estilo daba señales del deterioro de sus facultades: tartamudeaba y espresaba poco conectamente las ideas; esperi- mentaba, á veces, ataques de vértigo, tan severos, que le Hacían caer, sin perder, no obstante, la sensibilidad, ni verse atacado de convulsiones. " Cierto día, mientras se haUaba escribiendo una carta indiferente, le dio un ataque que le asustó sobremanera, afectando mucho £ la familia. Los médicos lo atribuyeron á aplopejia, visto que le habia quedado una debilidad en el lado izquierdo del cuerpo, y le apHcaron veinte sanguijuelas al ano, con lo cual pareció haberse conjurado el peligro. " Sin embargo, los ataques le repitieron en Ginebra y en Montpelier, y consultó á varios médicos distinguidos: algunos de eUos, observando la misantrópica initabiüdad del paciente, y sus costumbres solitarias, consideraron al mal como puramente hipocóndrico ó nervioso: otros, tomando en consideración su desorden dijestivo, lo juzgaron afección del hígado : la mayoría, opinaron ; que ecsistia una afección crónica del cerebro, tal como encefalitis ó meninjítis, nacida de hereditaria predisposición. Entre los que sostuvieron esta opinión, se hallaba el Dor. Bailly de Blois. "En todas estas consultas, los médicos aconse- jaron la necesidad de abstenerse de ocupaciones serias; la utüidad de los viajes; distracciones y un réjimen severo; recomendando, especialmente, la libre función de los intestinos, por medio de lavativas y purgantes. Muchos, de entre los facultativos, recomendaron también la aplicación frecuente de sanguijuelas al ano, con una dieta de leche, &c.; en tanto que los hubo, cuya opinión fué; que se haüaban indicados los baños de asafétida y alcanfor. 204 ESPERMATORREA. "Ninguno de esos sistemas produjo mejoría notable : las sanguijuelas le debilitaron, la leche descompuso su estómago, y el estreñimiento siguió lo mismo. Los insufribles espasmos, en las piernas y en la cara, que acometían á Mr., de S----, se aliviaron con baños fríos de sumersión y con der- rames, ó aplicaciones frías, á la cabeza : las aguas de Aix (en Saboya) y el uso de baños de chorro, parecían también haberle mejorado. i '' A pesar de esto, Mr. de S----• se fué haciendo mas irritable y, al propio tiempo, mas apático. Sus ataques se presentaron con mayor frecuencia y mas violentos, manifestando creciente indiferencia hacia las personas y cosas que antes estimaba. La debüidad de sus piernas Uegó á tal estado que, con frecuencia, se caía en el terreno mas Uano é igual: sus noches no le daban descanso y su sueño era Hjero é interrumpido, con frecuencia, por temblores nerviosos, ó dolores agudos, acompañados de calambres. La conjestion cerebral fué en aumento, y la inminente amenaza de apoplejía hizo necesarias las sanjijuelas al ano, sangrías en el pie, ungüento de tártaro emético, cinapismos, pediluvios de . mostaza y la apheacion de hielo á la cabeza. '' No obstante el uso de estas medidas enérjicas, sobrevino otro ataque violento de conjestion. En esta ocasión, 'me Uamaron y hallé al paciente desazonado, inquieto, é incapaz de permanecer dos minutos en el mismo sitio: su cara estaba encen- dida ; sus ojos salientes, inyectados, fijos; su fiso- nomía 'espresaba estremado terror : el andar era incierto; las piernas se doblaban bajo el peso del cuerpo; y tenia la piel fria y el pulso débü y pausado. '' Esta última circunstancia me llamó la atención y yo, también, recomendé la aplicación de sanjui- juelas al ano. Mr. de S----se enfureció extraor- dinariamente, diciendo; que las sanguijuelas no habían hecho jamas otra/cosa que debilitarle, sin pro- porcionarle alivio. Tenia demasiado miedo á la ESPERMATORREA. 205 apoplejía, para dar oidos £ sus espresiones, así que, conseguí la apheacion de seis sanguijuelas. " Al dia siguiente, haUé al enfermo muy páHdo y tan débil, que no podia andar, contrariedad que le era sumamente molesta, pues manifestaba siempre deseos de continuo movimiento. Sobre- vino, enseguida, una hinchazón edematosa de la glándula parótida y del carrülo izquierdo, á la cual, £ los pocos dias, siguió un estado semejante del pié y pierna izquierdos. " El sueño se habia hecho indispensable y el paciente sufría por falta de él: con lágrimas en los ojos, me dijo ; (pie habia perdido el apotido y que le era imposible obrar. Supe también, que sufría habitualniente de estreñimiento y flatulencia, apelando, con frecuencia, á los purgantes y lava- tivas, con objeto de correjir aquel defecto : última- mente, conocí que sus paseos y la evacuación del vientre eran, de algún tiempo, los únicos temas de su pensamiento y de sus conversaciones. Habiendo observado antes iguales síntomas, en todas las personas afectadas de derrames diarios, • hice nuevas preguntas, respeto al ataque, en que se suponía haberse paralizado el lado derecho, y me convencí, muy pronto, que no era la facultad de sostener la pluma la que habia desaparecido, sino la facultad intelectual, y que anillos lados del cuerpo habían conservado igual vigor. Herido, con una observación del Dor. Buttini, respecto al aumento del mal, poco después del casamiento, indagué de la Sra de S----, y supe : que el Carácter de su marido se habia vuelto tan variable, irritable y atormentador, que sus amigos llegaron á sospechar que no era fehz en el matri- monio. Sospeché, entonces, que todos habían equivocado el oríjen de la enfermedad del paciente, y pedí conservaran la orina, para reconocerla. El aspecto do dicha orina, fué suficiente para conven- cerme de que mis sospechas eran fundadas : era opaca; espesa; de un olor fétido y repugnante, 206 ESPERMATORREA. pareciéndose al de agua, en la cual se hubieran macerado pedazos corrompidos de cuerpos, emplea- dos para estudio anatómico. Escanciándola con cuidado, obtuve una sustancia jelatinosa, parecida £ un cocimiento espeso de cebada: al fondo del siUico, habia, fuertemehte adherida, una materia viscosa, como clara de huevo y de color verdoso : sin adherirse, habia, mezclados con este despósito, glóbulos espesos, de un un color blanco amariUento, como gotas de pus. Me convencí, con este ecsá- men, que el enfermo padecía de espermatorrea, acompañada de inflamación crónica de la próstata y de supuración en los ríñones. " A pesar del estado intelectual de Mr. de S----, pude, en un momento favorable, conseguir de él mayores informes. A la edad de 16 años, habia enfermado de blenorrájia, que ocultó cuidadosa- mente, y logró curar con el uso de bebidas refrij erantes. Al año siguiente, se presentó, de nuevo, dicha blenorrájia; esa vez, la combatió con astrínj entes. Dos años después, de resultas de haber bebido cerveza en cantidad, haUandose acalorado, volvió á fluir el miembro, cesó luego, y volvió á aparecer, á efecto de violento ejercicio £ cabaUo. Desde aqueUa época, Mr. de S----sintió escasos deseos secsuales y se habia abstenido de cohabitación, sin pena ni esfuerzo. El derrame, durante el coito, habia sido, siempre, muy rápido en él. Enteramente convencido, por la combina- ción de todas las circunstancias, de la enfermedad de Mr. de S----, se la esphqué y me prometió observarlo atentamente. "Al siguiente dia, me Hamo á parte y me dijo : que las últimas gotas de la orina eran viscosas y que, durante una deposición en el siUico, habia derramado una porción de materia semejante, en cantidad suficiente £ Henar la palma de la mano. '' Ocho dias después, sobrevino otro ataque de conjestion cerebral, seguido de estertor en la respiración y acompañado de un pulso impercepti- ESPERMATORREA. 207 ble : cayó en una especie de síncope, del cual faUeció el dia 1 de Marzo de 1824." No ha mucho, que asistí al Editor de un perió- dico, cuyo caso era Casi idéntico al referido anteriormente, y que provino, según me dijo, de escesiva ajitacion en una campaña electoral. Se ha dicho ya, que el estreñimiento es causa, £ veces, de Espermatorrea, pero pocas personas tienen idea del efecto qne suele producir. El siguiente ejemplo servirá de comprobación, advir- tiondo que, si bien no es cosa frecuente el que se presenten casos tan severos, es muy común el que los haya sobradamente malos. " M. de B---me consultó, en el mes de Mayo de 1834, respecto £ una afección cerebral, sobre cuya naturaleza los facultativos no estaban de acuerdo, si bien todos la consideraban como cosa seria. '' Era, el paciente, de mediana estatura; de ancho pecho y bien desarrollada musculatura: cabeUo castaño rizado ; barba espesa ; cara Uena y encendida. A pesar de estos indicios, aparentes, de robustez y salud, notó que las rodillas las tenia Hgeramente dobladas, no pudiendo permanecer mucho tiempo en pié, sin variar el peso del cuerpo de una pierna á otra: su voz era débü y ronca; los movimientos de su lengua parecían embarazados, articulando las palabras de un modo confuso : su actitud era tímida y, en sus modales, habia algo de incertidumbre y recelo: hacía 15 dias que se habia casado. " Su madre política, y su joven esposa, que le acompañaban, me dijeron que, en ese corto tiempo, habia tenido varios ataepies de conjestion cerebral, durante los cuales, la cara se le habia inyectado mucho. Al primero de dichos ataques, que ocur- rió de noche, el médico, que Uamaron, le sangró, haciéndole evacuar tres libras de sangre, con objeto de evitar la apoplejía. Las sangrías reiteradas, y la aplicación frecuente de sanguijuelas, le habían aHviado de los ataques de conjestion, mas no 208 ESPERMATORREA. habian impedido su repetición. El paciente se haUaba propenso á ataques de vértigo, y no podía dirijir la vista hacia arriba, sin que le dieran vahídos: sus piernas estaban tan débiles que, varias veces, se habia cuido, hasta en terreno Uano é igual, y habia perdido la claridad de las ideas, faltándole rápidamente la memoria. '' Esos síntomas habian introducido la. consterna- ción en la familia ¿del paciente,' y en la de su esposa; tanto mas, cuanto varios facultativos de rc¡)ur-.-icion estaban de acuerdo en que ecsistia un séiio desarreglo del cerebro, si bien no podían de ti ár su naturaleza. La mayoría, sin embargo, cst o; i por creer, que era reblandecimiento 6, cual dicen ios Franceses, ramollisement. '• .ua fisonomía del paciente, mientras me referían esos datos; la coincidencia de la conjestion con la época del casamiento; y los malos resultados de las sangrías; me indujeron £ sospechar la naturaleza del mal, moviéndome á preguntar al enfermo á solas. En cuanto nos hallarnos sin testigos, me dijo, tartamudeando, que una ocurrencia ines- perada, inmediatamente después de su casamiento, había, por de pronto, impedido toda intimidad conyugal y, luego, concluyó por enredarse impo- tente. Atribuyó esa desgracia £ los ataques de conjestion cerebral y á las sangrías que habia sufrido. Sin embargo, al continuar mis inda- gaciones, vine £ saber, que padecía de derrames diarios. " A fuerza de preguntar, obtuve de él el siguiente relato:—A los 16 años era de constitución robusta y de carácter apasionado y ardiente. Contrajo, en la escuela, la costumbre de masturbarse, y, £ los tres meses, tenia derrames nocturnos frecuentes, con dolor en el pecho y molestas palpitaciones : esto le demostró los peHgros del vicio y renunció £ él, para siempre. En cuanto se rió Hbre de la sujeción escolástica, contuvo el ardor de su tem- peramento con los mas violentos ejercicios, en ESPERMATORREA. 209 especial los de la caza; dedicándose, al propio tiempo, con afán, £ la agricultura. "Este nuevo método de vida restableció, tan completamente, su salud, que se vio atormentado de fuertes y continuas erecciones, para dominar las cuales, hacia uso de baños en el rio, hasta en las estaciones mas frías. Nunca se entregó á esceso alguno, ni jamas padeció de blenonájia ó enferme- dades sifilíticas. " En 1831, las erecciones se habian mitigado un tanto, pero se volvió muy estreñido de vientre, lo cual atribuyó á su constante ejercicio á caballo. " En 1832, esperimentó algo de adormecimiento y una sensación de eosquüleo en las piernas y en los pies. '' En 1833, se le presentó un frecuente oscureci- miento de la vista, acompañado de vértigo, dificul- tad en la visión y vapores ardientes á la cabeza y £ la cara:. el paciente atribuyó todos estos síntomas £ los efectos de su creciente estreñimiento. " En tanto esto ocurría, las erecciones se hicieron mas raras y menos enérjicas y, al cabo de algún tiempo, incompletas: la aptitud, para ocupaciones intelectuales fué en disminución; las conjestiones cerebrales se presentaron con mas frecuencia; la cara se volvió habitualmente encendida y la cabeza ardiente; fijándosele, en las órbitas, un dolor cons- tante, y pasando su jénio £ hacerse variable é inconsecuente. "El médico de la familia, juzgando que tocios esos desarreglos eran resultado de plétora, le hizo sangrar repetidas veces, pero sin producir alivio. " En Marzo de 1833, el Sor. de B----se com- prometió con una joven, que vivia £ unas dos leguas de su finca y, con objeto de visitarla, sin descuidar la hacienda, se veía precisado á hacer largas y frecuentes jornadas á cabaUo : jornadas que, poco antes de su casamiento, se hicieron tan continuas, que podia decirse, pasaba la mayor parte del tiempo £ cabaUo. El estreñimiento se 210 ESPERMATORREA. aumentó entonces £ tal grado, que transcurrieron cuarenta chas sin obrar del cuerpo : durante los esfuerzos, que hacia en el siUico, pasaba grandes cantidades de semen, £ chorros, sin que la pene se pusiera erecta. Ya, antes, habia notado lo mismo pero, como lo atribuía á su prolongada continencia, la circunstancia le Uamó poco la atención. La orina era constantemente turbia, pasaba despacio y con dificultad y depositaba gran cantidad de materia espesa y viscosa. "Mr. de B----veia Uegar el dia de su casa- miento con recelo vago, de que no podia darse cuenta: amaba mucho £ su futura mas, sin em- bargo, sentía, al lado suyo, mas bien embarazo que placer. " Ya he manifestado lo que ocunió después de bu casamiento: añadiré que, habiendo ecsaminado sus órganos jenitales, los haUé, contra lo que me esperaba, de estraordinario desarroUo: los testículos eran grandes y duros, pero el escroto se haUaba un tanto relajado. El paciente esperimentaba en los órganos un latido estraño y, á veces, sentía como si se los comprimiera una mano de hierro. Estas sensaciones se aumentaban cuando se acercaba á su mujer, disminuyéndosele la pene y encojién- dosele hacia el pubis, £ medida que intentaba escitarla á la erección. La suma de esas circunstancias no podia dejarme duda sobre la naturaleza de su enfermedad: era evidente, que no se trataba absolutamente de afecciones cerebrales y que los denames diarios, con todos los síntomas, £ que daban márjen, era preciso atribuirlos al estreñimiento. "Lo primero, por tanto, que estaba indicado, era el ahvio de dicho estreñimiento : en reahdad, me prometí que esto seria lo único que haría falta. La juventud del paciente; el desanoUo de sus órganos jenitales; y la robustez de su constitución; me indujeron £ suponer, que la curación seria ESPERMATORREA. 211 pronta y fácil. Las cosas, sin embargo, no siguier- on tan senciUo curso. " Al dia siguiente, el enfermo empezó £ emplear chonos ascendentes (dejuches) y se puso á dieta vejetal y leche eon hielo. _ " Los primeros chorros, produjeron la evacuación de una inmensa, cantidad de materia fecal, en pedazos duros como una bala: el escremento no se puso de consistencia normal hasta el sesto chorro. Bajé, luego, la temperatura del agua á 25° de Reaumur; luego, á 20 y finalmente, los últimos chorros á 1U. * A la duodécima douche, las hice cesar, habiendo los intestinos funcionado diaria- mente, con regularidad, sin la menor necesidad de esfuerzos. '' Para estas fechas, la cara del paciente habia perdido su color amoratado y presentaba un aspecto mas natural: el atolondramionto, de que se quejaba. disminuyó por grados y, por fin, desapareció: las piernas recobraron su vigor, siéndole fácü el per- manecer largo tiempo en pié, sin fatiga, y dar largos paseos sin molestia: su voz adquirió el timbre natural: el ojo tornó £ su espresion y ad- quirieron firmeza todos sus movimientos. "Al cabo de quince dias, los derrames esper- máticos, en el siUico, cesaron del todo, pero la orina continuó turbia. Las erecciones habian adquirido suficiente rijidez, para que se considerara curado, pero el derrame se efectuaba, casi instantá- neamente, no siendo bastantes á correjir esto, las lociones de agua fria y las aplicaciones de hielo. '' Tal era la situación de Mr. de B----, al cabo de un mes : con el fin, de obrar directamente sobre los orificios de los conductos espelentes, me resolví £ cauterizar la parte prostática de la uretra. En cuanto cecHó la inflamación, las erecciones se pre- sentaron mas perfectas y vigorosas, pero el derrame ♦ 25° de Reaumur, equivalen á 88° de Fahrenheit. AT5 id. ¿81° id. 16° id. á78° id. 212 ESPERMATORREA. era aun demasiado repentino. Habiendo llegado la época para tomar las aguas minerales, envié á Mr. de B----á las de Aix, en Saboya, £ donde le visité poco después. Las aguas le habian propor- cionado muy poco adelanto, ya esterior ya interior- mente. "Le prescribí, entonces, chorros (douches) alter- nados, muy fríos y muy calientes, sobre el perineo y los ríñones, cambiando el chorro, según la sen- sación, de frío ó de calor, se hacia muy viva. La operación la terminaba con el chono frío, á los 20 ó 25 minutos, quedándole la piel muy inyectada, durante algunas horas después. '' Los efectos de esos chorros fueron decisivos : después de la primera serie, las erecciones Uegaron £ tal grado de vigor y duración, que le recordaron al paciente sus primitivos sufrimientos. Después de restablecido, continuó, por algunos dias, el uso de los chorros y, al abandonar £ Aix, las funciones de sus órganos jenitales eran perfectas, habiéndose contenido, con dichos chorros, la demasiado rápida emisión del semen. "Me he estendido un tanto en los detalles de este caso, porque el asunto afecta seriamente los intereses mas graves de la sociedad, así como la dicha y la paz de las familias. Ademas, confieso, que me hallaba altamente interesado en la des- graciada posición de un joven, cuyos males no eran merecidos, ni pudieron proveerse : me compadecía también del dolor de su mujer ; apenas entrada en la pubertad, y precisada á enterarse de tan desagra- dables pormenores. " En el caso de Mr. de B——, es evidente; que los denames involuntarios de semen los producía el estreñimiento. Es verdad que el enfermo habia practicado la masturbación y que, de eUa, habian surjido denames nocturnos, pero el vicio no lo habia continuado mas de tres meses y su salud, aunque por algún tiempo desaneglada, habia vuelto á restablecerse con el ejercicio violento y sostenido. ESPERMATORREA. 213 Hasta, como hemos visto, Mr. de B---- se vio molestado, durante varios años, por erecciones que, á juzgar por los esfuerzos que hubo de hacer para vencerlas, debieron de ser muy violentas. Desdo dicha época, no habia hecho esceso de ninguna clase, ni habia padecido de blenorrájia ó sífilis. No ecsistia pues, en la historia de su vida, mas que el estreñimiento á que poder achacar los denames involuntarios. ' " Mas de donde provino ese estreñimiento? Por cuanto pude aprender de la vida de Mr. de B----, solo podia provenir de su constante ejercicio á cabaUo. Se pasaba dias enteros en la silla, ya cazando, ya recorriendo sus fincas, para vijilar las labores. Poco antes de su casamiento, aun se hicieron mas constantes sus jornadas £ cabaUo y, en esa época, se pasó cuarenta dias sin hacer del vientre. La debilidad de las piernas, las sen- saciones de atolondramiento, &c, se aumentaban, á proporción que el esLrenimiento se hacia'mas rebelde. '' Este caso me recuerda la bien sabido observa- ción de Hipócrates, sobre la impotencia de los Escitas, y no abrigo duda de que su opinión se fundaba en casos análogos al mencionado. Trataré este asunto mas es tensamente en otro lugar ; mas, toda vez que ahora estoy considerando las causas de Espermatorrea, que obran sobre las vesículas seminales, por medio ele la influencia del recto, pongo de manifiesto este caso notable, que hace ver los efectos de un ejercicio prolongado á caballo. ■' Mr. de li----estaba habituado á un alimento nutritivo, era de temperamento marcadamente sanguíneo, con ancho pecho, musculatura poderosa, y una cara muy encendida: no es, por tanto, de estranar, que le sangraran con frecuencia, para aliviarlo en las conjestiones cerebrales á que se hallaba espuesto. En la noche de su casamiento, la sangro se le arrebató á la cabeza con mas fuerza que nunca, de modo que se temió un ataque de 214 ESPERMATORREA. apoplejía: por tanto, la debihdad on las piernas, las frecuentes caídas y los ataques de vértigo, todo se achacó después al estado avanzado del mal en ed cerebro. Esta opinión era natural, mas no fué ecsacta: yo dudé de eUa, desde un principio, sin embargo de presentárseme el enfermo bajo la suposición de que sufría de una afección cerebral. El haber asistido á muchos casos análogos ante- riores, me permitió hacer la verdadera apreciación de este. Todos los que padecen de ese mal, tienen algo de pecuUar en la espresion de los ojos, en las posturas, en la voz y en el aspecto jeneral: cierta timidez y vergüenza, que no es posible el esphcar, pero que lo descubre, al momento, sin poderlo él mismo definir, el médico de esperiencia en ese achaque. Sea de eUo lo que quiera, el relato anterior debiera Uamar la atención al asunto. '' Concedo que las sangrías parecían claramente indicadas, en el caso de M. de B----; mas, la pérdida de sangre no proefujo jamas buenos efectos, inmediatos ó lejanos y^ anahzando el caso cuida- dosamente, los que le asistían debieron haber notado que, con este tratamiento, los ataques aumentaban en frecuencia : las conviciones antici- padas, suelen arrojar un espeso velo sobre los conceptos mas claros. "Los chorros ascendentes, aliviaron el estreñi- miento ; mas, la libre evacuación de las materias fecales, no era suficiente á curar la enfermedad. Los derrames seminales disminuyeron indudable- mente, al ir al siUico y hasta, tal vez, cesaron por completo, pero la orina del paciente continuó espesa y turbia y las erecciones incompletas. La apheacion de hielo y de nitrato de plata, y el uso de aguas sulfurosas, no consiguieron la curación, sin embargo de no ecsistir cambio alguno orgánico en los órganos jenitales. Hemos pues de atribuir la continuación de los derrames seminales, al vaciarse la vejjga, £ la relajación de los conductos espelentes, producida por su larga costumbre de ESPERMATORREA. 215 dejar salir pasivamente el semen. E.sto demuestra la necesidad de cortar, cuanto antes, esa perjudicial costumbre." El siguiente caso, nos enseña los efectos de lombrices en el Recto, tanto para producir y sostener la Espermatorrea, como para inducir á la Mastur- baccion en la niñez. "Mr. R----, estudiante en medicina, disfrutaba de buena salud en su niñez; pero, á la edad de quince años, se sintió atormentado de frecuentes y prolongadas erecciones. Una noche, para aliviar la comezón que sentía al estremo de la pene, frotó ,el órgano fuertemente entre las manos. Esto le condujo á la costumbre, ó mas bien vicio, de la masturbación, £ la cual recurría, á veces, hasta ocho ó diez veces al dia. Su salud se alteró gradualmente, de tal modo, que uno de sus amigos sospechó el hecho y le hizo presente los riesgos de su situación. Aunque no del todo, fué corrijiendose poco á poco, hasta que alcanzó á los veinte años. Al renunciar £ la masturbación, se presentaron derrames nocturnos que, con frecuencia, se re- petían dos y tres veces en una noche. Dismi- nuyeron estos, después de algún tiempo, sin cesar por completo, y entonces siguieron derrames, al obrar y al orinar. De este modo, y á pesar de una continencia absoluta, de un réjimen severo, y del uso de sedativos tónicos y anti-espasmódicos, la salud del joven, por espacio de nueve años, fué diariamente empeorando, Uegando, por fin, á in- capacitarle para todo esfuerzo mental. En 1837, fué á Montpellier ; tenia entonces veinte y nueve años y su estado era el siguiente: estenuacion estremada ; cara páhda; aspecto alelado y embara- zado ; imajinacion oscura; facultades de razonar muy limitadas, no pudiendo coordinar dos ideas, en los asuntos mas senciUos de la conversación ; pérdida de memoria; dolor constante de cabeza, fijo en la frente y en las sienes, y que, al menor estímulo mental, se acrecentaba, acompañado de 216 ESPERMATORREA. temblores nerviosos y de un estado de casi com- pleto idiotismo : el sueño interrumpido y poco refrescante; continuo suspirar; ataques frecuentes de conjestion á la cabeza, especialmente de noche; ruido violento en los oidos, parecido al niurmuUo de una caida de aguas ; vértigo ; sensaciones de atolondramiento, que hacían temer siempre ataques de apoplejía; timidez Uevada á un estremo ridículo, pánicos y sustos, aun durante el dia; carácter taciturno, triste, irritable é inquieto: aversión á la sociedad, y horror el menor ruido ; inquietud, que no podia dominar; gran debüidad; sudores abun- dantes, al menor esfuerzo corporal; coriza, casi constani".; tos frecuente, dura y seca; dolores en la base del pecho, en la rejion del corazón y en la columna del espinazo; apetito voraz; tirazón en la boca del estómago ; dificultad de dijestion, acom- pañada de flatulencia estremada; rechineo de los dientes en el sueño; ardor al estremo de la lengua; dolores punzantes en los intestinos, especialmente en el recto : estreñimiento obstinado, alternando con ataques violentos de diarrea; deposiciones, que contenían gran cantidad de muco, á veces acompañado de sangre; dolores periódicos, en las •orillas del ano, en el perineo, pene y testículos; orina con esceso, frecuente y arrojando, con eUa, siempre, un depósito abundante de materia espesa y blanquecina; derrames involuntarios en el siUico, tanto en estado de estreñimiento como en el de diarrea: frecuentes y prolongadas erecciones, de dia y de noche, con constantes ideas eróticas. " Al ecsaminar al paciente, haUé que la uretra era muy sensitiva, en especial hacia el cueUo de la vejiga: deduje, en consecuencia, que los derrames nocturnos y diarios se sostenían por el estado ele irritación, producido por la masturbación, y resolví emplear la cauterización. Así lo ejecuté al siguiente dia, consiguiendo los efectos inmediatos, usuales; pero, los efectos curativos, no se hicieron notar, cual me habia prometido. Encargué al paciente, ESPERMATORREA. 217 entonces, que observara sus deposiciones y, á los pocos días, me dijo ; que habia notado cpie, con el escremento, salían muchos gusanülos. Le ordené lavativas de agua fria y de agua y sal, que solo produjeron aHvio momentáneo, probablemente, porque el asiento de las ascárides se hallaba en la parte superior del intestino. Unas cuantas dosis de calomelanos, los hicieron desaparecer, sin que jamas volvieran á presentarse y, desde este instante, los derrames involuntarios, diarios, cesaron por completo; los nocturnos se hicieron mas y mas escasos, y el restablecimiento del paciente adelantó rápidamente, Mr. R—— volvió con ardor á sus estudios y, mucho tiempo después, desempeñaba perfectamente todas sus funciones. "Aparece evidente, (pie la irritación, producida por las ascárides en el recto, incitó, primeramente, á la masturbación y, luego, sostuvo las pérdidas seminales. No pudo descubrir esto al principio, porque la rcdacion, que el paciente me envió de su estado, era tan desordenada y falta de claridad, que no me fué posible sacar, de aquel caos, ninguna conclusión satisfactoria: sus respuestas eran, aun mas vagas é inconecsas, de modo quo Eli atención hubo de fijarse, principalmente, en el estado de sus facultades intelectuales y en los abusos que habia cometido. En cuanto vi el escaso efecto de la cauterización, y leí de nuevo sus notas, me fijé mas en las circunstancias, que se rozaban con el principio de la masturbación, y me detuve en ciertos síntomas, á los cuales no habia dado, hasta entonces, gran importancia: estos síntomas, eran: el rechinamiento de dientes, en sueños : la sensación ardiente, en el estremo de la lengua : los dolores, en el recto y en los bordes del ano : la presencia constante de muco, con particulars de sangre, en las deposiciones : y, muy particularmente, la frecuencia y duración de las erecciones y las ideas eróticas que le asaltaban de continuo." 218 ESPERMATORREA. He visto muchos casos, en los cuales las lombrices han causado gran irritación en los jenitales: no me queda duda, que aquellas producen una tendencia £ la masturbación, en ambos secsos: esta circiai- stancia debieran los padres tenerla muy presento. Estoy convencido, de cpie la tendencia á la Esjjermatorrea es, á menudo, hereditaria, de lo cual he tenido pruebas notables en el curso de mi práctica: no entraré ahora en sus detaUes, por ser de naturaleza, cuya comprensión no es fácil á los que no tienen la costumbre de esas observaciones. He conocido muchos casos de hermanos (en una ocasión cinco de eUos) que todos padecieron de eseesivos derrames seminales, á la misma edad, sin haberse entregado á vicio ó esceso alguno. Con frecuencia, ecsiste predisposición conjénita especial, principalmente en los individuos de carácter nervioso : la ostensión verdadera de esta, tendencia, no la comprende la gran mayoría de los facultativos. M. Lallemand, cita muchos ejemplos notables, de dicha predisposición, y no pocos casos pudiera yo también elejir, entre! los que encierra mi libro de anotaciones : me conten- taré, sin embargo, con referir los siguientes. "Por lo jeneral, esa clase de pacientes era ele constitución enfermiza y de temperamento nervioso. mas ó menos marcado : eran delicados, desde la niñez, y propensos á desaneglos espasmódicos. Algunos ele ellos, presentaban contracción involun- taria de los músculos de la cara, balbucencia en el habla, &c.; pero su imajinacion era activa, y muy sutil su sensibilidad física y moral. Su carácter era inquieto y sufrían, con poca paciencia, la con- tradicción y la oscitación mental. "Durante la niñez, ofrecían síntomas locales, cpie denotaban una susceptibüidad peculiar, en los órganos urinarios, haciéndose sentir, sobre estos, todas las impresiones de temor y de ansiedad. Lo eme en otros niños hubiera producido temblor ó palpitación, causaba en eUos la secreción de una ESPERMATORREA. 219 orina clara y acuosa, que se sentían precisados á anojar con frecuencia: el acto se veía acompañado de una sensación de encojimiento en el hipogastro, y de titilación jeneral. Esta condición de los órganos urinarios continuaba, con mas ó menos severidad, en todos los casos, hasta la pubertad, en cuya época se le agregaban otros síntomas. Uno de esos pacientes, esperimentó, un dia, al tener ya diez y seis años, un ataque de initabilidad é impaciencia, que logró dominar: sintió luego, de repente, un deseo violento de orinar, notando, al descargar las últimas gotas; que, con ellas, salia una cantidad crecida de semen puro. Este lance fué el indicio precursor de derrames diarios y nocturnos que, á la edad de veinte y siete años, habian arruinado, completamente, su salud. " Otro paciente, en el momento de competencia, para un premio en el colejio, se vio incapacitado de recordar una espresion, que le hacia falta, sintiendo, al propio tiempo, un vivo deseo de orinar, que resistió apretando fuertemente las piernas: su impaciencia se acrecentó y, muy luego, tuvo lugar una abundante emisión de semen, sin erección y sin placer. '' Un tercero, padeció del mismo modo, en iguales circunstancia: notó que, según se le acer- caba el momento de concluir su tesis, cuanto mas se apresuraba, menos holgadamente fluían sus palabras y, por fiu, al oir el reloj sonar la hora, sufrió tal" desórdeu mental, que casi se desmayó, derramándose en aquel instante. '' Un cuarto paciente, habiendo subido á un alero elevado de un tejado, para cojer unos nidos de gorriones, miró hacia el patio, por debajo; sobrecojiole tal sensación de terror, que se des- mayó : al volver en sí, y sahr de su peligrosa situación, notó que habia tenido una abundante emisión de semen. '•Ygual circunstancia ocurrió á otro, que cayó, por resbalarle el pié, al bajar una escalera de mano. 220 ESPERMATORREA. "Por fin, uno me manifestó que; siempre que miraba hacia abajo, desde una altura, ó tan solo se imajinaba haUarse al borde de un precipicio, esperimentaba, en los órganos jenitales, una sen- sación de encojimiento, que se coma rápidamente £ la raíz de la pene y ocasionaba el derrame. "El movimiento de un columpio, producía igual efecto en otro. '' Casi todos esos individuos eran propensos £ erecciones, y hasta derrames, siempre que monta- ban á cabaUo. "Aun cuando todas estas emisiones involuntarias eran producidas por circunstancias estraordinarias, no hubiera fijado en ellas la atención, si no las hubieran acompañado denames diarios y nocturnos, £ los cuales, la mas leve causa los comunicaba un carácter de mucha gravedad. El mal, sin embargo, no solia tomar un aspecto serio, inmediatamente después de estos accidentes estraños : con mucha frecuencia, por el contrario, solo afectaba la salud del enfermo mucho tiempo después. Mas, como su gravedad no podia esplicarse por ninguna causa fortuita, me veo en la precisión de admitir la preecsistencia, conjénita, de un aumento de sus- ceptibilidad nerviosa, en los órganos jenito-urina- rios. Todo, en suma, indica; que los órganos, de los mencionados pacientes, participaban, mas bien de escesivo estímulo, que cíe debilidad ó relajación: esta condición elebia ser conjénita, puesto que se manifestaba desde la mas tierna infancia. Sin embargo, igual estado de las funciones urinarias, no precede siempre á esa sensibüidad estraordinaria de los órganos jenitales. "En todos los casos referidos, los tónicos y escitantes producían malos efeets, lo cual prueba que los órganos jenitales no padecían de atonía 6 debilidad. ESPERMATORREA. 221 SÍNTOMAS, POR MEDIO DE LOS CUALES, PUEDE DESCUBUHISE LA ESPERMATORREA. Ademas de los efectos, ya enumerados, hay otros síntomas do Espermatorrea, que es de gran utüidad el tomar en cuenta, para el uso del paciente y el del médico. Algunos de estos síntomas, son iguales á los que se observan en otras enferme- dades, pero los hay peculiares á dicho mal, cuya ecsistencia nos permiten el descubrir, cuando no hay, de él, señales mas evidentes. Muchas personas, creen que, en todos los casos, el derrame involuntario de semen indica enferme- dad, y se alarman mucho al esperhnentarle. Esto no es siempre asi, sin embargo, pues, en muchas ocasiones, la emisión la tienen personas de ríjida continencia, á causa de esceso de semen; en- tonces, lejos de ser perjudicial, es beneficiosa. Esto acontece, especialmente, cuando los derrames son muy copiosos; circunstancia que alarma doble- mente, por la idea, que las jentes tienen, de que el daño es proporcional á la cantidad de licor seminal perdido. Mr. LaUemand, dice sobre el particular: "Los derrames nocturnos, mas abundantes, están lejos de ser los mas perjudiciales. Cuando nacen de verdadera plétora espermática, evitan, á menudo, la escitacion erótica, con su séquito de ajitacion, ansiedad, inquietud y mal estar inde- finible, en todas las funciones. A dichos derrames, sigue una sensación jeneral de bienestar: la cabeza se despeja; las ideas se hacen mas claras; los movimientos adquieren mayor soltura ; y hay mas disposición á distraerse y á ocuparse de cualquier modo. Concedo, que los derrames nocturnos no producen, con frecuencia, esos buenos efectos, pero es porque no son, á menudo, la consecuencia de plétora espermática: pueden, también, perder su verdadero carácter fácilmente, de niodo (pie la sola costumbre los haga, mas y mas, frecuentes. Sin 222 ESPERMATORREA. embargo, en la mayoría de los casos, esos denames son de poquísima importancia. " Ese estado de estímulo es, sin embargo, de- masiado violento para que pueda durar, y los órganos se llegan á cansar gradualmente. Privados de sus funciones naturales, y no robustecidos con un ejercicio regular, suelen, por ííd, caer en un estado de atonía ó conservar, las vesículas seminales, la costumbre de contraerse, bajo la influencia de estímulo escaso ó indirecto. Las emisiones causan, entonces, efectos diametrahnente opuestos £ los producidos en un principio. Al andar, se esperimentan sensaciones de desagrado, pereza, peso en la cabeza, desarreglo en las ideas, &c. : esta condición desaparece, en el trascurso del dia y, si no ocurren mas derrames, el paciente se siente perfectamente, al siguiente dia. Después de algún tiempo, esos efectos se vuelven mas serios y dura- deros, requiriendose dos ó tres dias, para que cos< 'n por completo. No ecsiste aun, sin embargo, ver- dadera enfermedad, por cuanto la enconomia no está permanentemente desarreglada; pero hay cierto grado de instabilidad en la salud dcd indi- viduo, que constituye una condición valetudinaria, cuyo progreso es preciso impedir." Los sueños lascivos suelen, por lo jeneral, con- siderarse como causas de derrames nocturnos; pero, en reahdad, eUos son los producidos, las mas veces, por la preecsistente escitacion de los órganos jenitales: debemos, pues, mirar aquellos, como síntomas de escesivo vigor, mas bien que como señales de debilidad ó falta de salud. En tanto no presentan mas que escenas ú objetos placenteros, sin sensaciones desagradables, y no son seguidos de cansancio y debilidad por las mañanas, no indican nada serio. Pero, cuando dichos sueños están Henos de ideas asquerosas, de horribles sen- saciones y de pesadiUas, verificándose los derrames sin placer, y esperimentando el paciente, á la Biguiente mañana, augustia y malestar, entonces ESPERMATORREA. 223 son, aqueUos, signos evidentes de enfermedad. Por regla jeneral; el peligro empieza, cuando cesan las ideas agradables en los sueños : cuando el der- rame ha lugar sin placer alguno, ó con sensaciones de repugnancia, puede considerarse como síntoma alarmante. Derrames diurnos de semen son, por lo jeneral, peores indicios que los nocturnos, muy especial- mente si se verifican espontáneamente, ó á efectos de mero ejercicio. Hay que tener presente que, si bien la pérdida del semen, al mover el vientre ó al orinar, indica, casi siempre, un estado enfermizo de las partes, dicho estado pueele agravarse muchí- simo con el estreñimiento, las arenillas y otras afecciones de los órganos inmediatos : esta con- sideración es indispensable, para poder apreciar los tirados dcd mal. Muchas personas, sin duda pierden el semen años seguidos, por no haberles espHcado oportunamente esas circunstancias : en cuanto se les Uame la atención sobre ellas, les será fácil el descubrir la pérdida, bien se verifique con la orina, ó en el acto de mover el vientre. Cuando ha lugar al orinar, se siente como si se arrojara algo mas pesado que de costumbre, produciendo una Hjera sensación de punzada ó cosquüleo : el líquido se presenta espeso y turbio, flotando, en él, glóbulos semejantes £ goma arábiga, medio disuelta. Si la pérchela se verifica al obrar del cuerpo se esperimenta igual .sensación, y el ostremo de la pene se cubre de un fluido glutinoso que, á veces, gotea, pero que, rara vez, fluye en chorro. Lo jeneral es que la emisión no ocurra hasta des- pués de haber obrado y, tal vez, cuando el indivi- duo se está vistiendo: en tales casos, el derrame es repentino, descargándose de una vez toda la canti- dad. Este acto va precedido de una especie de choque en el perineo y cuello de la vejiga y, en ocasiones, de erecciones parciales, acompañadas de placer. A veces, dicha descarga es de muco simple, mezclado con los fluidos de la Próstata y de las 221 ESPERMATORREA. Vesículas: esto debiera siempre sospecharse, cuando el paciente se queja de tales el Trames, en tanto se procedo al debido eesámen. Esas descargas mucosas, constan ele una gota ó dos, cuando mas, enteramente claras y trasparentes ; en tanto que las de semen son mas espesas, opacas y abundantes. Si antes de hacer del cuerpo el paciente, vacia la vejiga, las pruebas se liaran mas evidentes y, si nota un derrame espeso y gomoso, durante ó des- pués de la evacuación de los intestinos, no debe quedarle duda de cpie es verdadero semen. Cuando el licor seminal sale con la orina, es mas difícil el notarlo, á causa de los varios cambios que esperimenta, y por salir mas diluido; pero daré, minuciosamente, todas las indicaciones, que puedan servir á descubrirlo. En primer lugar, es necesario tener presente ; que el semen no escapa, jamas, en el primer momento -de orinar, sino que acompaña las últimas gotas y, con frecuencia, se presenta después ele haber vaciado, por completo, la vejiga. Generalmente, ecsiste esa sensación peculiar, de que ya he hablado, con un lijero placer, y algunas sacudidas espasmódicas del cuello de la vejiga, por medio de las cuales ha lugar la espulsion de las últimas gotas. Todos estos indicios, bastan á dis- tinguir la Espermatorrea de la gonorrea, ó de la descarga, producida por la inflamación de la uretra; pues, en estas últimas, el muco siempre sale al primer fluir de la orina y no va acompañado de ninguna ele las indicadas sensaciones. Ademas, la naturaleza de la orina si se observa cuidadosamente, bastará, casi siempre, á indicar el carácter del mal. La presencia del semen se halla, casi de continuo, indicada por los glóbulos gomosos, de que he hecho mención, é igualmente por gran número de granulos, de forma irregular, algo parecidos al salvado y que se depositan en el fondo de la escu- pidera. Dichos granulos, son blandos; caen al fondo del vaso, antes de enfriarse la orina, y no se adhieren á los costados: esta circunstancia los ESPERMATORREA. 225 distingue de la arenilla. En suma : ninguna otra descarga ofrece nada parecido á dichos graniUos ; su presencia, es una prueba, segura, de emisión ó derrame involuntario. A veces, los pacientes suelen esperimentar sen- saciones peculiares, en otras partes del cuerpo, cuando padecen de derrames: algunos, tienen dolor en el pezón ó en la parte posterior del cueUo: otros, 1 un calofrió y temblor; y otros, en fin, un ardor al rededor del ano : después de estos síntomas, de seguro hallan en la orina el depósito viscoso. A medida que el mal aumenta, los granillos, en forma de salvado, se hacen mas y mas escasos y, por fin, desaparecen, casi del todo : entonces, es preciso ajelar £ otros síntomas para descubrir la espermatorrea. La orina continua turbia, con el depósito gomoso y, en el fondo, se depositan una cantidad de puntos briUantes, algo parecidos á los que se nota en la harina de maiz, rocíen hervida : dichos puntos, como los granulos, son blandos y no se adhieren al receptáculo. Esta diversidad de aspectos nace de la condición alterada del semen el cual, según el mal va en aumento, pierde, gradual- mente, su carácter usual y cambia, por fin, com- pletamente. He conocido pacientes, muy ocupados en el estudio, los cuales tenían emisiones involuntarias, de un modo muy ostraño. Mientras estaban del todo quietos, sentían una sensación en el perineo ó en la raiz ele la pene, como si, ele pronto, las partes se vieran atraídas y comprimidas. Con tal fuerza, y tan marcadamente, suele esto esperimentarse, á veces, que el individuo se sobresalta, de repente, y aprieta las partes con las manos. La sensación dura muy poco y no ocurre nada mas, si per- manece tranquilo : pero, en cuanto se ajita un poco, ó la próesima vez que orina, una porción de séineu fluye. Esto prueba que el derrame, en realidad, ha lugar cuando se esperimenta la sen- sación ; pero, no habiendo, en aquel momento, 226 ESPERMATORREA. acción en los músculos para espelerlo, esto sucede luego, en el momento en que las partes funcionan para cualquier otro objeto. YMPOTENCIA, CAUSADA POR DERRAMES INVOLUN- TARIOS. Siempre que la impotencia no es resultado de alguna de las causas mencionados .en la parte ' anterior ele esta obra es, casi siempre, producida j por el derrame: pudiera decirse, en términos jene- rales, que nace de las emisiones seminales, con mas frecuencia que de ninguna otra cosa. De dos modos tiene lugar la impotencia, en el caso de derrames: primero, por mecho de la destrucción de potencia en los Órganos Genitales, á efecto de la debilidad : segundo, por el cambio especial que produce en el semen. Para que haya erección, es indispensable la ecsistencia de semen saludable en las vesículas seminales : si no ecsiste dicho semen. en las condiciones indicadas, no puede haber erección y, naturalmente, el individuo es impotente. Se desprende, pues, que toda causa, (pie destruye la vitalidad y saludable condición del semen, debe conducir, por necesidad, á la impotencia : nada es mas propenso á producir ese efecto dañino, que los derrames involuntarios continuados. El como los derrames involuntarios, ó esper- matorrea, por cualquiera causa, afectan al semen, se esphca del siguiente modo. Ya se ha dicho antes, que los Animálculos Seminales procedían de ciertos granitos, ó vesículas, las cuales se haUan, al principio, en el semen de los Testículos y que, revetandose oportunamente, dejan salir á dichos Animálculos, en eUas contenidos. Estos pequeños seres vivientes, son la parte mas esencial del fluido seminal que, sin ellos, ni puede obrar debidamente sobre los órganos masculinos, ni impregnar el huevo femenino. Es evidente, por tanto, que si, cual acontece con la Esperma- ESPERMATORREA. 227 torrea, el desarroUo de los Animálculos se paraliza, la Ympoleiicia y la Esterilidad han de ser las forzosas consecuencias. Es indispensable que el semen, después de salir de los Testículos, per- manezca algún tiempo en el Vaso Deferente y en las Vesículas, para que estas maduren y, perfeccio- nando los Zoospermos, los arrojen al reventar: si el semen sale demasiado pronto del cuerpo, lo dicho no tendrá tiempo para verificarse. Cuanto necesita estar el semen en el cuerpo, después de formado en los testículos, es cosa cpie se ignora; mas, es probable, que varié en diferentes individuos, y hasta en diferentes circunstancias de la misma persona. Durante algún tiempo, los órganos, si están sanos, pueden perfeccionar el semen rápidamente, de modo que el hombre lo derrame con frecuencia, sin que se deteriore la calidad: mas, si el esceso de derrame continua demasiado, el vigor de las partes va, gradualmente, debilitándose y, al fin, el semen sale imperfecto. Esto es precisamente lo que acontece con los escesos crapulosos y con las emisiones, involuntarias : no habiéndose permitido al semen el permanecer en los órganos el tiempo suficiente, en vez ele animálculos, solo se hallan en él los granillos, que los hubieran desarrollado, ele quedar en el cuerpo el tiempo reclamado por la naturaleza. Esos granulos, son los puntos brü- lantes qyte. se observan en la orina, en los casos de largamente continuadas emisiones involuntarias: probablemente, también, los glóbulos, en forma de salvado, que se notan en períodos menos avanzados, no son otra cosa que las vesículas en estado por desarrollar. En muchos casos de Espermatorrea muy antigua, tanto si procede de escesos, como si es involuntaria, el cambio del semen es aun mas notai#ie, pues solo se presenta en forma de agua de goma clara, incapaz de impregnar, y hasta de estimular la erección. Esta es la esplicacion ver- dadera de la impotencia y esterilidad, que aquejan á los que se HaUan estcuuados por escesos, ó á los 228 ESPERMATORREA. que han padecido mucho de derrames involuntarios, demostrándonos, también, lo esphcado, lo que, en reahdad, hace falta, para conseguir la curación. Si podemos contener las emisiones y restablecer, en los órganos, cierto grado de tono y vigor, podrá el semen conservarse, en eUos, lo bastante para perfeccionarse, devolviendo al paciente las faculta- des de erección é impregnación. Las probabili- dades de conseguir esto, disminuyen en proporción del tiempo que han durado las emisiones : llega el caso, en que todos los esfuerzos son inútües. Sin embargo, he conocido ejemplares notables de restauración del poder, en circunstancias las mas desfavorables. En cierta ocasión, un individuo, de 47 años, vino á consultarme, después de nueve de completa impotencia; durante los cuales, no habia dado la mas leve muestra de potencia secsual, ni se habia visto, apenas, libre de derrames, que eran casi como agua. Según su propio relato, esa desgraciada situación era debida á su anterior vida Hcenciosa, durante la cual se entregó, con esceso, £ los placeres, hasta que el mísero estado de su salud jeneral y, por fin, la pérdida completa de potencia, pusieron á ellos término forzoso. Me vi precisado á manifestarle; que las probabihdades de restauración eran tan remotas, que no era prudente el pensar siquiera en ellas, y que no me consideraba autorizado £ darle esperanza alguna. Eran tales, sin embargo, sus deseos, y tanto me instó para que le tomara á mi cuidado, que accedí á eUo, si bien con mucha repugnancia y con presentimientos de mal écsito. Por fortuna, era hombre desocupado, rico y dispuesto á observar, impHcitamente, todas mis prescripciones. El mé- todo particular, seguido en esa ocasión, no considero necesario el indicarlo, puesto que me ocuparé de eUo, en jeneral, mas adelante: me limitaré £ esponer los resultados, como prueba de lo que puede, á veces, conseguirse, aun en las circunstan- cias mas contrarias. Tuve á dicho paciente, bajo ESPERMATORREA. 229 mi constante cuidado, durante quince meses; al cabo de los cuales, su potencia secsual se haUaba suficientemente restablecida para consentirle el I que se casara, lo cual Uevó £ cabo y fué padre de : familia. Tres meses fueron necesarios para con- . tener los denames constantes, y seis mas, luego, I para que los animálculos empezaran á presentarse | en el semen: después, los adelantos fueron rápidos ' y decisivos. Con todo, presumo que su potencia ' no llegará á ser lo que fué antes, ni siquiera lo que hubiera sido sin sus escesos; y es indudable, que el poder secsual lo conservará menos tiempo de lo que, en estado de salud continua, le -hubiera durado. En los casos en que la impotencia es solo parcial, ó es de fecha reciente, un tratamiento adecuado, casi siempre, produce una mejoría notable. Los momentos, sin embargo, son preciosos en ese mal: ninguno debiera mirar con indiferencia la menor disminución de su vigor secsual, si esta continua. Un pequeño abandono puede hacer perder las pro- babihdades de restablecimiento: no hay que, olvidar, al propio tiempo, que, en la mayoría de los casos, los desarreglos que causan la impotencia tienen, £ menudo, serias consecuencias y, por lo jeneral, destruyen de tal modo la salud, que ponen la vida en peligro. Casi diariamente, se me presentan casos de es- permatorrea y, si bien he de confesar que, en algunos, el remedio es imposible, en muchos, el resultado del tratamiento es satisfactorio, y capaz de infundir fundadas esperanzas £ todo el que padece de ese mal. ' Suele, de vez en cuando, presentarse una clase ' de efecto de la espermatorrea, distinto de todos los [ descritos . anteriormente y que es, en ocasiones, de ' sobrada importancia, tanto soeialmente, como bajo el punto de jurisprudencia médica. Algunos pacientes, de hábitos corporales vigorosos, conti- núan secretando el semen y conservan las facultades 23ly ESPERMATORREA. de cohabitación, aun después de que el mal ha ecsistido por bastante tiempo. Pueden, sin em- bargo, ser estériles, sin ser del todo impotentes : la culpa de la infecundidad suele, en tales casos, achacarse á la mujer, por no ecsistir defecto aparente en el hombre. Como he dicho antes, estos individuos pueden cohabitar y derramar semen; pero, al ecsaminar el fluido, se vé que ninguno de los animálculos es perfecto, estando, 6 muertos, ó £ medio formar. El semen, en suma, es bastante perfecto para estimular, hasta cierto punto, los órganos mas- culinos, mas no lo suficiente para impregnar el huevo de la mujer : estoy persuadido, que muchos casos, de supuesta esterilidad en las mujeres, son debidos, tan solo, £ defectos de esa clase en los maridos. He conocido hombres, que padecían de dicha falta y que, sin embargo, eran notablemente activos y vigorosos, sin que pudiera descubrírseles imperfección alguna, hasta que se hizo uso del microscopio para reconocer el semen. M. LaUe- niand, fué el primer autor, que hizo mención ele ese importante asunto: sus reflecsiones, merecen bien que se las lea :— " Ynfecundidad. La impotencia es causa abso- luta de infecundidad, por cuanto impide que se reahcen las condiciones necesarias á la fecundación: aun cuando el individuo pueda consumar el acto del coito, no por eso se desprende que sea siempre capaz de perpetuar su especie. La estrechez ele la uretra, puede ser un obstáculo á la emisión del fluido seminal y esté verse, también, dirijido hacia la vejiga, ó hacia los costados de la Uretra, á causa de la deviación, ó torcedura, de los orificios de los conductos espelentes. La secreción, puede sufrir alteración en su naturaleza, contener espermatozo- arios imperfectos, &c. Un hombre pues, está espuesto á ser ésterü sin ser impotente. Por otra parte, he conocido muchos individuos, que sufrían de derrames diarios y que, sin embargo, tuvieron, ESPERMATORREA. 231 en ese estado, hijos, que se les parecían ecsacta- mente._ Hasta he conocido casos, en que las emi- siones involuntarias eran hereditarias, sufriéndolas el hijo lo mismo que el padre. El mal es, con todo, esencialmente irregular en su curso: á veces, continua, por largo período, sin causar daño grave á la salud: otras hay intervalos en las emisiones, y hasta una desaparición completa del padeci- miento, por tiempo, mas ó menos prolongado : podemos, pues, comprender fácilmente que, en el primer grado, ó durante uno de los períodos de cesación del mal, sea posible la fecundación. Cuando la enfermedad está demasiado adelantada, ecsisten muchas causas para que el coito sea in- fructífero. El derrame es débil y prematuro, de modo exue el fluido seminal no se arroja á la cavidad del útero : no basta, para la fecundación, el derramar el semen sobre la vajina, es necesario espelerlo con fuerza suficiente, para que penetre por el orificio del cueUo uterino. Ademas, en esos casos, las erecciones, aun cuando consientan la unión de los secsos, son incompletas y de corta duración, y el derrame se verifica muy pronto y sin fuerza: con actos tan rápidos, el útero y las trompas de Falopio no tienen suficiente tiempo para esperimentar el estímulo, que requieren para trasmitir el semen á su destino, aun después de pasar el cuello del útero. El mismo semen sufre grandes alteraciones, á las cuales, tal vez, hay que atribuir principalmente su pérdida de poder fecun- dante. Las investigaciones Microsce'picas han aclarado este asunto, antes tan oscuro : he descu- bierto, por ejemplo, que los espermatozoarios sufren cambios, semejantes á los del fluido que les sirve de conductor: estos cambios, son en estremo importantes, y debidos á formación defectuosa. Los animálculos, suelen haUarse en un fluido menos opaco y menos espeso de lo natural, porque no proceden de las mismas partes ni son producidos del mismo modo; pero, cuando la secreción es 232 ESPERMATORREA. enteramente clara y acuosa, las funciones se hallan tan seriamente afectadas, que los animálculos se alteran, presentándose menos desarroUados, menos opacos y menos activos, que lo están en su estado natural: son, en reaHdad, tan trasparentes, que se requieren precauciones especiales para descubrirlos : sus movimientos son débiles y pau- sados; cesan muy pronto, y se descomponen rápida- mente. Todas estas circunstancias, demuestran cuan relajada es su estructura y cuan imperfecta su organización. " Es evidente, que la menor paralización en el desarroUo de los espermatozoarios, debe ser un obstáculo insuperable para la fecundación, aun cuando la sola función de los animálculos fuera la de conducir el Hcor seminal al huevo. Sin em- bargo, cuando la imperfección del desarroUo pro- cede de formación demasiado rápida, puede pronto ponerse remedio. Basta el que los derrames in- voluntarios cesen, solo algunos dias, por alguna causa accidental, ó por uno de los cambios espon- táneos de esta estraordinaria enfermedad, para que los deseos se hagan mas vívcns, las erecciones mas enérjicas y prolongadas, y las funciones, en fin, se desempeñen de un modo natural. La fecundación, por tanto, cual ya he cucho antes, puede efectuarse durante el tiempo en que ocurre una de las indica- das intermisiones. "Esto no acontece cuando los espermatozoarios son mal formados, rueHmentarios, mas ó menos faltos de cola, &c, por cuanto, tales cambios, no han lugar sino cuando ecsiste una seria alteración en la estructura de los testículos. He aprovechado todas las oportunidades de disecar, en casos de esta naturaleza, los testículos alterados; siempre he encontrado la estructura secretoria mas pálida, mas seca, y mas densa, que lo natural, y el tejido celular mas consistente, permitiendo, con dificultad, á los conductos secretorios, el separarse unos de otros. A veces, .una mitad, ó dos terceras partes, ESPERMATORREA. 233 del testículo, se haUaban trasformados en un tejido fibroso, ó fibro-cartilajinoso, mezclado, cu ocasiones, con una materia tuberculosa. Lo mismo acontece en la epidídimis, en la cual he descubierto síntomas de depósito huesoso, en medio de las endurecimientos cartilajinosos. Estos cambios, causados por anteriores inflamaciones, csplican perfectamente, porque el desarroUo de los esper- matozoarios no puede proseguir de una manera normal. "Aun cuando, en casos tales, la secreción del semen se vea, mas ó menos, disminuida, los der- rames seguirán, si las vesículas seminales han par- ticipado de la inflamación que afectó los testículos; lo cual acontece en la mayoría de los casos de orquitis, procedente de blenorrájia. Asisto, en la actualidad, á un paciente, eme ofrece un ejemplo notable de ambos efectos citados,^ derivados de la misma causa : tiene, el enfermo,' cuarenta y un años de edad y, á los veinte y cinco, padeció de blenorrájia, seguida de inflamación de ambos testículos. Poco tiempo después de restablecido, se casó, sin haber tenido hijos; aun cuando el acto de la cohabitación lo ha desempeñado, si no con fre- cuencia, con regularidad. Se vio aquejado de derrames nocturnos y, á veces, diurnos, los cuales se aumentaron gradualmente y, alterando su salud, le permitieron, sin embargo, el verificar el coito. Aun cuando el semen finia y gozaba de su olor característico, no preseutaba, al eesámen micros- cópico, mas que glóbulos muy pequeños y bri- llantes, sin síntomas de cola, pero que se diferen- ciaban de los glóbulos de muras, cuyas chmensiones son cinco ó seis voces mayores. El epididimo, ele ambos lados, es voluminoso é irregular: uno de los testículos, está adherido á la piel del escroto y el otro, aparece menor que lo natural. " La deíectuoia formación de los espermatozo- arios nace, por tanto, de cambios profundos en los tejidos de los testícnlos, cpie no consienten que los 234 ESPERMATORREA. animálculos adquieran su forma normal y hacen, de consiguiente, permanente la infecundidad. " En resumen: los derrames involuntarios pueden oponerse á la fecundación, antes de pro- ducir la absoluta impotencia, disminuyendo la enerjia de los fenómenos, que concurren al desem- «peño del acto, é impidiendo el desarroUo de los espermatozoarios, así como la elaboración del fluido, que obra como conductor de los mismos. "Estas condiciones, pueden verse rápidamente modificadas, con la simple disminución de los derrames involuntarios; haciéndose, de nuevo, posible la fecundación. "No es posible que esto acontezca, cuando la infecundidad es efecto de la defectuosa formación de los espermatozoarios, puesto que, esta mala formación, tiene su oríjen en la alteración per- manente de los órganos que producen los animál- culos." ECSÁMEN MICROSCÓPICO DEL SEMEN. Este es un asunto de gran interés para todos, y de inmensa importancia para los facultativos y para los pacientes. El modo conveniente de hacer esas observaciones, lo ha esphcado tan claramente M. LaUemand, que nada puedo hacer mejor que copiar sus observaciones, añadiendo, por mi propia esperiencia, que, con buenos instrumentos, él procedimiento no ofrece dificultad alguna. " Ecsámen Mia^oscópico.—Desde el descubri- miento de los Espermatozoarios, su presencia, en el fluido seminal, ha Uamado la atención de cuantos han tratado de HaUar medios de distinguirlo de otros fluidos. El ecsámen microscópico de los animálculos seminales requiere, no solo un instru- mento escelente, sino ciertas precauciones, que pueden omitirse en la observación de objedos mas groseros. Como dichos animálculos no jiueden distinguirse, sino por medio de la trasmisión de la ESPERMATORREA. 235 luz, se hace preoiso que el cristal, que ha de servir al ecsámen, sea de grueso uniforme, sin rayas ni ampollas. El fluido, que se trata de observar, debe cubrirse con otro cristal, hecho £ drede, y sumamente delgado: el uso de un trozo de mica no es conveniente pues, rara vez, está Hbre de grietas, ni es del tóelo trasparente. Esa lámina, muy fina, de cristal, es indispensable para disminuir, en lo posible, el espesor del fluido; hacerlo de un grueso igual; evitar la evaporación ; é impedir que esta enturbie el cristal objetivo. Una sola gota de semen basta para un ecsámen completo: mayor cantidad, es siempre un inconveniente. El cristal fino, que cubre al líquido, debe apretarse un poco contra el inferior, á fin de estender el semen, evitar las corrientes, cpie se formarían sin esa precaución, y espeler las burbujas de aire. Aun cuando parezca que los cristales se tocan, los animálculos se mueven con completo desembarazo, en el espacio imperceptible que los separa, mientras estos con- servan su enerjia, y la evaporación no ha sido demasiado grande : si esto acontece, una gota de agua tibia favorece mucho el ecsámen y prolonga los movimientos de los espermatozoarios. Por muy tenue que sea la capa de líquido, es imposible el observar todo su espesor, desde luego, con un foco muy fuerte; hay que alterar este, con frecuen- cia, £ fin de que nada escape á la observación. "Esto es tanto mas necesario, al reconocer una gota del fluido, obtenido de los derrames diurnos, por cuanto, con mucha frecuencia, solo contiene dos ó tres animálculos. Es necesario cambiar, con fre- cuencia, la posición del reflejador, á fin de variar la dirección y la intensidad de la luz. Los es- permatozoarios, en casos de enfermedad son, á veces, sumamente transparentes, de modo que la luz perpendicular, demasiado viva, no es la mejor para observarlos. Es muy conveniente el variar la densidad del fluido que se ecsamina, bien añadién- dole agua, bien dejándole evaporar. El semen 236 ESPERMATORREA. contiene materias, que proceden de las vesículas seminales, do la próstata y de la uretra y, cuando el fluido es demasiado espeso, dichas materias ocultan £ los animálculos. Colocando una gota de agua, sobre el borde del cristal que cubre al semen, aqueUa penetra por entre los dos cristales y, sobre aislar mas á los espermatozoarios, permite definir mejor sus contornos, disminuyendo la densidad del fluido. Por otro lado, la facultad de refracción de los animálculos, se diferencia muy poco de la del fluido en que se haUan y la luz atraviesa las partes mas delgadas, sin ofrecer á la vista imájenes bien definidas. En estas ocasiones, solo se notan unos glóbulos, muy pequeños y brillantes, de forma oval,- terminados por un punto diminuto. En cuanto el agua empieza á penetrar por entre los cristales, el rápido movimiento, £ que da lugar, impide distinguir bien los objetos; pero, al mo- mento que se restablece la quietud, las colas de los animálculos se hacen visibles y su tamaño aparece como aumentado, á consecuencia de la disminución de densidad del fluido que los rodea: el agua basta £ producir este resultado. Los indicados efectos se hacen mas patentes, cuando se añade una gota de alcohol; pero, como este ájente altera, después de algún tiempo, la forma ele los animálculos, es preferible emplear el agua, si la observación ha de ser larga. "La evaporación produce, aveces, cambios no menos notables en el fluido seminal. Con fre- cuencia, en casos de espermatorrea, me ha sido imposible el descubrir nada en el fluido que ecsa- minaba, por media hora, una hora, ó mas : luego, de repente, un animálculo se ha presentado, ense- guida una docena y, por fin, tal vez un centenar, en el intervalo de pocos minutos. A la siguiente mañana, cuando el fluido se ha secado por com- pleto, no quedan trazas de los animálculos: lo mas que be podido descubrir, han sido sus colas; el resto se haUaba embebido en el muco seco. La ESPERMATORREA. 237 mezcla de una gota de agua, ha renovado los fenómenos, observados la noche anterior. 1' Dichos fenómenos, se esphcan senciUamente: cuando la fuerza de refracion de los animálculos es igual á la del fluido circundante, la luz atraviesa todo del mismo modo y la masa se presenta homo- jénea. La evaporación obra con mas rapidez sobre el líquido, que sobre los cuerpos organizados que contiene y, cuando la diferencia de densidad cambia el poder de refracción, las formas de los esperma- tozoarios se definen, momentáneamente, á causa de haberse cpiedado mas trasparentes que el resto del fluido. Cuando la desecación se ha completado, los animálculos vuelven á desaparecer, por que los poderes refractarios, del muco y de los animálculos secos, son iguales. La absorción de una pequeña cantidad de agua reproduce el fenómeno, que puede repetirse, casi indefinidamente; pues la materia, encenada entre los dos cristales, no es- perimenta otra clase notable de alteración. '' Para que se sepa el modo ele ecsaminar y des- cubrir prontamente los espermatozoarios en casos de enfermedad, es necesario estudiarlo y practicarlo bien en estado de salud; lo cual puede hacerse del siguiente modo.—Después del coito, siempre queda en la uretra una cantidad de fluido seminal, sufi- ciente á una completa y minuciosa observación. Este semen, se obtiene apretando el conducto, poco después del acto, y recojiendo, en un pedazo de cristal, la gota de fluido, que asoma al orificio de la glande. En esta gota, pueden verse mulares de animálculos, que se ajitan, como otros tantos sapiUos, en un charco ele agua estancada; con la sola chferencia, que las colas de los espermatozo- arios son mas largas y mas delgadas, en prpporcion, y que la cabeza tiene, cerca ele su unión al cuerpo, un punto brillante. El escesivo número de los animálculos impide, por lo jeneral, el poderlos ecsaminar cómodamente : es preciso estenderlos, introduciendo una pequeña cantidad de agua y 238 ESPERMATORREA. apretando bien el cristal delgado, que cubre el h'quido, en cuyas oriUas es donde se presentan menos amontonados. Si el agua que se agrega es tibia, de la temperatura del cuerpo, los movimientos de los espermatozoarios son libres y vivos, con- tinuando así hasta que el enfriamiento, ó la eva- poración, los afecta. Precaviendo estas dos causas de alteración, pueden mantenerse los animálculos en movimiento, durante varias horas. "Cualquiera que sea el tiempo transcurrido después del coito, hay siempre espermatozoarios en la uretra, en tanto no los arrastra consigo la orina. Aun cuando el estremo de la glande esté enteramente seco y la presión, á lo largo de la canal, no demuestre humedad alguna; al orinar, sin embargo, pueden descubrirse animálculos en la primer gota que sale. Esta gota puede recibirse sobre el cristal, lo cual es, tal vez, el modo mas natural de obtener espermatozoarios, para ecsámen microscópico. " Es evidente; que iguales esperimentos pueden hacerse en los casos de derrames nocturnos, lo mismo que en todos los otros, cualquiera que sea la forma en que han lugar. Pero, será fácü el cometer muchos errores, si se empieza ecsaminando el semen en estado de enfermedad, por cuanto, en el de salud, es cuando los espermatozoarios se hallan mas activos, y en mas completo desarroUo ; viviendo, por mas tiempo, después del coito, que después de cualquiera otro derrame monos natural. '' Descritos los medios de verificar los eesámenes microscópicos, procederé á manifestar los resul- tados. " Espermatozoarios.—De treinta y tres cadáveres, que he ecsaminado para descubrir espermatozoarios, solo en dos de aqueUos hallé animálculos en los testículos. Uno de dichos dos, murió de resultas de una caida, al dia siguiente de sufrirla : el otro, faUeció de una gastro-enterítis aguda. En el primero, el fluido seminal era abundantísimo y ESPERMATORREA. 239 con tenia el mayor número de animálculos. Los demás pacientes, murieron de enfermedades cróni- cas, después de prolongados sufrimientos: uno solo de ellos faUeció de peritonitis aguda, al segundo dia; pero tenia setenta y tres años de edad. Treinta y uno do los cadáveres, tenían los testículos blandos, descoloridos y como marchitos. Al dise- carlos, presentaban un color ceniciento y.no encer- raban líquido; la estructura era casi seca, con algunos vasos sanguíneos; y los conductos secre- torios se separaban, uno de otro, con facilidad y podían estenderse, bajo el microscopio, sin que se rompieran. Presentaban granulos muy brillantes, todos de aspecto ecsactamente igual; del tamaño de la cabeza de un espermatozoario y diez veces menores que los corpúsculos de la sangre y del muco, de los cuales se diferenciaban por la cons- tancia y regularidad de su forma. Esos cuerpos brillantes, (pie reemplazaban á los espermatozo- arios, son dignos de Humar la atención, porque ofrecían bastante analojia al aspecto que presenta el semen en circunstancias dadas. " Para poder ecsaminar lo que contienen los conductos secretorios del testículo, es necesario estender parte de uno de ellos bajo el microscopio y, después de haberlo observado, cuando está seco, introducir entre los cristales una gota de agua, para humedecerlo y seguir los cambios que se efectúan : luego, apretar el cristal para que, aplas- tando las paredes del conducto, rompan, y hngan salir liarte de lo que contienen: por fin, ecsaminar, de nuevo, cuando la desacacion es completa; por cuanto, entonces, se presentan mas visibles los espermatozoarios cpie se hallan en los conductos. "Escepto en los mismos dos casos, en que los hallé en los testículos, np he encontrado animál- culos en el epididimo: en las ciernas ocasiones, solo he descubierto espermatozoarios en el vaso defer- ente, ó en las vesículas seminales. • El individuo, que murió £ la edad de setenta y tres años, no 240 ESPERMATORREA. tenia animálculo alguno. Me ha parecido siempre; que los animálculos disminuían en proporción de lo que habían sufrido los pacientes y, por lo jeneral, en casos esfremos, solo los he encontrado en las vesículas seminales. Cuanto menor era cd número de los espermatozoarios, mas difícil se hacia mi ensarnen, á causa de su escesiva trasparencia: en algunas ocasiones, solo los he descubierto de repente, después de haber estado una hora, ó dos, ^ ecsaminando el Kquido, que parecía enteramente homojéneo. Las dimensiones de los animálculos, en esos casos, eran las mismas que las de los mas desarroUados, pero eran páHdos, en toda su osten- sión, y mas trasparentes que el fluido que los rodeaba. La completa desecación los hacia, con frecuencia, desaparecer elel todo; mas, la absorción de un poco de agua, hacía que volvieran á repro- ducirse los mismos fenómenos. "En casos de tisis, caries de las vértebras, tumores blancos, &c., he hallado mucha dificultad en encontrar animálculos, lo cual atribuyo, á que dichas enfermedades tardan mucho en causar la muerte. " En las vesículas seminales, y especialmente al fondo de cualquiera depresión, he hallado, casi siempre, una sustancia espesa y grumosa, variable en aspecto y color, pero pareciéndose mucho £ engrudo espeso, mas ó menos trasparente. Con un cristal de mucha fuerza, los granillos, de dicha sustancia, aparecen grandes, irregulares, mas ó menos opacos, y sin forma constante. Son, á no dudarlo, productos de la membrana interna de las vesículas, por cuanto se presentan, con caracteres idénticos, en las vesículas accesorias del erizo, de la rata, &c, cuyas vesículas no contienen, jamas, animálculos seminales, ni comunican directamente con los vasos deferentes, los cuales, á su vez, nunca encierran semejante sustancia. Dicha ma- teria es, por tanto, análoga á la que secretan las folículas prostáticas, las glándulas de Cowper, &c. ESPERMATORREA. 241 Sus funciones son las mismas y, por muchas razones, merecen una atención especial. " La secreción del semen, disminuye en todas las enfermedades graves, y los derrames seminales se hacen muy escasos, especialmente hacia el fin. No es, por tanto, de estranar, que los productos de la membrana mucosa prevalezcan, en tales pacientes, sobre los de los testículos, y que dicho muco se haga mas consistente, durante su larga permanencia en las depresiones de las vesículas. De ahí nace la diferencia, que se nota, entre el semen, obtenido en las vesículas después de la muerte, y el que derrama una persona en estado de salud. Sin embargo, después de una continencia muy pro- longada, se encuentran en el semen, con frecuencia, graniUos, mas ó menos grandes, que son entera- mente distintos de la parte fluida. Cuando las emisiones son mas frecuentes, pueden observarse graniUos de la misma clase, pero mucho menores. Estos hechos son importantes, cuando se trata de espliear varios síntomas de derrames diurnos. " Ya he manifestado que, al hacer á los pacientes que orinen en el baño, el semen, que fluya, puede distinguirse fácilmente, por medio de sus glóbulos, que jiran, de uno á otro lado, en medio ele la nube que produce la orina al concluir- Por lo que acabamos de espliear, es evidente; que dichos glóbulos proceden de la membrana interna de las vesículas seminales. Tal vez no ecsistan en casos muy severos, cuando el semen no tiene tiempo para adquirir consistencia, pero su presencia no deja duda de que ocurren derrames diurnos, pues no pueden proceder mas que de las vesículas seminales. Por otro lado, he haUado siempre espermatozoarios, en la orina de los pacientes, que han observado aquel fenómeno en el baño. Las mismas retiecsiones sirven, al tratar de los glóbulos, que deposita la orina, en ciertos casos de derrames diurnos, y cuyos glóbulos han sido comparados, por algunos, á granos de salvado; por otros, £ 242 ESPERMATORREA. semiUa de mijo, cebada perlada, &c, según su tamaño. Dichos glóbulos se hacen notar, en el momento en cnie ha salido la orina : son redondos, muy blandos y no producen sensación alguna, cuando se estrujan entre los dedos, pulgar é índice: no pueden pues confundirse con sales de la orina, las cuales no se depositan hasta que el líquido se ha enfriado; tienen estas, ademas, forma cristalizada y presentan, al tacto, un cuerpo duro. El muco de las vesículas no se deposita, tampoco, hasta que la orina se enfria y no ofrece granillos briUantes. En cuanto al pus, su presencia es de muy sencilla distinción, Siempre que los espresados glcíbulos se presentaban en la orina, he haUado animálculos, y de ahí el que los considere como señales infalibles de derrames diurnos. "He observado, también, que cuando, en algunos casos, se aprocsima la orina £ la luz, se presenta una nube blanquecina, en cuyo centro se notan multitud de puntos brillantes, enteramente caracter- ísticos : estos gleíbulos son menores y, por consi- guiente, mas lijeros que los que, en otros pacientes, caen al fondo del sillico, y no se observan, ni en el muco de la vejiga, ni en el fluido de la próstata, el cual es el único que ofrece nubes semejantes á las ele los derrames diurnos. Los puntos briUantes, proceden también de las vesíaulas seminales y su presencia, por tanto, es una indicación de que la orina contiene semen, lo cual lo he comprobado yo, á menudo, con el microscopio. Debo, sin embargo, prevenir, á los que deseen repetir mis esperimentos, que no han de buscar los esperma- tozoarios en la nube blanquecina, sino en el fondo de la vasija, á donde caen pronto, á causa de su mayor gravedad específica. El resultado de todas t mis observaciones, sobre los cadáveres, ha sido el convencerme de la influencia que ejercen, sobre los órganos espermáticos, las enfermedades graves y prolongadas. Las variaciones no se hacen solo sentir, en dichos órganos, en el estado mórbido, ESPERMATORREA. 243 pues diferencias, igualmente notables, ecsisten, £ veces, entre individuos en plena salud, tanto en la cantidad de semen secretada, en un tiempo dado, cuanto en el número, aspecto y tamaño de los animálculos; en este último estremo, he notado diferencias de una tercera parte, mas ó menos, y hasta, en ocasiones, de una mitad. Esta compara- ción puede verificarse sencillamente: cuando el semen se encierra bajo un cristal delgado, en la forma que he esphcado antes, no hay pehgro de que sufra cambio alguno, de modo epie, con la añadidura de una gota de agua, puede, á todo momento, compararse con una prueba fresca. La facilidad con epie ocurren los derrames nocturnos, me ha permitido el someter á ecsámen microscópico el semen, recojido de aqueUos, y procedente de individuos en grados distintos de salud. Al principio, cuando las emisiones son aun raras y el semen conserva sus característicos usuales, los animálculos no presentan circunstancia nota lile, en cuanto al número, tamaño, ¿c.; pero cuando la enfermedad ha llegado á un estado de gravedad, suficiente £ afectar el resto del sistema, el semen se hace mas líquido, y menos desarroUa- dos, y menos vivos, los animálculos : su número, sin embargo, no disminuye aun sensiblemente; al contrario, mas bien parecen aumentarse. Según el mal se acrecenta, las erecciones disminuyen, el semen se vuelve mas acuoso y los animálculos son, £ menudo, una cuarta ó una tercera parte menores que lo natural; siendo difícil el distinguirles la cola, con una fuerza, en el lente, de trescientos diámetros. En períodos mas avanzados, el número de los espermatozoarios se hace aun menor y, en dos individuos, en el último estado de dolencia, el semen no contenia ya animálculos, si bien conser- vaba su olor característico. Al ecsaminar, con lente poderoso, y todas las precauciones, solo hiülé, en dicho semen, glóbulos brillantes, todos 244 ESPERMATORREA. ecsactamente iguales y del tamaño, con corta diferencia, de la cabeza de los espermatozoarios. "Los ecsámenes, practicados sobre el semen, sahdo en los esfuerzos en el siUico, me han dado resultados análogos. Cuando dichas pérdidas ocurren solo accidentalmente, á largos intervalos, el semen es espeso, blanquecino, impregnado de un olor fuerte, y abundante en animálculos bien desarroUados, de los cuales he hallado, á veces, algunos vivos, después de una ó dos horas. Cuando las pérdidas se hacen tan frecuentes, que Uegan á constituir un mal, se vuelven menos abundantes y el semen pierde sus propiedades normales: los espermatozoarios son, por lo jeneral, menores que en el estado de salud y menos vivos y activos. Conservo algunas muestras, en las cuales solo son de la mitad de las dimensiones ordinarias; y no he conseguido nunca encontrar un solo animálculo vivo, á los pocos minutos de haber sido arrojados del cuerpo. Cuando la enfermedad se ha agravado mucho, los espermatozoarios se vuelven muy escasos y, á veces, se ven reemplaza- dos por glóbulos ovales, ó esféricos, semejantes £ los que Uevo ya espHcados. En tres pacientes, en estado estremo de enfermedad, no haUé mas que los citados glóbulos, aun cuando arrojaban, en cada deposición dei vientre, tanto como una cucharada pequeña de semen. Casos como esos, sin embargo, son escesivamente raros. '' En los derrames diurnos, que ocurren en el acto de orinar, pueden emplearse los medios siguientes, para descubrir la presencia de los es- permatozarios. '' Debe, primeramente, filtrarse la orina en un filtro cónico; con lo cual, los animálculos, á causa de su peso, se depositaran, en su mayor parte, sobre el estremo inferior del papel. Tomando esa porción de papel y colocándola dentro de un cristal de reloj, donde haya algunas gotas de agua, con la parte doríde están los espermatozoarios hacia el ESPERMATORREA. 245 vidrio, los animálculos se desprenden gradualmente y caen al fondo del fluido, en el cristal. Después de veinte y cuatro horas de infusión, se retira el papel y pueden ecsaminarse fácümente los esper- matozoarios, tomando para eUo una gota del agua. Este modo de obtener los animálculos es seguro, si bien requiere bastante tiempo y molestia. Ya he manifestado, que la orina, en los casos, de derrames diurnos, no siempre contiene animálculos ; seria, pues, indispensable, para cerciorarse de la presencia de estos, el ecsaminar la orina del individuo en distintas ocasiones ; para lo cual, pocos médicos, de clientela crecida, tienen tiempo suficiente. Por mí, sé decir, que me hubiera, ha mucho, desenten- dido de osa clase de pacientes, si me hubiese sido necesario, en todos los casos, el repetir tan largos y molestos ecsámenes. A veces, suelen trascurrir diez ó quince dias sin que se presente un esperma- tozoario en la orina: dicho esto, los que tienen costumbre de hacer investigaciones microscópicas, comprenderán la gran cantidad de trabajo y tiempo que se requiere. " Por fortuna, sin embargo, hay un método mas senciUo para hacer los ecsámenes, de que venimos ocupándonos. Se recordará, que el semen escapa con las últimas gotas de la orina, ó bien inmediata- mente, ó poco después de orinar. Previniéndole, pues, al paciente que, en cuanto concluye el acto, apriete la uretra y reciba las gotas, (pie salgan, sobre un pedazo de cristal, se obtendrán, de las paredes de dicha uretra, los animálculos suficientes para someterlos al microscopio. El fluido, así- obtenido, puede cubrirse con una lámina fina de cristal y colocarlo, enseguida, bajo del instrumento; ó bien, se le deja secar, para ecsaminarlo mas adelante; para lo cual, se añade, como he esphcado antes, una gota de agua. Este sistema de ecsámen, es facü para los prácticos, que poseen un buen microscopio, y que ya están acostumbrados £ ecsaminar los espermatozoarios, en su estado 246 ESPERMATORREA. natural. Hay, sin embargo, que tener presentes, los cambios que, he manifestado, ocunen en el semen, y no hay que esperar, que los animálculos se presenten tan grandes, tan bien definidos, ni en tanto número, como cuando no ecsiste enfermedad alguna. TRATAMIENTO DE LA ESPERMATORREA. Para la curación de la espermatorrea, hay que cerciorarse de dos cosas : primero ; la causa prima- ria, causante: luego, la ecsistente (si es que la hay), que sostiene la enfermedad. Por lo jeneral, se descubre ; que el individuo ha practicado la masturbación, ó sé ha entregado £ escesos: es, por tanto, necesario que, tales abusos, cesen inmediata- mente por completo, si es que ha de conseguirse mejora alguna. Luego, hay que reconocer, y ver si ecsiste enfermedad cutánea, almorranas, estreñi- miento, lombrices, areniUas, ó cualquiera otra causa, capaz de sostener la irritación : curadas, en primer lugar, estas causas, puede, entonces, en- trarse en el tratamiento de las partes mismas. Este tratamiento debe consistir en la apHcacion de aqueUos medios, que se consideren mas á propósito para hacer desaparecer la irritabihdad y relajación de los conductos y vesículas seminales, y para entonar los Testículos. En tanto que, conductos y vesículas, conservan la irritabihdad ó se man- tienen abiertos, el semen tiene, por precisión, que escaparse: es pues indispensable el correjir esos desarreglos, y devolver, £ las órganos citados, la fuerza de contracción, que poseen en estado de salud. En casos muy nuevos, bastará un tratamiento muy senciUo. Si el paciente abandona todas sus malas costumbres, evita el estreñimiento, cuida de su alimentación, no hace uso de estimulantes, en comida ni en bebida, y. mañana y noche, se lava, con cuidado, al rededor de las partes, con agua ESPERMATORREA. 247 fria; las mas veces, se conseguirá, con eso solo, una notable mejora. Debe, no obstante, evitar toda ajitacion de ideas ó de sensaciones ; no can- sarse en demasía, ni permanecer en la cama, por la mañana, después de dispertarse. Estas preven- ciones, son especialmente adecuadas á aquellos casos incipientes, comunes entre los jóvenes y, en los cuales, el derrame ocurre de noche, por lo jeneral, en consecuencia de sueños. En dichos casos, se observa (pie, por lo común, las pérdidas seminales tienen lugar hacia el amanecer y, con frecuencia, cuando el individuo se halla entre di^pierto y dormido, cuyo estado es muy propicio á producir el estímulo secsual. Muchos jóvenes me han manifestado rpie, solo en esas ocasiones, habían tenido nunca derrames y que, de seguro casi, los esperimentaban, siempre cpie se encontra- ban en esa medio soñolienta situación. Por muy desagradable que se le haga, es preciso que el paciente se incorpore, en cuanto se dispierta, á memos que sea muy temprano y tenga seguridad de que puede, de nuevo, emedarse profundamente dormido. Muchas personas, siempre epie dispiortan y sienten tendencia á la erección, se levantan para bañarse y volverse á acostar; con lo cual evitan el derrame. Es también de la mayor importancia, el no cenar tarde y el abstenerse de café y de tabaco. Fsto último es tan necesario, cuanto que, muchos de mis pacientes, me han asegurado cpie, un cigarro, háeia la hora de acostarse, les produce, de seguro, un derrame, por mas medios que empleeu para evitarlo. Si todos los jóvenes emplearan, habitualmente, eses precauciones, rara vez se verían molestados con derrames involuntarios; por que las partes se robusteceriau de tal modo y la irritación cesaría tan pronto que, rara vez, ocurrirían las pérdidas, si no las ocasionaban los escesos ó la masturbación. Las indicaciones, que llevo hechas en otro lugar, sobre la importancia de una ocupación asidua, 248 ESPERMATORREA. tanto para el cuerpo como para el espíritu, pueden renovarse para estos casos, no quedando duda, que la holgazanería predispone mucho á todos estos males. La mechcacion interna es, rara vez, de utilidad alguna: la mayoría, sin embargo, no piensan de este modo; tan fatal enor es, con frecuencia, la causa de que se perpetúe la enfermedad. Las j entes suelen creer, cuando padecen de derrames involuntarios, que solo necesitan tomar ciertas drogas para ponerse buenos. En consecuencia, bien dejan, sin ocuparse de él, que el mal avance, hasta que se hace incurable; bien fian, esclusiva- mente, en las medicinas, descuidando los demás medios. El resultado es; que no consiguen alivio, con lo que toman, descubriendo, luego, que han perdido el tiempo que podían haber empleado en curarse. No hay duda, que algo de medicación es, £ veces, conveniente : pero esta no debe ser de carácter específico, ni empleada, indistintamente, para todos los casos; sino que debe variarse, según las circunstancias, considerándola, siempre, como ansiliar; no, como capaz de curar por sí sola. Cuando ecsisten arenülas, ó considerable irritación de la uretra y de la vejiga, es cuando, mas especial- mente, pueden alcanzarse ventajas con las medici- nas; pero estas, aun entonces, deben ser de carácter sencülo, Cuando se siente ardor al arrojar la orina, acompañado, al principiar el acto, de una descarga de muco claro, las siguientes pildoras dan buenos resultados. r>-. Bálsamo de Copaiba, dos dracmas: Magnesia, siete granos. Háganse pildoras, de £ cuatro granos cada una, tomándolas, tres á cuatro veces al dia, en dosis de á dos püdoras cada vez. Si la orina es de color encendido, depositando un sedimento rojo sobre las paredes del silli co, lo cual indica arenülas, los siguientes polvos son lo mas conveniente. r>, Hojas secas de Gayuba (Uvos Ursis), dracma ESPERMATORREA. 249 y media: Bicarbonato de Soda, una dracma. Mézclese y divídase en doce tomas, de las cuales pueden tomarse, tres al dia, disueltas en agua. Estos polvos, son también escelentes, cuando hay irritación simple de la vejiga, que produce un deseo frecuente de orinar. Para este achaque especial, conviene beber poco, no hacer jamas uso de fluidos calientes y abstenerse, completamente, de especias, vinos, licores y café. Un poco de goma arábiga, en el bolsillo, para chupar un poquito, de vez en cuando, ayuda al ahvio. Hay pocos casos, en los cuales, los medios indi- cados, si no curan, dejen de dar, al menos, alivio, aun cuando no sea inmediato. Esta circunstancia debe tenerse presente, para no desesperarse, si la mejoría no se da á conocer enseguida. No hay que olvidar, que la enfermedad ha ocsistido, casi siempre, por mucho tiempo, tomando una forma crónica ; de modo (pie, naturalmente ecsije que se la ataque gradualmente, produciendo un cambio pausado en la acción de las partes. Sin embargo, he conocido, á muchos, que han alcanzado ventajas, casi inmediatas, y oigo, con frecuencia, observar que, á los ocho dias de haber empezado el tratamiento, las emisiones han dis- minuido, en frecuencia, una mitad. Para cercior- arse de la estension de la mejoría, y como guia para el facultativo, todos los que padecen de ese mal debieran llevar un diario con la fecha, &e, en que han lugar los derrames, de modo que pueda, fijamente, saberse, cuando realmente disminuyen las omisiones. Uno de los mejores métodos, para aplicar el agua fria, tanto con objeto de fortalecer los jeni- tales, como para aliviar el estreñimiento, es por medio de lo que se Uama chuches ascendentes, esto os, un chorro, dirijido hacia arriba, á guisa de un surtidor. Eucima de este chorro, debe sentarse el paciente, haciendo que acpiel juegue, con fuerza, contra el perineo y el ano: Los efectos de este 250 ESPERMATORREA. tratamiento, después de algún tiempo, son, á menudo, notablemente beneficiosos. He conocido pacientes que, antes de la aplicación del baño de chorro, no habian pasado una sola noche sin der- rames, los cuales, después del baño, permanecieron dos semanas sin esperímentar nada de eUo : he visto casos, del mas obstinado estreñimiento, uno en particular, de cerca de tres semanas sin hacer del vientre, curados, completamente, en menos de un mes, con la apheacion del chorro ascendente. Este es, de hecho, uno de los mejores remedios, que conocemos, para el tratamiento de la esperma- torrea; remedio, que ha curado mas enfermos, que todos los demás reunidos. Los que no tienen otro aparato, mas á propósito, para la aplicación del chorro, pueden emplear una lavativa, grande y fuerte, doblado el pitón en ángulo recto, de modo que el agúala arroje directamente, hacia el Perineo, el Escroto y el ano : hay que usarla mañana y noche, durante cinco minutos. El Enfermo, de que se hace mención en el artículo anterior, y que habia permanecido impotente durante nueve años, debió su curación á esta douche fria. Muy á menudo, he haUado que, aun en casos muy severos, no hacia falta nada mas, salvo el debido cuidado al ahmento y al réjimen. En casos de lombrices en el recto, las cuales, con la irritación que producen, sostienen, á menudo, la espermatorrea, hay pocas cosas que logren mejor el desalojarlas y calmar la irritación cpie las lavativas de agua fria. Estas, parece que paralizan á aque- Uas, de modo que abandonan su adherencia y salen con el fluido, al espelerlo. También refrescan y entonan las partes inmediatas, de un modo muy marcado y son, en suma, valioso remedio para el tratamiento de la espermatorrea. En algunos casos, aun cuando la persona se haya sentido antes impotente, suelen desde luego, producir erecciones. Cuando la pérdida seminal nace de debilidad jeneral, mas bien que de irritación, es necesario ESPERMATORREA. 251 variar, un tanto, el método. Entonces, pueden aconsejarse baños calientes, con una alimentación nutritiva de carnes y vino, y el uso, de vez en cuando, de tónicos y amargos. En estos casos de debililidad, es también muy eficaz el Galvanismo, aplicado directamente á las partes ó á estas y al espinazo. Con frecuencia, desde que se aplica, comunica una sensación de calor y vigor y restablece la potencia natural, con mas prontitud epie casi toda otra cosa. Debe, sin embargo, precaverse al paciente, que se abstenga, con empeño, de tomar los medicamentos estimulantes, cordiales y tónicos, que suelen vendíase, recomendándolos mucho para esta enfermedad: dichas composiciones constan, casi exclusivamente, de Cantáiridasy Fósforos y son sumamente dañinas, aun cuando, por algún tiempo, parezca que surten buen efecto. Varias aguas minerales, en especial las que con- tienen hierro, son altamente beneficiosas; siéndolo, igualmente, usadas en baños, las que contienen azufre. Cuando ecsiste considerable irritación nerviosa, acompañada de desazón, pérdida de sueño, ó pesa- dillas, será conveniente un narcótico. Pueden tomarse, al ir á la cama, unas pocas gotas de láu- dano ó algunas püdoras de opio y alcanfor, de las indicadas en un artículo anterior. Si el estómago se resiste al opio, puede administrarse en forma de ayuda, bien poniendo un poco de láudano en agua de almidón, bien usando un cocimiento de ador- mideras. Algunos pacientes, al acostarse, intro- ducen en el recto una pildora, que contenga un grano de opio, dejándola ahí hasta la mañana. Esto último evitará, á menudo, los derrames, pero está propenso á obrar con demasiado efecto en algunas personas. Algunas veces, los sedales ó las acupunturas, con agujas, al interior de los muslos, dan buenos resul- tados, pero estos medios debe elirijirlos y aplicarlos el facultativo. 252 ESPERMATORREA. Con personas muy irritables, la postura en la cama es, con frecuencia, de alguna significación, y debe ponerse en eUo cuidado. No hay duda alguna que, el acostarse sobre la espalda, tiende á producir derrames, á causa del calor que da á los ríñones y, £ veces, basta eso solo para sostenorlos, á despecho de todo otro preventivo. Tan convencidos están algunos de esto, que inventan toda clase de arbitrios especiales, para evitar el dormir en dicha postura, ni siquiera un momento. Uno de mis pacientes, soha ponerse, de noche, un cinto de cuero, con unas puntas por detras, en la parte interior, de modo que si, por casualidad, en sueños, se volvía de espaldas, le dispertaban en el acto las punzadas. Otro se colocaba un pedazo de palo punteagudo, de tal modo, que no podia absolutamente volverse, evitando así las emisiones que, sin ese ardid, ocurrían casi todas las noches. A veces, basta el dormir sobre un colchón duro, con un pedazo de encerado, ó de Henzo de goma elástica, debajo del cuerpo, para mantener las partes frescas. Lo mejor es el sujetar á la espalda y ríñones, cuando el individuo se acuesta, una lamina delgada de plomo : he oído á varios pacientes alabar mucho los efectos de esta cota metálica. Cuando ecsiste una marcada irritación de los órganos jenitales, manifestada por enrojecimiento del estremo de la pene, ardor al orinar y descarga de muco por la uretra, es de primera necesidad el prescribir un alimento adecuado, que consista principalmente en leche : esta, debe tomarse á pasto, como bebida y como alimento, espesándola con arroz, saguí, cola de. pescado ó goma arábiga. Los benéficos efectos de esta dieta se harán muy pronto visibles, con la disminución de los síntomas inflamatorios. Hay que comer, en tales casos, muy poca carne, pero todas las patatas que se deseen, pues estas, no solo son nutritivas, sino que obran muy favorablemente sobre la orina. Algunas frutas son también escelentespara el caso ; en par- ESPERMATORREA. 253 ticular las fresas y los melocotones maduros; lo mismo acontece con los tomates, con tal cpie no sean muy ácidos, pues entences, mas bien son perjudiciales. Si la leche no prueba al estómago, lo cual sucede con frecuencia, puede añadírsele, á aquella, unos cuantos granos de magnesia, ó de dos á tres cucharadas de agua de cal, lo cual corre- jirá la tendencia del estómago á repugnar dicha bebida. Pueden, también, usarse la copaiba y las pildoras de magnesia, ó* las hojas de la Uiue Ursis, como se ha dicho antes. Vinos, café, especias y Hcores, deben quedar estrictamente prohibidos: igualmente, hasta donde sea posible, todo jé ñero de oscitación. Couli-rizaciou.—Este es un remedio, al cual suele re.eurrirse, cuando los domas han sido inútiles, si bien algunos médicos lo adoptan desde el principio. Para comprender su operación, es preciso tener presente la acción del cáustico, cuando se emplea medicinalmente. Si tenemos alguna liarte de la superficie del cuerpo dañada, ó una membrana mucosa inflamada, el cáustico, no solo quema aqueUa superficie, sino que, con su acción enérjica, altera de tal modo la concHcion de las partes que, con frecuencia, hace desaparecer el mal por com- pleto. Esta es la causa de que se le aplique á toda Üag.-i virulenta y á inflamaciones de la garganta, párpados y otras partes. En los casos ele esperma- torrea pronunciada, ecsiste siempre una condición, bien relajada, bien inflamada, de los Conductos de la Uretra ó del Vaso Deferente : es pues evidente que, si puedo aphcarseles el cáustico, de un modo conveniente y eficaz, este afectará aquellas partes, del mismo modo que lo hace otras, en igualdad de circunstancias. La gran dificultad estriba en apHcarlo en el sitio requerido ; toda vez que los conductos, hallándose colocados al fondo de la uretra, enteramente ocultos á la vista, por tocios los medios, y alcanzados rara vez y con gran trabajo, es cuestión ardua el poder operar sobre ellos. M. 254 ESPERMATORREA. LaUemand ha salvado todos los inconvenientes, con la invención de un instrumento, por medio del cual, el cáustico puede aplicarse á los conductod espelentes, casi con la misma seguridad y certeza, que sobre cualquier punto esterno. El instru- mento consta de un tubo de plata, abierto al estremo, y adaptado al conducto ó canal ^ de la uretra: dentro de dicho tubo, corre una especie de pistón, que sujeta, al final, un pedazo de lunar cáustico ó nitrato de plata. Cuando el tubo se introduce en la uretra, el cáustico está oculto dentro de él, pero cuando el lado abierto del J)ubo lia Uegado á los conductos, el pistón, con el cáustico al estremo, se hace salir hacia afuera un momento y, naturalmente, quema las partes adyacentes: luego, se retira dentro del tubo y se saca todo el instrumento de la uretra. Por este método, los conductos, las bocas ó aberturas de los vasos prostáticos, y el cuello de la vejiga, se cauterizan eficazmente, sin tocar las demás partes. La ejecución de esta operación es, sin duela, algo dificü; requiere destreza en las manos y un pro- fundo conocimiento de la estnictnra de las partes. Una persona poco ducha, que no manejara bien el instrumento, ó que no supiera juzgar correctamente de la distancia á que debe introducirlo, se vería espuesta, no solo á no proporcionar provecho, sino á causar grave daño. Muchos facultativos sin den ocasionar resultados serios, por dejar al cáustico demasiado tiempo sobre las partes, quemándolas en demasía; ó por aplicarlo sobre las partes sanas, dejando intactas las dañadas. En suma; aun cuando la operación es, con frecuencia, sumamente ventajosa, si bien desempeñada, y capaz de alcanzar la curación, en los casos mas rebeldes, es también, como muchos saben, altamente peligrosa, si se ejecuta mal. No solo puede empeorarse, de mucho, la initacion, sino que puede surjir una severisima inflamación, que impida la sahda de la orina y produzca abscesos y úlceras, del carácter mas in- ESPERMATORREA. 255 curable. Aun en los casas en que se consigue buen resultado, y en las circunstancias mas favor- ables, casi siempre, esperimenta el enfermo gran sufrimiento y el dolor es, £ menudo, en estremo severo. Muchos se alarman con esto y, no obstante la mejora que advierten, no pueden resolverse á secundar la operación. Generalmente, sin embargo, basta una sola operación y, de requerirse una segunda, no debiera verificarse hasta seis semanas, ó dos meses, después. He visto pacientes, que habian sido cauterizados con demasiada frecuencia, y £ intervalos muy cortos, en un estado lastimoso: probablemente, habian recibido mas daño, con este mal método, que provecho les hubiera hecho el bueno. Mi opinión es que, en manos diestras y entendidas, la operación es segura y de buenos efectos, por lo jeneral; pero que, acudiendo con oportunidad, y observando ríjidamente un tratamiento simple y adecuado, rara vez hay que apelar al estremo de la cauterización. M. Lallemand cree, que las dos terceras partes de los casos de espermatorrea serian incurables, si no se emplease el cáustico: por mi parte, no soy de ese modo de pensar. • 256 DE LA AFLUENCIA DE LAS MEDICINAS. CAPÍTULO VIH. DE LA YNFLUENCIA DE LAS MEDICINAS, PARA PRO- DUCIR, X CURAR, LA YMPOTENCIA Y LA ESPERMA- TORREA. Ecsisten unas pocas sustancias medicinales, que obran de una manera ..directa sobre los órganos jenitales, ya benéfica ya dañinamente; pero, la mayor parte, obra de un modo indirecto. Este es un asunto, en el cual, como ya he manifestado en otro lugar, ecsiste gran ignorancia y mucho engaño y pretensiones, tanto por parte de los empíricos, como de los mismos facultativos verdaderos. El público ha tenido siempre la idea favorita, fomen- tada con frecuencia, y por motivos interesados, por muchos médicos, de que hay ciertos medica- mentos específicos, capaces de dispertar el ardor secsual, casi en cualquier circunstancia. De esta creencia, han surjido los varios cordiales, estimu- lantes y elicsires que, de continuo, se ofrecen al impotente y al estéril. Ninguna de esas compo- siciones es capaz, en el mas leve grado, de producir los efectos, que prometen los que las venden ó fabrican : las jentes bien impuestas saben, que al púbhco se le engaña cansándole, ademas, mucho perjuicio. Muy recientemente, se ha descubierto, que ciertas drogas, pueden prepararse de modo que ejerzan una acción notablemente beneficiosa, en casos especiales de pérdida ele potencia ; pero, cada cmso, requiere una dosis dada, y diferente modo de administrarla; lo cual hace imposible una receta jeneral para todos. Estos ajentes, sin em- bargo, es muy posible que no los conozcan, ni de nombre, los que preparan las composiciones men- DE LA YNFLUENCIA DE LAS MEDICINAS. 257 cionadas antes: esta ignorancia es una fortuna pues, si tuvieran noticia de las drogas, que tales efectos producen, es probable que causarían, con ellas, mas daño aun, que con las que emplean. No hay duda, que esa infinidad de preconizados elicsires, &c, ocasionan sin número de enferme- dades y causan no pocas impotencias incurables : bueno y conveniente es, por tanto, el precaver al público contra su uso. No basta que nos ocupemos ch 1 estudio de aque- Uas drogas, cuya acción puede ser ventajosa; es preciso, ademas, estudiar las que pueden ser dañinas: de estas, hay muchas, que pocas personas sospechan que pueden tener influencia alguna, sobre los órganos jenitales. Los Purgantes, por ejemplo, se consideran, por la mayoría, como obrando esc! us ir amenté sobre los intestinos, y sin influencia alguna en el vigor secsual: sin embargo, el hecho es que, con mucha frecuencia, ejercen notable influencia en este último sentido. Es bien sabido, que el acíbar, la gotagamba y la coloquín- tida, así como varios otros purgantes, irritan los intestinos grandemente; esa irritación puede es- tenderse á las partes inmediatas, en particular junto al recto, y de este modo escitar la orina, en algunos, irritando la vejiga, á la par que obran sobre los intestinos. Los conductos espermáticos, y la glándula próstata, están situados junto al recto y, por tanto, se hallan tan espuestas á dicha irri- tación, como la vejiga, así como propensos á ponerse en estremo sensitivos. He conocido muchas personas, que tenían que andar muy cuidadosas con las lavativas, por cuanto, siempre que las usaban, esperimentaban derrames involun- tarios. Cuando ecsiste alguna tendencia á esper- matorrea es, por tanto, necesario el tomar en cuenta el efecto posible de las lavativas y si, por precisión, hay que emplearlas, deben darse de lo (pie sea memos irritante, en especial para la parte inferior de los intestinos. 258 DE LA YNFLUENCIA DE LAS MEDICINAS. El Tabaco es una planta que, en muchos casos, ejerce sobre los órganos jenerativos una acción decidida, que pocas personas sospechan. Come» el opio, y otros narcóticos, suele estimular al principio mas, luego, debilita estraordinariamente el poder secsual, hasta el punto, en muchas ocasiones, de producir completa impotencia. Mis propias obser- vaciones me han demostrado, convincentemente, que, á menudo, produce emisiones involuntarias y las sostiene, luego, á despecho de los medicamentos, ó medios, empleados para su curación. Muchos jóvenes, pacientes mios, han notado; que un cigarro, á la hora de acostarse, traia consigo, de cierto, un dename antes ele levantarse y se han visto, en. consecuencia, precisados á abandonar la costumbre de fumar. Es verdad, que estos resultados no suelen notarse, sino cuando se hace uso del tabaco en cantidad escesiva; pero, algunas personas, á quienes una pequeña cantidad afecta, creen, sin embargo, que no ejerce influencia alguna sobre eUos. En una ocasión, vi á un joven, gran fuma- dor, que sufría de derrames constantes y que, hacia cinco años, se haUaba del todo impotente. Se habia sometido á todos los tratamientos, inclusivo el de la cauterización, sin obtener mas que alivio momentáneo y, por fin, habia perdido toda esper- anza de jamas mejorar. Al tener conocimiento del caso, y saber los medios empleados para su cura- ción, no pude menos de estrañarme del mal resultado, por cuanto no habia síntomas de mal grave ; las partes, si bien relajadas, se haUaban en estado saludable, y los testículos secretaban semen perfecto, en bastante cantidad. Durante nuestra conversación, aludió incidentalmente á su cos- tumbre de fumar y dijo; que, con frecuencia, usaba de dos á cuatro docenas de ciganos diarios. La semejanza de este caso con el de un gran mascador de opio, que habia conocido, me hirió al momento y, desde luego, deduje, que el tabaco era la causa del daño. Al esphcarselo, apenas pude convencerle; DE LA YNPLUEXOTA DE LAS MEDICINAS. 259 mas, por fin, se avino á seguir mi consejo, dejando de fumar gradualmente. Me temia, que ya el vicio hubiera causado daño permanente, pero los resul- tados escedieron mis esperanzas. Empezó á mejorar enseguida y, aun cuando, al principio, esperiinentó alguna depresión de ánimo, debilidad y pérdida de sueño, estos efectos concluyeron por desaparecer y logró sentirse mejor y mas fuerte, que cuando usaba el tabaco: pero, el efecto mas decisivo, fué el de cesarle la espermatorrea. Cuando le vi por vez primera, arrojaba constante- mente semen con l-i orina y, con frecuencia, también, por la noche : tenia poca, ó ninguna, erección y, al menor estímulo secsual, le sobrecojia tal palpitación nerviosa dcd corazón, cpie se quedaba absolutamente sin vigor; de modo cpie, esta sola circunstancia, hubiera bastado para hacerle impo- tente. Todo esto desapareció ; los derrames invo- luntarios cesaron y su poder secsual volvió, tan vivo como nunca. Contra mis prevenciones, em- pezó, ele nuevo, á hacer uso del tabaco, juzgando cpie ya no le perjudicaría; pero, á los tres dias, todos los síntomas le volvieron y se quedó tan impotente como antes. Al volver á dejar de fumar, se recuperó otra vez gradualmente ; mas, esta vez, con mayor dificultad que la primera, lo cual me hizo aconsejarle seriamente, pronosticándole que, si volvía á recaer, era posible que la reacción no pudiera ya verificarse. He conocido, hasta hombres casados, afectados do esc modo, por usar del tabaco como placer doméstico. En cierta ocasión, un cabaUero, em- pleado en una ocupación bastante fatigosa, siguió los consejos de un amigo, que le dijo de fumar unos cuantos cigarros por la noche, para fortalecer los nervios : ,pronto descubrió que, aun cuando fácilmente conseguía entontecerse, los nervios no se le tranquilizaban, especialmente por la mañana ; lo que mas estraño se le hizo, fué el perder toda, potencia y deseo secsual y ponerse tan débü, que 260 DE LA YNFLUENCIA DE LAS MEDICINAS. apenas podia tenerse en pié. En tal predicamento, me consultó, haciéndome circunstanciada relación de sus actos y de sus observaciones. Al ecsaminar la orina, haüé, como me presumía, que el semen se escapaba en tal cantidad, que ya no habia que estranar su debilidad é impotencia. Desde luego, le previne; que abandonara el fumar, le di un Hjero tónico, cautericé los conductos y le mandé £ tomar baños de mar, por algunas semanas. A su regreso, se haUaba perfectamente curado. Pudiera citar infinidad de casos, de hombres casados y solteros, para probar los efectos de esa planta venenosa: no titubeo en asegurar; que tiene mas que ver, en dicha clase de enfermedades, de lo que, hasta el dia, se ha supuesto. En la memoria decima tercera, anual, del Asüo de Dementes del Estado de Massachusetts, hay algunas reflecsiones escelentes, respecto al tabaco y, si bien tienen por objeto principal el demostrar la influencia de este, en predisponer £ la demencia, son, sin embargo, de gran interés jeneral: creo no estará de mas el que las cite. "Alcohol, no es el único narcótico que, de tal modo, afecta al cerebro y al sistema nervioso : el opio produce delirium tremens y, probablemente, la locura. El Tabaco es un poderoso ájente nar- cótico : su uso es muy perjudicial al sistema nervioso, produciendo temblores, vértigo, desmayo, palpitación de corazón y otras serias enfermedades. Que el tabaco produzca, ele fijo, demencia, no he podido observarlo terminantemente; pero, estoy convencido, que enjendra predisposición á eUa. Su influencia, sobre el cerebro y el sistema nervioso, es casi tan aparente como la del alcohol y, cuando se emplea con esceso, es tan dañino como este. Los jóvenes, en especial, se haUan espuestos á la influencia de dichos narcóticos; cuando uno, de veinte años, se entrega á eUos, con esceso, rara vez vive hasta los treinta. Si un joven hace uso del tabaco, cuando el sistema está muy dispuesto á DE LA YNPLUENCIA DE LAS MEDICINAS. 261 recibir su influencia, lo probable es que no escape sus efectos dañinos, los cuales se desarrollaran, mas ó menos temprano, disminuyendo los goces de la vida y acortándola notablemente. " El uso tan jeneral del tabaco, entre los jóvenes del dia, es verdaderamente alarmante y prueba el culto cpie tributa la ignorancia á uno de los venenos mas activos dd mundo vejetal. Pudieran citarse,^ al infinito, testimonios de los médicos mas eminen- tes, en comprobación do la influencia deletérea que ejerce este peligroso narcótico. " El Dr. Rusíi, hablando del tabaco, dice: des- truye el apetito; produce dispepsia, temblores, vértigo, jaqueca y epilepsia : afecta la voz, estropea la dentadura, y comunica al cutis un color cetrino desagradable. "El Dr. Boerhaave, dice, que: 'desde que el uso del tabaco se ha hecho tan jeneral en Europa, el número de casos de hipocondría y tisis, ha ido proporcionahnente en aumento.' "El Dr. CuUen, se espresa en estos términos: 'han Uegado á mi noticia casos en epie, una pequeña cantidad de rapé, ha producido vahídos, atonta- miento y vómitos : también los sé, de ed'ectos mas violentos, hasta el punto de causar la muerte.' "Dice el Dr. Darwin : ' Causa indisposición de las Glándulas Sahvales, y de las Páncreas, y des- truye el poder dijestivo, haciendo á la persona que escupa la saliva, (pie debiera tragar.' " El Dr. Tissott, conoció un caso en que el tabaco fué fatal. "El Dr. Pilcher, refiere los incidentes ele un caso de un estudiante de mechcina, á quien asistió. 'Dicho paciente, sufría todos los síntomas de tisis: tenia espectoracion, muco purulento, sudores nocturnos, eve, y la membrana mucosa de la garganta, v del epiglotis, cubierta de felpuda par- dusca. H'abia sido tomador de tabaco en polvo con eseeso : le ordené que abandonara el vicio, lo hizo así, y sanó.' 262 DE LA YNFLUENCIA DE LAS MEDICINAS. "EIDr. Chapman, dice: ' Fui consultado, hace algún tiempo, por un miembro del Congreso del Oeste, caballero en el meridiano de la vida y de constitución robusta : me dijo que, de hombre, lo j mas sano y atrevido, se habia vuelto achacoso, eu j todos sentidos, y timorato como una niña : aun cuando habia ejercido la abogacía por mucho tiempo j y servido en muchos Cuerpos Lejislativos, no podía tomar la palabra en el Congreso, para apoyar nin- guna petición, y ni siquiera se atrevía á presentarla. I Cualquier ruido le sobresaltaba y tenia miedo de hallarse solo, de noche: habia perdido su apetito y dijestion; sentía sensaciones dolorosas en la boca del estómago, y continuo estreñimiento. Mientras relataba su situación augustiosa, el aspecto de la fisonomía era huraño y parecido al que produce el desarreglo mental. Al indagar, descubrí ; que el uso, que hacia del tabaco mascado, sorbido y fumado, era casi increíble; lo cual, convenciéndome de que su mal lo causaba esa yerba venenosa, le hice que la abandonara del todo: á las pocas semanas, se haUaba completamente restablecido. "Ese caso era malo, á no dudarlo, pero aun he conocido otros peores. Dos jóvenes se me presen- taron á consulta: ambos estaban en un estado de demencia, parecida al delirium tremens. Uno y otro habian fumado y mascado tabaco, con esceso, sin entregarse á la bebida; habiendo contraído aquella costumbre tan jóvenes, que no la habian podido luego abandonar. Primero sufrieron de dispepsia, acompañada de gran desarreglo en el sistema nervioso: finalmente, vinieron £ parar £ la especie de locura mencionada, la cual he visto, con frecuencia, producida por la misma causa. " El Dr. Franklin, decía: que nunca había hecho uso del tabaco, ni jamas haUado á ninguno, de los que lo hacían, que le aconsejara le imitase. "El venerable John Quincy Adams, en una carta reciente sobre el particular, manifiesta : que, en su juventud, habia sido aficionado al tabaco, DE LA YNELUENCXA DE LAS MEDICINAS. 263 pero que hacia mas de treinta años que lo habia abandonado. ' He deseado con frecuencia,' dice, ' que todos los hombres, dominados de esta pasión artificial, se resolvieran á hacer, por solos tres meses, las pruebas que yo hice : estoy persuadido, que convertirían cada fanega de plantío de tabaco en una de trigo y añadirían, con eUo, cinco años al término común de la vida humana,' '' Han Uegado á mi conocimiento algunos casos, que demuestran los dañinos efectos del tabaco, donde menos se sospecha. '' Un comerciante respetable, nada inclinado á la bebida, acudió á consultarme. Se quejaba de estrema debüidad, temblor de las piernas y coyun- turas ; cansancio; postración jeneral y depresión de ánimo. Sabiendo que hacia mucho uso del tabaco, le aconsejó que lo dejara por completo : pronto mejoró y, después de algún tiempo, se vio libre de todos los síntomas desagradables, que le habian hecho acudir á mí. "Un distinguido Sacerdote, me contó; que habia sido un tomador de rapé terrible y que, durante años, su salud no fué buena, sintiendo una sensación desagradable en la cabeza. Aunque no atribuyó esto al uso del tabaco, abandonó este, considerándolo vicio dominante y desaseado. Con sorpresa suya, el malestar de la cabeza desapareció, casi enseguida, y, pronto, su salud jeneral se res- tableció enteramente. "Un cabaUero, de forma atlética, y de unos veinte y cuatro años de edad, riño á consultarme, sobre una insufrible debüidad y augustia del estó- mago; náuseas, por la mañana; vómitos; temblores y postración de fuerzas. Dejó el tabaco, casi por I completo, y, al momento, se sintió mejor ; pero le i faltó valor para abandonar, del todo, el uso de una planta, que era, indudablemente, la causa de su malestar. "La esperiencia de los hospitales nos enseña, que el tabaco, bajo todas sus formas, es perjucücial 264 DE LA YNFLUENCTA DE LAS MEDICINAS. á los dementes. Aumenta el estímulo elel sistema nervioso, en muchos casos : en otros, desarregla el estómago, produciendo, ademas, vértigo, tem- blores, y estupor. Es muy difícil el regular y limitar su uso con los locos; de modo que no puede consentirse en cantidad alguna, con seguridad, á pesar de lo mucho que sufren, la mayor parte de eUos, al verse privados de tan arraigada costumbre. "Cierto demente, hallándose trabajando, en- contró una crecida cantidad de tabaco, que escondió dentro del jergón : hizo libre uso de él; se puso enfermo; perdió el apetito y tuvo que guardar cama, en un estado de intocsicacion completa. Después de algunos dias, se reconoció minuciosa- mente la celda, encontrándole el depósito del tabaco. En cuanto se lo quitaron, se mejoró, casi al momento y, á los pocos chas, se sentía del todo bien. " Otro, que entró en el hospital loco furioso, se calmó al poco tiempo y mejoró notablemente: se le puso á trabajar en el campo, lo cual hizo con asiduidad é intelijencia, dando esperanzas de una convalesceii'.-i'! favorable. De pronto, y sin causa aparente, volvió £ su violenta locura; descubrién- dose, enseguida, que habia logrado hacerse de tabaco, de algún modo. En cuanto se le pri, ó de él, empezó de nuevo á calmarse y á convalecer. '' Una Señora anciana entró en el establecimiento, en estado de locura estrema: sus amigos y deudos, con objeto ele tranquüizarla en sus primeros des- varios, habían tenido por costumbre el chirla li( ores espirituosos, por la noche, para adormecería, y tabaco en volvo y elaborado, durante el dia, j ira entretenerla. Al privarla, por completo, de¡ . . a y otra cosa, sufrió estraordinariamente los pr? ros días ; pero, después de algún tiempo, se e¡,¡. y mejoró, en cuanto hubo ce.sado la influem-i: de dichos escitantes. "He escedido el límite de casos, que me i¡ oía propuesto citar. DE LA YNPLUENCIA DE LAS MEDICINAS. 265 "Es muy natural el suponer que, un artículo, que posee las propiedades activas de este fascinador narcótico, debe de producir efectos sumamente | perjudiciales á la salud, en especial sobre el cerebro ' y el sistema nervioso. " Los principiantes no pueden fumar un cigano, ni usar el tabaco, bajo ninguna forma, sin sentir efectos desagradables: ¿como es de suponerse, pues, que un veneno tan activo pueda tomarse impune- mente? El estómago y el cerebro, sometidos á tales influencias, tienen que resentirse, tan de fijo, como si se hiciera uso del alcohol. Si se me pre- guntara, como médico, cual era menos dañino : cuatro vasos de vino diarios, ó cuatro mascadas de tabaco ; diría, desde luego, que cuatro vasos de ■mino. De los dos males, este seria, á mi juicio, el menor. Tabaco es un narcótico muy fuerte y muy perjudicial: los hábitos, que de él se adquieren, se anaigan muchisimo y la influencia, que ejerce sobre la salud, es destructora en alto grado." El Opio obra de un manera parecida" al tabaco, pero de un modo mas fatal; siendo mas difícil el reponerse de la lasitud que produce. Si un hombre Uega £ hacerse impotente con el uso del opio, será casualidad rara el que consiga reponerse. El Dr. McDougal, dice: que muchos de sus amigos, acérrimos fumadores, le han manifestado ; que la disminución de los deseos secsuales era uno ele los efectos marcados de su vicio: esto me lo han cucho, á mí, con frecuencia también, otros fuma- dores y M. LaUemand cita, á su vez, varios ejem- plos, claramente ilustrativos ele este hecho incon- testable. El caso siguiente, es uno de los muchos parecidos 1 que, diariamente, se me presentan. " Tengo, actualmente, á mi cuidado, un joven de temperamento muy nervioso al cual, derrames nocturnos y diurnos, han producido dolor en los ríñones, palpitación, dificultad de respiración, &e; síntomas, todos, que se suponían nacidos de mal 266 DE LA YNFLUENCIA DE LAS MEDICINAS. en la médula espinal, cardiaco y principios de tisis. Entre las causas incitantes ele estos derrames in- voluntarios, los efectos del fumar ocupan el primer lugar. La siguiente relación del paciente, esphca las causas y síntomas de su enfermedad. "A los veinte años, quise acostumbrarme £ fumar; pero no pasaba dia, sin que esperimentara completa intocsicacion, acompañada de vómitos, vértigo y temblor de piernas. Seguí, sin embargo, la costumbre y, á poco, noté que se me debilitaba la vista y que percha la memoria ; que mis manos temblaban, y que la dijestion se habia desarreglado mucho. Reparé, también, gran debüidad en los órganos jenitales ; las erecciones cesaron y, á la edad de veinte y dos años, me haUaba completa- mente impotente." Este paciente, rara vez se habia masturbado : cuando empezó á fumar, no habia hecho aun esceso alguno, siendo su salud anterior escelente. Es pues evidente, que la impotencia, así como los demás síntomas, tenían oríjen en la acción del tabaco. La impotencia, á los veinte y dos años, solo puede provenir de emisiones seminales invo- luntarias, á menos eme no haya imperfección física. En el caso citado, no quedaba eluda, en este último punto, puesto que cd mismo paciente habia obser- vado los derrames, diurnos y nocturnos. '' La acción del tabaco, sobre los que fuman por vez primera, es demasiado sabida para que la des- cribamos : mas ó menos desarreglo de todas las funciones, según la constitución del individuo, es lo que, desde luego, se presenta; siendo de notar, que dicho desarreglo ofrece siempre, en mayor ó menor escala, los característicos del envenena- miento por medio de los narcóticos. Esos efectos desaparecen gradualmente, según el paciente se va acostumbrando al uso del tabaco y, por lo jeneral, después de cierto tiempo, cesan del todo. Algunas personas nerviosas, como la de epie nos hemos ocupado mas arriba, no pueden acostumbrarse DE LA YNFLUENCIA DE LAS MEDICINAS. 2G7 jamas al vicio; en tanto que, en otras, este se convierte en hábito artificial, que dejenera, á menudo, en necesidad. El dominio de la costumbre tiene, sin embargo, sus límites ; pasados los cuales, la influencia nar- cótica vuelve á < larse á conocer. Aquellas personas, no fácilmente afectadas, esa costumbre, adquirida, l pueden continuarla impunemente; pero, aun esos mismos, sentirán sus perjudiciales efectos, si se entregan á ella con esceso. Por eso, se vé, que los mas inveterados fu piadores esperimentnn, á menudo, vértigo, cefalaljia. anorecsia, ¿c., cuando han» permanecido largo tiempo en una atmósfera densamente impregnada de humo de tabaco, el cual, aspirado por los pulmones, produce peores electos epie cuando se chupa ó traga simplemente, en el acto de fumar. '' En suma; si la fuerza de la costumbre, es capaz de evitar el que los efectos momentáneos del fumar se hagan visibles, la repetición frecuente del uso del tabaco, produce resultados duraderos, sobre varios órganos. Es sabido, que los fumadores estremados, padecen de desarreglo en los órganos dijestivos : el de los órganos jenitales, no se habia observado hasta ahora. (" Muchos de mis amigos de la facultad, grandes fumadores, me han indicado, que uno de los efectos del tabaco ha sido la disminución de sus deseos secsuales. Considero, este, un efecto sobrado común." H. J. McD.) Cantáridas.—Es jeneral la creencia de que esta droga tiene un efecto seguro, estimulante, sobre las facultades secsuales y no pocos, se sorprenderán, al asegurarles, que dicha creencia tiene poquísimo fundamento. La mayor parte de las personas, es- perinieiitan muy poco, ó ningún efecto, de, las cantáridas, en el sentido indicado, á menos que las tomen en tal cantidad, que sean un veneno, y eiitouces su acción se reduce á producir un i infla- mación severa, no solo en las partes jenitales, sino 268 DE LA YNFLUENCIA DE LAS MEDICINAS. en las inmediatas. Con frecuencia, una pequeña dosis produce irritación en la vejiga y completa imposibihdad de orinar y, aunque los órganos jenerativos se sientan, mas ó menos estimulados, puede todo ello tener lugar sin ninguna escitacion secsual estraordinaria. Es un error-,grave el suponer que las cantáridas tienen 'una acción, constante y determinada, sobre los órganos sec- suales, pues solo causan una fuerte irritación, que afecta á dichos órganos, á la par de otros, de la manera que todos los venenos irritantes lo efectúan. Las ideas del vulgo, en el asunto, no solo no tienen fundamento alguno, sino que son diametralmente opuestas á los hechos verdaderos. Para vez las cantáridas son de utilidad alguna, en la cura de impotencia ó espermatorrea, si bien su combinación, con otros ingredientes, es conve- niente en ciertos casos. En todos los estimulantes del charlatanismo, constituyen el ingrediente prin- cipal y su uso es, por desgracia, muy nocivo. Muchos jóvenes se pierden, para siempre, con la espermatorrea, á causa de hacer uso de las prepara- ciones de cantáridas y, no pocos casados, se hacen incurablemente estériles, usándolas como estimu- lantes. Asistí, en cierta ocasión, á un pobre joven, á quien un amigo irreflecsivo le había aconsejado que tomara cantáridas, á ver si aumentaban sus deseos y su pujanza. La cantidad tomada no fué escesiva, pero los efectos fueron en cstremo alar- mantes. Sufrió una absoluta retención de orina, habiéndosele Uenado la vejiga, casi al reventar, y esperimentó, tales y tan agudos dolores, en la próstata y en la uretra, que- se vio amagado ele delirio. Sobrevino, luego, el priapismo, que no podia dominar y que, lejos de causarle placeres, aumentó sus sufrimientos. Afortunadamente acu- dió á tiempo, para precaver el peligro mas cercano, pero, enseguida, empezó á derramarse involuntaria- mente, durante el sueño, y, por fin, con la orina; de modo que se quedó completamente impotente, DE LA YNFLUENCIA DE LAS MEDICINAS. 269 y tan débil, que apenas podia sostenerse en pié, Yo le cautericé y empleó todos los demás medios, cpie el caso requería pero, á pesar de esto, el mal continuaba hasta cierto punto y es probable que siempre siga así. Es de advertir, sin embargo, que cuando acudió £ mí, Uevaba ya mas de cuatro años de padecer. También he asistido á una joven á la cual, por picardía, le dieron cantáridas y que, desde enton- ces, ha padecido de derrames involuntarios de la orina. Alcanfor.—La acción del alcanfor, sobre los órganos jenitales, es, mas bien sedativa, que estimulante y, si se toma con esceso, ó de un modo impropio, puede destruir, casi enteramente, el sentimiento secsual, al menos por algfm tiempo. Se aphca, por tanto, en casos de priapismo, ó de escesivo estímulo, por causas secsuales ó físicas. Si se toman cantáridas, ó cualquiera otro veneno irritante, el alcanfor es un buen paliativo y, á veces, es muy útü en ciertas formas de esperma- torrea. Con todo, si se hace uso ele él, en canti- dades escesivas, ó por mucho tiempo, causa derrames involuntarios. Ni/rato de Rotaba, 6 Salitre.— Créese, joneral- mento, que este producto obra, como sedativo directo, sobre los órganos secsuales y que, si se toma en cantidades crecidas, destruye toda sensa- ción y deseo: pero esta creencia es errónea. Como todos los diuréticos, el nitro estimula á los órganos jenitales y. si se toma en grandes dosis, produce hasta inflamación, como las cantáridas. Se han conocido ejemplares en que, su uso, ha producido flujo por la uretra, como la gonorrea, y luego ha continuado cansancio emisiones involuntarias. Espolón de Centeno, ó "Sécale Cornutum."—Es bien sabido, que esta sustancia se emplea para facilitar el parto, lo cual verifica aumentando la acción de la matriz: pero su uso es peligroso, si no es intelinvnte el que lo emplea. Aparece, de 270 DE LA YNFLUENCIA DE LAS MEDICINAS. observaciones recientes, que también estimula los órganos varoniles y que los hombres, de los países en que abunda el centeno, son notables por el ardor de temperamento y las mujeres propensas á abortar. El espolón no puede administrarse solo, con ventaja y seguridad pero, combinado con ,otros ingredientes, se convierte en valioso remedio, tanto para la impotencia, como para la esperma- torrea, Es uno dalos componentes de un niedica- meuto estimulante y vigorizador, que empleo con mucha frecuencia. Té y Café.—Ambos productos, especialmente el café, obran como estimulantes directos, sobre los órganos jenerativos y, tomados con esceso, pro- ducen el efecto de las drogas mas fuertes. He conocido ejemplos de haber, el café, ocasionado priapismo, sueños lascivos y derrames involun- tarios : casi siempre, su uso continuado destraye cualquier tratamiento, que se emplee, para la curación. Fósforo.—Este artículo es parecido á las can- táridas, en su acción, pero mucho mas enérjico y, por consiguiente, mas pehgroso, en manos ignor- antes: usado, sin embargo, con intelijencia y opor- tunidad es, £ menudo, de gran utilidad. Es uno de los ingredientes de la medicina, de que he hablado antes, para dar vigor y, con la cual, he obtenido asombrosas restauraciones, del poder y salud decaídos. El fósforo no debe, sin embargo, emplearse, sino por personas bien enteradas en sus efectos, porque, de lo contrario, puede acarrear consecuencias, muy difícües, luego, de remediar. Plantas Aromáticas y Especias.—Unas y otras tienen, por lo jeneral, un efecto estimulante sobre los órganos jenerativos, como igualmente sobre las demás partes; pero, su poder varia mucho, según las distintas personas, y atendidas las circunstancias. Hay varias mezclas y combinaciones de especias, en uso común para dicho objeto; pero conviene no usarlas irreflecsivamente. Algunas veceg, son DE LA YNPLUENCIA DE LAf MEDICINAS. 271 altamente perjudiciales, como todos los demás estimulantes: aun en los casos, en eme producen un aumento de pujanza ó de sensaciones, es solo temporalmente y, por lo regular, seguido por efectos diainetralniente opuestos. En suma; ninguno de estos artículos obra es- pecíficamente, ele un modo beneficioso, sobre los órganos jenerativos; si bien algunas combinaciones ele los mismos pueden, en circunstancias especiales, producir buenos efectos, cual acontece con el medicamento, usado por mi, y de que llevo hecho mención. Hay una droga, llamada Cannabis Yudica, que viene de las Yudias Orientales, la cual es, entre todas las conocidas hasta el dia, la que opera de un modo mas regular y produce, constantemente, los menores afectos. Parece que obra como un estimulante nervioso y especial, escitando aquella parte del cerebro que ejerce su influencia sobre los órganos secsuales, y promoviendo, en estos, un aumento de poder. Produce, ademas, gran activi- dad mental; predispone á la alegría y comunica calor y bien estar á todo el sistema. Los que han hecho uso de este medicamento, do un modo con- veniente, alaban sus efectos sin quejarse nunca de ulterior recaída, ó reacción de ninguna especie. Sin embargo, si se propina indiscretamente, ó en cantidad escesiva, causa, primero, un estímulo de un carácter violento, con una tendencia irresistible de actividad corporal y, luego, una completa pos- tración, física y mental. En suma, es lo único que se conoce, para restaurar el vigor secsual, en ciertos qasos, y su poder es tan grande, para el bien como para el mal, según la manera de em- plearlo. En las Yndias Orientales suelen usarlo comunmente, como el opio en China, para producir un estímulo placentero y para curar la impotencia. En los Estados Unidos se cria una planta muy parecida de la cual, con debido cuidado, puede estraerse un medicamento, igual al que nos viene 272 DE LA YNFLUENOIA DE LAS MEDICINAS. de las Yndias. He hecho uso de ambos, y el preparado por mí, de la planta de este País, lo lio hallado igual, en todo, al que nos traen del estran- jero. Los médicos Botánicos hacen uso de la planta para otros varios empleos, pero ninguno, hasta ahora, parece haberle descubierto las propie- dades mencionadas. El caso es, que la manera, como la preparan y administran, impide que sus efectos, en el sentido en que yo la empleo, puedan conocerse. Los medicamentos, que escitan £ los órganos secsuales, se Uaman Afrodisiacos, y son muy SoHcitados en todos los países, aunque rara vez se recetan, ó emplean, de una manera verdaderamente ventajosa. Como he dicho ya, muchas de las medicinas referidas poseen, realmente, propiedades afrodisiacas, cuando se administran oportunamente; pero no pueden aphearse á todos los casos: á veces, dejan de producir efecto alguno satisfactorio y otros, causan daño irreparable. Su aplicación, por tanto, para ser beneficiosa, requiere el conoci- miento perfecto de sus propiedades, y los efectos, que produce, en todas circunstancias. Esta es la razón, por la cual no he dado receta, sobre las especificadas drogas, toda vez que siempre tendría, el paciente, la dificultad de saber cuando debía, ó no, hacer uso de eUas y sus efectos son demasiado serios para esperimentarlos á ciegas. Hace mucho tiempo que, para ciertos casos especiales, vengo haciendo uso de una combinación de la Cannábis con otras sustancias ; lo cual me ha dado resultados inmejorables, siendo continuas las instancias, que me han hecho, pacientes y faculta- tivos, para que descubriera el secreto del medica- mento. En la actualidad, creo de mi deber el no hacerlo, porque sé los males que puede causar la estemporánea apheacion del remedio y conozco la jeneral ignorancia, que ecsiste, de sus propiedades y fuerza, aun entre los médicos. Solo una larga y profunda esperiencia me ha conducido á conocer, DE LA YNELUENCIA DE LAS MEDICINAS. 273 por ciertas señales infalibles, todos los casos en que conviene, ó no, su empleo y puedo responder de que jamas producirá malos efectos, cuando aconsejo yo su uso. Los efectos de la preparación han sido tan sorprendentes é inesperados, en la mayor parte de los casos, en que he sido consultado, que estoy cierto de ejue si, dejando escrúpulos á un lado, me decidiera á venderla, sin restricciones, seria el medicamento mas usado, y mas en voga, en el Pais. Puedo afirmar, que he presenciado mas restauraciones del poder secsual y mas curas de esterilidad, en ambos secsos, con el uso de mi com- posición, que con ningún otro medio : no titubeo en ofrecerlo, en la mayor parte de los casos, como remedio infalible. Los medicamentos, que disminuyen el poder secsual, y todos los cuales, creo haber indicado se Uaman An-afrodisiacos. 274 DE LA MASTURRACION, 40.- CAPÍTULO IX. DE LA MASTURBACIÓN, Y OTROS ESCESOS SECSUALES. No hace muchos años, que se consideraba muy mal hecho el aludir, siquiera, á la masturbación ; cuanto mas el hablar, ó escribir, abiertamente del asunto. Afortunadamente, las jentes ven las cosas de un modo mas racional y empiezan á notar que esta, y parecidas costumbres, son del mas dañino carácter, y que no es posible alcanzar el que desa- parezcan, hasta que se las conozca mejor y mas jeneralmente. Se han publicado libros y dado lecturas sobre el asunto, de modo que, actual- mente, hay mucho mayor conocimiento difundido en la mat< ria, habiéndose desarrollado el deseo de alguna obra mas científica y completa, que las, hasta aquí, publicadas. La mayor parte de los libros, sobre el Onanismo ó Masturbación, son muy incompletos, careciendo de aqueUos de taUes, facultativos y fisiolójicos, necesarios á presentar el mal con claridad. Los efectos del vicio se haUaran, en parte, descritos en dichas obras, si bien bajo forma concisa; mas, la obra presente, es la única que f acuita el conocimiento del modo como aquellos han lugar; su enlace con otros males ; y la filosofía de su tratamiento. He dejado el asunto, hasta ahora, porque, ya tratados los demás estremos que preceden, se hará mas obvio el carácter antinatural del vicio y sus terribles consecuencias. El primer punto, que hubo que ganar, fué la tolerancia de discusión en la materia : conseguido esto, se hizo jeneral la convicción de que, no solo era conveniente dicha discusión, sino que los mejores intereses de la Sociedad la reclamaban. DE LA MASTURBACIÓN, &C 275 Es asunto, tan curioso como instructivo, el como dicha tolerancia se fué gradualmente consiguiendo y como el conocimiento de los infinitos males, que ocasiona el vicio indicado, se estendieron, si bien despacio, de unos pocos filósofos £ la gran masa de la profesión y, de allí, al púbHco, hasta hacerse objeto de medidas lejislativas. Empezaré por demostrar, con estractos de anti- guos escritores de medicina, como consideraban el asunto los hombres eminentes de las pasadas edades: luego haré ver el interés creciente, y mayores conocimientos de los tiempos modernos, así como la aprobación, prestada por lejisladores de nuestros dias, á las investigaciones directas en la materia. Varios de dichos estractos, los he tomado de las célebres obras de Tissol y otros: hay, sin embargo, que considerar; que los escritos de referencia pertenecccen á los Padres de la ciencia médica, que vivieron siglos antes de la era Cristiana y, por tanto, es natural el dispensar, en algunos casos, la eesajeraeiou, no intencional, y la falta de ecsactitud científica. Por lo jeneral, los hechos, que se citan, están competentemente autorizados, y los cuadros nada ecsajerados, aconteciendo, á menudo, que la verdad no la dicen, del todo, simplemente porque la ignoraban. "Hipócrates, ol observador mas antiguo y mas verídico, describió las enfermedades, producidas por el abuso de los placeros de la venus, bajo el título de consunción ó tisis dorsal. 'Esta enferme- dad," dice, ' tiene su oríjen en la parte dorsal de la médula espinal, atacando, con especialidad, á los jóvenes casados, ó £ los libertinos. No produce fievre y el paciente, aunque come bien, se adelgaza y consume, esperimentando, al propio tiempo, una sensación, como de hormigueo, ele la cabeza á lo largo del espinazo. Siempre que van al silhco. ú orinan, una cantidad considerable de fluido seminal claro, escapa por la uretra ; lo cual les hace perder 276 DE LA MASTURBACIÓN, &0. la faciútad de procrear, si bien siguen soñando placeres secsuales. Se vuelven muy débiles y, al andar, padecen de cortedad de respiración: sienten dolores en la cabeza y ruido en los oidos, atacán- doles, por fin, una calentura aguda (Libiria), de la cual fallecen.'" En otro lugar nos ocuparemos de dicha calen- tura. " Algunos médicos han asiguado la misma causa( £ una enfermedad, que él ha descrito en otro lugar, Uamandola; segunda consunción dorsal de Hipó- crates, por la relación que observa con la primera. Sin embargo, la conservación de la fuerza, epie él cita, muy particularmente, en esta Uamada segunda consunción, nos parece prueba convincente, de que no depende de la misma causa que su verdadera consunción dorsal, y nos la hace considerar, mas bien, como afección reumática. t " 'Estos placeres,' dice Celsus, en su obra esce- lente sobre la conservación de la salud, ' son Biempre perjudiciales á las personas endebles, y su abuso postra las fuerzas.' Nada hallamos mas terrible que la descripción, por Aretams, de las enfermedades producidas por la escesiva evacuación del semen. ' Los jóvenes adquieren el aspecto y los achaques de la vejez: se vuelven pálidos, imbécües, afeminados, perezosos, débiles y hasta faltos de comprensión: los cuerpos se cargan adelante: las piernas carecen de fuerza: sienten disgusto de todo : se hacen inútiles para todo ; y muchos se ven atacados de parálisis ' En otro lugar, menciona el abuso de dichos placeres, como una de las seis causas que producen la parálisis. "Galeno, dice haber visto nacer, de la misma causa, enfermedades del cerebro y de los nervios y destruirse el vigor del cuerpo : cuenta de uno que, convalesciente de un violento ataque de mal, murió, durante la noche, después de cohabitar con su mujer. "El naturaHsta PUnio, nos dice; que CorneHo DE LA MASTURBACIÓN, AC. 277 Galo, el anciano Pretor, y Tito Esterio, un caba- llero Romano, murieron en el acto del coito. "Actius, escribe: 'el estomago se desarregla; todo el cuerpo se consume y la fisenononó i se pone pálida, seca y con los ojos hundidos.' Estas obser- vaciones de los escritores antiguos se hallan confir- madas por los modernos. Sanctorius, que ha ecsaminado, con el mayor cuidado, todas las causas que obran sobre el cuerpo humano, ha observado ; cpie esa dediilidad del estómago, destruye la dijostion : evita la traspiración insensible, cuyos desarreglos tan malas consecuencias acarrean : predispone á padecimientos de cálculos; disminuye el calor natural y va acompañada de pérdida ó enfermedad de la vista. "Lomnius, en sus hermosos comentarios de los escritos de Celsus, cpie he citado antes, apoya las observaciones de este, con las suyas propias. ' Las emisiones frecuentes de semen, relajan, debilitan, secan y enervan al cuerpo : producen, también, gran mímero de otros males, tales como apoplejías, letargos, epilepsias, pérdida de la vista, temblores, parálisis y toda clase de sufrimientos dolorosos.' "No es posible leer, sin honorizarse, la descrip- ción, que nos Ha trasmitido Tulpius, el célebre ÍJurgomestre, y médico, de Amsterdam. ' No solo,' dice, 'se gasta la médula espinal, sino que todo el cuerpo y el entendimiento languidecen, pereciendo el enfermo en la mayor angustia. Samuel Vespertius se vio atacado, primeramente, 'de un humor en la parte posterior del cueUo y de le. cabeza : luego pasó al espinazo, á los ríñones, á la rejion lateral inferior del abdomen, y á las caderas : era tan grande el dolor epie puf ría ese infeliz, que se hallaba enteramente desfigurado, estonuandosc gradualmente con una fiebre lenta, que le hacia, con frecuencia, pedir la muerte, para librarse de tanta miseria.' "'Nada,' dice un celebre médico de Louvain, ' debüita tanto al sistema.' 278 DE LA MASTURBACIÓN, 40. "Blancard, asegura; que, cte esa causa, ha visto nacer gononeas simples, hidropesías y consun- ciones : Muys, conoció £ un hombre, de alguna edad, atacado de gangrena espontánea en el pié, según el juzga, £ efecto de la misma clase de escesos. "En la obra, titulada ; Memo ir es des Curieux de la Nature, se menciona un caso de ceguera, que merece reproducirse íntegro. 'Ygnoramos,' dice el autor, 'cual es la simpatía, que ecsiste, entre los testículos y las demás partes del cuerpo, en especial los ojos.' Salmuth, ha conocido á un hipocondriaco racional, volverse imbécil; y á otro hombre, cuyo cerebro se secó de tal modo, que se le oia sonar dentro del cráneo ; ambos casos, de resultas de escesos venéreos. Yo mismo he cono- cido á un hombre, de cincuenta y nueve años de edad, el cual se volvió ciego, £ las tres semanas de casado con una joven, y murió á los cuatro meses. " ' La pérdida escesiva de enerjia animal, debilita al estómago y destruye el apetito: no verificándose, en tales circunstancias, la nutrición, la acción del corazón se hace mas débil; todas las partes lan- guidecen y el paciente se vuelve epiléptico. Es verdad que ignoramos, si la enerjia animal y el semen son una misma cosa; pero las obser- vaciones nos enseñan, como se verá mas adelante, que esos dos fluidos son análogos y que la pérdida, del uno ó del otro, trae consigo idénticos achaques. Hoffman ha observado los síntomas mas terribles, producidos por la pérdida ded semen. ' Después de derrames nocturnos repetidos,' dice, ' el paciente, no solo pierde su fuerza, adelgazándose y palide- ciendo, sino que se le altera la memoria ; siente en las estremidades una sensación de frió ; la vista se le enturbia; la voz se pone bronca; y todo el cuerpo se consume gradualmente : ademas, el descanso se ve intenumpido por sueños desagradables, y no refresca al cuerpo, el cual siente dolores, como los producidos por contusiones.' DE LA MASTURBACIÓN, 40. 279 "En una consulta, sobre un joven, el cual, entre otros males, producidos por la -masturbación, padecía de debilidad de la vista, dice el mismo Hollinan. ' He visto varios casos de jóvenes que, en la edad madura, cuando el cuerpo posee toda su fuerza, se vieron, no solo atacados de agudo dolor y enrojecimiento de los ojos, sino que la vista se debilitó de manera que no podían leer ni escribir.' Añade ; ' He presenciado dos casos de gota serena, producidos por la misma causa.' La historia del desarreglo, que dio lugar ala consulta, será leida con interés. 'Un joven empezó á masturbarse cuando tenia quince años, continuando el vicio hasta la edad do veinte y tres: llegó £ esperímentar tal debüidad en la cabeza y en la vista que, durante los derrames, padecía fuertes dolores en los ojos. Cuando intentaba leer algo, sentía una sensación parecida á la intocsicacion; la pupila se le düataba estraordinariamente ; los ojos se le ponían muy doloridos; los jjárpados pesados y pegados, todas las noches : Uenabanse, á menudo, do lágrimas y, en los lagrimales, exue le dolían mucho, se aglo- meraba, en abundancia, una materia blanquecina. Aun cuando "comia con apetito, estaba sumamente esteuuado y, después de tomar alimento, se sentía como ebrio.' El mismo autor menciona otro caso, de que fué testigo ocular, y que creemos oportuno reproducir acpií. ' Un joven de diez y ocho años, que habia consumado repetidos actos con una criada, se desmayó de repente y empezó á temblar, en todas sus estremidades; su fisonomía se puso encendida y el pulso muy débü. Al cabo de una hora, se repuso de ese ataque, pero continuó muy decaído. Los mismos fenómenos se repitieron, á menudo, con agudos dolores: al cabo de ocho dias, se presentó una contracción y tumor en el brazo derecho, con dolor en el codo, epie se acrecentaba durante cd parocsismo.' El nial fué, por algún tiempo, en aumento mas, al fin, logró Hoffman curarlo.' 280 DE LA MASTURBACIÓN, 40. "Boerhave describe estas enfermedades, con aquella maestría y precisión que caracteriza todas sus descripciones. ' La escesiva pérdida de semen, produce debilidad, inmovilidad, convulsiones, es- tenuacion, sequedad y dolores en las membranas del cerebro: destruye los sentidos, en especial el de la vista; produce la consunción dorsal; tiende á la indolencia y trae consigo todos los males, inherentes y consecuentes £ los antes enumerados.' " Los casos referidos, por ese hombre eminente á su a iditorio, al esphcarles este aforismo, referente á la- diferentes especies de emisiones, no deben dejarse pasar por alto. 'He visto,' dice, 'á un enfermo, cuyo mal empezó por lasitud y debilidad del cuerpo, particularmente en los ríñones, acom- pau acias de retortijones en los tendones, espasmos periódicos y pérdida de carnes, hasta alterar todo el cuerpo : ademas, dolores en las membranas del cerebro, á los cuales el paciente llamaba ardores secos, y que, de continuo, le inflamaban ese órgano. " He visto también á un joven, atacado de con- sunción dorsal. Su presencia era buena y, aun cuando, con frecuencia prevenido sobre los estragos de ese vicio, no hizo caso, desfigurándose de tal modo antes de morir, que la capa carnosa, que se presenta por encima de la espina de la vértebra lumbar, habia desaparecido por completo. El cerebro parecía haberse consumido: en reahdad, el paciente tenia todo el aspecto de la imbecilidad: el cuerpo se le puso tan ríjido y tieso, que no recordamos caso alguno de tanta inmovüidad*. Los ojos estaban tan apagados, que habian perdido, casi por completo, la facultad de visión." '' De Seniac, en la primera edición de sus Ensayos, hace referencia á los peligros que acom- pañan la mastm-bacion y dice: que todos los que se entregan á ese vicio, se verán agobiados, en la flor de la juventud, con los achaques de la vejez. En las ediciones posteriores, puede verse porque fueron DE LA MASTURBACIÓN, 40. 281 suprimidas esas notas, y otras de la misma especie. " Ludwiz, al describir las males que resultan de las evacuaciones demasiado frecuentes, no olvida la del semen. ' Los jóvenes de ambos secsos, que se entregan £ la lascivia, arrainan su salud y, por fin, se vuelven óticos; porque gastan la fuerza, que requerían para hacerse vigorosos.' " De Gotter detaUa los lastimosos efectos de esa misma causa ; pero sus reflecsiones son demasiado largas para citadas. líe< •emendamos la obra á los que posean el idioma en que está escrita. "Van Swieten, después de citar la descripción de Hipócrates, que hemos citado nosotros al prin- cipio de este capítulo, añade. ' He observado esos síntomas, y otros varios, en aqueUos desgraciados que se entregaban á la masturbación. Durante tres años, he empleado, inútilmente, todos los recursos de la medicina, en obsequio de un joven, que se hallaba enfermo de resultas de ese vicio, padeciendo dolores atroces, generales y variables, con una sensación alternada de calor y frió, por todo el cuerpo, especialmente en los ríñones. Después de disminuírsele esos dolores, sentía las piernas y muslos tan frios, que tenia que aprocsi- marse constantemente al fuego, para calentarse, aun en medio del verano, á pesar ele que, al tacto, dichas estremidades parecían de natural tempera- tura. Me Uamó especialmente la atención, durante ese tiempo, un movimiento continuo de rotación de los testículos, dentro dcd escroto ; y el paciente sentía otro movimiento parecido en los ríñones.' Esta relación, no nos dice si el joven murió á los tres años, ó si siguió padeciendo mucho tiempo mas; lo cual hubiera sido peor, pues no habia posibilidad de que pudiera recobrar. ' - Kloekof, en una hermosa obra, sobre los males de la imajinacion, dependientes del cuerpo, con- firma, con su esperiencia, lo que Uevamos dicho. ' La pérdida escesiva de semen debüita todas las 282 DE LA MASTURBACIÓN*, A O. partes sólidas: ' de ahí nacen la debüidad, la pereza, la tisis, la consunción dorsal, el alelamiento, las afecciones en los sentidos, los desmayos y las con- vulsiones.' "Hoffman habia ya observado que aqueüos jóvenes, que se entregan al asqueroso vicio del onanismo, pierden, por grados, todas las facultades intelectuales, en particular la memoria, y se inca- pacitan absolutamente para el estudio. " Lewis describe todos estos síntomas: citaremos de su obra lo que hace referencia al entendimiento. ' La masturbación, en la juventud, trae consigo, y aun con mas prontitud, todos los síntomas de ios escesos con mujeres; siendo muy difícil el pintar los efectos de tan despreciable costumbre, con los terribles colores que se merece : los jóvenes se entregan á dicha costumbre, sin comprender, ni la enormidad del crimen, ni las fatales consecuencias físicas que, de ello, resultan. La mente se afecta con todas las enfermedades corporales y, muy especialmente, con las que provienen de dicha causa. La mas profunda melancolía, la indifer- encia, la aversión á los placeres, la imposibihdad de tomar parte en la conversación, son los males que acarrea ese vicio, £ los que á él se entregan; quedándoles, para mayor desconsuelo, el conoci- miento de su miseria, la convicción de habérsela eUos mismos labrado, y la necesidad de renunciar á la felicidad del matrimonio : todo esto les afecta en disposición que les hace huir del mundo: menos mal aun, si escapan del suicidio." Los síntomas espHcados son, precisamente, los que se observan, ordinariamente, en los casos de onanismo; pero hay, ademas, muchos otros, que nacen secundariamente, y que no se han trazado al mismo oríjen sino muy recientemente. Entre estos últimos, se cuentan, por ejemplo, el idiotismo y la demencia, así como la pérdida jeneral de todas las facultades físicas y mentales : pérdida, que afecta al individuo y á sus hijos, y que termina ' DE LA MASTURBACIÓN, &C. 283 con la estincion de la famüia y del nombre. Solo en estos últimos tiempos, se ha dedicado la debida atención á estos males terribles y se ha descubierto que se hallaban, hasta cierto punto, bajo nuestro dominio. Antiguamente, se les consideraba como misteriosos y providenciales castigos, que eran de deplorar, mas (pie debían sufrirse con resignación y paciencia. Muchos escritores eminentes, de nuestra época, han reconocido, ¿Ustintamente, la influencia dcd. onanismo, en la producción de la demencia, del idiotismo y de la dejencracion con- stitucional, y han abogado especialmente, por la necesidad de tomar aquel en cuenta, en el trata- miento de estos. Entre otros escritos, admitiendo la influencia indicada, uno ele los que, mas par- ticularmente, me ha llamado la atención, es un documento lejislativo, el cual contiene verdades mas sanas, y mas sólido y avanzado razonamiento, que casi todos los tratados médicos, sobre la materia, juntos. Es, (d dicho documento, una Mkmoüia sobre el Ydiotismo, presentada al Senado de Massachusetts, en Febrero de 1848, por el Dr. S. G. Howe, en cumpHmiento de una resolución, de dicho cuerpo, ordenando la redacción de la citada Memoria. Lo único que me sorprende es que, un documento tan vaUoso, sea tan poco conocido y que los honorables Senadores no comprendieran, que era deber suyo el darle la mayor publicidad posible. La influencia de un documento, de tal especie y oríjen, hubiera sido muy grande : no me queda duda, que baria mas bien, en el sentido de evitar, que no lo harán,- en el de curar, todos sus asilos y tratamientos facultativos. Con el tiempo, esta Memoria, y otras parecidas, serán muy solici- tadas y quedara admitido, umversalmente, el gran valor que tienen para el público, en jeneral. Haré algunas citaciones de dicha Memoria, con el doble objeto; de darla á conocer mas estensamente, y de corroborar mis propios asertos. Al hablar de la necesidad, que ecsiste, de abordar 284 DE LA MASTURBACIÓN, &C resueltamente el asunto, £ pesar de las preocupa- ciones que, en contra, abrigan muchas personas, el Dr. H. se espresa de esta manera terminante y Uena de buen sentido : "Ecsiste otro vicio; monstmotan horrible en su aspecto, tan asqueroso en su forma, tan bestial y repugnante, que, de miedo y vergüenza, se oculta durante el dia y, á guisa de vampiro, chupa la sangre vital de sus víctimas, oculto en las tinieblas déla noche: vicio, que causa mas destrozos directos, sobre la fuerza y la razón de dichas víctimas, que la misma intemperancia : tal es El Onanismo. " Gustoso rehusaría cualquiera la desgradable tarea de ocuparse de asunto tan asqueroso : mas, así como el que quiera esterminar á las fieras, que destruyen sus mieses, habrá forzosamente de penetrar en sus oscuras y hediondas guaridas, y sacarlas de las cuevas en que se abrigan; lo mismo, el que quiera librar á la humanidad de una peste, no debe rehuir el sacarla del sitio en que se oculta, para que perezca á la luz del clia. Si los hombres Deificaron al que Hbró á Lerna de la Hidra, y canonizaron al que limpió á Yrlanda de sus ser- pientes, ¿que no debieran hacer por el que estirpara ese vicio monstruoso ? ¿ Que son la asolación de los campos, la destrucción de los rebaños, ni siquiera el veneno de las serpientes, en compara- ción de esa profanación de cuerpo y alma ; de esa total estincion' de la razón ; de esa degradación de los seres hechos á imájen de su Dios : situaciones todas, que rebajan al hombre á una posición, que seria ofensa á los animales el Uamar bestial, y que es, con frecuencia, el término del vicio, que estamos anatematizando ? "No es posible que esas asquerosas minas humanas, reducidas, por la espresada causa, á una chochez idiótica, floten sobre la marea de la vida DE LA MASTURBACIÓN, AC. 285 sin objeto^ alguno. La Providencia, sin duda, las destina, útil y sabiamente, £ servir de fanal salvador, cpie indique á los demás los escoüos en que eUas naufragaron. " Este lenguaje parecerá estravagante ; pero, no hay en él ecsajeracion, puesto que no puede hacerse una descripción, bastante impresiva, de la honible condición á que, hombres y mujeres, sueñen verse reducidos, cuando se entregan, con esceso, al mal- decido vicio. Hay, entre los nombrados en esta Memoria, algunos que, no ha mucho, eran señoritos y señoritas, y que, ahora, son idiotas estúpidos, de la clase mas degradada : perdidos £ toda razón ; £ todo sentimiento moral; á toda vergüenza: idiotas, quo no tienen mas que una idea, un deseo, una pasión; el continuar el hábito aquirido, el cual, quebrando las doradas cuerdas de la primera juventud, la ha consumido ya, disolviendo las fibras de sus cuerpos y estinguiendo, por completo, su intelecto. En casos tan estremos, no queda nada á que apelar; menos (pie en un perro ó en un cabaUo, pues estos pueden obedecer al temor, ó al castigo, en tanto que aquellos infelices están fuera de todo miedo y de toda esperanza, contaminando, por algún tiempo, la tierra, con sus masas de corrup- ción viviente. "Si no eesistieran mas que esos infelices, per- didos sin remedio, seria un deber el encubrirlos cari- tativamente con el velo del disimulo, ocultándolos £ la vista del público, como objetos demasiado repugnantes para vistos. Por desgracia, no con- stituyen mas que la parte mas desdichada de una clase numerosa, que se han hundido en un abismo, hacia el cual miles se están precipitando. El vicio, (pie ha despojado á esas criaturas de los mejores atributos humanos, obra sobre otros,_ en menor grado tal vez, mas siempre con suficiente daño; enervando el cuerpo, debüitando el ánimo y cor- rompiendo el alma. 286 DE LA MASTURBACIÓN, AC. ' • Fd conocimiento de la estension de esto vicio, asombraría y horrorizaría á muchos. Es una peste, que camina en las tinieblas: mientras debilita y mina todas las cualidades elevadas de la mente, fortalece las mañas y engaños mezquinos, para que la víctima pueda seguir su costumbre sin escitar sospechas, hasta que el ojo práctico descubre el pecado^ en los medios mismos que se emplean para ocultarlo, ó hasta que toda vergüenza queda per- dida en la noche de idiotismo con que, prematura- mente, termina su dia ele ecsistencia. " Muchos niños, que todo lo confian á sus amantes padres, esconden esa costumbre en lo íntimo de su corazón. Hijos é Hijas que, con relijiósa y concienzuda obediencia, confiesan sus demás faltas á Padres ó Sacerdotes, jamas hacen alusión á esta. Por el contrario, tratan ele engañar con falsas apariencias, desentendiéndose, para seguir en ese pecado favorito, de deber, de con- ciencia y de rehjion. . Parece que pretenden engañar también á Dios ó, cuando menos, á su propia conciencia, haciendo por convencerse, de que el ser supremo, cuyos ojos son demasiado puros para mirar impasible la iniquidad, observará sin ira su horrible pecado. '' Mas de un Padre, ó Madre, cariñoso nota, con ansiosa sorpresa, las raquíticas formas, la indolencia de espíritu, y el jénio desigual de su querido hijo; apela á todos los remedios posibles para restablecer su salud y concluye, no HaUando alivio en ellos, por viajar de sitio en sitio. Se diria, que abrigan la esperanza de dejar otras y huir de un mal, que la víctima Ueva, cual asquerosa serpiente, en sR pecho, ocultándola bajo la vestidura. '' Los males, que esa costumbre perversa ocasiona, de un modo directo y positivo, no son, tal vez, tan fácil de apreciar, como los que produce, de un modo indirecto ó negativo. Para cada víctima que precipita en las tinieblas del idiotismo, hay cente- nares, á quienes reduce á la vergüenza, á da lan- DE LA MASTURBACIÓN, AC. 287 guidez, á la inesolucion y á la ineptitud de dedi- carse £ ninguna elevada ocupación. En este sentido, el daño, causado al individuo y á la comunidad, es incalculable. " Es deber de los Padres, especialmente de aquellos, cuyos hijos ó hijas viven en comunidad y duermen con otros de su secso, ya en colejios, escuelas, pensiones ó cualquiera establecimiento ó lugar, el tener ojo avizor, para descubrir y precaver esa insidiosa y perjudicial costumbre. Los sín- tomas son fáciles de comprender y, una vez des- cubierto, debe acudirse inmediatamente á la corrección. " Nada mas falso que la teoría, ó doctrina usual, de delicadeza y reserva, al tratar de esa costumbre. Todas las insinuaciones, todos los consejos in- directos y todas las tentativas de curar el vicio por medio ele la distracción, no consiguen, por lo jeneral, mas que el aumentar la astucia para ocultarlo. No hay mas camino que el abandonar toda reserva y acusar directamente ele la ofensa : demostrar su asquerosa naturaleza y horribles consecuencias, con vivos colores ; aplicar, en suma, el cauterio enrojecido, y á lo vivo, sin tregua ni consideración. " Mucho bien han hecho, en estos últimos años, los libros baratos que se han pubhcado en la materia. Debieran jionerse en manos de todos los jóvenes, sospechados del vicio, precisándoles á ocuparse del asunto, sin escrúpulos ni delicadezas perjudiciales y mal entendidas. " ^So hay que recelar que se debüite la virtud, permitiéndola que vea la asquerosa deformidad que ese vicio ofrece. La virtud, no es ni sal ni azúcar, para que se denita con tales ejemplos ; es, por el contrario, como el cristal ó el diamante, que rechazan toda mancha en su tersa y pura superficie. El conocimiento que, de este pecado se adquiera, por versólo presentado en todo su horrible aspecto, no puedo dar otro resultado que el hacerlo detestar, 288 DE LA MASTURBACIÓN, AC. y el que huya de él lo juventud, de este modo precavida. "Si fuera este lugar, para demostrar la completa falacia de la teoría, de (pie es perjudicial el hablar ó escribir de este vicio á los jóvenes, pudiéramos hacerlo con copia de buenos argumentos y, desde luego, con innumerables ejemplos, sacados de largas y estensas esperiencias. Dichas esperiencias han probado que, en noventa y nuevo casos, de cien, la ecsistencia del vicio era conocido de los jóvenes, pero ignoraban su verdadera deformidad : que en el centesimo, el conocimiento de su carácter repulsivo, adquirido de palabra ó por escrito, hizo al joven abandonar la costumbre, para no volver mas á mancharse en ella." Esto es hablar al caso : jamas hizo el Dr. Howe mayor servicio á la humanidad, que cuando trazó esas importantes verdades. En otra parte de la Memoria, se hacen patentes los efectos de la ignorancia, no solo sobre la des- graciada víctima, sino sobre la sociedad en jeneral; demostrándose evidentemente el peligro, que todos corren, en tanto no desaparece esa ignorancia. " En algunas familias, embrutecidas por el vicio y la bebida, se haUan combinadas la ignorancia y la depravación, á un estremo que avergüenza á la humanidad. Ño es de estranar que nazcan, en dichas familias, niños de escaso intelecto y que, muchos de eUos, dejeneren en idiotas. De esta clase, suelen sacar sirvientes las personas mejor acomodadas: estas sienten, entonces, las consecuen- cias del vicio y de la ignorancia, que ecsisten en aquella clase. Hay casos, citados en el apéndice, en que criadas, que tenían niñas á su cargo, les han enseñado, dehberadamente, la costumbre del onanismo, para que se rindieran y durmiesen tranquilas. Esto ha acontecido en casas par- ticulares, lo mismo que en establecimientos de caridad; esas pobres niñas se han vuelto idióticas! DE LA MASTURBACIÓN, AC. 289 " La imajinacion se resiste, instintivamente, £ dar crédito á tan atroz delito : con todo, ahí está, sin jénero de duda, con todas sus horribles conse- cuencias. Ni el cerrar los ojos, ni el usar lentes color de rosa, servirán para desterrar males, que solo podran los hombres combatir, viéndolos en su desnuda deformidad. Para el vicio, no \\-A\fordoa sanitario posible: ni podemos ponerlo en cuaren- tena, ni encerrarlo en el hospital: si consentimos su presencia en nuestra vecindad, contaminará hasta el aire que nuestros hijos respiran." Estas observaciones, son igualmente aplicables £ nuestras escuelas púbhcas, en la mayoría de las cuales ese vicio prevalece de un modo alarmante y, £ veces, completamente á descubierto. Yo mismo me he asombrado de las revelaciones que, sobre el particular, me han hecho maestros y discípulos; probándome, claramente, cuanto ayuda directa- mente á la producción y continuación del vicio, el rehuir toda discusión en el asunto. En algunos casos, la masturbación se aprende accidentalmente, ó su conocimiento es espontáneo; pero, la gran mayoría de las víctimas, ha aprendido el vicio de otros : de ahí la necesidad de evitar, en lo posible, (pie los que á él se entregan contaminen á los inocentes. El Dr. Howe dice: "La, observación de los idiotas, nos permite aprender un hecho, respecto á ese vicio; esto os : que algunos de aquellos, no lo practican absoluta- mente, sin embargo de no hallarse contenidos por idea alguna de bien ó de mal, por .sentimiento de vergüenza, ó por consideración de moralidad. Es evidente, (pie jamas se entregaron á dicha cos- tumbre pues, de lo contrario, no la hubieran abandonado. "De ahí puede deducirse; que es una plaga, enjendrada generalmente por el roce, demasiado frecuente, de los jóvenes de un mismo secso _: (pie comunica, de unos á otros, como un contajio, y que,«los que no se HaUan espuestos á este, es 290 DE LA MASTURBACIÓN, AC. probable que no adquieran la costumbre epidémica. Vemos pues, que el criar á los niños, con hábitos de modestia y reserva, sirve para mas, aun, epie la meu-a propiedad y decencia, Los muchachos, de ambos secsos, cuando se aprocsiman á la adoles- cencia, no debieran dormir juntos : la regla, de hacer las cosas cual conviene, no solo con la mira de evitar el vicio, sino por otras varias considera- ciones, debiera seguirse de que, en cuanto las criaturas han salido de los brazos de las madres, empezando su vida de muchachos ó muchachas, durmiesen, siempre, solos, en sus camas. Cuanto mas crecen y mas se aprocsiman á la pubertad, mas importante es la observación de dicha regla. Debiera acostumbrarse á los muchachos á que, sensitivamente, huyeran ele toda esposicion inne- cesaria de sus cuerpos, dolante de los domas; enseñándoles hábitos de delicadeza y respeto propio: las facultades, ó tendencias, que la natura- leza ha concedido á todos, para ser verdaderamente modestos y delicados, conviene cultivarlas en lo posible. Los hábitos de respeto propio, ó dignidad, delicadeza y pureza de la persona, son ayudas poderosos ele las virtudes morales, y no necesitan circunscribirse á las clases ricas ó elevadas: no cuestan nada; al contrario, son semillas, adquiridas gratuitamente, que producen frutos y goces, que ningún dinero puede comprar." En el actual estado de la sociedad es, por des- gracia, casi imposible el evitar epie aprendan ese vicio, bien por instrucción práctica ó verbal: no queda mas arbitrio, que el precaverles, á tiempo, con el consejo. Aun cuando al niño se le guarde vijilantemente de viciosos compañeros, puede, por sí, adquirir la costumbre, desmejorar y fallecer, de resultas; en tanto que los Padres se glorian del buen écsito de sus precauciones. En el artículo, sobre la Demencia, en el Dicciona- rio de Medicina práctica de Copland, el autor, al DE LA MASTURBACIÓN', AC. 291 indicar las varias causas de esta tunible aflicción, habla del onanismo en los términos siguientes: "Sin embargo, muchas de esas causas, que así afectan ol vigor nervioso, tienden á conjestion del cerebro y ocasionan males, en otros órganos vitales, que alteran simpato ticamente las funciones de elidió cerebro. De esos males, los que mas influencia ejercen, son el libertinismo, la masturbación, los escesos venéreos, la sensualidad, bajo todas sus formas, y el uso inmoderado de las sustancias intoesicantes y estimulantes. La dañina influencia, de la segunda de las causas mencionadas, es en ambos secsos mucho mayor de lo que jeneralmente se supone y es, á mí juicio, un vicio que aumenta á la par del lujo, de la precocidad de costumbres, y de los vicios do la civüizacion. Es aun mas común en el secso femenino que en el masculino : en aquel, ocasiona, por lo regular, muchos desar- reglos, que tienen relación con los órganos secsuales, tales como leucorrea; desplazamiento de Útero; menstruación difícil, desarreglada, suprimida, ó escesi va ; histeria, regular ó irregular; catalépsia; éestasis; vértigo; varios estados de alteración déla sensibiHdad y, por fin, en un estremo, desorden mental. En ambos secsos, la misma causa hace que la epilepsia preceda, á menudo, á la demencia; y bien esta, ó la parálisis jeneral, suelen comphear el estado avanzado del desorden mental, cuando es la masturbación la que lo produce. MelancoHa, y los varios grados de demencia, en particular los de imbecüidad y monomanía, son las formas mas usuales que toman los desarreglos, nacidos de un vicio, que no solo postra las facultades físicas, sino que destruyo las intelectuales, envilece las afecciones morales, y degrada totalmente al individuo, en la escala de la ecsistencia social, aun cuando no Uegue £ la completa demencia." Algunas personas, creen que la masturbación solo produce el mismo efecto que los escesos naturales, y nada mas; esto es un error. La 292 DE LA MASTURBACIÓN, AC pérdida de semen, podrá ser igual en ambos casos, pero en el onanismo, no se vé acompañada, dicha pérdida, de aqueUas asociaciones naturales, que la hacen que tenga lugar de un modo placentero, dejando, en pos de sí, sensación satisfactoria. Por el contrario, casi siempre, ed derrame es producido, esclusivamente, por un poderoso esfuerzo de la imajinacion, ayudado por medios manuales, que no son propios ; de modo que el acto, en sí, es un goce imperfecto y las sensacjones, que siguen, son mas bien de disgusto y de remordimiento que de recuerdo placentero. La facilidad con que el hábito puede sostenerse, conduce también á su frecuente repetición y, como no es necesaria la concurrencia de segunda persona, nada impide que el vicio vaya en aumento y establezca su completo dominio. En realidad, el individuo se convierte en esclavo de un vicio, cpie el mismo desprecia, y que siente que le va minando: luego, se agregan á la destraccion del cuerpo, los tormentos mentales del remordimiento, del temor, y de la propia con- denación: no es de estranar el estrago terrible que, unidos, producen. El licencioso libertino recor- dará, á veces, con una especie de orgullo y vana gloria, sus muchos placeréis, aun mientras conoce que van aniquilándole; puede, hasta saborearse con el recuerdo de eUos ; para la víctima de la mastur- bación, no hay siquiera ese leve consuelo. Sus goces son, cuando mas, incompletos y oscurecidos con el descontento : los recuerdos, solo le sirven para producirle repugnancia y terribles recelos. Los efectos dañinos de los placeres naturales escesivos, en especial los efectos mentales, no pueden compararse, en severidad, con los del onanismo ni son, de mucho, tan numerosos y variados. Hay, ademas, que tener presente, que la satisfacción natural no puede practicarse con tanta frecuencia como la masturbación y, por consiguiente, no puede perjudicar tanto. Rara vez los escesos naturales producen la demencia ó el idiotismo, DE LA MASTURBACIÓN, AC 293 escepto secundariamente, en los hijos; pero el vicio sohtario ocasiona una y otro, así en el indi- viduo como en su descendencia. En la Memoria de Massachusetts, se menciona que, de lps idiotas que sufrieron reconocimiento, 191 se supo que habian practicado la masturbación y, en 1!) de ellos, la costumbre, era consentida pol- los Padres ó las niñeras ! De dicho número, 116 eran varones y 75 hembras. De 420 idiotas de nacimiento, 102 se entregaban al onanismo : en 10 casos, el idiotismo fué " Evidentemente atribuible £ masturbación de los Padres." Estos 10 casos conocidos, justifican la conclusión de que, si bien no comprobado, había, en realidad, muchos mas: prueban también, que gran parte del idiotismo, así mental como moral, ele que adolecen los ni nos, procede de vicios secsuales en los Padres. Cuan terrible es la contemplación de este hecho, y cuan importante el que se tome debidamente en con- sideración, por el reformista moral y por el lejis- lador. En las Memorias anuales, dcd Asilo de Dementes del Estado de Massachusetts, se encuentran tam- bién valiosos datos estadísticos, que demuestran la conecsion que ecsiste mitre la demencia y el onanis- mo. En la 12a de dichas Memorias, se halla : que el número de casos ecsistentes en el Ynstituto, causados por la masturbación, era el de Ciento treinta y nueve y, sin embargo, se lisonjean, los que la redactaron, de que el vicio "contaba menos víctimas que antes." LacUsminucion en el niímero se atribuye, justamente, á mi juicio, "al conoci- miento difundido en la materia y á las amonesta- ciones, que ha recibido la juventud, por los varios conductos que, para intehjencia suya, se han abierto sobre este asunto, hasta ahora tan oscuro." En la Memoria 13", se fijan en Ciento Cuarenta y cinco los casos causados por la masturbación y se hacen, en el asunto, algunas poderosas observa- ciones, que me parece no estará de mas el citar. 294 DE LA MASTURBACIÓN, AO. " Las cansas de demencia, pueden dividirse en voluntarias é involuntarias. Entre las primeras las principales son la intemperancia y el onanismo; pudiendo también clasificarse, entre ellas, hs especulaciones arriesgadas, varias estravagancias relijiosas, esposiciones imprudentes, é irregulari- dades. Ninguna de ellas, es tan notable como las dos primeras, ni mánchala reputación de tal modo con una criminalidad, que apenas puede hacer, que huyan de ella, la frecuencia de la incurable enfer- medad que produce. La intemperancia desor- ganiza los sentidos y causa apoplejía-, epilepsia y perlesía. Los casos producidos por esta causa son, con corta diferencia, tan favorables para la curación como la mayoría de los otros ; pero están mas seguros de reproducirse, si se repiten los hábitos de intemperancia. El onanismo produce la peor forma de clemencia, por la dificultad de evitar la continuación de la causa, y porque esta, mas que la de cualquier otro caso, postra las fuerzas del sistema. Tales pacientes, se convierten en animales degradados, tan enteramente entregados al vicio que, por lo jeneral, una demencia incurable, ó una idiotica chochez, son la consecuencia. A unos pocos, puede inducírseles á que abandonen el vicio : á otros, puede curárselos, á pesar de él; mas, en la mayor parte de los casos, el mal sigue empeorando y las fatales consecuencias, indicadas, se presentan. Él onanismo, ademas de ser una causa frecuente de demencia y de otros severos y fatales padeci- mientos, mucho mas de lo que jeneralmenle se pre- sume, obra mayormente en impedir el restableci- miento de los dementes, por esta ú otras causas. Es el resultado, estenso y alarmante, de una propen- sión activa, estimulada por enfermedad, y no dominada, ni por la razón, ni por influencia moral, ni por propia estima. Muchos casos, de carácter favorable, adelantan hacia la curación, hasta que esa costumbre comienza : entonces, el paciente se DE LA MASTURBACIÓN, AC 295 Vuelve distraído; se siente deseoso de recostarse, ó de sentarse, en una postura inclinada; camina poco y despacio ; presenta aspecto deheado ; y se siente débil y en completo malestar. Su imajinacion pierde la enerjia ; sus alcances van Hmitandose, mas y mas; hasta que Uega el caso, de que su costumbre bestial ocupa todos sus pensamientos, y el resto de sus facultades físicas se concentra en ese único esfuerzo, de una naturaleza bestial y embrutecida. En tal estado, vive, con frecuencia, largo tiempo, el chocho sensualista, en un estado de degradación penosa, sin un pensamiento varonil, ó un sentimiento moral digno de su naturaleza ó de su destino y, por fin, abandona este mundo, sin que lo Uoren sus amigos, y cual objeto inútü, gravoso y repugnante, digno solo de desprecio y aborrecimiento. En las dos Memorias, bajo el epígrafe de "Relación entre lus causas y el restablecimiento," hallo mencionados doscientos setenta y un varones y veintiuna hembras, de masturbación y sus efectos : de este número, ciento noventa y siete varones y veintisiete hembras eran incurables! Solo dos de las hembras, como se notará, eran curables. Esas .Memorias, arrojan también valiosa luz, sobre la relación entre la Masturbación y diferentes ocupaciones, como causas de Demencia. Algunas personas manifiestan recelo que, si la discusión del asunto se hace jeneral, la misma publicidad aumentará el daño, Uaman do sobre eUo una atención cpie, de otro modo, no se le hubiera concedido. La falacia de estos argumentos, se hará evidente á cuantos conocen la naturaleza y ostensión del vicio. Es poco menos que imposible, el evitar que se conozca, bien naturalmente, bien por intuición ; por tanto, no puede resultar daño de información conveniente y á tiempo: por el otro lado, son muchos los que perecen por falta de ese conocimiento. Si fuera cierto, que el conocimiento de la natura- 296 DE LA MASTURBACIÓN, AC. leza y consecuencias de esa costumbre, tiende á desarroUarla, debiéramos hallarla mas adoptada por los que mas saben de eUa y menos, á la inversa, por los que mas la ignoran. La verdad es preci- samente lo contrario, cual toda persona sensata sabe, y cual los hechos indudablemente comprueban. Los que estudian medicina, aprenden naturalmente cuanto se refiere al sistema secsual y conocen todos los detaües, en tanto que los operarios y clase trabajadora, por lo jeneral, jamas estudian nada de ese jénero, porque no haUan la necesidad de eUo. Vamos pues á ver la proporción de los dementes, de cada clase, por efecto de la masturbación. En la la» Memoria Anual, se vé : que en el Asilo, hay sesenta y dos Zapateros, de los cuales, veinte y cuatro se volvieron dementes, de resultas de la masturbación: lo cual prueba que, de la demencia ecsistente en esa clase de la población, la cual ciertamente recibe muy poca instrucción en esas materias, casi cincuenta por ciento, ó una mitad, es á efectos del onanismo. Veamos ahora cual es la proporción, en los que siguen la profesión médica. He hallado, y leido, de médicos que se han vuelto dementes por otras causas ; pero, ni en aqueüa Memoria, ni en la del año anterior, hallo un solo caso por la de masturbación. Estos hechos, lejos de probar lo que algunos aseveran ; que el conocimiento íntimo de la fisiolojia del sistema secsual conduce al abuso, demuestran, por el con- trario, evidentemente, que los que mejor infor- mados se HaUan, son los que menos se dejan Uevar del vicio. Otros hechos, consignados en la misma Memoria, prueban también; que esa ciase de información es, precisamente, la que se requiere : la única, que consigue apartar la idea de la costumbre, y for- talecer al individuo contra su uso. Así es que, entre los estudiantes de las demás carreras, la proporción de los dementes, por efecto de la mas- turbación, es setenta y cinco por ciento; es decir DE LA MASTURRACION, AC 297 que, de veinte y cinco casos, diez y ocho son por esa razón : el resto son ; dos por mala salud; dos por disgustos domésticos ; dos por reHjion; y uno de epilepsia. Entre los comerciantes, la proporción es de unos cincuenta por ciento : entre abogados, sobre treinta por ciento. La causa mas frecuente de la demencia se atribuye £ la intemperancia; pero, en muchos casos, fué. producida primero por la masturbación y el paciente tuvo recurso, luego, á los estimulantes alcohólicos, y de otras clases, para procurar ahvio temporal, al aniquilamiento producido por el vicio. La mala salud, es también otra de las causas frecuentes: todos sabemos, cuan á menudo ese estado nace del onanismo. Finalmente, bien ecsaminados todos los datos y observaciones, no me queda duda ; que la masturbación produce mas demencia que todas las demos ca usas juntas. Otro de los datos valiosos, que presentan dichas Memorias, es la influencia de las ocupaciones en incitar al vicio. Está probado, de un modo concluyente, que las ocupaciones lijeras y seden- tarias, favorecen la adquisición de la costumbre, y que el efecto contrario ejercen, las activas y al aire libre. Así es que, entre " comerciantes, impresores, estuchantes y zapateros," cincuenta por ciento de los casos de demencia, provienen de la mastur- bación, y solo diez por ciento de intemper- ancia en la bebida; mientras que, entre car- pinteros, herreros y otros, cuyas ocupaciones son activas, treinta y cinco por ciento de la demencia procede de esceso en la bebida, y solo trece por ciento de masturbación. En los marineros, es aun mas marcado el contraste ; pues cincuenta y cuatro por ciento de los casos son de intemperancia y solo once de onanismo. Los padres debieran pesar bien estos hechos, al hacer la edeccion de profesiones para sus hijos. Mas de un joven, de temperamento sanguíneo, que requiere 298 DE LA MASTURBACIÓN, AC. precisamente una ocupación mental y muscular variada y activa, se ve condenado á la monótona inactividad de un escritorio de comercio, á la poco conjenial rutina de una oficina, ó á alguna profesión puramente intelectual. En esas ocasiones, la abundancia de enerjia vital, que debiera gastarse en ejercicios activos, estimúlalos engaños secsuales de un modo estraordinario y conduce á la mastur- I bacion, como satisfacción y como alivio. i Los efectos, que con mas frecuencia produce el I onanismo, son debilidad de la vista, hinchazón y adolorimiento de los párpados, sordera parcial, debilidad de las piernas y de la espalda, dolores de cabeza, vahídos, flatiüencia, incontinencia' de la orina, ¿Harrea ó estreñimiento obstinado, palpita- ción del corazón, cortedad de respiración, pérdida de memoria, confusión en el raciocinio y petulancia melancólica ó irritable. Otro de los efectos fre- cuentes, es una pérdida parcial de la facultad del habla, ó una tendencia á tartamudear. He obser- vado, á menudo, ese efecto, en personas que antes hablaban con toda fluidez y que no poclian atinar de donde nacia la dificultad. Por lo jeneral, suele atribuirse á aquella pérdida de confianza en sí propio y á aqueUa sensación de vergüenza, que esperimentan todos los que se masturban : no hay duda que esas causas empeoran el defecto ; pero, en realidad, la causa principal del impedimento es una parahsis parcial de los músculos de la garganta, producida por simpatía con las partes inferiores irritadas. Con frecuencia, hay mas ó menos dificultad, al propio tiempo, para tragar, con continuos suspiros, y una sensación cual si huí ñera viento en la garganta. Esta clase de síntomas son semejantes á los que se observan en la histeria de las mujeres, con los cuales tienen, hasta cierto punto, identidad, tanto en el oríjen como en la naturaleza. La Calvicie es también frecuente en los que se DE LA MASTURBACIÓN, AC 299 entregan £ la masturbación: igualmente lo es, la canosidad prematura del pelo. La Perlesía y la Epilepsia son, con mas frecuencia de lo que se cree, el resultado de ese vicio, el cual trae consigo también, muy á menudo, la Parálisis. He conocido muchos ejemplares de jóvenes, que se ha,u vuelto temporalmente paralíticos, por el escesivo onanismo y, hace poco, que fui Uamado para visitar á un anciano, que se estaba muriendo de parálisis, producida por dicha causa. Aunque severas esas afecciones, no deben estrañarse, si se consideran las poderosas simpatías de los órganos jenerativos, y si se tiene presente el aniquüamiento de poder vital, que la escesiva acción de estos trae consigo. El mejor medio de hacer completamente patentes los efectos de 9se desastroso Vicio, es el de citar algunos casos ilustrativos que, no solamente definan los síntomas mas marcados, sino que indiquen el curso de tratamiento que, por lo jeneral, suele adoptarse. Algunos de los ejemplos que voy á citar, son debidos á M. Lallemand; otros, los he escojido, entre los que contiene mi propio cuaderno ele anotaciones. " M. D----, de Füadelfia, y de constitución robusta, contrajo el vicio de masturbarse, cuando se hallaba en la escuela y solo tenia ocho años. El primer efecto que se presentó, fué el deseo frecuente de oriuar : esta irritabilidad se habia hecho tan grande, á doce años, que, á veces, no pocha contener la orina un cuarto de hora. Antes de entrar en una casa, tenia cuidado ele hacer aguas, varias veces seguidas é inmediatas y, á pesar de esta precaución, á poco solia esperímentar nueva desazón. Sentía, como si la vejiga no se le vaciara nunca por completo; la menor cantidad de orina le producía contracciones espasmódicas. La irrita- bihdad de los órganos urinarios fué disminuyendo gradualmente, después de la pubertad, mas no cesó 300 DE LA MASTURBACIÓN, AC jamas del todo, £ pesar de los varios medios empleados en distintas ocasiones. "A la edad de diez y seis años, M. D----trató de abandonar tan perjudicial costumbre, apelando £ relaciones secsuales, pero se encontró enteramente impotente y la vergüenza le hizo volver á la mas- turbación. Volvió luego á hacer nuevos esfuerzos para correjirse, pero esperimentó derrames noctur- nos que, á menudo, le hicieron titubear en su Í«opósito. Por fin, después de varias recaídas, ogro completamente su deseo, sin notar mas emisiones nocturnas. Sin embargo, su salud, en vez de mejorar, seguía empeorando cada dia : sus erecciones eran menos frecuentes, menos prolonga- das é incompletas, concluyendo por desaparecer del todo y, con ellas, el menor deseo de la venus. " A la edad de veinte y ocho años, el estado de la orina, su continua emisión, y los dolores errantes en el perineo y en los testículos, infundieron recelo de cálculo : pero, al emplear la sonda, solo se des- cubrió una mórbida sensibüidad de la uretra, especialmente hacia el cuello de la vejiga. " A principios de Mayo de 1837, M. D----llegó £ Montpelier, en el siguiente estado. Muy debiH- tado; incierto en su andar, fácilmente escalofriado, y constipándose, á cada momento, y por la menor cosa; dolores errantes, por todo el cuerpo ; la piel seca; la memoria afectada; la dijestion difícil; las estremidades frias; el escroto relajado; los testículos blandos, muy sensitivos y, á menudo, con un dolor sordo, cual si los apretaran con fuerza; el semen, según las observaciones que él mismo habia hecho en sus últimos derrames, claro, acuoso é inodoro; emisiones seminales, con las últimas gotas de la orina, las cuales eran viscosas y salían con dificultad, produciendo un cosquilleo en las inmediaciones del ano y estendiendose hasta el orificio de la uretra; tenia diarreas con frecuencia, y otras veces estaba sumamente estreñido, obrando DE LA MASTURBACIÓN, AC. 301 con esfuerzos y dolor, pero sin derramar semen en el siUico sino raramente. "Durante varios dias seguidos, descubrí semen ; en la orina de M. D----: el cauterio me demostró una escesiva mutabilidad de la uretra, en particular á la inmediación de la próstata, la cual, al ecsami- narla, HaUé levemente dilatada: al retirar el catéter, salió cerca de una cucharada de sangre. Todas esas circunstancias me afirmaron en la creencia, que habia formado, sobre el estado de lai membrana mucosa, en las inmediaciones ele los conductos espelentes ; en consecuencia, procedí, en seguida, £ la cauterización, desde el cuello de la vejiga hasta la parte membranosa de la uretra. Veinte dias después, M. D—— salió de Montpeher para YTtalia y, cuando regresó, á los tres meses, se hallaba completamente curado, no habiendo vuelto á tener derrames involuntarios. La orina era trasparente y podía retenerla, seis ú ocho horas, sin incon- veniente ; la arrojaba sin esfuerzo, y ia sahda no era, acompañada por ninguna sensación notable. Finalmente, la impotencia del paciente, que habia durado cerca de doce años, habia sido reemplazado por una virilidad, desconocida antes para él. Es apenas necesario el añadir, que la enerjia física y moral habia participado de la regeneración. " Con frecuencia, he tenido ocasión de observar el enlace, que ecsiste, entre los órganos espermáti- eos y los urinarios, y he demostrado, que, apenas hay causa alguna de espermatorrea que no obre, mas ó menos, sobre la vejiga y los ríñones. La causa, de cpie nos estamos ahora ocupando, ofrece numerosos ejemplos de esa conecsion, de la cual, el caso que acabo do referir, es una prueba notable: 1 por cuanto, la irritación de los órganos urinarios se | desarroUo rápidamente, mostrando síntomas mar- cados y ecsistiendo, de por sí, durante varios años. El paciente no tenia más que ocho años, cuando empezó á entregarse á la masturbación: £ esa edad, los órganos urinarios eran los únicos que poseían 302 DE LA MASTURBACIÓN, AC actividad; por consiguiente, fueron los únicos, también, que pudieron esperímentar desarreglo en sus funciones : por esta causa, los síntomas se hicieron solo notables á los órganos urinarios. El carácter de los síntomas demostraba, que prove- nían de un estado crónico de inflamación ó de una initacion aguda de los órganos urinarios, y ese estado debia haberse estendido, también, hacia los órganos espermáticos. Asi es, que la creciente secreción de los ríñones y la escesiba irritabilidad de la vejiga, podia, desde luego, dar una idea clara de lo que debia ocurrir luego, en los órganos espermáticos, al llegar la época de la pubertad. En cuanto los testículos empezaron á obrar, se vieron sujetos á las mismas influencias que los ríñones, y las vesículas seminales se encontraron en igual condición que la vejiga; es decir, que el semen se secretó, en crecidas cantidades, retenién- dolo los receptáculos por muy corto tiempo. No pudiendo, por esta razón, formarse con perfección, no produjo su presencia el efecto usual sobre los tejidos, erectiles: de ahí que, á los diez y seis años, el coito era imposible. La impotencia, á tan tierna edad, basta á probar que los derrames diurnos habian empezado ya, aun cuando el paciente no los descubrió hasta mucho tiempo después. A pesar de esto, le era posible el verificar la masturbación : esta es una circunstancia, que influye mucho en incitar á las personas, entregadas á ese vicio, á que no lo abandonen. Mas adelante, los derrames nocturnos, que se presentaron después de algunos dias de cuidado, hicieron quebrantar su resolución al paciente. Esta circunstancia, es mucho menos seria que la que acabo de mencionar pero, en cambio, es mucho mas frecuente. Por fin, el paciente abandonó la costumbre del todo y los derrames nocturnos desaparecieron, continuando, empero, en aumento, el desorden de su salud. Su prudencia, puesta en práctica demasiado tarde, no nació de su fuerza de voluntad, sino de la debilidad DE LA MASTURBACIÓN, 4C 303 de sus órganos jenitales: la cesación los de denames nocturnos, no tuvo por causa los medios curativos empleados, sino el aumento de los derrames invo- luntarios diurnos, délos cuales no se apercibió sino mucho tiempo después. Estos frecuentes errores son tanto mas peligrosos, cuanto los facultativos suelen participar de ellos. "En el caso de M. D----, la irritabilidad del conducto era tan grande, que el efecto de la jauter- izacion fué proporcionalmente pronto y decisivo." El ejemplo anterior es altamente instructivo, pues prueba cuan temprano puede adquirirse la costumbre de la masturbación y á que estension puede afectar la economía. El siguiente caso, es también muy interesante y demuestra la facilidad que ecsiste en tomar, por otras enfermedades, los síntomas de la espermatorrea y que equivocaciones pueden hacerse, en consecuencia. " El siguiente notable caso, lo debo á la bondad del Dr. Daniel, de Cette. 'El 26 de Mayo de 183(5, fui llamado para asistir á un panadero, da edad ele veintidós años, Uamado F----: le hallé en la cama y en la situación siguiente. Gran postra- ción moral, al estremo de aborrecer la ecsistencia; postración física; anemia; labios descoloridos y arrugados ; palidez estraordinaria ; ojos hundidos ; espresion alelada de la fisonomía; gran estennacion; piel ardiente y seca ; pulso débil, voz ronca y tan baja que, con dificultad y acercando el oido, se le podían oir algunas palabras ; tos constante, deján- dole apenas un momento de descanso; dolores generales y movibles, mas severos en^os ríñones y £ los costados del pecho; gran irritabilidad clel estómago; la menor cantidad, de bebida ó comida, promoviendo el vómito. "Al principio, creí reconocer en este paciente los síntomas de tisis de la larinjis, complicada con gastritis crónica ; mas, al ecsaminar su pecho y abdomen, estas partes desmintieron mi opinión. La rejion epigástrica no sentía dolor, al oprimirla; 304 DE LA MASTURBACIÓN, AO. el murmuUo respiratorio se oia por todo el pecho, y la percusión producía sonido saludable, escepto bajo la falsa costüla izquierda, donde era un poco apagado, y el paciente esperinientaba dolor. "La debüidad del individuo no me permitía practicar evacuación de sangre ; ademas, la pleu- roneumonia del costado izquierdo no aparecía, ni muy estendida ni muy aguda. Ordené, por tanto, que le aplicaran un vejigatorio grande, sobre la parte dolorida, y le receté una solución de tártaro emético y una ríjida dieta. El dolor en el costado desapareció y, dos dias después, el estómago admitía leche y agua de cebada. Sin embargo, nada aun me esphcaba la estenuacion del paciente, su pérdida, casi total, de voz, su ronquera y su tos constante. Los padres atribuían estos sín- tomas á tisis hereditaria y contaron, que varios miembros de la familia, habian muerto de esta enfermedad. Un ecsámen minucioso y detenido del pecho de F----, me convenció, sin embargo, que tal no era el caso. Por otra parte, los síntomas eran muy severos y no podia descubrir lesión alguna de les visceras, suficiente á lejitimizar ese estado. En tal incertidumbre, sus ideas de V, sobre la espermatorrea, me vinieron á la mente. Ynquirí enseguida, del paciente, su vida pasada y supe: que ala edad de diez y siete años, practicaba la masturbación, con tal furor, que, con frecuencia, habia derramado un semen acuoso, acompañado de sangre y que, asustado con estos resultados, se habia correjido completamente : mas, después de unos quince xlias de abstinencia, notó cpie la orina contenia un depósito de materia viscosa, blanca y espesa. Aun cuando esto lo observó constante- mente, durante cuatro años, y vio que era siempre mas abundante, cuando se habia cansado mucho en su trabajo, no le concedió gran importancia. Le llamó también la atención, el que las últimas gotas de la orina eran espesas y viscosas y que, una pequeña porción de materia viscosa, se que- DE LA MASTURBACIÓN, AC 305 daba, por lo jeneral, en el orificio de la uretra. Hacia esa época, empezaron los síntomas graves: las erecciones y deseos desaparecieron por completo y, al cumplir los veintiún años, se vio precisado á abandonar el trabajo, agravándose, á poco, los síntomas, hasta que le postraron en ia cama. " Kcsaminé la orina y la haUé cual él habia espHcado, siendo de cosí de una onza, la cantidad del depósito que contenia: observé que los testículos eran blandos y el escroto lacio. Aceptó, gustoso, mi proposición de cauterizarle la parte prostática de la uretra y, al siguiente dia, lo llevé á cabo. VI efecto de esta operación fué rápido : á la segunda noche después, el paciente durmió profundamente; al tercer dia, se notó un cambio en la voz y, durante la noche, tuvo erecciones : al cuarto dia, pudo levantarse y tomar un lijero alimento, que dijirió bien: sus dolores movibles habían desapare- cido y, á los nueve dias de la cauterización, el paciente habia recobrado su fuerza. 306 EROTOMANIA Y SATIRIASIS. capítulo xn. EROTOMANIA Y SATIRIASIS. Estos dos padecimientos suelen confundirse, pero hay una diferencia considerable en su natura leza, si bien sus apariencias son parecidas. En ambos ecsiste una escitacion ó estímulo estraordina- rio de deseo secsual, hasta hacerse, á veces, ingobernable: entonces, el individuo busca la satisfacción á cualquier costa. En casos tales, hay un verdadero furor, ó locura, que nace de enferme- dad y no es, como algunas personas mt-,1 impuestas presumen, mero fruto de aberración moral.-> La Saliriasis nace de mal en los órganos secsuales, ó en alguna de las partes inmediatas, que los man- tiene en un estado constante de irritación ; tan grande en ocasiones, que el paciente no logra alcanzar el menor alivio, dispierto ó dormido, y se mantiene constantemente en un estado de estímulo furioso. Los males que, con mas frecuencia, producen la satiriasis, son los de la uretra y de la glándula próstata aunque, £ veces, areniUas, y hasta almor- ranas, son suficientes á producirla. El Dr. Curling observa ; que, " La irritación, que acompaña á la mórbida condición de la membrana mucosa de las porciones prostáticas de la uretra, tiende, de un modo muy eficaz, £ escitar el escesivo dename seminal y las secreciones de la próstata, produciendo ese mórbido apetito de goce y satisfacción, que les es tan difícil el resistir, £ las personas que han Uegado á dicho estado. Es bien sabido, que cual- quiera irritación en el orificio del conducto es- pétente obra, por lo jeneral, como estímulo para la EROTOMANIA Y SATIRIASIS. 307 secreción de la glande. Asi como materia dañina en el duodeno, produce una descarga de bíhs, y un cuerpo estrauo en la conjunctiva (por ejemplo una pestaña vuelta) causa una fluencia de lágrimas, lo mismo acontece con los testículos, cuando hay irritación en los Orificios de los conductos es- pelentes. El desorden, en esta parte, parece, ademas, que tiene su reacción sobre el cerebro, lo cual debe ser, en gran manera, causa de que la imajinacion del paciente se vea constantemente ocu- pada con asuntos de estímulo secsual y se muestre indiferente y apática á toda otra idea ó pensamiento. Se deduce pues, que la enfermedad local, producida por el abuso, ayuda poderosamente £ perpetuar el mal: guiado por la esperiencia, que en estos pade- cimientos he adquirido, considero (pie, á dicha enfermedad local, es preciso acudir primeramente con el tratamiento. En muchos de estos casos, es inútil el razonar con el paciente y decirle (pie se domine, sino se corrijo, al propio tiempo, el mal que incita : en suma; seria como pedirle, que no cediese á la diarrea ó á cualquiera otra acción mórbida. En una nota de la obra del Dr. Curling, esta verdad se halla bien definida y aplicada á una clase de casos, para los cuales se cree, jeneral mente, que no hay escusa. El autor dice : " Esta es una verdad, que me temo no se halle suficientemente inculcada en el ánimo de los médicos. Cualquiera sentiría repug- nancia en disculpar las viciosas costumbres á que, es sabido, los viejos se suelen, á veces, entregar; y de las cuales, un ejemplo sensible, en elevado rango en la sociedad, ha venido á hacerse última- mento púbhco. Sin embargo, no puedo menos de pensar que, en muchas ocasiones, esos casos merecen las simpatías de la profesión; pues es indudable, que los deseos eróticos que, á veces, continúan persiguiendo á los ancianos, mucho después del período en que, en el curso ordinario de la naturaleza, debieran haber cesado, dependen, 308 EROTOMANIA Y SATIRIASIS. tanto en imperfección física, como en depravación moral; siendo la primera la que incita y produce los mórbidos deseos. Si esas inchnaciones se miraran y trataran como síntomas de enfermedad, opino que, á menudo, se calmarían, evitándose los funestos resultados á que conducen. Los médicos saben muy bien, que dichas propensiones van, pol- lo jeneral, acompañadas ele afecciones del conducto urinario: esto debiera hacerles admitir la ecsactitud de mis opiniones, respecto á las causas físicas que promueven aquoUas." Las mismas observaciones son aplicables á cual- quiera otro período de la vida, especialmente á la juventud, cual debe muy bien saber todo facultativo, enterado en estos asuntos. Me consta que, en infinitos casos, las sensaciones secsuales de los jóvenes se hallan escitadas, estraordinariamente, por males locales; y que los órganos se haUan, por tanto, en un estado de estímulo, por móviles, sobre los cuales, no ejercen dominio alguno. Este hecho inegable debiera tenerse presente, al considerar esos casos; debiéramos recordar, que una prescrip- ción facultativa puede, á menudo, conseguir un cambio, donde el precepto moral no lo ha obtenido: de eUo pueden verse infinitos ejemplos c'n los capítulos que anteceden, de este libro. Un casado, padre de famüia, me consultó en cierta ocasión: habia sido siempre hombre de costumbres anegladas y morales; mas, de repente, se vio atacado de raptos del mas intenso estímulo secsual, que apenas le era posible el dominar. Tan completamente esclavo se veía de esa sensación mórbida que, con la mayor dificultad, conseguía evitar el entregarse á los mas vergonzos y libertinos escesos. Últimamente, habia adoptado la precau- ción de encenarse, cuando le acometían los arran- ques, y siempre se haUaba en estado de zozobra, temeroso de algún acto que comprometiera su reputación, si es que no le resultaba aun algo peor. La situación de ese hombre era de veras lastimosa, EROTOMANIA Y SATIRIASIS. 309 sujeto, cual estaba, á un estado de sufrimiento, por el cual las jeutes, de saberlo, le hubieran mirado con desprecio en vez de simpatía. " Todo el mundo me ctiria," observó él, con lágrimas en los ojos, " que era una vergüenza y que no debiera ceder á tal vicio: pero no puedo remediarlo, aunque de ello dependiera mi ecsistencia: le he llamado á V, porque juzgo que comprenderá mi verdadera situación." Al ecsaminarle, haUé que padecía de una inflamación crónica de la glándula próstata y de la parte inferior de la uretra, cuya última estaba propensa, por varias causas lijeras, á empeorarse temporalmente, produciendo la escitacion de los jenitales que acabo de describir. Recordaba per- fectamente cpie, cada vez que esperimentaba el ataque, ó habia sufrido alguna ajitacion mental estraordinaria, hecho algún ejercicio violento, ó cometido algún esceso, en la comida ó en la bebida, que parecían producir el acceso. Últimamente, las partes se le habían puesto tan estremadamente sensitivas, que el menor estímulo, de cualquier jénero, producía el ataque y le era casi imposible el evitar uno por largo tiempo. Le manifesté, enseguida, la causa de su mal y, como no era resultado de escesos de ningún jénero, ni, en apariencia, demasiado severo, me atreví á prometerle mejoría: acto continuo, le sometí á tratamiento oportuno. La comida y la bebida las sujeté á ríjido arreglo; le ordené baños y un ejercicio regular, y le receté un tónico de Hierro y Genciana, También hallé necesario el emplear, internamente, el cáustico y aconsejar lociones astrinjentes, con ayudas, de vez en cuando, para mantener espeditos los intestinos. Con este mé- todo, la irritación empezó pronto á ceder y, á los dos meses, no volvió á sentir mas ataques eróticos. Ahora, bien: si ese hombre hubiera cometido algún acto de chocante inmorahdad, durante uno de los períodos de escitacion, se hubiera considerado puramente como resultado de depravación moral y, 310 EROTOMANIA Y SATIRIASIS. en vez de tratamiento facultativo, no se hubiera pensado mas que en castigarle. Es, por desgracia, demasiado cierto, que la depravación moral es, á menudo, la única causa de tan vergonzozas acciones; en tales casos, debieran castigarse cual merecen: mi objeto no es el disculpar nada de ese jénero, sino simplemente el hacer ver que ecsisten, con frecuencia, otras causas, de carácter totalmente distinto, que deben juzgarse bajo diferente asjiecto. La satiriasis está muy propensa á presentarse £ la primera tentativa de masturbación, ó á efecto de escesivos placeres, en particular con aqueUos que usan manjares y bebidas estimulantes. He conocido también casos, producidos por el tabaco y el opio y, con mas frecuencia aun, por ciertas medicinas, como las cantáridas y el fósforo, cuando se han tomado inoportunamente ó con esceso. La Erotomania se diferencia de la satiriasis, respecto al asiento de la enfermedad, el cual, en aqueUa, es el cerebro y no los jenitales: estos, solo se ven afectados secundariamente. Es, en realidad, una especie de mania, ó demencia, que ocupa cons- tantemante la imajinacion con asuntos secsuales, sintiendo, el paciente, un deseo mórbido, continuo, de goces : á veces, aun haUandose el individuo del todo impotente. El Dr. Copeland hace la distin- ción de las dos enfermedades con mucha claridad: citaré sus propias palabras, advirtiendo; que la Ninfomanía, á que se refiere, es sencillamente la misma enfermedad en la mujer, que la Satiriasis en el varón. '' Erotomania (Monomanía erótique de Esquirol) se halla caracterizada, por; amor escesivo de algún objeto, real ó imajinario. Es una afección, en la cual las ideas amorosas, son tan fijas y dominantes como lo son las relijiosas, en la monomanía relijiosa, ó en la melancoHa. La Erotomania es muy distinta de la satiriasis y de la ninfomanía. En la última el mal se haUa en los órganos reproductivos; en la primera, tiene su asiento en la imajinacion.' este ea EROTOMANIA Y SATIRIASIS. 311 un desarreglo moral, aquel lo es físico. La eroto- mania es el resultado ele una imajinacion ecsaltada y á la que no puede dominar el poder del raciocinio: satiriasis y ninfomauia proceden de irritación local de los órganos secsuales, cuya reacción obra sobre el cerebro y escita las pasiones fuera del dominio de la razón. En la primera, no hay falta de decencia ni de castidad; en la segunda, hay una Hbre espresion de deseo secsual y de escitacion. Aquella, suele producirla un cariño, no satisfecho ó contrariado, en una imajinacion virtuosa: esta, la produce una irritación estremada ó un inmoder- ado goce de la pasión secsual. " En la erotomania, los ojos están brillantes: los modales y las espresiones tiernos y apasionados; y las acciones libres, sin pasar los límites de la decencia. Los intereses personales y el egoísmo se olvidan en el culto que se rinde, á veces secreta- mente, al objeto cpie la mente adora. Con. fre- cuencia, se cae en un estado de ecstasis, con- templando las perfecciones con que la imajinacion adorna al objeto de su admiración. Durante el período de ese desorden moral, las funciones cor- porales languidecen, la fisonomía se pone pálida y decaída, las facciones hundidas, el cuerpo estenu- ado, el jenio inquieto é irritable, y la mente ajitada y desesperanzada. Las ideas recaen, de continuo, sobre el objeto querido y deseado y la oposición, ó los esfuerzos para inclinarlas hacia otro asunto, solo sirven para concentrarlas mas en el eselusivo, y hacerlas mas resueltas en su devoción. Por fin, se abandonan Padres y fortuna, se rompen lazos sociales, y se arrostran las mayores dificultades, para conseguir el objeto apetecido. " En algunos casos, los esfuerzos, hechos por el paciente, para vencer su pasión, ocasionan un estado de fievre irritante, con tristeza, depresión, pérdida de apetito, enflaquecimiento, Scc. : ese estado, con mucha propiedad, lo Uama Loi-ry- Calentura Erótica; la cual, después de seguir por 312 EROTOMANIA Y SATIRIASIS. un período indefinido, puede hasta terminar fatal- mente. Cuando una persona joven se pone triste, distraída, pálida y delgada; suspira con frecuencia; derrama lágrimas, sin causa aparente ; se siente incapaz de esfuerzo físico ó mental ; apenas habla con nadie; pierde el apetito; Are. ; es evidencia sobrada de que la imajinacion se ocupa desordena damente de algún objeto deseado. Si no se trata, con empeño, de distraer á la persona, del sentí-' miento que la domina, ó si esta no logra el objeto apetecido, los síntomas se vuelven aun mas lasti- mosos, Las funciones corporales languidecen, los ojos se hunden, el pulso se pone débil é irregular, y las noches intranquilas y sin sueño. Por fin, se presenta una forma lenta ele calentura hética y los órganos mas débiles, en especial el corazón y los pulmones, se convierten en asiento de una enfer- medad, que adelanta muy despacio. Toda la máquina se paraliza y el paciente fallece, á efectos de la dañina influencia de la afección mental, sobre los órganos vitales. "Estaforma de desorden mental puede aumentar y afectar el intelecto, de un modo tan serio, eme desanoUe una demencia ó manía jeneral: con el tiempo, puede terminar en locura ó demencia incoherente. En cualquiera de estas situaciones, el carácter primario del desorden, ó la afección moral primitiva, seguirá manifestándose, por fre- cuentes sujestiones del mismo orden ele ideas, ó por la vuelta al objeto de la adoración. El tratamiento, en estos casos, requiere mucha destreza, tacto y esperiencia, por parte del faculta- tivo y, con frecuencia, una observación larga y constante, para descubrir cual sea la verdadera causa escitante. Puede ser enteramente moral ó enteramente física y, á veces, una y otra: es necesario cerciorarse de ella, si se ha ele conseguir buen resultado. El caso es, que se requiere la filosofa, tanto como la fisiolojia, y que es preciso que reine la mas completa confianza, entre el médico EROTOMANIA Y SATIRIASIS. 313 y el paciente. Los afectos tienen gran parte en estos males especiales: no hay que olvidar, que ecsiste una gran diferencia en el temperamento de distintas personas, como igualmente en la sensitivi- dad ó impresionabilidad, de sus naturalezas. Los que deseen estudiar la filosofía de este curioso asunto^ con relación al secso opuesto, deben leer los artículos, sobre Histeria y Clorosis, en mi obra: "Enfermedades de las Mujeres." Algunas per- sonas recomiendan siempre el casamiento, en esos casos, cuando se trata de personas solteras: no hay duda que, á veces, es lo que conviene; pero, en otras, también es altamente inconveniente. En ciertas formas de desarreglo físico, el casamiento solo consegí i i ría agravar la enfermedad y el | >;« lente es muy probable que concluiría por quedar inha- bilitado para el matrimonio. Ése consejo, por tanto, no solo no proporcionaría, de seguirlo, ventaja alguna á la persona en dicha situación, sino que baria dos desgraciados, en vez de uno. Se notará, que algunas formas de la Erotomania son idénticas á la enfermedad, llamada Mal de Amores. Reitero, de nuevo, que, en todos los casos de esa naturaleza, se requiere el buen criterio, tanto como la ciencia. 314 OBSERVACIONES JENERALES. capítulo xm. OBSERVACIONES JENERALES, SOBRE LA CONSERVA- CIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA POTENCIA SECSUAL. Este capítulo está destinado á contener todos aquellos informes parciales, y todos aqueUos datos interesantes, que es conveniente el saber, y que no ha sido necesario el mencionar en los capítulos precedentes, Algunos de los informes y datos son morales, otros facultativos y otros fisioló- jícos: todos ellos, se haUaran altamente útiles y directamente instructivos. Es precisamente la clase de información que mas se necesita, con frecuencia, y que, hasta el dia, no ha podido obtenerse riño con la esperiencia, caramente adquirida. La gran mira de la ciencia médica debiera ser la de precaver las enfermedades, cuando fuera posible, mas bien que la de meramente curarlas: el conocimiento que ofrecemos, es un ájente importante para la prevención. Cual nuestros anteriores artículos lo han demos- trado es, por desgracia, cierto, que la potencia secsual está espuesta á disminución, y hasta á pérdida completa, por una infinidad de causas, y que es en estremo difícil la restauración. Hay, sin embargo, muchas reglas, en apariencia sencillas, las cuales, observadas debidamente, evitarían muchos de los daños que hoy se esperimentan : hay otras, igualmente simples, que, con frecuencia, ayudaran materialmente á la restauración. El objeto de este capítnlo es el de indicar muchas de dichas reglas, principalmente bajo la forma de sujestiones y avisos, toda vez que ya nos hemos OBSERVACIONES JENERALES. 315 ocupado, por completo, del tratamiento puramente facultativo. Para conservar la pujanza secsual, es indispen- sable que la salud, en jeneral, sea buena y no ecsista ningún desarreglo serio en ninguna de las funciones vitales. Cuando el estado jeneral del Cuerpo uo es bueno y la enerjia vital poco boyante, los órgano-; secsuales se sienten, de seguro, afecta- dos en mayor grado que ninguno de los demás. A causa, también de sus .estensas simpatías, sufren con las enfermedades de los otros órganos, llegando, £ veces, este padecer simpático á hacerse de mucha gravedad. La dispepsia prolongada se ve, casi siempre, acompañada de pérdida de poder y deseos secsuales y, hasta los ataques de indijestion pasagera producen, temporalmente, ese efecto. Por el con- trario, un estómago robusto, en cb'jestion y nutrición perfecta, es altamente favorable al vigor secsual. Podemos añadir que el esceso de nutrición, casi de fijo, sobreescíta los órganos jenitales : ó, en otras palabras, que la glotonería conduce £ la disolución ó libertinaje. Esta es una verdad, que rara vez tienen presente los Padres, al criar á sus hijos, así que vemos á muchos de estos, de naturales inclina- ciones amat ivas, estimulados con ricos manjares y bebidas escitantes, hasta que sus pasiones se hacen desenfrenadas. El estómago ejerce una decidida influencia simpatética, sóbrelos órganos jenerativos y, por este medio, conseguimos, con debido cuidado, en la dieta y bebida, al aumentar ó disminuir, en gran parte, el vigor de estos. Ciertos manjares estimulan los órganos secsuales mientras que otros tienen una tendencia totalmente opuesta. Mariscos, como ya se ha dicho, son jeneralmente estimulantes, á causa del fósforo que contienen, pero el pescado rara vez tiene ese efecto: la carne fresca estimula también pero solo á causa de su nutrición y es error el suponer cpie, aparte de esto, es mas estimulante que todos los vejetales. Hay raices y vejetales, que poseen dicha propiedad, 316 OBSERVACIONES JENERALES. en mayor grado que la carne, especialmente los que son farináceos, como la patata que, cuando es de buena calidad, encierra todos los elementos que el cuerpo reclama. La mayor parte de las verduras, de sabor fuerte y aromáticas, son estimulantes también, como el Apio, las CeboUas, las Chirivias y, en especial, los espárragos : lo mismo sucede con las yerbas empleadas para sazonar los guisos, tales como Menta, ó Yerbabuena, Salvia, Poleo y, en particular la Pimienta y Nuez moscada. Las Setas, y mas aun las Trufas, estimulan á ciertas personas y, hasta las Aceytunas, tienen, á veces, una influencia marcada. No creo que las aves sean estimulantes, escepto las de carne oscura, como el Añade y el Ganso. Me han asegurado, que el comer abundantemente Pato Silvestre, en su estación, es muy eficaz para los estenuados por escesos; lo cual es posible, no solo á causa de la carnéele estas aves, sino también poique se alimen- tan, principalmente de Apio Silvestre. De todos los manjares la Tortuga tiene la reputación de ser la que mas escita á los órganos jenerativos, y yo creo que la opinión es fundada : es, á no duelarlo, altamente nutritiva y parece contener cierto prin- cipio ardiente, que afecta las partes espresadas, de un modo decidido. Por regla jeneral toda verdura acuosa, como nabos, coles, calabaza, &c, carece de la propiedad especificada y es, por consiguiente, £ propósito para aqueUos casos en que conviene calmar el estímulo. Frutas, especialmente las acidas, son por el mismo estilo, esceptuando las altamente sazonadas, como el Melocotón y la Pina, que son, sin duda, Afrodisiacas, cuando no las repugna el estómago. Los tomates son algo estimulantes, así como la mayoría de las Habichuelas ó Judias, en particular las Limeñas; pero los guisantes son al contrario. Pan ó harina de trigo es la mas estimulante entre los cereales, y la harina de Maiz la menos : por OBSERVACIONES JENERALES. 317 tanto, cuando hacen falta Anafrodisiacos, debemos emplear el pan de Maiz con las demás prepara- ciones, que suelen hacerse con su harina, y evitar las patatas y el pan de Trigo. El Arroz no es estimulante, mientras eme el Saguí, la Tapioca y el Arrow-root lo son bastante. En cuanto á las bebidas, puede asentarse; que todas las alcohólicas ó espirituosas, son altamente estimulantes, al tomarlas: pero si esto se hace con esceso, ó mucha frecuencia, pierden aqueUa pro- piedad y se vuelven perjudiciales. El vino fortalece mas que ninguna otra bebida, escepto la Ale y el Porter. Los que deseen moderar sus inclinaciones amativas, no deben usar vino ni bebidas fermenta- das, y abstenerse de los Uamados cordiales y amargos (bitlers), que son sumamente escitantes, á causa de las especias que contienen. El'Cafó es, casi, tan estimulante como el vino y no deben jamas tomarlo los que están sujetos" £ derrames involuntarios, ni aqueUos cuyos deseos son muy ardientes. Té es lo contrario del café y, por lo tanto conviene en tales casos. La leche, aunque nutritiva en alto grado, no es estimulante y es, por consiguiente una bebida, muy á propósito, para los que padecen emisiones ó sueños carnales; pero lo mejor es agua fria: toda bebida caliente por simple que sea, es perjudicial, porque promueve la orina y, de consiguiente, estimula á los órganos secsuales. Los que no pueden usar agua fria, sola, pueden beber, á discreción, agua de soda v mineral, ó limonada, si el estómago no se opone, puesto que ninguna de estas bebidas es incitante. Después del estómago, es de inmediata impor- tancia el atender al estado de los intestinos, puesto que ejercen considerable influencia sobre los ór- ganos jenerativos, y pueden afectarlos de un modo muy perjudicial. Los malos efectos de las almor- ranas, y hasta del estreñimiento, se han manifestado antes; este último desarreglo, es de mas entidad de lo que, tal' vez, se ha supuesto. Nadie, que 318 OBSERVACIONES JENERALES, padezca de estreñimiento habitual, puede prome- terse el escapar ele la debilidad seminal; por muy sanos y vigorosos que aparezcan, en sí, los órganos jenitales. Es, por tanto, de gran importancia, como medio de conservar el vigor secsual, el que los intestinos estén siempre arreglados: con mucha frecuencia, algún cuidado en esaparte, es lo único que se requiere para conseguir una cura completa. El estado opuesto de diarrea, si bien debilitante, como se comprende, no es tan decididamente dañino como el estreñimiento, y es fácil el recuper- arse de sus efectos. Después del estómago y de los intestinos, los órganos urinarios deben citarse, como ejerciendo gran influencia sobre el sistema sensual. Ya he espresado, en otra parte, las pruebas de ello; ahora Uamaré la atención sobre este hecho, que considero de suma importancia. Si los ríñones, ó la vejiga, se ven afectados por cualquier estilo, los órganos jenitales, de fijo, se verán afectados del mismo modo : si la orina tiene cualidades irritantes, casi de seguro obraran sobre la uretra y los conductos, de modo que causen estímulo secsual y esperma- torrea. Esto es de importancia especial, respecto á los niños, muchos de los cuales se haUan predis- puestos á virihdad precoz, ó á masturbación, simplemente porque padecen de areniUa ó de algún otro mal de los ríñones ó de la vejiga. AqueUos niños, que mas padecen de estos males, haUan, por lo jeneral, muy dificü el retener la orina durante la noche y, al arrojarla, es de color subido y de olor fuerte. Tales niños están espuestos £ padecer de espermatorrea, después de crecidos, y también son propensos á masturbarse : es pues muy importante el que se corrijan prontamente esas afecciones de los órganos urinarios.* En edades mas avanzadas, dichos padecimientos re- quieren, igualmente, seria atención: muchos hombres pueden hallarse enfermos é impotentes por aquellas causas, cuya poderosa operación, OBSERVACIONES JENERALES. 319 mientras ecsista, neutraliza todos los esfuerzos curativos. Cuando ecsiste cualquiera de dichos males, en cualquier período, es necesario regular la alimentación y la bebida, de un modo especial y propio para ellos, pues estos ajentes influyen mucho en los órganos urinarios. El ejercicio constante, y no escesivo, de todo el sistema 'muscular, es de gran importancia, para la conservación del poder secsual. Es cierto que, si un hombre hace poco ejercicio y se alimenta bien, podrá, en ocasiones, hacer alarde de una pujanza amativa estraordinaria, porque, como he dicho antes, la holganza y la glotonería enjendran el libertinaje : pero el efecto será solo temporal y, mas tarde ó mas temprano, el individuo se sorpren- derá al ver que ha gastado, para siempre, su enerjia vital y que, su salud y su robustez, han sufrido completo detrimento. El poder vital, que puede impunemente gastarse, en los placeres de la Venus, es solo aquel sobrante, después que cada parte del sistema ha recibido lo necesario : si se consume mas, algún otro órgano tiene quo sufrir la falta. Suponiendo que todo hombre, en buena salud, posea un fondo de enerjia vital, proporcionado, al cual Uamaremos capital, lo que le vaya añadiendo, mas ó menos, por medio de la nutrición, represen- tará cd ínteres: este es obvio que podrá emplearse, á voluntad, sin empobrecerle, ni gastar á dicho capital; pero si, con escesos, gasta mas que el interés que va agregando, disminuirá el principal, de una manera permanente; porqué lo que, en estos bienes se malgast t, rara vez se recupera. El hombre ocioso, ú holgazán, no gasta, en su sistema muscular, bastante enerjia, para conservarlo en buena salud; pero, á la par, emplea un esceso en los órganos secsuales, de modo que se estimulan en demasía y sufren con la plétora. En conse- cuencia, se acostumbran á los goces escesivos y constantemente van esquilmando la fuerza vital, 320 OBSERVACIONES JENERALES. hasta que consumen interés y capital, y dejan al individuo completamente aniquüado. La filosofía de esto se ha indicado repetidas veces, en el curso de este Hbro; pero su importancia es tanta, que no me canso de repetirlo á fin de presentarlo tan patente, que siempre lo tenga presente el lector. Estoy cierto, epie no hay caso de precocidad, ó de inclinación amativa, cstraor- dinarias, escepto cuando proceden de enfermedad, que no pueda templar ó curar el ejercicio muscular. Por muy vigorosamente que obren las glándulas seminales, en un estado de holganza, disminuirán, de seguro, su vigor, si al cuerpo se le rinde por un esfuerzo activo ; esta regla apenas conoce límites. Una de las Memorias, de la casa de Dementes de Massachusetts, comprueba fuertemente esta verdad y clemuestra claramente, que poseemos, en el trabajo corpórea, el medio seguro de dominar la propensión á los placeres sensuales, en cualquiera circunstancia. La aplicación ele este hecho, á la juventud, es palmaria, pues gran parte se entregan al libertinaje por falta de trabajo corporal y sobra de nutrición. El inválido, ó el hombre cuya pujanza está des- mejorada debe naturalmente economizarla porqué no necesita rendirse sino hacer puramente el ejercicio necesario para conservar la salud. El ejercicio de la imajinacion es de tanta impor- tancia como el del cuerpo. El hombre que tiene la mente desocupada, casi de fijo, se verá espuesto £ sentir, con demasiada fuerza, las propensiones animales: los pensamientos licenciosos, con mucha frecuencia, ocurren tan solo por no ocuparse de otros mejores. Debe tenerse presente, sin embargo, que el escesivo trabajo mental, particularmente si va acompañado de ansiedad y cuidados, es suma- mente destructor de la potencia secsual, con- duciendo, con frecuencia, cual se ha demostrado, en varios de los casos citados en el curso de esta obra, £ la impotencia. Los que deseen, por tanto, OBSERVACIONES JENERALES. 321 conservar su virilidad, deben tratar de seguir un feliz término medio, ocupando la imajinacion lo bastante para salud y provecho, y tratando de mantener completa calma y tranquilidad de espíritu. liste asunto se dilucidó en un capítulo anterior sobre la Ympoíencia: £ las observaciones aUí hechas, pueden agregarse las actuales, á fin de aprovechar por completo su enseñanza. Hay muchos placeres, que las j entes se permiten, algunos de los cuales, aunque al parecer muy sencillos, ejercen una influencia decidida sobre los órganos secsuales y, con el tiempo, destruyen su vigor. Algunos de ellos, se han mencionado ya; entre estos, especialmente el uso del tobaco y otros narcóticos; pero ecsisten otros, de que no se ha hecho mención y que, si bien de menor conse- cuencia, no deben pasarse desapercibidos. Las esencias suelen afectar profundamente á algunas personas, obrando sobre su sistema nervioso, bien como estimulantes, bien como sedativos y pro- duciendo, á veces, efectos muy raros. Es induda- ble, que hay perfumes, que prontamente escitan el instinto secsual, unas veces natural, otras artifi- cialmente y, mas ó menos, según la organización do la persona. Otras esencias, ejercen una in- fluencia totalmente contraria; pero, entonces, no es do un modo tan terminante. Personas muy sensitivas, especialmente aqueUas cuyo instinto secsual está muy desarrollado, suelen escitarse, con un mero perfume, tanto como con cualquiera medicina, administrada por la via del estómago. Según he manifestado, por estenso, en mi tratado sobre las Enfermedades de las mujeres el Histérico, en ellas, se produce fácümente por medio de los aromas: de la misma manera, en el secso masculino, pueden promoverse diversas clases de escitacion nerviosa. Puede asentarse, como regla jeneral, que todo perfume fuerte produce efectos de la naturaleza indicada y que, por lo tanto, conviene no usarlos, 322 OBSERVACIONES JENERALES. al menos de continuo. Algunos, poseen dicha propiedad con mas fuerza que otros y, varios de ellos, son de uso constante en el tocador: enumer- arlos seria citar los mas estimados; creo, por lo mismo, inútü el indicarlos, tanto mas cuanto, sabido que todos son, mas ó menos, perjudiciales, es mas prudente el evitarlos todos. El oríjen mismo de algunos de ellos, y el uso á que la natur- aleza los ha destinado, en los animales, de donde se estraen, es una corrobacion de lo que Uevo espuesto: no me queda duda que, si muchas mujeres supieran de donde provienen, no los patrocinarían tanto. El Almizcle es, en especial, uno de ellos y sus efectos afrodisiacos he tenido, con frecuencia, ocasión de ver comprobados, de una manera inequívoca. Los lectores de la poesía clásica, recordaran la historia de aquel Príncipe Yndio, que hizo alarde de tan estraordinaria pujanza, con solo haber olido las flores de la'Ninfa Odorata; y también otros varios casos citados, de las propiedades afrodisiacas de las esencias : lo cual prueba que este hecho era conocido hace siglos. Muchos de esos cuentos son, sin duda, ecsaj erados, aunque fundados en 1-eaUdades, cual he desmostrado en varios caso.s: creo que la historieta, sobre la Ninfa Odorata, es de las que merecen tenerse en consideración. Las indicaciones y advertencias mas importantes, relativas á la conservación del vigor procreativo son, tal vez, las que regulan su uso. Es sabido, con respecto á las demás funciones vitales, que su saludable conservación y ejercicicio depende, esen- cialmente, en emplearlas £ tiempo oportuno y en circunstancias favorables : lo mismo acontece con las funciones jenerativas. Muchas personas creen que, puesto que los órganos jenitales, por lo regular, están dispuestos á funcionar á cualquiera hora, y casi en cualquiera circunstancia, importa poco la elección de tiempo y ocasiones : este es un error, (pie cualquiera puede comprobar con su propia esperiencia. OBSERVACIONES JENERALES. 323 La hora, para los goces carnales, debe elejirse de modo, que la escitacion momentánea, y el consi- guiente cansancio y abatimiento que les sigue, no impida ninguna otra función, física ó mental, ni apure al sistema, ecsijiendo escesivos y estraordina- rios esfuerzos, cuando hacen falta indispensable, para dichas otras funciones. La ignorancia de esta mácsima y, por de contado, su poca observan- cia, conducen á inconvenientes graves y, á veces, á s'ríos daños. El goce secsual, inmediatamente después de comer, casi siempre produce indijestion y, con frecuencia, vómitos; debido á la pérdida temporal del poder nervioso, que paralízala acción del estómago. Lo mismo suele acontecer muy poco antes de comer ; esto se esphca por la debili- dad momentánea, producida sobre el estómago por el acto del coito, que impide, también la dijestion y hace, por tanto, que fermente la comida. Con frecuencia, he oido á personas, cpie no tenían idea de donde procedía su mal estar, corroborar dicha verdad, con su propia esperiencia, en cuanto les indicaba las causas: si traemos á la memoria las anteriores espheaciones, sobre las simpatías ner- viosas de los órganos secsuales, la filosofía de lo dicho se nos hará patente. La mejor hora, por tanto, para los .goces amativos, en lo que atañe £ alimentos, es entre dos comidas; dejando el tiempo suficiente para que la dijestion de la primera se haya verificado y lo bastante para que la escita- cion nerviosa haya desaparecido, y la tranquilidad esté restablecida, antes de empezar la segunda. Observando esta regla, la acción del estómago se mantiene libre y las náuseas y las indijestiones se evitan, de; seguro. Es indudable, que la mayoría do los hombres sienten fuertes deseos de placer, inmediatamente después de una buena comida, especialmente si ha sido acompañada de bebidas estimulantes ; pero esto no prueba que la ocasión sea oportuna ó conveniente. El deseo, que se esperimenta en tales casos, es puramente facticio, 324 OBSERVACIONES JENERALES. efecto de la escitacion jeneral de todo el sistema^ casi siempre, el abatimiento que sigue es, propor- cionalmente, mayor. Del mismo modo, un hombre, bajo la influencia del licor, se sentirá dispuesto £ gran actividad corporal y puede hasta hacer alarde de estraordinaria pujanza; pero, en el momento en que desaparece el estímulo, el cansancio y la postración, que siguen, están también en relación con el esceso de vida manifestado antes. Esta es la razón, por la cual no conviene entregarse á las caricias amorosas, cuando se está en estado de embriaguez. Sé, que la Poesía asocia £ Venus y £ Baco, pero los versos no son Fisiolojia ni á veces sentido común, siquiera, y es necesario no confun- dir el furor desordenado del vino con las instiga- ciones naturales. Por iguales razones, es evidentemente impropio el entregarse á los placeres, poco antes de cualquier trabajo mental serio, porqué la enerjia vital se hahará muy ecsausta, para emprender dicho trabajo con ventaja : ni conviene, tampoco, al concluir un esfuerzo de la imajinacion, porqué es perjudicial el tener en acción, á un mismo tiempo, dos causas de cansancio. Las mismas reglas y motivos, tienen aplicación á los ejercicios musculares, los males no deben preceder, ni seguir, muy de cerca á la cohabitación. La mejor hora es, en resumen, aquella en que el cuerpo y la mente pueden dis- frutar, siquiera por algún rato, la necesaria tran- quilidad, antes y después de consumar el acto, y en la cual ninguna función intervenga con las demás. En cuanto á la hora del dia, es asunto de impor- tancia secundaria, y no es posible fijar aquella, por cuanto depende de las circunstancias, costumbres y ocupaciones del individuo : bastará el guiarse por regla que Uene las condiciones espresadas en el párrafo anterior. Algunos médicos recomiendan ia velada, ó prima noche, cuando las ocupaciones del dia han terminado, y queda toda la noche para OBSERVACIONES JENERALES. 325 el descanso: esta es también, £ mi juicio, la ocasión mas oportuna. Otros, creen que la mañana es mejor porqué, después del descanso, hay mas vigor y, en caso de concepción, el fruto de ella puede saHr aventajado: me parece que este consejo no es bueno, porque las ocupaciones del dia hallaran al hombre debilitado y, agobiándole mas, es fácil que las varias funciones del sistema no obren con entera perfección. Ya he probado lo erróneo do la creencia, de que el feto sufre, en el acto de la Concepción, la influencia del estado del sistema del Varón; puesto que el embarazo, la mayor parte de las veces, no coincide con el acto do la asociación. La duración del poder secsual, lo mismo que cualquier otro, depende, esencialmente, de la manera como se usa y esto debieran tenerlo pre- sento los que creen que merece la puna el conser- varlo. En la mayor parte de los casos, es probable que se requiera cierta porción de goces, para preservar la salud ; pero, cuando dichos goces son escesivos, resulta más ó menos daño permanente, cual ya se ha demostrado. Cada uno debiera, por tanto, tratar de asegurarse, para que te sirviera de guia, de los límites oportunos de sus placeres; si se atiende, con cuidado, á lo que sobre este punto va esphcado, fácil le sera á cualquiera el conocer los límites £ que puede Uegar y de los cuates no ha do esceder, prudentemente. El que atienda á esto, habrá conseguido una ventaja positiva, pues la mayor duración de potencia, que con ello conse- guirá, le servirá de cumplida compensación á todas sus privaciones temporales. Para aquellas personas, cuyos sistemas rijen con regularidad y cuya salud es casi uniforme, la observancia de períodos regulares se hallará muy ventajosa y altamente propia á conservarles la potencia viril toda vez qu i dicha observancia evita los escesos y la pérdida gradual de poder. Estas sujestiones y consejos, si bien en apariencia sencülos son, no obstante, de gran valor: si .se 326 OBSERVACIONES JENERALES. observan y siguen debidamente, valdrán mas, para evitar la pérdida prematura del vigor viril, que todos los tratamientos facultativos que jamas se emplearon. El descaecimiento lo ocasionan, en muchos casos, una porción de causas pequeñas, que obran de consuno: si se hace desaparecer cada una de eUas, como por lo jeneral es fácil, el descaeci- miento se evita, cual es consiguiente. Las j entes propenden á no ocuparse mas que de los ajentes mas visibles de destrucción, y dejan desapercibidos los aparentemente senciUos, como de escasa conse- cuencia : en realidad, estos últimos suelen ser los mas importantes. Pocas personas, de buena salud, dejaran da conservar el vigor secsual, hasta un tiempo ilimi- tado de su vida, si atienden á las anteriores indi- caciones, y siguen los consejos que encierran; mácsime si, ademas, usan baños fríos, locales, en las partes, y evitan toda escitacion impropia. No hay edad fija parala disminución del poder viril, pero si, puede conservarse hasta la estrema vejez, como lo demuestran ejemplos sin número : uno de ellos, el del viejo Pan- que, teniendo mas de cien años, se vio condenado á cierta pena por una intriga amorosa y, aun después, tuvo varios hijos. Hay algunas otras circunstancias, enlazadas con la asociación de los secsos, que ejercen una in- fluencia importante en la duración y manifestación del poder secsual; mas, como se refieren al hombre solo, no es necesario entrar aquí de Ueno en su ecsámen, sino sencillamente indicarlas, como re- firiéndose á entrambos secsos. No hay eluda alguna que la Naturaleza ha dis- puesto, al menos en muchos casos, ya que no uni- versahnente, una idoneidad peculiar ó adaptación entre individuos dados de opuestos secsos que les hace compañeros mas £ propósito en el matrimonio de lo que pudieran ser para otros. Por el con- trario, es igualmente cierto que ecsiste entre otros falta de esa misma idoneidad lo cual hace su unión OBSERVACIONES JENERALES. 327 del todo inconveniente. Dicha adaptación puede sar moral, mental ó física y, á veces, las tres cosas: en ocasiones, consiste en algo que no nos es dable el definir pero cuya ecsistencia es demasiado evi- dente para cpie admita discusión. La naturaleza presenta, con frecuencia, asombrosas simpatías y antipatías que no podemos comprender, pero que debieran tomarse en consideración, al adoptar nuestras resoluciones, por cuanto es siempre per- judicial el oponerse á aqueUas. Hay muchas causas de falta de idoneidad y por consiguiente de felicidad doméstica, que pudieran descubrirse antes del matrimonio y otras que es posible el correjir después, si los individuos poseyeran cierto grado de conocimientos fisiolójicos: desgraciadamente ese conocimiento rara vez se adquiere á tiempo y es forzoso sufrir las consecuencias. No es mi ánimo el discutir ahora este asunto; lo único que deseo es hacer notar su influencia, en la materia de que nos estamos ocupando. No admite duda (pie la aso- ciación, entre personas, que mutuamente se avienen ó acomodan, es menos estenuante y puede disfrutarse con mas frecuencia que entre parejas no á propósito, por naturaleza, para ser compañeras; es, ademas, cierto, que las circunstancias, en que ha lugar el acto, determinan, en gran manera, el efecto que ha de producir. Es necesario que el acto lo aprueben las sensaciones y el entendimiento, si ha de ser placentero y ventajoso ; de lo contrario, te seguirá sentimiento y perjuicio, por grande que haya sido el goce animal (pie causó. Esta es la razón, por la cual el libertinaje tiene por séquito al remordi- miento y al quebranto de la salud; mientras que la asociación lejítima del casamiento, con una esposa querida y respetada, conduce á la salud y á la satisfacción de ánimo. Es un hecho demostrado, tan importante para la sociedad como para el individuo, que la institución del matrimonio es jérnion de salud y de dicha, y que la duración de la ecsistencia, en ambos secsos, es mayor en dicho 328 OBSERVACIONES JENERALES. estado que en cualquiera otro. Muchos hombres se equivocan en el asunto, juzgando que pueden conseguir mayor suma de placeres en el üícito abandono de la vida de soltero, que en el casa- miento: este es un error fatal, pues disfnitan menos, en realidad: rara vez se hallan satisfechos de sí mismos y la duración de su poder se acorta sen- siblemente. No hace mucho tiempo, que tuve una conver- sación muy interesante, con un sectario de las doctrinas de Swedenborg, el cual me dijo, que todos los principios, asentados en mis lecturas, conespondian, ecsactamente, con sus ideas espiri- tuales, respecto al casamiento, y que su propia esperiencia corroboraba, completamente, la verdad de mis asertos. Añadió que, durante su juventud, se vio, por desgracia, anastrado £ una vida crapu- losa, en la cual esperimentó el remordí/miento y pérdida de verdaderos goces, que hé indicado; y que, de resultas de la lectura de los escritos ele Swedenborg, habia, desde entonces, entrado en lo que el llamaba, una nueva vida. Me aseguró que, con la compañera de su corazón, la asociación jamas causaba cansancio á ninguno de los dos: al contrario, era seguida de nuevas fuerzas y placeres: no dudo esto, porqué otros muchos me han ase- gurado lo mismo. El lo atribuía á los efectos del esplritualismo, mas yo lo juzgo simplemente un resultado fisiolójico: sea eUo lo que quiera, el hecho es de importancia, tanto en lo que concierne £ la salud, como en lo referente £ moralidad. Estos asuntos, sin embargo, se discutirán de Ueno en una obra, sobre las Funciones reproductivas y el Casamiento, que vengo preparando hace tiempo, y que publicaré en breve. Lo hé diferido por ha- llarme ocupado en un número de esperimentos y una serie de observaciones que han de dilucidar todos los puntos dudosos y hacer la esplicacion completa. Otro de los requisitos importantes, para la acción OBSERVACIONES JENERALES. 329 saludable y la duración prolongada del poder secsual, en ambos secsos, es la justa proporción de la edad en los matrimonios. La esperiencia ha demostrado, fuera de duda, que cuando ecsiste gran desproporción e a vA tí H o $/ H3 w o H M O «1 P o 03 i/ V i/\ 50 H ¡Fw¡A ɧA p W ^¡¡Ife. s¡\ 0 H ¡ o Las dos mitades del Cerebro se representan sepa- radas, para demostrar que son diferentes una de otra y hacer ver su Correspondencia ó Enlace con los Centros Secsuales. 333 "CASOS," Ó EGEMPLOS, MISTOS > CON NOTAS Y ESPLICACIONES, DESAROLLO RETARDADO, Este es un caso, notable, de Desarrollo retarda- do, por la Masturbación, pero que, afortanada- niente, pudo corregirse, un tanto, porquo ei^ indi- viduo vio, £ tiempo, su situación. Dejaré que hable el interesado y luego haré mis observaciones y comentarios, donde convenga. Al Dr. F. Hollick, Ciudad de Nueva York. N. Y* "Muy Señor mío : "No ha mucho que asistí á las Lecturas, que dio V. en Füadelfia, sobre la Fisiología Paterna y, de resultas de lo que en eUas oí, me decido, ahora, á dirigirme á V. Soy una de aqueUas criaturas lastimosas, do que habló V. al principio de su discurso, al tratar do la Masturbación Ynfantdy, £ no dudarlo,uno de los mas tristes egemplares, de los terribles efectos de este vicio, que V. jamas ha visto. Cuando, al empezar su lectura, nos dibujó * Cartas, con este sobre, llegaran siempre á mis manos, en cual- quier ¿poca. 334 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. V. el cuadro de las ulteriores consecuencias de esa dañina costumbre, sentí tal desesperación, que deseé, cuanto antes, dejar una vida, que no podia soportar, en el estado en que me haUaba. Las observaciones finales de V. me animaron, un tanto, con la esperanza de que, tal vez, no seria demasia- do tarde para restablecerme, al menos en parte; y, con esta idea, me dirijo á V, en solicitud de su opinión, la cual, aseguro á V, ha de ser de gran influencia para mí. Dejando esto á un lado, con- tinuaré mi relato, que será verídico y completo, aun cuando hé luchado mucho para decidirme á espo- nerlo ; y, nunca hubiera hecho esta confesión, si no hubiera asistido £ sus Lecturas. Por ellas me convencí de la inteligencia médica y amable sim- patía, que á V. adornan, y esto me ha animado y decidido á revelarle, lo que ha sido un secreto para todo el mundo, y que, probablemente, hu- biera Uevado al sepiúcro, si no hubiera tenido la suerte de encontrarme con V. Soy hijo de Padres acomodados y que, en mi concepto, han hecho siempre, por mi, cuanto era conveniente; pero, cuyas buenas intenciones, no han dado el resultado, que apetecían, á causa de su falta de imposición, en ciertas materias. En mi primera infancia, era fuerte y robusto, Ueno de viveza y activo, en grado estremo. Todo parecía indicar, que seria un hombre, plenamente desarroüado, pero, desgraciadamente, estas espe- ranzas estaban destinadas á verse frustradas. Tenían mis padres una criada, ó niñera, dedica- da espresamente á cuidarme y cuyo tiempo se em- pleaba, esclusivamente, en llevarme de uno á otro lado y en jugar conmigo. Cierto dia, me llevó £ ver unos amigos suyos, que vivían en la parte mas baja de la Ciudad (Baltimore) y, mientras allí se entretenía en su charla me dejó, para que jugara, con los niños del vecindario, que me rodeaban como un enjambre. Era una colección depravada, mísera y viciosa, cual no mas; y, sin embargo de CASOS, ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 335 mi corta edad, de solos cuatro años, no pude menos de hallar muy estraños su lenguage y ac- ciones. Eran ambos, sin embargo, nuevos para mi y escitantes, ademas, lo cual me los hizo inte resantes y, al poco tiempo, abandoné toda corte- dad y me inicié en muchos de sus dichos y de sus actos, que, á no dudarlo, debieron parecerme es- celentes. Entre los niños, habia un pelagatos, precoz y de mas edad que los otros, el cual se propuso enseñar á los demás varios misterios de Fisiología y Paternidad y el uso de ciertas partes del cuerpo, en las cuales no habia, hasta entonces, fijado mi atención. Esto lo hizo prácticamente, con las niñas y niños presentes, ninguno de los cuales demostró la menor repugnancia á ponerse de manifiesto, antes al contrario, parecían desearlo. Las revelaciones que oí, en los términos mas soeces, y las escenas que presencié, entonces, no se han borrado de mi imaginación y, sin embargo de la tierna edad que tenia, se me presentan, tan frescas y vivas, cual si solo hubieran ocurrido ayer. Entre otras cosas, nos enseñó, £ ambos secsos, el modo de Maslurbarnos y, como probablemente, £ causa de mi temperamento, me sentía inclinado £ los placeres, desde aquel momento contraje la costumbre de dicho vicio. Tuve bastante malicia para ocultar el hecho á mis padres, sin duda por- que el instinto me dijo que obraba mal y que seria castigado, aunque sin saber el motivo. La criada sabia el hecho y, tejos de reprenderme, lo fomen- taba, porque así tenia menos trabajo en cuidarme. La verdael es, que el grupo de nacientes libertinos fué sorprendido, en medio de sus operaciones, por mi niñera y una amiga suya, que lo miraron como una gracia muy divertida y se rieron mucho, con- tándolo á las demás amigas. Con todo, me ame- nazó con severo castigo, si lo contaba, cuyo temor no hacia falta, para hacerme cahar, pues no tenia 336 CASOS, Ó EGEMPLOS, MISTOS. intención de decírselo á nadie: era mi secreto y, a* mi modo, me sentía orguUoso de eUo. Desde estonces continué, constantemente, mas ó menos, entregado al vicio, que Uegó £ ser un verdadero furor, pasando horas enteras de la noche ocupado en él, cuando solo tenia aun seis años. Las consecuencias inmediatas fueron, el que- darme mezquino y débil y de un genio tan irrita- ble que, no solo me sentía desgraciado, sino que Uegué £ ser un objeto de constante molestia, para los que me rodeaban. Para aumentar mis mise- rias, mis Padres me pusieron bajo el cuidado de un Médico, que me medicinó de lo Hndo y me en- vió £ tomar los baños de mar; pero todo en valde, pues no mejoré en lo mas mínimo. En cuanto £ estudios, solo podia seguirlos á ratos y muy super- ficiabnente, de modo que mi educación estaba muy atrasada, y como la memoria era mala, siempre me haUaba á la cola de los condiscípulos. La cosas continuaron poco mas ó menos, lo mismo, hasta que cumplí los catorce años, á cuya edad se manifestó la pubertad y empecé £ formar semen. Supongo que, £ causa de esto, mis de- seos y sensaciones Secsuales se acrecentaron, ó se hicieron mas naturales, y me entregué, con mayor frecuencia, al malhadado vicio. Con frecuencia me derramaba, entonces, cuatro ó cinco veces dia- rias, en muchos dias consecutivos, hasta que me debüité, de tal modo, que apenas podia andar y mi imaginación era enteramente pueril. Los ami- gos me creían ético y todos esperaban que pronto moriría. **" Desde aquella fecha, á la presente, no he crecido apenas y tengo veinte y un años! No creo ha- berme desarrollado, en nada, no peso una libra mas, mi voz tiene el mismo timbre y mis órganos Secsuales son tan pequeños, como á los catorce años, En algunas cosas he mejorado, y esto lo atribuyo á la siguiente casualidad. Pasaba, un CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 337 dia, por la tienda de un librero y vi su libro de V. sobre "Los órganos Masculinos," que compré, Uevado de la curiosidrd. La lectura de dicho libro me abrió los ojos, por vez primera, y em- pecé £ creer, que mi debilidad y estado enfermizo, eran efecto de la Masturbación. Es cierto que ya lo habia medio sospechado, antes, pero la impre- sión no fué bastante fuerte, para hacerme abando- nar la costumbre; mas al asegurarme de la causa de mi mal, resolví el dominarme y, £ fuerza de luchar, lo conseguí en parte. A veces, durante los últimos dos años, me sentía mejor y mi imaginación se fortalecía un tanto y me permitía reflecsionar sobre mi estado: entonces vencía mi fatal inclinación y seguía aliviado; pero, en cuanto variaba algo esta situación lison- jera de mi espíritu, volvía á caer en la antigua maña. Tenia diez y siete años, cuando compré su Hbro de V. y, desde entonces, hasta el dia, he venido luchando en esta forma, adelantando algo, en general, pero, tan poco, que, por último, lió em- pezado £ temer, que nunca conseguiría mayor ahvio. Este temor me ha perseguido, tan de con- tinuo, que, por fin, me decidí á pasar á Nueva York, á consultar á V, cuando leí el anuncio de sus Lecturas, en esta, y con gran placer, tuve oca- sión do asistir £ ellas. Al dejar la sala, determiné escribir á V, primero, y, si me daba V. alguna es- peranza, pasar enseguida á verle en persona. Tengo riquezas suficientes y me siento capaz, y deseoso, de recompensar á V. con cuanto, razona- blemente, ecsija. Aprecio al dinero tan poco, como al polvo de mis zapatos; pues, si no es posi- ble que V. me haga un hombre, no lo necesito para cada y, si su ciencia y cuidados de V, alcanzan mi curación, todo me parecerá poco, para recompen- sar á mi salvador. Esta es mi confesión, que espero baste, para que pueda V. formar juicio sobre mi estado: 88'6 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. le niego me conteste, lo antes posible, pues debe V comprender mi ansiedad y las agonías de la duda. Disimule V. mi larga é incoherente carta, que temo sea tan confusa, como mi mente, y acepte V. la adjunta Hbranza, como adelanto de honorarios. "Queda suyo, &c, Al leer, detenidamente, esta carta, consideré que era posible aHviar al interesado, pero sin saber hasta que punto, y así se lo manifesté, en contes- tación. De ahí resultó una entrevtsta, en la cual haUó al individuo, tal cual se habia descrito, es decir; mezquino, á medio desarrollar y débil de ima- ginación, pero con síntomas, aun ecsistentes, de que primitivamente su naturaleza habia sido ro- busta; y ciertas indicaciones de que, aun al verle, dicha naturaleza luchaba para recuperar lo perdi- do, me dieron esperanzas para lo futuro. Según sus vehementes deseos, empecé, desde luego, £ recetarle y á asistirle, lo cual era tanto mas fácil, cuanto su posición le permitía vivir, en- teramente, según mis prevenciones. Empecé por prescribirle un régimen, ordenado, de dieta, ejer- cicio diario, bañor y fricciones en ia piel, tal cual convenia, para fomentar su desarroUo, y la salud general del cuerpo. Al propio tiempo, me dedi- qué al tratamiento de los Órganos Genitales, per- suadido de que su desarroUo estimularía todo el organismo y daria vigor al cuerpo y al espíritu. Empleé el Congestionador, diariamente, con frotaciones y jabonaduras, é hice uso, aunque moderado, de mi Remedio Afrodisiaco. El re- sultado empezó á hacerse visible, antes de tres meses ! los Órganos Genitales aumentaron en volu- men y poder; la secreción del Semen fué mayor y el deseo Secsual se presentó vivo y natural. Todo el cuerpo empezó, también, £ desarroüarse, tan visiblemente, que sus amigos lo observaron y CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 339 comentaron, y su imaginación adquirid man firmen za varonil, y mas estabilidad, de modo que pudo haoer uso de mayores esfuerzos mentales y ensan- char sus estudios y conocimientos." Una dificul- tad surjió, sin embargo, que yo habia previsto, pero que no pude corregir, por completo. La costumbre, constante, de Masturbarse, habia, ne- cesariamente, debilitado ó irritado los Genitales, de modo que, cuando empezó á secretar el Semen, con mayor abundancia, no pudo retenerlo y la Es- permatorrea se declaró. Hasta tal punto llegó este mal, especialmente en la forma urinaria, (cual descrita en mi libro sobre los " Órganos Va- roniles") que temí que frustrara todos mis esfuer- zos. Por medio de la Cauterización, sin embargo, vencí el daño, poco £ poco, y enseguida empezó, de veras, la mejoría. En los dos años, que siguieron", su crecimiento fué tan rápido, que parecía medrar á saltos, tanto, que tuve aprensiones que, de resultas, enfermara y se debilitara. Con un buen tratamiento Tónico y continuo cuidado, este peligro se evitó y con- tinuó mejorando y creciendo de manera que, á los veinte y cinco años, podia comparar con la gene- ralidad de los jóvenes de su edad, en estatura, ro- bustez y fuerza. Su imaginación era activa y de regular capacidad, si bien incapaz de graneles ó prolongados esfuerzos. Ninguno de sus antiguos conocidos creyó jamas, que pudiera mejorar tanto, y él mismo se sentía tan satisfecho, que olvidaba las imperfecciones, que aun ecsistian, y se con- sideraba sobradamente restablecido. Su mayor placer era el escribirme, con frecuen- cia, marcando, de continuo, los diferentes grados de adelanto y hablando del porvenir. No hé asis- tido jamas á enfermo tan satisfecho y tan agrade- cido. En una de sus cartas me decía " V. me ha hecho lo quo sov, pues, sin su consejo y sus cui- dados, indudablemente no ecsistina en la ac- tuaüdad." 888 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. le niego me conteste, lo antes posible, pues debe V comprender mi ansiedad y las agonías de la duda. Disimule V. mi larga é incoherente carta, que temo sea tan confusa, como mi mente, y acepte V. la adjunta libranza, como adelanto de honorarios. "Queda suyo, &c, Al leer, detenidamente, esta carta, consideré que era posible aliviar al interesado, pero sin saber hasta que punto, y así se lo manifesté, en contes- tación. De ahí resultó una entrevtsta, en la cual haUé al individuo, tal cual se habia descrito, es decir; mezquino, á medio desarrollar y débil de ima- ginación, pero con síntomas, aun ecsistentes, de que primitivamente su naturaleza habia sido ro- busta; y ciertas indicaciones de que, aun al verle, dicha naturaleza luchaba para recuperar lo perdi- do, me dieron esperanzas para lo futuro. Según sus vehementes deseos, empecé, desde luego, á recetarle y £ asistirle, lo cual era tanto mas fácil, cuanto su posición le permitía vivir, en- teramente, según mis prevenciones. Empecé por prescribirie un régimen, ordenado, de dieta, ejer- cicio diario, bañor- y fricciones en la piel, tal cual convenia, para fomentar su desarroUo, y la salud general del cuerpo. Al propio tiempo, me dedi- qué al tratamiento de los Órganos Genitales, per- suadido de que su desarroUo estimularía todo el organismo y daria vigor al cuerpo y al espíritu. Empleé el Congestionador, diariamente, con frotaciones y jabonaduras, é hice uso, aunque moderado, de mi Remedio Afrodisiaco. El re- sultado empezó á hacerse visible, antes de tres meses ! los Órganos Genitales aumentaron en volu- men y poder; la secreción del Semen fué mayor y el deseo Secsual se presentó vivo y natural. Todo el cuerpo empezó, también, £ desarroüarse, tan visiblemente, que sus amigos lo observaron y CASOS, ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 339 comentaron, y su imaginación adquirió mas firme* za varonil y mas estabilidad, de modo que pudo haoer uso de mayores esfuerzos mentales y ensan- char sus estudios y conocimientos.' Una dificul- tad surjió, sin embargo, que yo habia previsto, pero que no pude corregir, por completo. La costumbre, constante, de Masturbarse, habia, ne- cesariamente, debilitado é irritado los Genitales, de modo que, cuando empezó á secretar el Semen, con mayor abundancia, no pudo retenerlo y la Es- permatorrea se declaró. Hasta tal punto llegó este mal, especialmente en la forma urinaria, (cual descrita en mi libro sobre los " Órganos Va- roniles") que temí que frustrara todos mis esfuer- zos. Por medio de la Cauterización, sin embargo, vencí el daño, poco á poco, y enseguida empezó, de veras, la mejoria. En los dos años, que siguieron*, su crecimiento fué tan rápido, que parecía medrar á saltos, tanto, que tuve aprensiones que, de resultas, enfermara y se debilitara. Con un buen tratamiento Tónico y continuo cuidado, este pehgro se evitó y con- tinuó mejorando y creciendo de manera que, á los veinte y cinco años, podia comparar con la gene- ralidad de los jóvenes de su edad, en estatura, ro- bustez y fuerza. Su imaginación era activa y de regular capacidad, si bien incapaz de graneles ó prolongados esfuerzos. Ninguno de sus antiguos conocidos creyó jamas, que pudiera mejorar tanto, y él mismo se sentía tan satisfecho, que olvidaba las imperfecciones, que aun ecsistian, y se con- sideraba sobradamente restablecido. Su mayor placer era el escribirme, con frecuen- cia, marcando, de continuo, los diferentes grados de adelanto y hablando del porvenir. No hé asis- tido jamas á enfermo tan satisfecho y tan agrade- cido. En una de sus cartas me decia " V. me ha hecho lo que soy, pues, sin su consejo y sus cui- dados, indudablemente no ecsistiria en la ac- tualidad." 340 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. Las facultades secsuales de este joven se hicie- ron muy vigorosas, pero irregulares en sus mani- festaciones, y quedó completamente apto, para desempeñar los deberes del matrimonio, aunque no con tanta frecuencia, como la mayoría de los de su edad. Haré pocos comentarios sobre este egemplar porque él habla por sí y la enseñanza, que encier- ra, es clara y palpable. Los hechos principales, que abraza, son la paralización del desarrollo, i causa de la pérdida del vigor nervioso, producida por abusos secsuales; y un crecimiento, posterior, en cuanto se restauró el poder virü. Si los ór- ganos genitales no hubieran Uegado á crecer, ó á adquirir actividad, ningún otro desarrollo, de enti- dad, hubiera podido tener lugar y, de seguir la debilidad ó irritación de aquellos, la muerte, por Espermatorrea, hubiera sido la consecuencia. Fue favorable, también, al resultado, el que se acudió con tiempo, antes que hubiera pasado la época, en que cesa todo desarrollo. En muchos casos parecidos, he sido consultado, demasiado tarde, es decir, cuando el cuerpo, en general, no podia ya crecer; pues, en cuanto á los Órganos Secsuales, puede conseguirse el perfeccionarlos, hasta cerca de los treinta años, y con ellos, natu- ralmente, la energía del sistema, en especial la mente. Las Lecciones Morales, que este caso nos enseña, en particular sobre la infancia del enfermo, son, á mi juicio, obvias y patentes y no necesitan comen- tarios; pero hay que tener presente, que el núme- ro de niños, espuestos á semejantes males, es mayor de lo que generalmente se supone ó cree. Por desgracia, el individuo, cuyos padecimien- tos nos han venido ocupando, muría, en uno de los percances de caminos de hierro, tan comunes en el Oeste; lo cual ha privado, sin duda, á la Cien- cia, de una prueba üustrativa de lo que pueden los recursos de la Medicina y de la Higiene, aun en CASOS, 6 EGEMPLOS, MÍSTOS. 341 los casos mas desesperados, cuando se emplean conforme á buenos principios Fisiológicos. Muchos casos parecidos, al espHcado, me han sido referidos, no solo por varones, sino también por muger es, muchas de las cuales aprenden tan asquerosas mañas, en las escuelas, ó de las criadas. En una ocasión, la paciente era la víctima mas desgraciada, que puede concebirse, de escitacion y depresión, alternadas, del Sistema Nervioso. A veces era presa de arranques de agitación, casi frenética, y se sentía tan inquieta, física y moral mente, que ni podia permanecer sentada, ni dor mir, ni hablar, del mismo asunto, dos minutos seguidos. En otras ocasiones, estaba tan distraí- da, que parecía hallarse padeciendo de congestión del cerebro. Yn diferente á cuanto la rodeaba, entontecida y sin fuerzas, no daba señal alguna de poder jamas recuperarse. Todo lo que pudo indagarse, sobre el origen de su estado, fué que una criada la habia enseñado £ Masturbarse, cuando tenia unos diex años. Ha- bia llegado á los diez y nueve, sin haber aun Menstruado, cuando la vi, por vez primera, y hallé que su organización tenia muchas imper- fecciones particulares. El Bacinete y los Órganos internos, eran estraorchnariamente pequeños, en tanto que las partes Genitales, esternas, eran no- tablemente crecidas y en estremo irritables. Su cabeza era diminuta y el sistema muscular muy flojo. Los síntomas daban á conocer claramente su situación. Su desarrollo, ademas, era imperfecto e irregular, á causa de la escitacion y postración, por que habia pasado, al entrar en la pubertad, efecto del vicio, (pie le habian enseñado. Empleé todos los medios posibles, para dis- minuir la irritación del sistema y perfeccionar su desarroUo, pero en vano: murió, antes le cumplir los veinte años, casi demente. 342 CASOS, 6 EGEMPLOS, MÍSTOS. CASOS, QUE MANIFIESTAN EL USO DEL MICROSCOPIO, fpARA DESCURRIR LA AUSENCIA DE LOS ANIMÁLCU- LOS SEMINALES. Los que hayan leido mi " Guia de los Casados" sabrán, que el Semen, solo puede fecundizar 6 producir embarazo, cuando contiene Animálculos vivos y perfectos y, que hay muchos hombres, ca- paces de desempeñar el acto del coito, y que son Vigorosos en apariencia, cuyo Semen, sin embargo, carece de Animálculos, vivos, perfectos. Esos hombres, no pueden jamas ser Padres, aunque pueden ignorar su situación, y achacar siempre la falta á la muger. Tal estado, solo puede descubrirse, por medio del ecsámen, Microscópico, del Semen, lo cual me veo precisado á practicar, á menudo; y, £ veces, con resultados tan curiosos como inesperados. Hace algunos años, que un Matrimonio, de alta posición social, acudió £ mí, para que les aconse- jara sobre su falta de hijos. Llevaban nueve años de casados, eran jóvenes ambos, y completamente sanos, al parecer. El CabaUero me manifestó que, ademas del vehemente deseo, particular, que tenían, de obtener descendencia, habia razones poderosas, que requerían la ecsistencia de un hijo. Parece, que algún aUegado, habia dejado bienes cuantiosos, que recaían en dicho hijo, si Uegaban £ tenerle, y en eUos, como herederos forzosos, si moria después de nacer; en tanto que, si seguían infecundos, la herencia pasaba á lejano pariente, de sí muy rico y poco acreedor, ademas, £ tal beneficio. El caso era de dicha y riquezas, £ la par, y no CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 343 escasearon las súplicas, para que hiciera, 6 propu- siera, cuanto estaba á mis alcances. El matrimonio se mostró dispuesto á oír y tratar, sobre cuanto yo juzgara necesario, y no ocultó nada, de cuanto pudiera servir, para formar mi juicio: el resultado fué, que comprendí que la Señora no tenia imperfección alguna y era capaz de concebir y, por lo tanto, que la culpa estaba de parte del marido. Al manifestárselo así, á él, se quedó muy sorprendido é incrédulo. ¿ " Como es posible que sea yo el infecundo" me dijo " cuando tengo las mismas sensaciones y pujanza que otros hombres, y hasta una secreción de Semen, mas que ordinaria?" Le esplique, entonces, en que creía yo que estribaba la falta, y un ecsámen Mi- croscópico del Semen, vino á comprobar, que mis sospechas eran ciertas. Su Semen solo tenia unos pocos Animálculos, imperfectos, enteramente in- capaces de producir impregnación. Como es de suponerse, el ecsámen lo repetí varias veces, para asegurarme que el estado de los Animálculos, en el primer reconocimiento, era normal y constante, y los resultados fueron siempre idénticos. Al conocer el estado verdadero ele los asuntos, se quedó en estremo pensativo y al parecer embe- bido en su ecsámen. Por fin, me dijo, de un mo- do medio distraído "está bien, pero siempre hé tenido un profundo deseo de que Maria, (su mu- ger) ó sus hijos, heredasen ese legado, y es pre- ciso que así sea: ahora pues, Doctor ¿que es lo que hay que hacer?" Le contesté, desde luego, que consideraba el caso sin esperanza, por cuanto su imperfección no era resultado de enfermedad, debilidad ó escesos, de que puede, con frecuencia, restablecerse, sino indudablemente era natural al temperamento y no podia, por tanto, prometerme el corregirlo. Me hizo las ofertas mas brillantes, si conseguía el ha- büitarlo, pero le repliqué, que era inútü y que no podia engañarle. 344 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. Al poco tiempo, regresaron á Europa, donde sus bienes radicaban y no volví á saber de eUos, en cuatro años; cuando un dia el Caballero se me presentó, de nuevo, diciendome, que habian es- tado algún tiempo viajando, y pidiéndome epie pasara á visitar á su Señora, que se hallaba algo indispuesta y deseaba verme. Al inquirir por su salud, le hallé, con corta diferencia, lo mismo que antes; solo algo mas grueso, como sucede, gene- ralmente, con los que se haUan en ese estado, al acercarse á los cuarenta años. Se mostró muy contento y, al despedirse, me dijo, de un modo natural y sencillo, haciendo un esfuerzo para apa- rentar indiferencia: " á -proposito, Doctor, el niño le tenemos algo malo también y le agrade- ceré á V. mucho, le atienda con cuidado, pues sabe V. cuanto nos va en su vida. El anuncio me sorprendió y, probablemente., lo conoció, por mi gesto; al momento se escusó de no haberme hecho, antes, sabedor de su buena fortuna, presumiendo que debia interesarme en eUa. Me dijo que el niño tenia ya tres años y que habia olvidado que no me participó su nacimiento. Como era natural, no hice observación alguna y visité á la Señora y al niño, que haUé un tanto desazonados, solamente, con el viaje y cambio de aires, de que se repusieron muy en breve. Rara vez he visto una pareja mas fehz: idola- traban á la criatura y esta parecía destinada £ vivir, para .recompensarles de sus cuidados y cariño, Habia, no obstante, en el trato de los esposos, hacia mi, cierta reserva y una decidida repugnan- cia, en tocar el asunto de nuestra primera entre- vista. En una ocasión, tan solo, la víspera de su marcha para el Canadá, me dijo: "Doctor ¿cree V. que alguien, ademas de V, pudiera haberme manifestado lo que V, hace cuatro años?" No Señor, le contesté, á no usar los mismos medios y, tal vez, no haya en el mundo dos otros médicos, CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 345 £ quienes se les ocurriera el hacerlo. " Perfecta mentó," replicó, " me alegro de saber eso, aunque ya importa poco; porque, como V. vé, las cosas se han arreglado y los bienes de Maria no pasaran ya, á los que no tenían derecho £ ellos." A esto me callé y, al siguiente dia, se marchó. A los seis meses, murió de Apoplegía, con gran sentimiento de su Señora, que te quería de veras. La pérdida la efecto tanto, que cayó gravemente enferma y, por algún tiempo, se temió por su vida; pero, al fin' se mejoró, mas bien, al parecer, por amor al hijo, que por deseo de prolongar su propia ecsis- tencia, la cual esclusivamente dedicaba al mas esquisito cuidado de la criatura,. Cierto dia, en que e;sta se encontraba algo in- dispuesta, me llamaron para visitarla y hallé á la Madre, acompañada de una antigua amiga; una de esas mugeres, que siempre dicen lo primero, que les viene á la mente, sin pensar en los resultados. Acababa de asegurar á la Señora, que el niño no tenia nada que pudiera alarmarla, como el Médico de la familia, le habia también dicho, poco antes, cuando la amiga, que era de alguna edad, observó; que el niño tenia el pescuezo muy grueso y que seria una lástima, que hubiera heredado de su Pa- dre la Apoplegia! No pude menos de mirar £ la madre, cuyos ojos se encontraron con los mios, y conocí que habia leído mi pensamiento, al mo- mento, cuando contesté, muy seriamente, que no habia peligro de eso. Algunos dias después, en vísperas de su marcha £ Europa, sohcitó el verme y me confesó, inge- nuamente, que mi primer juicio, no quedaba in- validado, con lo que habia ocurrido luego. Baste saber, que el Marido, con el beneplácito de eUa, habia resuelto que, ya que un hijo, de entrambos, no heredase los bienes codiciados, el de ella al menos, los disfrutaría; de ahi lo demás. Creían que, tal vez, yo me imaginaria, que habia ocurrido un cambio, en la situación física de él y que, por 346 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. tanto, lo ocurrido era enteramente natural: por esta razón no quisieron tocar, nunca, el asunto de la primera consulta. Desde luego no era negocio mió y me limité á asegurar á la madre, que el se- creto estaba completamente seguro. Estoy con- vencido, que él habia vivido, casi tan fehz, como si, realmente, fuera el padre del muchacho. En otra ocasión tuve por paciente £ un CabaUe- ro, casado, sin hijos y que, desgraciadamente, se habia visto envuelto, por una Querida, muy in- trigante, que no cesaba de sacarle dinero. Como era rico, esto era lo de menos; pero, por fin, la Señora, en cuestión, se hizo embarazada y parió un hijo, á debido tiempo. Entonces hizo saber £ mi Paciente, que tenia que dotar, ampliamente, al recién venido y á la Madre, para toda la vida ó, de lo contrario, descubriría cosas, que no le serian muy agradables. No supe el caso, hasta que la criatura tenia diez meses, y entonces el CabaUero me lo contó, para manifestarme el apuro en que se hallaba y el cual le acosaba de modo, que su salud se resentía notablemente. En aquel tiempo le estaba, precisamente, curando de una Esper- matorrea, que empezaba £ debüitar su poder y á afectar sus facultades intelectuales. El ecsámen Microscópico me demostró, al momento, que su naturaleza era imperfecta, como la del CabaUero citado antes y que, por tanto, no podia ser el Pa- dre del joven intruso. El enfermo no tenia idea ninguna de esto y, creyéndose de hecho el Autor, estaba dispuesto á señalar una pensión decente, lo cual no habia ya hecho, á causa de algún momen- táneo embarazo en sus asuntos. Como Médico y Consejero, creí de mi deber el enterarle de su estado y evitar el que fuera bajamente engañado y esplotado. Al oírme, su sorpresa é indignación fueron grandes y hubiera, desde luego, tenido CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 347 una entrevista, no muy amistosa y final, con la Dama, si no le hubiera contenido el temor de un escándalo. El caso era apurado, y los medios de salir de él, difícües y comprometidos. O se sometía £ verse burlado y esplotado, para sostener £ un niño ageno, ó ponia en evidencia sus faltas, al público, y destruía la fehcidad doméstica. No sabia lo que hacer y tan agobiado se sentía, que hasta se le ocurrió la idea del suicidio. Le aconsejé que mirara las cosas con mas calma y pensara, con juicio, en el modo de salir del lance y logré tran- quilizar, poco £ poco, su espíritu. Después de discurrir, por mi parte, sobre el caso, le manifesté que, creia, haber, hallado el medio de zanjar la dificultad y, aunque mi inter- vención en el asunto no la reclamaba mi deber como Médico, me decidí á egercerla, en obsequio de mi antiguo y generoso paciente. A indicación mia, conseguí el (pie indujeran á la Querida, que estaba algo indispuesta, á llamarme para asistirla. Al momento en que la vi y hablé, comprendí que era una intriganta astuta, si bien de escasos cono- cimientos y fácil de impresionar con la apariencia de intimidad en el trato. En cuanto atendí £ su dolencia, hice recaer la conversación, poco á poco, en su amigo y le di á entender, que era uno de aqueUos hombres espe- ciales, que los Médicos haUaban, á veces, en el desempeño de la profesión, y cuyas imperfecciones físicas nadie podia sospechar. Esto, como yo me prometía, picó su curiosidad y la impulsó £ mani- festar deseos de saber, que clase de imperfecciones eran las que en él habia descubierto. Ya prepara- do así el terreno, le indiqué, de un modo medio indirecto, que la falta de él consistía en la im-' posibilidad de tener hijos- El anuncio produjo en eüa el efecto de un trueno y, por algún tiempo, permaneció callada: al poco, sin embargo, y to- mando un aire de dignidad ofendida, me dijo, 348 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. que sin duda ignoraba las relaciones, que ecsis- tian, entre ella y aquel CabaUero. Perdóneme V. Señora, la contesté; estoy, al corriente de la in- timidad, que ecsiste, entre VY. No es eso, dijo; lo que quiero decir es que, según parece, no sabe V. que es el Padre de mi niño, que tiene ya diez meses. Es verdad, le repliqué, que no tenia idea de semejante cosa, lo cual no es estraño, por cu- anto debe haber alguna equivocación, pues el caso es absolutamente imposible. Esta espresion terminante ocasionó una escena de rabia y finjido sentimiento, al verse así sospe- chada, pero la tempestad calmó pronto y empezó £ hablar con mas moderación. Le aseguré que mi ánimo »o era el de ofenderla; que ignoraba, hasta aquel momento, que el niño, en cuestión, lo achacaban á mi amigo y que, indudablemente, eUa misma se engañaba. Por fin, y sin duda cono- ciendo lo malo de la causa, cambió de táctica, y me preguntó; si el defecto, ó imperfección, que yo habia descubierto en el Caballero, era cosa que pudiera probarse. Le aseguré que si y que, caso de ser Uamado á atestiguar, lo demostraría fuera de toda duda. Esto la anonadó, por completo, y se quedó muy abatida. Por mi consejo, el CabaUero dejó de visitarla, del todo, y la trató con completa frialdad, cual si nada pudiera temer de eUa. Esto la indujo á tratar de un arreglo y entonces se comisionó á un amigo, abogado, que la visitó, esprofeso, y le indi- có la posibilidad de un juicio, por tentativa de estafa ó engaño, logrando un arreglo, por el cual mi amigo quedó Ubre de todo embarazo, dando una módica cantidad, para que eUa y su hijo se marcharan. Otra vez tuve un Enfermo, que murió de Tisis, á la edad de veinte y ocho años, dejando una vi .- CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 349 da y un niño, de tres años. El matrimonio habia sido uno de esos que los Franceses llaman, de con- venance, en que no ecsistia, por parte de ninguno de los dos, ni cariño ni aprecio hacia el otro. El Difunto hizo uno de esos testamentos injus- tos, por el cual la viuda habia de disfrutar una crecida renta anual, á condición de que no volviera á casarse, dejando, ademas, propiedades conside- rables, sugetas á la contingencia de que el niño viviera, hasta su mayor edad. La viuda se haUa- ba satisfecha de su estado y no tenia deseo alguno de casarse, tal vez á causa del primer ensayo; quería entrañablemente á su hijo y dedicaba todo el tiempo á su cuidadélo. Era enteramente ro- busto y la menor aprensión, sobre su salud, 110 habia pasado por la imaginación de la Madre, hasta que llegó á los cinco años. Hacia este tiem- po, se hallaba en las cercanías, de donde vivían varios parientes del difunto, por los cuales no se le habia nunca importado un bledo, pero que ahora, libre de toda traba, y curiosa de saber algo de los antecedentes do su marido, resolvió visitar, para enterarse un poco. Con la mayor consterna- ción, supo, que toda la familia habia sido siempre notable, por la tendencia á la Tisis, y que pocos miembros ecsistian ya, porque la mayoría, en todas las Ramas, morían en la juventud, no cono- ciéndose egempíar de ninguno, que pasara de los veinte y ocho años, edad á que habia faUecido su marido. El hecho era tan general y sabido, que la familia era conocida,por la predestinada y una vieja Nodriza tuvo la necedad de observar, que Carhtos, no obstante su actual robustez, nunca vería sus treinta, aunque lograra pasar de la infan- cia. La Madre se volvió, casi loca, de desespera- ción: consideró á su hijo como predestinado y vio, con horror, en su agitada mente, la hora en que le seria arrebatado, tal vez al entrar en la ju- ventud y en la edad de las üusiones. Jamas he visto £ ninguna muger, tan absorta en 350 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. una idea, como ella se haUaba en esta. Abendonó" los lugares, donde recibiera tan infaustas nuevas, y empezó á revolver en su mente mil planes, para eludir el sino que creía amenazarla, sin haUar nada que le brindara esperanza: finalmente vino á consultarme, sobre las probabilidades de evitar la catástrofe, trasladándose £ otra parte del Globo. La consulta fué, naturalmente, confidencial y completa, pues necesitaba yo tocar, con delicade- za y abiertamente, el asunto de sus aprensiones y temores. Habia conocido al marido, antes de casarse, y luego habia sido el médico de cabecera, en la familia. A poco del matrimonio, me consultó, él sobre sus facultades secsuales, las cuates iban de- cayendo rápidamente, según descubrí, á causa de la Espermatorrea Urinaria. Logré atajarla y se restableció, en parte, mas no perfectamente; pues, en mis observaciones Microscópicas, descubrí que era del todo impotente, por cuanto, si bien con facultades secsuales bastante pronunciadas, el Se- men era infecundo, porque apenas contenia Ani- málculos, y los pocos que aparecían eran, del todo, imperfectos. Tenia intención de hacerle sabedor de esta cir- cunstancia, con obgeto de ¿ue comprendiera me- jor su situación y el porqué no tenia hijos, cuando me sorprendió, un dia, con la noticia de que su Se- ñora se haUaba embarazada/ Desde luego no creí ya prudente el decirle una palabra, tanto mas cuanto que vi la alegría, que demostraba, con la probabili- dad de conseguir un heredero. Ademas su salud iba decayendo rápidamente y esperaba verle su- cumbir de la Tisis, aun antes de lo eme sucedió. El secreto era pues esclusivamente mió, y con migo hubiera muerto, á no ser por las circunstancias de los hechos, que tuvieron luego lugar. Sabia, hasta la evidencia, que aquel hombre no era el Padre del niño, que causaba tan graves recelos á la Madre, y por lo tanto, me juzgué autorizado CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 351 para hacer la manifestación, que hice, tanto mas cuanto consideré que la acriminación, que encerra- ba, me seria perdonada, y hasta agradecida, en gracia del consuelo y tranquilidad que habia de proporcionar. Le dije, pues, ala Señora, marcada y decididamente, que el niño no corría peligro ninguno, á causa de su parentesco con la familia del Señor------/ El tono con que me espresé, causó sorpresa y Uamó la atención de la Señora, la cual, con alguna confusión, me pidió que me es- plicara. Sin comentario alguno, y como asunto solo de interés facultativo, la rephqué, que el niño no corría riesgo alguno, á causa de la enfer- medad hereditaria de su Esposo,' por cuanto era imposible que el Sor------hubiera podido ser su Padre en la época en que fué concebido. Es inútil el describir la confusión, vergüenza y aparente incomodidad, que esto produjo; pero, como era natural, pronto entró la calma y, con llorosa humildad, y ansia, no pequeña, me pre- guntó si mi aseveración estaba fuera de toda duda. Le repetí que si, y que el niño no corría el menor peligro, de heredar la enfermedad ele su difunto Esposo: por supuesto no pude decirle que riesgos le esperaban, por parte del verdadero Padre, pues no le conocía. La situación moral de la Señora, en estas cir- cunstancias, era, á no dudarlo, de las mas raras. La sorpresa y sentimiento de ver descubierto, lo que juzgó un secreto eterno, y la vergüenza de haUar, que yo lo sabia, hacia tanto tiempo, se mezclaban á la alegría y gratitud de ver á su hijo Ubre del pehgro, que tanto la habia desesperado. La tranquilicé, asegurándola que el secreto estaba tan bien guardado, como si eUa sola lo poseyera. que para mi, no tenia mas ínteres que el de la pro- fesión y que, ni aun á eUa se lo hubiera dicho, sin las estraordinarias circunstancias, que á eUo me habian movido. _ A poco, marchó á Francia, con el niño, resuelta 352 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. £ educarlo lejos de todo recuerdo de su pasada vida. La víspera de la partida recibí un hermoso re- galo, con un billete anónimo, que desde luego comprendí ser suyo y que decia lo siguiente. "Nunca deseé, ni me atreví á pensar, que las cosas fueran cual V. me dijo; pero ahora conozco que debe ser así y siento de mi deber el ofrecer £ V. esta prueba de gratitud." EEBLANDECIMIENTO DEL CEREBRO. Esta enfermedad es mucho mas frecuente de lo que las gentes se figuran. Los mismos Médicos, hasta hace muy poco, no han conocido su impor- tancia y la terrible destrucción de vidas ó inteli- gencias que acarrea. El Reblandecimiento del Cerebro es, en la esencia, la misma enfermedad que la conocida por Tisis Espinal, de la cual tanto nos hablan los antiguos escritores. Hasta hace poco, las causas de este mal, tan justamente temido, eran desconocidas ó, al menos, solo sospechadas vagamente y se habian inventado un sin número de Teorías, para esplicarlas. Por último, su conecsion con los desarreglos Secsuales, en la mayoría de los casos, ha quedado completa- mente establecida; para probar lo cual, daremos una pequeña esplicacion, Anatómica y Fisio- lógica, Por lo general, la sustancia del Cerebro y la del Sistema Nervioso, tanto en forma como en los componentes, es, esencialmente, distinta de las demás partes del Cuerpo y requiere una nutrición diferente, y administrada en otra forma, que la del resto del sistema. Pueden ser perfectos todos los Órganos vitales y CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 853 el sistema Muscular bien desanollado, por hallarse completa su nutrición especial, y, sin embargo, el Sistema Nervioso estar en estado de decadencia. Es indudable, que la destrucción del Sistema Ner- vioso acarrea la de todo el resto de la organiza- ción, pero aquel puede empezar á decaer, inde- pendientemente de las demás partes, y aun haUan- dose, estas, en perfección completa. La materia ó sustancia, del Sistema Nervioso, según ya se ha dicho, es casi idéntica al fluido Seminal, en el Hombre, ó á los Óvulos, en la Mu- ger, y su composición es también semejante. Es probable, que los mismos esfuerzos vitales, que producen los Elementos Generativos, formen, al propio tiempo, la sustancia Nerviosa: por tanto, donde quiera que el producto ó nutrición, en lo uno, es imperfecto, imperfecto sera también, en lo otro. Ecsiste pues, no solo una íntima simpatía, sino una ecsistencia y dependencia recíprocas, en- tre estas dos partes misteriosas de nuestro ser. El Cerebro y el Aparato Secsual, se hallan colocados, á los opuestos estreñios del Cuerpo, como los dos * Polos de una Batería Galvánica y ambos están ligados, con la médula Espinal, que los une entre sí. Cuando uno de los Polos se vé recargado, de fuerza vital, el otro se aligera y, cuando el uno queda ecsausto, el otro le sigue pronto.* Esto esphca, claramente, porque la impotencia sigue, con frecuencia, al escesivo trabajo mental, y á la inversa, porque el abuso Secsual destruye, tan £ menudo, la inteligencia. El reblandecimiento del Cerebro, lo causa la falta de alguna de las sus- tancias que lo componen,y estas sustancias,son pre- cisamente', las que salen con los derrames Seminales. Cuando un hombre, por tanto, gasta demasiado Semen, es como si, en realidad, destniyera parte del Cerebro, puesto que le quita lo que hace falta para su nutrición. La Naturaleza no produce lo * Véase el Frontispicio. 354 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. bastante, de estas sustancias, para formar Cerebro y, consentir, al mismo tiempo, los escesos del placer. De este modo ha lugar el reblandeci- miento, ó consunción crónica, del Cerebro; en- fermedad que es, £ veces, muy lenta en sus efec- tos, pero, cada paso de la cual, debüita mas y mas la intehgencia y, por fin, causa la muerte ó la idiotez. El Libertinage voluntario, no es lo único, sin embargo, que causa el reblandecimiento del Cere- bro; con mayor frecuencia tiene origen en la Es- permatorrea Urinaria ó sea pérdida del Semen con la orina. Esta enfermedad, tan engañosa como destructiva, es poco conocida de los Médicos y, casi, totalmente ignorada de las gentes que, en número crecido, son sus diarias víctimas. La primera, y única, esplicacion completa, de esta en- fermedad, en el Ydionia Yngles, es la publicada por el Dr. Hollick, en su tratado sobre los "Ór- ganos Generativos Varoniles;" al cual pueden acudir mis lectores, si desean detalles mas es- ^ tensos. Fácilmente se comprenderá que, para la cura- ción del reblandecimiento del Cerebro ó de los desarreglos Secsuales, de que procede, se requiere un tratamiento muy distinto del que reclaman las demás enfermedades. No solo es necesario conte- ner la decadencia Nerviosa, y la pérdida Se- minal, sino que es necesario suplir las sustancias, £ propósito, para formar nuevo Cerebro, ó nuevos elementos Genitales; y esto no se consigue con ninguno de los Medicamentos ordinarios. Son muy escasas las materias, propias al obgeto, y so requiere un conocimiento, muy ecsacto, de sus verdaderas propiedades, y de la composición Química, de las sustancias Seminales y Nerviosas, para saber combinar y emplear el remedio, con acierto Los Cordiales y Vigorizodores, usuales, son meros cscitantes ó estimulantes, como ya se ha dicho; solo consiguen escitar un poco la escasa CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 355 sustancia Nerviosa ó Generativa, que queda, pero sin añadirle la mas pequeña partícula, ni parahzar la destrucción de la ecsisten te. Los efectos del redilandecimiento del Cerebro, son peores, aun, que los de la pérdida Urinaria del Semen, por cuanto afectan, mas generalmente, y pronto, todo el sistema. Es, ademas, enfermedad, que da menos esperanzas de cura, que la Esperma- torrea, á no acuclirse muya tiempo. La estension del mal, no puede juzgarse por los efectos apa- rentes, pues hay enfermos, que sufren mucho, desde el principio, cuando la enfermedad es aun ligera, y otros, que se sostienen mucho tiempo, sin grande padecimiento, y decaen de repente. El estado de una persona, que sufre de reblan- decimiento del Cerebro, es, en la esencia, el mis- mo que el que padece de Espermatorrea crónica, y se requieren observaciones Microscópicas, muy detenidas, para decidir, cual de los achaques es el que ecsiste, ó si ambos aquejan, £ un tiempo. Por lo regular, el reblandecimiento del Cerebro produce mayor imbecilidad mental y mayor cambio en el carácter. El enfermo siente que su imagina- clon va desapareciendo: no puede discurrir, ni pensar, con lucidez y esperimenta una sensación en la cabeza, como si la tuviera vacía y cual si, á cada momento, fuera á cerrar los ojos y dejar de ecsistir. A un hombre, en este estado, no es posible reani- marle, ni hacerle bien alguno, en tanto que no se paraliza la consunción del Cerebro y empieza su renovación. Muchos enfermos, después de haberse restable- cido, cuentan que se perdían y olvidaban quienes eran y donde se hallaban. Un CabaUero me ase- guró que, al dispertarse por las mañanas, solia pasar media hora antes de hacerse cargo de quien era y lo que pensaba hacer. Solía ocurrirsele, á medias, y luego desaparecían las ideas, hasta que tomaba alg.iu estimulante y entonces, poco apoco, se daba cuenta de su ecsistencia. Esto consistía en 356 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. qno sus ideas, solo se formaban á medias, al princi- pio, £ causa de la imperfecta condición del Cerebro: tan difícil le era el discurrir, con entereza, como el trabajar duramente á un hombre de músculos debilitados. •»«» DE LA NERVIOSIDAD. La Nerviosidad, ó afección Nerviosa, es, no solo muy común, sino que es enfermedad, que todos creen conocer, y que, sin embargo, nadie puede espliear ó definir. La espresion, Nervioso, se emplea para una variedad, tan estensa, de de- sarreglos físicos y mentales, de tantos modos con- binados, en las diferentes personas, que, apenas, es posible haUar dos, que padezcan de ello, cuya esperiencia, ó síntomas, sean iguales. Esto no debe estrafíarnos, si consideramos las funciones del sistema nervioso y su intervención en todas las partes del organismo. Siendo, de por sí, el origen de toda fuerza orgánica, de la cual todas las demás partes dependen y, solo por la cual, el todo puede mantenerse en acción, no es posible que sufra el mas mínimo desarreglo, sin que aléete cuanto de ella depende. Si se debilita la enterez del Cerebro y de la Médula Espinal, no solo es- perimentaremos la imbecilidad mental, ó moral perversidad, sino también desarreglo de los Ór- ganos vitales, aun cuando estos, en su conforma- ción, sean, en apariencia, enteramente perfectos. Hasta la menor afección, de los grandes centros Nerviosos, produce un desarreglo simpático de todo lo demás, lo cual es causa de que las personas nerviosas esperimenten tal multitud de síntomas que, sin tener, tal vez, una sola enfermedad or- gánica, sufren los efectos particulares de casi todas CASOS, ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 357 las conocidas. En cuanto, en estos casos, se con- sigue corregir el estado viciado del Sistema Ner- vioso todos los síntomas desaparecen, casi de re- pente, de modo que el paciente pasa, en un solo dia, de un sufrimiento estremo" á un estado de bienestar general. Las gentes ignorantes, suelen ridiculizar estos hechos, ó considerarlos como farsas ó caprichos; pero, los que conocen la natu- raleza del mal, los miran como de un ínteres pri- mario y en alto grado dignos de simpatía. El desarreglo del Sistema Nervioso, nace, de cambio ó menoscabo material, en la mis- ma materia Nerviosa, como el reblandecimiento del Cerebro, ó de irritación simpatética, como en los varios desarreglos de los Órganos Secsuales. En realidad, el Sistema Nervioso sufre, por influencia de las demás partes, en casi todas las ocasiones, y, rara vez, por enfermedad do orí- gen propio. En la mayoría de los casos, los desarreglos Secsuales preceden, ó acompañan, á los padecimientos nerviosos, y es necesario corregir aq ueUos, antes de poder conseguir el aliviar estos. Las mugeres Nerviosas tienen, casi siempre, dañados los O varios ó la Matriz y los hombres Ner- viosos padecen, en su mayor número, de los Tes- tículos ó de la Glándula Próstata: para los que conocen la Fisiología y conecsion de dichas partes, esta acción y reacción mutua, es de fácil compren- sión. Los que ignoren estos fenómenos, liaran bien en leer la " Guia délos Casados," donde halla- ran su esplicacion completa. La gran contra, que tienen las personas nervio- sas, es que, rara vez, se las cura por la enfermedad de 'que, realmente, paccden y si, por los desarre- glos secundarias, £ que, la verdadera enfermedad, ha dado lugar: esto no puede menos de suceder, por cuanto, en general, solo se atiende á los efectos, sin profundizar á las causas. Esto es debido al poco interés con que, la mayoría de los Médicos, miran todos los asuntos, que tienen relación con 358 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. la simpatía y Fisiología Secsual- Una muger, por egemplo, padecerá de irritaciones crónicas, en la Matriz ó en los Ovarios, lo cual dará margen á una succesion, rara, de sufrimientos y síntomas Nerviosos, y el Médico tratará de curarla, con todos los recursos de la ciencia, como una Enferme Nerviosa, sin resultado alguno: cálmese, sin em bargo, la irritación Ovária ó Uterina y la Nervio- sidad desaparecerá instantáneamente. Multitud de hombres pierden el raciocinio y la memoria, y se aniquilan, por completo, con la pérdida Urina- ria del Semen, la cual es necesario remediar, en primer lugar, para obtener alivio á lo demás. Los desarreglos Secsuales, de entidad, según ya se ha esphcado, ocasionan la pérdida material de la sustancia nerviosa y, vice versa, cualquiera pa- decimiento grave, ó agotamiento del sistema ner- vioso, causa reacción en los Órganos Secsuales, y altera sus funciones. En la gran mayoría de tes casos, tanto en varones como en hembras, los Ór- ganos Generativos son los afectados primero y luego sigue el sistema nervioso. Esta mutua é íntima relación, entre los sistemas nervioso y Secsual, se comprenderá mejor, ecsa- minando la Lámina del Frontis, que representa los " Centros Secsual y Nervioso." El Cerebro está formado de dos mitades, entera- mente distintas, cada una de las cuales obra, ó se enferma, sin la concurrencia de la otra, del mismo modo que, cualquiera de los Testículos ó de los Ovarios, funciona perfectamente, ó sufre, inde- pendientemente de la acción, ó del estado de salud del otro. Los Testículos del Varón y los Ovarios de la Mu- ger, son ecsactamente semejantes, en sus fun- ciones orgánicas y en sus relaciones simpatética s- é indénticos, en todos respectos, en los primeros grados de su desarroUo. Los Testículos no son otra cosa que Ovarios, mas desarroüados; y los órganos del sistema Generativo Varmiü, desar- CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 359 rollos completos, de las partes correspondientes de la muger. Los dos Centros Secsuales y los dos Centros Nerviosos son, el uno hacia el otro, como dos Polos Eléctricos, siendo recíprocamente Positivos y Negativos. Si una cantidad, indebida, de fuer- za, se concentra ó consume, en un Centro Secsual, el Centro Nervioso, opuesto, carecerá de poder, en proporción; y, por el contrario, si el Centro Nervioso se sobrescita, el opuesto Centro Secsual se entorpecerá. Estas esplieaclones, darán £ conocer la verdade- ra naturaleza de todos los desarreglos Secsuales y Nerviosos y las razones, por las cuales, todos los antiguos tratamientos eran tan ineficaces. El Dr. Hollick, con su esperiencia, se ha convencido que todas las ideas, de otros tiempos, en esta materia, eran erróneas y ha tenido que estudiar su verda- dera esplicacion, £ fuerza de observaciones y es- perimeutos. Las ideas espuestas son, por lo tanto, enteramente nuevas y esta es la ocasión pri- mera en que se dan al púbhco. En breve podran verse, mas estensamente dilucidadas, en la obra que, esclusivamente sobre el sistema Nervioso, se halla, actualmente, escribiendo dicho Dr. HoUick. « » »------ CURACIÓN, COMPLETA, DE YMPOTENCIA, CAUSADA POR ESCESOS. El presente egemplo, es de los que se nos pre- sentan, con suma frecuencia. Hombres de pode rosa Organización Secsual, capaces, en el primer vigor de sus facultades virües, de continuados y • violentos goces, pero que, por pura ignorancia, se vuelven decaídos, débiles é impotentes. También nos 300 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. enseña este egemplo que, aun en los casos mas desesperados, es, por lo general, posible, con el uso de remedios adecuados, el recuperar la mayor parte de lo perdido y rejuvenecer los Órganos Sec- suales, cuando se cree que sus funcciones están completamente destruidas. El individuo de referencia, vivia distante de mi, y me dirijió la siguente carta. Al Dr. Hollick, Ciudad de Nueva York, N. Y. "Muy Señor mío: Por una fehz casualidad su Hbro de V, inapre- ciable y esclusivo, con título de ' Los Órganos Generativos Masculinos,' ha venido á mis manos. De resultas de su lectura hé resuelto dirigirme £ V, consultándole sobre mi estado, persuadido que es V. el único, que puede aliviarme. Para ahorrar tiempo, y no molestarle inútü- mente, haré el relato, tan corto como pueda. Nací en holgada condición, fui bien criado y educado, y, á los veinte y un años, me hallé due- ño, absoluto, de mis acciones y de una renta respetable, con el goce de un estenso círculo de amigos y conocidos. No me habia jamas sentido inclin'ado á la Masturbación, aunque presencián- dola de continuo, ni me habia entregado á la in- temperancia; de modo que, á los dichos veinte y un años, era sano, lleno de vida y capaz de los mayores goces físicos. Cuando solo tenia diez y ocho años, mis deseos Secsuales se dispertaron, con mucha fuerza, pero mi posición y las conside- raciones de la prudencia y el bien parecer, me impidieron el lanzarme á los escesos. Ademas, anticipaba mi mayoría, como época en que podría gozar, á mi alvedrio, y resarcirme de mi anterior reserva. A no ser por mi Tutor, me hubiera casado, CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 861 en cuanto Uegué á mi mayor edad con lo cual me hubiera abonado muchos disgustos y el ver hoy mi naturaleza arruinada. Me disuadió, sin embargo, por consideraciones pecuniarias, y torpe- mente sacrificó mi salud y mi dicha al mezquino interés. Contraje varias relaciones de carácter üícito y, arrastrado por mis fuertes inchnaciones Secsuales, me entregué £ los placeres, en demasía. Hasta que punto, tal vez no sea del caso especificar, pero basta el decir que, hasta los veinte y cinco años, no me ocupé de otra cosa y hasta entonces, tam- poco, sentí disminución en mis ¡facultades: pero, £ poco de esa fecha, mis deseos empezaron £ dis- minuir y gradualmente también mi pujanza. No solo no sentía la afición y el vigor pasados, sino que, con frecuencia, durante períodos considera- bles, era totalmente indiferente para con las mu- geres. Esta disminución de mis poderes Sec- suales, fué seguida de cansancio y debilidad física y mental, epie me inutilizaron, para todo esfuerzo activo. Me volví triste, distraído, impertinente ó brusco y los síntomas de dispepsia formal, se me presentaron enseguida. Llegué £ empeorar tanto, que consultó á un Médico, sobre el estado general de la salud, no atreviéndome á mencionar ninguno de los demás achaques. Me dio consejo sobre la dieta y me recetó algunos Tónicos y baños de agua fria. Por algún tiempo, me alivié algo, pero volví £ decaer' y me sentí mucho peor que antes, espe- cialmente en lo que atañe á los Órganos Secsuales. Concluí por quedarme casi Ympotente y, en mis apuros, acudí á los mil Cordiales y Antídotos, que vi anunciados, esperando que me restablecerían. Algunas de dichas medicinas, me estimularon, por corto tiempo, haciéndome confiar en una pronta mejoría, pero esto duró poco y, no solo me sentí peor que antes, sino que conocí que mi sa- lud, en general, habia sufrido mucho, con dichos, remedios. Entonces perdí toda esperanza y me 362 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. conformé á arrastrar, lo mejor que pudiera, la ecsistencia, que se me presentaba como de mise- rable y corta duración. Asi he seguido, hasta ahora, que he entrado en los veinte y nueve años, cuando un rayo de esperanza ha surjido, de la lectura de su hbro de V. Ahora pues, Doctor, deseo sea V. candido y sincero conmijo y me manifieste, sin rodeos, si una persona, en mi situación, tiene algu- na probabilidad de mejoría. Deseo que no se me engañe y prefiero saber, de una vez, á que atenerme. Diré á V, ingenuamente, que estoy tan cerca de la Ympotencia, como es dado estarlo, no pudiendo desempeñar un acto de cohabitación sino, á lo mas, cada dos ó tres meses y eso de una manera incompleta, sin placer y casi sin derrame alguno. Mis órganos están gastados, mi inclinación al otro sécso ha desaparecido, de tal modo, que casi le aborrezco. Sobre el estado de imaginación, apenas me atrevo á hablar. Soy, Doctor, uno de los hom- bres mas desgraciados. Suelo sentarme y dormi- tar, horas seguidas, perseguido de las ideas mas tristes. Negras aprensiones me acosan de con- tinuo y desconfio de cuantos me rodean, lo cual conozco que no es razonable, pero no puedo reme- diarlo. Nubes oscuras me envuelven, con su fúne- bre manto y oscurecen todos mis pensamientos. No puedo reflecsionar, porque mi raciocinio y mi memoria han desaparecido y no presiden á mis ideas. De mis sufrimientos físicos, aunque agudos, diré poco: bastará indicar, que mi sistema está completamente debilitado y decaído y que, apenas, egerzo función alguna, con perfección. Doctor, soy una pura ruina y me temo que de- masiado aniquüado para hallar remedio. Creo que es necedad el conservar esperanza, pero no hé podido resistir la tentación de dirijirme á V. Si hubiera leido su libro de V, cuando tenia veinte y CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 303 un años, otro seria el resultado. Me agobia el considerar cuan cara he pagado mi ignorancia. Concluiré, de una vez, confesando, con sentimien- to, que esta la he escrito bajo la influencia do es- timulantes, sin los cuales no hubiera podido hacer tal esfuerzo. Los efectos del estimulante van desapareciendo y es horrible el pensar en la pos- tración que me aguarda; pero ya está hecho; he podido escribir á V. y le suplico me conteste, á la mayor brevedad. Dígame V. si le es posible el agüitarme; no me atrevo £ decir curarme y si quiere V. tomarme á su cargo. El ansia de reci- bir su contestación, me animará, hasta que Uegue, aunque no me atrevo £ pensar en lo que, tal vez, esté destinado á leer en eUa. Escriba V. pronto, Doctor, y haga V. saber su suerte. A su desesperado) Al leer la carta, le escribí, que viniera ensegui- da á verme, pues consideraba indispensable una entrevista. Al presentarse y reconocerle, haUé que era muy poco lo que su situación prometía, pero no desesperancé y, sin ofrecerle nada, termi- nante, me avine á tomarle á mi cuidado. En uñion de un tratamiento general, conve- niente, empecé á darle el Remedio Afrodisiaco, observando cuidadosamente los efectos. Al poco tiempo, se conocía que iba recuperán- dose y consentí en que regresara á su casa, des- pués de convenir en seguir una correspondencia sostenida, sobre sus adelantos, y en proporcionarle el Remedio, cuando le hiciera falta. A los seis meses, estaba tan repuesto, que creí no hacer falta mas medicamentos, y le rogué me escribiera un relato, de su situación presente, para observar el contraste con la pasada. Lo siguiente fué lo que me remitió. 364 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. Al Dr. Hollick, Nuera York. "Muy Señor mío: " Cumpliendo con sus deseos, le remito una pe- queña memoria, esphcativa, del estado actual de mi salud, complaciéndome en que pueda serle de utilidad, ó curiosidad, pues así me es dable, aun- que de un modo demasiado, insignificante, el pro- bar los deseos, que me animan, de demostrar mi gratitud. Lo único que le suplico es que, si hace V. uso de estos renglones, sea de modo, que no pueda ser reconocido, en eUos, por mis amigos. Me creo, estimado amigo, en la actualidad, el hombre mas feliz de la Tierra. La salud es per- fecta, en todos sentidos; mi imaginación despeja- da; mi ánimo alegre y mi fuerza mayor de lo que nunca ha sido. Reboso de contento y satisfacción y, en vez de permanecer en casa, como antes, en- tontecido, temeroso de ver á las gentes y conside- rando la vida, como una pesada carga, estoy siem- pre en pié, silvando y cantando, como en mis me- jores años juveniles. Los amigos no saben que Sensar del cambio y apenas me creen el mismo in- ivíduo. No me atrevo á decirles en que estriba la mudanza, porque seria descubrir las causas de mi pasada situación y esta la quisiera 'ocultar, hasta de mí mismo. La gran mejoría está en los órganos Secsuales, cuyas funciones consideré destruidas, para siem- pre. Me siento ahora con tanta pujanza, como nunca, y con síntomas de ir en aumento, tanto que, si V. no lo cree inconveniente, pienso casarme, en lo cual no me atrevía á pensar hace algún tiempo. Este es, sin embargo, actualmente, mi sueño do- rado y mi mayor deseo y, si V. lo juzga oportuno, dígamelo enseguida y cuando podré verificarlo. El Remedio de V. es verdaderamente mágico y me estraña que no lo haya V. dado á conocer mas estensamente. Sus buenos efectos se dieron £ conocer, en mí, desde la tercer toma y, tan con- IjOS escesos y DEL aBUSO SECSUAL. 365 vencido, me sentí, de su eficacia, que hubiera dado cuanto poseo en el mundo, de ser así necesario, para conseguirlo. Mándeme V. un poco, para tenerlo siempre conmigo: no importa el costo. No he tomado, hace dos semanas, por que me sentía bas- tante vigoroso. i » Ahora es cuando conozco bien la verdad, de lo que V. me decia, que todos mis padecimientos provenían del descaecimiento y desarreglo de los Órganos Secsuales. En cuanto empezaron á me- jorar y á tomar vigor, me sentí proporcionalmente mejor, en todos sentidos. Cuan-necia conozco es la costumbre de recetar tónicos y estimulantes, para el Estómago y para el Hígado, cuando no se atiende á la única y verdadera causa de su mal. En suma, amigo mió, soy un hombre completo, y estoy convencido que la asistencia y el Remedio de V. lograrían otro tanto, con cualquier enfermo. Sea V. tan feliz como yo: no puedo desearle á V. mas; y ojalá logre la ocasión do mostrarme tan agradecido, como debo y como quiero. Suyo siempre, &e, Convencido de que estaba en disposición de ca- garse, se ío manifesté así y, en la actualidad, es el dichoso Padre de dos robustos niños, y Diez Años mas ióven, al parecer, que cuando le vi, por vez primeva Este caso lo hé detallado tanto, porque es un egemplo, cmapteto, de los muchos que se me pre- sentan v. casi üados «ites, oon resultados igual- mente felices. 366 CASOS, 6 EGEMPLOS, MÍSTOS. REANIMACIÓN DE LAS FACULTADES SEC- SUALES, EN UN ANOIAN O . Este individuo tenia sesenta y seis años, cuando vino á consultarme, después de haberse sentido, casi del todo Ympotente, unos tres ó cuatro años. Esto le hizo creer que habia perdido con la edad, su poder secsual y no esperaba, por tanto, el po- derlo recuperar. Su salud era muy buena y los años no habian hecho meUa en él, de ninguna otra forma, y por esto quiso consultarme, estrañando el que, solo en un sentido, sentía los efectos de la edad. Le dije que un tratamiento oportuno restaura- ría su vigor, pero sin poderle indicar hasta que punto y, de resultas, dio principio al sistema cu- rativo, que le prescribí. A los tres meses, me es- cribió la siguiente carta. Al Dr. Hollick, Ciudad de Nueva York, N. Y. "Muy Señor mío: "Le agraderé á V. me mande nueva provisión de su Remedio Afrodisiaco pues, aun cuando me que- da aun algo, deseo no verme sin repuesto. En cuanto á sus efectos, en mí, puedo decir que son müagrosos. Me siento tan fuerte, en cierto sentido, como cuando solo tenia cuarenta años; tanto que, de no apelar á la prudencia, pudiera cometer hasta locuras. Lo que mas me sorprende es que los goces no me causan perjuicio en la sa- lud. Al principio, en que sentí renacer la pujan- za, temía el emplearla, porque me figuré que con- cluiría por dañarme; pero, aunque parezca es- CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 367 traño, es lo cierto que no he esperimentado, hasta ahora, resultado alguno desfavorable: tan lejos de eUo, que siento menos causancio, después de los actos de cohabitación, epie lo que sentía en otro tiempo; y estoy por asegurar, que mis órganos Bon, hoy, mas vigorosos que en mis buenos dias. Decirle á V. cuanto se ha acrecentado mi dicha. y lo mucho que á V. debo, es escusado. ' Suyo de veras, &c, Tenia ya mas de setenta y dos años, cuando vi, por última vez, á este .Caballero y no habia indi- cación de disminución en su vigor secsual: solo necesitaba tomar, de vez en cuando, un poco del Afrodisiaco, con lo cual parecía que todo descae- cimiento se parahzaba. He conocido egenvplares de personas, aun de mas edad, que lograron, de igual modo, "ventajas parecidas. YNEECUNDIDAD DE UNA SEÑORA, CURADA, Á LOS TREINTA Y SEIS AÑOS Con mucha frecuencia, la Ynfecundidad procede, senciUamente, de la condición entorpecida de los Órganos Genitales, lo cual impídela absorción del flmdo Seminal, en la forma que se halla esphcado en mi libro " Guia de los Casados;" y la Señora, á que me refiero, era un egcmplar de esto. El re- resultado prueba la eficacia del Remedio Afro- disiaco, por sí, en tales casos. El marido consi- íruió de mí una cantidad de este, sin decirme el obgeto, á que estaba destinado; lo cual veremos, sin embargo, por la carta £ continuación. 368 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. Dr. Hollick, Nueva York. "Muy Señor mío: " Recordará V, sin duda, que tuvo la bondad de facilitarme cierta cantidad de su remedio Afro- disiaco, como favor especial, y sin saber para quien. Voy £ decirle á V, para que lo quería, y los efectos que ha producido. Llevaba ya doce años de casado, sin esperanzas de conseguir la dicha de ser Padre, cuando leí su obra, titulada ' Guia de los Casados.' La lectura de este libro me llevó á suponer, que la falta de hijos provenia, probablemente, de la indiferencia estremada de mi Señora, la cual fué siempre de un temperamento muy frió, y que, tal vez, su re- medio de V. produciría un cambio y la haria em- barazada. Entonces fué cuando lo solicitó de V, habiéndose ella avenido á tomarlo. Los resultados han sido tan asombrosos, como satisfactorios: baste decir, que ella ha cambiado, totalmente, de temperamento y, según el Médico do la casa, se halla en cinta, de cinco meses. Si me hubieran dicho, sin esperimentarlo, que habia un remedio, capaz de producir tal cambio, lo hubiera tomado como una broma; pero, tal es el hecho, que me complazco en comunicarle, pues presumo le agradará é interesará el saberlo, y justo es, que se entere V, de lo que alcanza su re- medio. Aconsejo á todos los amigos, que no tie- nen familia, que lean su ' Guia de los Casados.' Suyo afectuoso, &c., CASOS, 6 EGEMPLOS, MÍSTOS. 369 GRAN PÉRDIDA DE PODER SECSUAL, Y DESARREGLO, CONSIDERABLE, DEL SISTEMA NER- VIOSO, CURADOS EN UN COMERCIANTE. Este Caballero, como muchos de su profesión, habia consumido enteramente su fuerza nerviosa, con la escesiva aplicación £ los negocios, Habia ganado una fortuna, pero, en cambio, habia per- dido la salud. A continuación, reproduzco parte de la incoherente carta, que me dirijió, la vez primera. Al Dr. Hollick, Nueva York. "Muy SeAor mío: ¿"Tendría V. la bondad de decirme, desde luego, si puede V. aliviarme? Soy un Comer- ciante, de cuarenta y un años: robusto por natu- raleza: enteramente desarroUado y, en otro tiem- po, de salud perfecta. Hará unos siete años, que di principio, £ mi co- mercio actual, que ha reclamado toda mi energía y una incesante asiduidad. Los dos primeros años, me sostuve bien, pero luego, mi energía em- pezó £ disminuir, la digestión se hizo irregular y me sentí triste, desaminado y débil. Me volví un verdadero hipocondríaco y, de no favorecerme la suerte, con un dependiente, activo y honrado, mis empresas se hubieran malogrado, por com- pleto, porque, la mitad del tiempo, no podia aten- der áeüas. Halló, del todo imposible, ePaphcarme á nada, con constancia: mi imaginación vagaba, á despe- cho mió, y el menor esfuerzo, para fijarme en un asunto, me confundía completamente. En los dos últimos años, todo esto se ha agrava- do y, ademas, se han presentado varios padeci- mientos físicos. Duermo mal y me dispierto di- 370 CASOS, Ó EGEMPLOS, MISTOS. fícilmente, por las mañanas, con una sensación, cual si me hubiera acostado ebrio, siendo así que no bebo. Ademas, me siento Secsualmente Ympotente: mis facultades varonües han ido en disminución, durante los últimos tres años y, actualmente, están casi del todo apagadas; tanto que me repugna, un acto, en el cual, no recibo, mi puedo dar placer. No puedo decir mas; lo escrito me ha costado gran esfuerzo y me siento postrado. La esperien- cia, que V. tiene en estas materias, le hará com- prender lo que no haya esphcado suficientemente. Haga V. lo posible, en obsequio ele un hombre débil y aburrido, para quiejí el dinero es inútil, si no recobra la salud, y dígame V, enseguida, si puede aliviarme. Suyo, etc., No titubeé en prometerle, que le mejoraría, con la condición, precisa, de que habia de abandonar todo cuidado y ocupación; lo cual verificó, acto continuo, vendiendo su establecimiento y colocan- do su dinero. Desde luego, hizo uso del Remedio Afrodisiaco; observando, al propio tiempo, el régimen y la dieta^ que prescribí. A los dos meses, era ya otro hombre y, á los cuatro, me escribió, desde el cam- po, una carta, cuyo estracto es como sigue. * * * "Doctor, creo no necesitarle á V. mas, por ahora, y me parece que, tampoco en ade- lante, si me facilita V. su medicamento, do modo que pueda seguir haciendo uso de él. No tome V. esto, como espresion de desagradacimiento; lo digo, ai contrario, con obgeto de alabanza. En cuanto tomé la primera dosis, sentí que iba á cu- rarme, pues parecía satisfacer mi sistema nervioso, como el alimento á un estómago vacío. Toda an- CASOS, 6 EGEMPLOS, MÍSTOS. 371 siedad y aprensión desaparecieron, y me sentí tranquüo, alegre, capaz de ocuparme y dispuesto a ser activo. Mi imaginación se despejó, cual si el sol la hubiera penetrado de repente y empecé £ digerir, tan bien, que gané rápidamente en carnes. Mis facultades secsuales, se hallan enteramente restauradas: solo agregaré, en este particular, que seguiré las instrucciones de V. y seré moderado', si bien, lo confieso, me costará ahora algún es- fuerzo. ¡Cuantos de mis compañeros, de ocupación, pierden la salud y el rigor, del mismo modo que yo, y cuan pocos tienen mi fortuna, de restable- cerse! Debe V, Doctor, anunciar públicamente su remedio: considere V. á cuantos salvará de la ruina, sufrimientos ó imbecilidad y á, no pocos, de la demencia y del suicidio. Hasta la fecha, y según los deseos de V, nada hé dicho sobre ello; pero, puedo asegurar á V, que he tenido, á menu- do, la tentación de hacerlo público, al oir £ alguno de mis amigos, que sufría cual yo he padecido, y que me preguntaba; ¿'que ha hecho V, para ha- llarse tan bien ?' * * * Advertencia.—No es mi ánimo el dar á enten- der, que igual resultado se conseguiría, en lodos los casos, en apariencia iguales, por idénticos me- dios. Muchas veces hay que corregir otros de- sarreglos, antes de poder emplear el Remedio, con seguridad. El caso, que acabo de referir, e^a sen- ciUamente un agotamiento Seminal y Koivioso, sin compheacion alguna. 372 CASOS, 6 EGEMPLOS, MÍSTOS. CURACIÓN DE YMPOTENCIA SECSUAL É YNDIFERENCIA, Ó FALTA DE DESEOS EN UN CABALLERO DE CUBA. Hará unos dos años, que un CabaUero Cubano me visitó, con obgeto de saber si podría aHviarle. Tenia, tan solos, treinta y cinco años: no solo era del todo Ympotente, sino absolutamente indiferente hacia el otro sécso. Habia sido, primero, de un temperamento estraordinariamente ardiente y se habia entregado á los placeres, con esceso, hasta que sus facultades generativas se agotaron, de tal modo, que no podia hacer mas uso de ellas. Su salud, en general, se habia mantenido bastante, hasta últimamente, que habia empezado á decaer y sufría de ataques de abatimiento nervioso. Su afán, por ver su vigor Secsual restablecido, era tan grande, que todo gasto, para conseguirlo, le parecía poco: como que la vida, en el estado en que se hallaba, le era enojosa, según me decia. Por desgracia, antes de acudir á mi, habia hecho uso de un Cordial estimulante, que le perjudicó mucho, y tuve, en primer lugar, que contrarrestar los efectos de esa medicina. En cuanto lo conse- guí, empecé á curarle directamente y, en menos de un mes, sintió síntomas, tan marcados, de me- joría, que hizo ánimo de regresar á su pais, lle- vándose suficiente cantidad del Remedio Afro- disiaco, para completar la curación. Ademas, me supheó, le facilitara una pequeña cantidad, para esperimentarla en algunos amigos suyos, que se haUaban en su mismo caso. La si- guiente carta dará £ conocer el resultado. CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. 373 Al Dr. Hollick, Nueva York. Querido Doctor: " Esta va por el Bergantín---, con objeto, tan solo, de noticiarle qufc me siento tan bien como nunca y muy ocupado en divertirme, lo cual me deja poco tiempo para escribir. Ya sabe V. que he perdido mucho tiempo, de que debo resar- cirme. La medicina que traje, y que no usé personal- mente, la di á varios CabaUeros, que sabia la ne- cesitaban y ha producido resultados, completos, en todos los casos. Esto ha dado mucho que decir y hay varios, que me acosan de continuo: es preciso que me mande V. mas, para que me dejen en paz. Si V. quisiera venderla, podría hacerlo yo aquí, de una crecida cantidad. Algunos de mis enfermos, era sabido, que estaban enteramente Ympotentes, hacia años, y su restablecimiento se mira como, poco menos, que un milagro. Algunas de sus inesperadas galanterías, son sumamente divertidas y me temo que, en la fogosidad de nuestro repuesto vigor, vamos á ponernos de nuevo en el caso de acudir £ V: es muy duro el contenerse, cuando uno se siente con pujanza y todo parece incitarle á gozar. Para que forme V. una idea, de como me siento, voy £ contarle una de mis Aventuras. # * * CASO NOTABLE DE IMPOTENCIA, EN NUEVA ORLEANS, CURADA COMPLETAMENTE. El Paciente, en este caso, como muchos de los fogosos y vivos jóvenes del Sur, se habia entre- gado, de tal modo, £ la Venus, que concluyó por quedarse enteramente aniquüado y sin fuerzas. 874 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. HaUandose en este estado, sus amigos le aconse- jaron, é instaron vivamente, para que se casara, pues se habia presentado un partido- muy venta- joso y no veian razón para despreciarlo. Por su parte, él también lo deseaba, porque la joven y él se habian enamorado de veras; pero, por desgra- cia, su situación se lo impedia. Al darme cuenta de su estado, me lo esplicaba del modo que sigue. * * * * « La Union Secsual es apenas posi- ble. A veces siento amagos de pujanza, pero nunca se presentan, cuando lo deseo, y desapare- cen, por mas que me esfuerzo en prolongarlos. | Que mortificado me he visto, últimamente, en mis vanos esfuerzos, con algunas mugeres! y ¡cuan desgraciado me he sentido, al considerar que esto tenia que suceder para siempre! Doctor, me es imposible vivir así y no lo deseo. En cu- anto £ este proyectado matrimonio ¿ que puedo hacer? ¿que diré? ¿como podré escusarme? Ayú- deme V. y fije V. mismo la recompensa." * * * A las seis semanas de tratamiento, se sentía tan mejorado, que empezó sus arreglos para el casa- miento, el cual se verificó, á los tres meses de ha- berme hecho la primera consulta. En la ocasión de su enlace, me escribió una carta, de la cual las siguientes líneas son un estracto. * * * * << Todos mis temores se han disi- pado; no tengo dudas del porvenir y me siento, en todos conceptos, tan capaz como pudiera desear y mas, tal vez, de lo que merezco. No he queda' do mal en ningún lance, últimamente, y espero que no volverá £ acontecerme. En realidad lo CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. S7ü que ahora necesito es contenerme. ¿Que es lo que V, me dio? Doctor. Por Dios sus efectos son apenas creíbles y, de no haberlos esperimentado personalmente, dudaría de la verdad del que me los refiriera. Sin su remedio de V, en vez del dichoso y robusto marido, seria un pobre y mísero imbécil. Hay miles en el pais que necesitan su medicamento y que darían por él su peso en Oro." * * * CASO CURIOSO Y CURA, DE PÉRDIDA DE PODER SECSUAL, EN UN HOMBRE CASADO. Este caso era uno de esos raros que, á veces, ocurren y en los cuales el Poder Secsual se agota, de pronto, sin ningún síntoma precursor y sin causa aparente. El individuo tenia cuarenta años, estaba casado, habia quince y tenia cuatro hijos. Sa salud era buena, sus costumbres morigeradas y su vigor secsual naturalmente considerable. Nunca se ha- bia entregado á escesos y jamas sintió síntomas de decadencia. De pronto, se sintió del todo indiferente £ las caricias de su compañera, ó incapaz de consumar el acto de la cohabitación. Según sus propias pala- bras "las partes parecían muertas y rehusaban tenazmente el desempeñar su misión." Sus te- mores y su humillación, al sentirse en esta situa- ción inesperada, pueden fácilmente concebirse. Las ideas mas lúgubres se apoderaron de su ima- ginación, considerando, no solo que sus facultades secsualos estaban, para siempre, perdidas, sino que esto era el principio de la destrucción de todo el sistema y que, una vejez y una muerte. 376 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. prematuras, le esperaban, sin remedio. Las cosas se agravaban con la circunstancia de que su Se- ñora, siendo de un temperamento, por naturaleza ardiente, sentía el cambio á lo vivo y empezó £ formar conjecturas, de que no podia él disuadirla, sobre las causas de su indiferencia. En tal estado se hallaba cuando acudió £ mi y empecé el ecsámen de su situación. De su relato no pude inferir motivo marcado, para su repen- tina pérdida de poder, y hube de deducir que pro- venia, de falta de suficiente Nutrición Seminal y Nerviosa, producida por una estraña combinación de circunstancias. Le administré el Remedio Afrodisiaco, con un tratamiento general oportuno, confiado, por mi parte, en los resultados, á pesar de sus duelas. A los tres dias, sintió que, de cierto, le volvía el vigor y á las dos semanas, como él mismo dijo, era de nuevo un hombre. Hace de esto ya varios años y sigue fuerte y vigoroso, si bien empleando, de vez en cuando, el Remedio, para, como él dice, mantenerse corriente. Sin el oportuno tratamiento, hubiera continuado del todo impotente y su salud general hubiera, pronto, empezado £ destruirse. ---------•♦«>■»»>♦■--------- CURACIÓN COMPLETA, DE UN CASO DE DERRAMES, YNVOLUNTARIOS Y REPENTINOS, DE QUE SIEMPRE HABÍA PADECIDO EL YNDIVÍDUO. Era este un Tipo perfecto de los mil que se pre- sentan todos los dias. Cuando joven, se habia en- tregado mucho á la Masturbación y, de resultas, tenia la Sensibihdad y los Órganos Secsuales, tan irritables, que el coito le era del todo imposible. CASOS, 6 EGEMPLOS, MÍSTOS. 377 Disfrutaba de una copiosa secreción de semen, pero la menor tentativa de cohabitación y, á veces, la idea sola, ocasionaba un derrame repentino, de modo que, en realidad, era impotente y siempre lo había sido. Habia tomado, sin aprovecharle, todos los Tónicos y Cordiales, cpie había visto anunciados, y no le quedaba esperanza alguna de alivio. Por casualidad, fué á sus manos mi libro " Guia de los Casados" y su lectura le movió á dirigirse á mí. Lo primero que hice fué Cauterizarle, del modo esphcado, en mi tratado de "Los Órganos Varo- niles," con lo cual contuve, desde luego, los derrames involuntarios; pero no podia, aun, con- sumar el acto, porque tocia tentativa, al efecto, los ocasionaba, demasiado pronto. Para corregir esto, le di el Remedio Afrodisiaco, que Nutrió y Entonó las partes, mejorando, al propio tiempo, la calidad del fluido Seminal. Éste método fue coronado del resultado mas feliz: al poco tiempo retenia, perfectamente, y pudo casarse, siendo hoy Padre ele familia. El defecto de derramarse demasiado pronto, es muy frecuente y tiene tanto de nocivo, como de desagradable, ocasionando, al fin, de seguro, los derrames involuntarios, pero la curación, en la forma esplicada anteriormente, es tan segura, que no la he visto faUar, en una sola ocasión. jCURACION, DE REPENTINAS DESAPARI- CIONES, CRÓNICAS Y CONSTAN- TES, DEL PODER SECSUAL. El caso de re ferencia, era muy curioso, si bien frecusnte, hasta cierto punto. El paciente era tan v goroí-o y sano, secsun'nvcnle, como cualquiera 378 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. otro hombre y, cuando se hallaba solo, sus sensa- ciones y deseos, asi modo el desarrollo de los ór- ganos Genitales, completos y perfectos; pero, en el momento, en que intentaba consumar un acto de la Venus, se quedaba sin pujanza y sin poderse derramar. Luego volvía á sentirse, de nuevo, fuerte y dispuesto, pero jamas conservaba este estado, en la ocasión oportuna. Después de tomar, durante seis semanas, el Re- medio Afrodisiaco y de seguir un tratamiento gene- ral, mejoró de tal modo que, por vez primera, en su vida, su pujanza se manifestó completamente. Sin embargo, el vicio de la naturaleza habia sido de tanta duración y se habia arraigado de tal modo, que ha tenido que seguir tomando el reme- dio, de vez en cuando. Muchos hombres padecen de esto, mas ó menos, pero considero que, en todos casos, puede cor- regirse, á menos de HaUarse demasiado entrados en años. --------4 « » CURACIÓN DE UN CASO ANGUSTIOSO DE YNEPTITUD, AL CONTRAER MATRIMONIO. Era este un joven que, al casarse, se halló com- pletamente impotente, á causa de no poder retener el fluido Seminal, derramándose, constantemente, en el acto de intentar el coito/ Pueden conside- rarse su desesperación y vergüenza y creo, £ no dudarlo, que hubiera atendado á su vida, si no hubiera leido mi obra, sobre los Órganos Varoniles, que le dio esperanza de conseguir ayuda de mi parte. Le aconsejé que se finjiera enfermo, por algún tiempo, achacando, £ dicho mal, su situación; en CASOS, 6 EGEMPLOS, MÍSTOS. 379 tanto procedía yo £ darle remedio. Asi lo hizo y, antes de quince dias, el vicio estaba conejido, para no volver mas. CASOS MÍSTOS. Ademas de los egémplos, anteriormente espues- *os> y que son solo algunos de los mil de su espe- cie, que pudiera referir, hay otros muchos, de dis- tinto carácter, y que solo pueden comprender los que conocen la Fisiología de la Generación. Los que hayan leido mi " Guia de los Casados" ó el tratado sobre los " Órganos Varoniles," lo enten- derán así, desde luego, y notaran que muchos de estos casos, son los mas interesantes, que pueden presentarse, á las observaciones de un Médico. Algunos hombres son impotentes, porque sus Testículos no forman Semen, á causa de haberse adormecido. Otros lo forman de una manera im- completa, es decir, acuoso, y sin Animálculos y varios sufren de una pérdida especial de sensibili- dad Nerviosa, en los órganos, por la cual carecen de las debidas sensaciones, de modo que, aunque tengan deseos, no disfrutan de placer ni de aptitud eficaz. Del mismo modo las mugeres suelen ser estériles, por causas poco conocidas, ó sospechadas, siquiera. Los Ovarios pueden hallarse adormecidos, como sucede con los Testículos, y entonces no forman óvulos 6 Huevos, y si los forman, son incompletos, en cuyo caso, ó no puedan ser impregnados, ó dan por fruto monstruosidades, cual se esplica en la "Guia de los Casados." La mayor parte de esos casos, se curan con el Remedio Afrodisiaco, acompañado del tratamiento oportuno, escepto cuando ecsiste defecto orgánico ó enfermedad virulenta, Gran número de matrimonios, sin hijos, que me 330 CASOS, Ó EGEMPLOS, MÍSTOS. han consultado, han conseguido, por mis reme- dios, sus vehementes deseos de descendencia. Lo que se requiere, primeramente, en estos casos, es averiguar ele parte de quien está el defecto, lo cual puede siempre descubrirse, por medio de cuida- dosa observación. Los resultados ventajosos de mi tratamiento se nan hecho también patentes, en numerosos casos de Debilidad é Yrritabilidad Nerviosas. El Re- medio Afrodisiaco obra entonces del modo mas favorable: calma al irritable, da fuerza al débil y nuevo vigor al entontecido. Muchos hombres, incapacitados de atender £ sus negocios, por efecto de Debilidad Nerviosa, se han curado completamente, en muy poco tiempo; y otros han ganado tanto, en su fuerza mental, que eran, luego, mucho mas dispuestos que antes. La espresion frecuente, de los que han pasado estas pruebas, es que, parecía que sus imagina- ciones se "aclaraban" ó "iluminaban," de modo que el trabajo mental era un placer, en vez de una molestia, v la aplicación no les desazonaba. ECSÁMEN, MICROSCÓPICO, DE LA ORINA. 381 ECSÁMEN, MICROSCÓPICO, DE LA ORINA No. 1.—Representa al Semen, cuando en com- pleta salud, según se presenta en el microscopio. La porción ecsaminada era la perdida, por esfuer- zos en el sillico, £ causa de estreñimiento; lo cual sucede á menudo. Los Animálculos Seminales, esos diminutos «res vivientes cuya presencia en el fluido es indispensa- ble para \le sea perfecto, se descubren con el microscopio, completos en su forma y activos en IZ^movimientos. En tanto que este estado de los fluidos vitales se conserva, el hombre goza de todo su vigor, pero, si el fluido se pierde con 382 ECSÁMEN, MICROSCÓPICO, DE LA ORINA. esceso y de continuo, especial mente si sale con la orina, un cambio se efectúa; los animálculos dis- minuyen en número y se vuelven incompletos y con poca fuerza de movilidad. Esto es lo que se demuestra en la figura No. 2. No. 2.—El semen, aquí representado, fué del contenido en la orina de una persona, que se ha- bía debilitado, masturbandose, en su juventud. Se notará que los animálculos son escasos en nú- mero é imperfectos: eran ademas muy débiles. El individuo tenia pocos deseos amativos y escasa pujanza. Es fácil que un hombre, en tal situa- ción, sea capaz de cohabitar, si bien no con fre- cuencia y hasta llegue £ ser Padre; pero sus hijos, si los tiene, serán, de fijo, málformados ó débiles, por naturaleza, si es que nacen vivos. Lo general es que no haya impregnación y que, de haberla, ter- mine en aborto. La razón de esto es evidente, £ cuantos saben la parte, que toman los Animálculos, en la forma- ción del nuevo ser; lo cual se esphca, estensa- mente, en "La Guia de los Casados." No. 3.—Este semen se tomó, también, de la orina de un hombre, que sufría de pérdidas Semi- nales Urinarias, y que se hallaba, casi impotente, con gran disminución de las facultades mentales, ideas sombrías, debilidad general y todos los de- mas síntomas de descaecimiento del sistema, que vienen en pos de aqueüa enfermedad, cuando no se ataja á tiempo. En este egemplo, los Animálculos están muertos todos y las partes de sus cuerpos rotas y separa- das. La impregnación era imposible, de todo punto, con este semen, aun cuando la persona pudiera, de vez en cuando, egercer débilmente el acto de asociación. Muchos se haUan en este estado, en particular los que se han entregado, por mucho tiempo, £ escesos, de cualquier género, y lo mis- mo los hombres de negocios, consumidos por la demasiada ansiedad ó el trabajo mental. ECSÁMEN, MICROSCÓPICO, DE LA ORINA. 383 No. 4.—Este semen provino de un hombre, del todo ó irremediablemente impotente, y en los úl- timos grados de aniquilamiento físico y mental. En tal estado, como es de presumirse, no ecsiste fuerza ni deseo: el semen carece absolutamente de animálculos y hasta de sustancia y pasa, de con- tinuo, á la orina, en forma de agua de goma. En el segundo, y hasta tercer grado, un hombre puede restablecerse, con oportuna medicación y cuidado; pero, en el cuarto grado, no hay espe- ranza alguna. Muchos matrimonios carecen de familia, á causa do estas imperfecciones, en el varón, si bien, por lo general, se te hecha la culpa £ la muger. Algunos suelen ser imperfectos, en esta forma, por naturaleza, y no pueden jamas ser padres, aunque, en apariencia, no se diferencien de los demás hombres. Aunque no suele sospecharse así, la verdadera causa de hijos deformes ó débiles, y también de frecuentes abortos, suele estar en el hombre. El Dr. Hollick está, de continuo, haciendo ob- servaciones microscópicas, de esta especie, no solo para los epie van á consultarle, sino para otros. Las personas distantes, que no pueden acudir, en persona, £ consultar al Dr. H. no deben aban- donar la esperanza de recibir un tratamiento oportuno, en cualquiera de los padecimientos, antes mencionados. El Dr. puede indicar un me- dio por el cual, todas la observaciones y ecsámenes microscópicos, se hagan sin personarse el enfermo; y luego marcar el régimen y recetar, por carta. cual lo hace con centenares, de continuo. Todas las medicinas especiales, que emplea, están pre- paradas de manera que puede remitirlas, por el correo, sin temor de que se estropeen ó llamen la atención. Eu suma, el Dr. H. cura todos los desarreglos que, de cualquier modo, tienen conecsion con el sistema generativo, en ambos secsos; y aqueUas afecciones nerviosas, especiales, que nacen de 384 ECSÁMEN, MICROSCÓPICO, DE LA ORINA. ellos. Su práctica, por tanto, es distinta de la de todos los demás médicos del dia y no se ocupa, sino incidentahnente, de aqueUas enfermedades, que, habitualmente, Uaman los cuidados del resto de la profesión. El buen écsito, con que han sido coronados sus esfuerzos, y la confianza y patrocinio, que tan estensamente le ha dispensado el público, por muchos años, y que diariamente se aumenta, im- posibüitan el Dr. H. de aumentar su clientela y, por tanto, no es tal la mira que se lleva, en este escrito. Lo hace solo, á ruegos de muchos de sus anteriores pacientes, con obgeto de que, los que padecen de estos males especiales, sepan, que ec- siste un médico, en quien pueden confiar y que dedica esclusivo cuidado á tales desarreglos, sal- vando, de este modo, á muchos, de la desespera- ción y del abandono, á que, por desgracia, suelen entregarse. Apenas será necesario añadir, que la mayor re- serva y el mas profundo secreto, presiden á la cor- respondencia y á las consultas personales, y que los cuidados, mas esquisítos, se dedican á los en- fermos. El Dr. H. posee inumerables testimo- nios, de personas de ambos secsos, que fueron im- potentes, estenuados ó estériles y á quienes de- volvió la salud, la robustez y la dicha, con los goces de la Paternidad. 385 REMEDIO AFRODISIACO, DEL DOCTOR HOLLICK, ÜNICO AGENTE, EFICAZ Y SEGURO, PARA LA CURACIÓN PERMANENTE DE LAS DEBILIDADES NERVIOSA Y SECSUAL, EN TODAS SUS FORMAS. ESTE REMEDIO ES EL CELEBRADO, HACE TANTOS AÑOS, COMO EMPLEADO POR EL DR. HOLLICK, EN SU ESTENSA PRÁCTICA, DEDICADA, ESCLUSIVAMENTE, Á LOS ESPRESADOS PADECIMIENTOS. EL REMEDIO SE OFRECE, AHORA, AL PÚBLICO, POR LA PRIMERA VEZ. 386 REMEDIOS AFRODISIACOS. DESCRIPCIÓN, GENERAL, DE LOS AFRO- DISIACOS, É HISTORIA DE LOS REMEDIOS AFRODISIACOS, DEL DR. HOLLICK. La Medicina clasifica los Remedios, y les da nombre, según el modo con que operan. Unos afectan una parte y otros otra, del sistema. Los que obran sobre los Órganos Secsuales, conser- vando ó restaurando su vigor, se Uaman Afro- disiacos. Los Remedios de esta clase, han sido siempre solicitados, con afán, y pagados á cual- quier precio: el oro, mismo, no ha sido tan apre- ciado nunca; pues, aun cuando se escatime, para otras cosas, se da, con profusión, para obtener lo que conserva ó devuelve una facultad, cpie es la que el hombre mas aprecia y mas siente perder. Muchos remedios, con título de Afrodisiacos, se han usado, en diferentes partes del mundo, y si- glos hace, con mayor ó menor reputación; pero su uso, nunca produjo gran bien y si, con fre- cuencia, daño positivo. Lo mismo sucede, hoy dia; la mayor parte de estos remedios, vendidos actualmente, no producen efecto alguno y, los que lo producen, valiera mas que no se hubieran to- mado. Esto nace, de que se propinan, de un modo empírico, sin conocimiento de sus verdaderas cualidades y de sus variables efectos, según las distintas circunstancias. Cuando, yo mismo, empecé á hacer uso de esos remedios usuales, haUó que, en su mayoría, eran solo composiciones y mezclas, tradicionales, que se remontaban, á veces, á las edades oscuras y que los médicos recetaban, tan solo, porque no sabían que otra cosa administrar. Es cierto que algunos de eUos obraban, como estimulantes poderosos, dando vigor, presente, £ costa de debüidad poste- REMEDIOS AFRODISIACOS. 387 rior; pero, la mayoría no obraba, en sentido al- guno y, en caso, sobre otras partes del sistema: es decir que no eran absolutamente Afrodisiacos. Me puse, por tanto, á trabajar y me dediqué, con incesante afán, £ analizar, por mí mismo, todo cuanto se refiere £ la naturaleza secsual humana y £ la acción, sobre ella, de los Remedios Afrodisia- cos. Años seguidos,. continuó esperimentando con ellos, ya separados, ya combinados, de varios modos, anotando, cuidadosa y minuciosamente sus efectos y descubriendo, así, por grados, la ver- dadera naturaleza de cada uno y el modo y opor- tunidad de emplearlos. Creo, firmemente, que nadie se dedicó á este asunto, tan completamente, y con tantas facilidades de esperímentar y obser- var, como yo. Mis lecturas y mis libros me die- ron á conocer, tan estensamente, en la materia, que enfermos, de todos los casos, acudieron á mi de todas partes, y en gran número, y me propor- cionaron el mejor -medio de estudiar, práctica- mente, lo que antes solo se trataba por deducción ó inferencia. De aquí resultó que, tras pruebas y ensayos in- finitos, conseguí la composición de un remedio, de Verdaderas Propiedades Afrodisiacas; y el cual, cuando se emplea con tino, invariablemente aumenta ó conserva el poder secsual, ó le restaura, si se ha perdido. Este Remedio, á causa de su constante eficacia, en todos los casos de impoten- cia, esterihdad y natural imperfección, se hizo pronto célebre y mi chentela, de pacientes de es- tos males, se estendió rápidamente. Diariamente se acrecentó el pedido del Afrodisiaco y, muy luego, hallé dificultad en componer lo suficiente, para las necesidades de mis enfermos, á causa de la escasez, y escesivo costo, de muchos de los in* gredientes. Muchos de los Afrodisiacos, mas activos y segu- ros, son ele los productos mas escasos de la Natu- raleza, y solo pueden obtenerse, en las partes mas 388 REMEDIOS AFRODISIACOS. desconocidas y mas apartadas del globo: el Almizcle, por egemplo, que es un Afrodisiaco poderoso, de que uso gran cantidad, cuesta siempre su peso en oro, y á veces mucho mas. Entran, sin embargo, en mi Remedio otras sustancias mas valiosas y por las cuales he pagado, á menudo, centenares de pesos, por unos granos. Algunos de los compo- nentes son naturales y otros artificiales, obtenidos químicamente: y que, solo £ inmenso costo, pue- den elaborarse. Afortunadamente, la gran fuerza, de la mayor parte de estos ingredientes, hace, que solo se necesiten átomos, para cada toma; de lo contrario, apenas habriá quien pudiera sufragar el costo de mi Remedio. Entran, en su composi- ción, treinta y tres distintos ingredientes, de al- guno de los cuales solo hay la centésima parte de un grano, en cada dosis. Cada uno, de dichos ingre- dientes, posee una propiedad especial, propia, ó es indispensable para desarrollar la ele otro; de modo que el conjunto se combina, para producir esos maravillosos efectos, que han hecho al Reme- dio tan célebre. Una de sus mas notables propiedades, es la de que, mientras obra tan enérgicamente, como Afrodisiaco, no produce efecto en ningún otro sentido y es completamente inofensivo £ las ciernas partes del sistema. Se comprenderá pues, que semejante remedio tiene que ser costoso, y no puede Uegar £ ser de uso común, sino conservarse, como lujo especial, de los dotados con bienes de Fortuna, ó de los dispuestos á hacer grandes sacrificios. Como es consiguiente, mi continua necesidad de esos ar- tículos escasos, los encareció mas y los fué agotan- do tanto, que llegué á temerme me faltaran por completo. Me vi, por tanto, precisado á mandar Agentes, á todos los Países, de donde se obtienen, con instrucciones de que, no solo compraran toda la ecsistencia, sino que apalabraran, ó hicieran contrato, para la adquisición, esclusiva, de cuanto REMEDIOS AFRODISIACOS. 389 se presentara, en adelante. Esto, forzosamente necesitó mucho tiempo y un gasto enorme; pero era.el único medio y fui, en él, afortunado. He podido asegurar tal cantidad de Yngredientes que, no solo tendré suficiente Remedio, para las necesi- dades de mis enfermos, sino un sobrante que po- der ofrecer, en Venta, al Público; lo cual me ha- bían instado tanto, pero que, por las espuestas ra- zones, no habia sido posible el efectuar antes. De ese modo tuvo origen el Remedio Afrodisia- co que, á no dudarlo, es la medicina mas notable, que jamas se compuso, y la mas estraordinaria en sus efectos. No hé menester anunciarla, ni em- plear medios parecidos, para conseguir su venta, porque su mérito es tan conocido, que mas bien tendré dificultad en proveer á cuantos la solicitan. Muchos de mis antiguos pacientes, tienen siem- pre consigo, cuanta puedo buenamente facilitar, £ un solo individuo, de modo que yo no llegue £ verme escaso; y varios de ellos darían miles de pesos, antes de correr el riesgo de carecer total- mente de ella. En cuanto á la posibilidad de lograr este Reme- dio, ú otro parecido, fuera de mi conducto, diré senciUamente, que nadie, sino, yo, puede facilitar- lo. No solo es para todos un secreto, los ingre- dientes, de que se compone, asi como sus propor- ciones y modo de conbinarlos, sino que toda la cantidad producida, de la mayoría, de los mas costosos, ele dichos ingredientes, está en mis manos ó asegurada, esclusivamente, para mí; con grandes sumas adelantadas, para el pago, á fin de que ningún otro pueda conseguir, íii un solo grano. Me vi precisado á obrar así, para asegu- rar un surtido suficiente, é impedir que mis en- fermos carecieran del Remedio. Muchos, tam- bien, de los productos artificiales, qne entran en la composición, no se elaboran para venta púbhca: los adquiero, por el estüo de las sustancias natu- rales, comprando de hábiles químicos, cuanto pue- 390 REMEDIOS AFRODISIACOS. den elaborar, y a precios tales, que están intere- sados en trabajar solo para mí: por fin, algunos de los artículos los preparo, yo mismo, por medios, que no he descubierto á nadie. Es, por lo tanto, imposible que nadie pueda pre- parar un verdadero Afrodisiaco, porque no conse- guirá los estraños y poderosos agentes, que para eUo se requieren. Los Afrodisiacos, que otros puedan ofrecer al público, serán remedios ordi- narios, é ineficaces, tales cual pueden encontrarse en cualquier botica, pero en nada parecidos al que yo preparo. El modo sutil y misterioso, con que obra mi Remedio, sorprende á la mayoría de las gentes y conviene el dar una esplicacion de su acción fisio- lógica. Los agentes medicinales obran de distin- tos modos: unos, como estimulantes, de ciertas partes precisas del cuerpo; otros, como alterativos y algunos, como escitantes, especiales, de deter- minados órganos; es decir, por egemplo, que la ac- ción, especial, de cada uno es, ya sobre los intesti- nos, ya sobre los ríñones; estos sobre el corazón; aquellos sobre la piel. Algunos pocos, como el alcohol y el opio, egercen su influencia, sobre el sistema nervioso, por medio del cerebro. Por lo general escitan, al principio, y luego obran como sedativos, ó entontecen. De esta clase es el Cáña- mo de la Yndia, ó Haschisch, que suele formar parte de los muchos ingredientes, de todos los Afrodisiacos comunes, y de las composiciones, para reanimar y alegrar al sistema. Usado, en la forma que está en dichas bebidas ó remedios ordi- narios, es dañino y de ningún valor, para el obge- to á que se supone destinado; pero, cuando se conbina debidamente, con los otros artículos, £ que me he referido, es un ausüiar de gran valia. Desgraciados los que lo toman, así como ei opio, con obgeto de intocsicarse. Ei Alcohol ea inofensivo, comparado con eUos. REMEDIOS AFRODISIACOS. 39J El verdadero Afrodisiaco, tal cual yo lo preparo, obra sobre el cerebro y sobre el sistema nervioso; no como estimulante, sino como agente Tónico y Nutritivo; manteniendo el vigor de aqueUos y, ademas, el de los órganos generativos, que depende, esclusivamente, del Poder Nervioso. El vigor secsual de un hombre, no representa otra cosa, que el esceso de vigor nervioso. Todas las funciones físicas y mentales se efectúan, por medio del poder nervioso, lo cual permite, á cada ór- gano, el egercer su función especial. El corazón, el estómago los pulmones y todos los demás ór- ganos, obran, tan solo, á impulso de estímulo, que los nervios les comunican, y que procede del cere- bro y de la médula espinal. Si se cortan dichos nervios y, con ellos, la comunicación, con dicho cerebro y médula, los órganos, así aislados, cesa- ran de funcionar. Todo hombre posee cierta cantidad de poder nervioso, que varia, según la salud y natural ro- bustez de su sistema; de manera que, si una por- ción, escesiva, de dicho poder, se emplea en una función, las demás deben carecer de él y funcionar de un modo incompleto. Si una persona, por egemplo, piensa demasiado, el cerebro consume tanto poder nervioso, que no le queda lo suficiente para las demás funciones y alguno de los órganos tiene, por precisión, que resentirse de la falta. Lo general es, que sea el estómago, y entonces se vuel- ve Dispéptico: otras veces produce enfermedades del Corazón ó del Hígado ó alguna, de las infini- tas, que diariamente se presentan y que, todas, tienen su origen, en el desarreglo de la acción nerviosa. Cuando la acción del estómago no es perfecta, la reacción se hace sentir en todo el sistema; por- que, como aquella impide la buena nutrición, tiene que causar debilidad general. , Ningún acto, sin embargo, consume tanta fuerza nerviosa, como el secsual: á esto hay que atribuir lo perjudicial 392 REMEDIOS AFRODISIACOS. de su escesiva consumación y el porqué, los apa- sionados de la Venus, se vuelven, con tanta fre- cuencia, débiles de cuerpo y espíritu é impo- tentes. (Nota.—Los que deseen imponerse, en este asunto, liaran bien en leer mis libros. " La Gida de los C.».». CONECSION, Ó ENLACE, ENTRE LOS SIS- TEMAS NERVIOSO Y SECSUAL: CON UNA ESPLICACION DE LOS MEDIOS, A NUESTRO ALCANCE, PARA NUTRIRLOS Y RENOVARLOS. Se sabe, desde hace mucho tiempo, como ver- dad general, aunque vagamente, que ecsiste una íntima conecsion, entre los sistemas Nervioso y Secsual; pero, hasta ahora, se ha considerado dicha conecsion, como meramente simpatética. Los Fisiólogos modernos han descubierto, sin em- bargo, que la composición y formación de la sus- tancia Nerviosa, y del fluido Seminal, son idénti- REMEDIOS AFRODISIACOS. 393 cas y, en realidad, ensencialmente la misma mate- ria. También se ha probado que, en todos los casos, de graves desarreglos Nerviosos ó Mentales, la sustancia ecsistente del Cerebro y de los Nervios, ó se gasta ó sufre un cambio disolvente Del mis- mo modo, en todos los casos de pérdida consuma- da, de poder Secsunl, la sustancia seminal, ó bien se consume, ó se cambia al estado de disolución. Pero, lo que es aun mas digno de saberse, es que la pérdida, ó menoscabo, de cualquiera de esos elementos, de nuestro sistema, trae consigo, irre- mediablemente, iguales perjuicios al otro. Todo hombre, por tanto, que se vuelve Ympolente, está en inminente peligro, de volverse Demente, 6, alíñe- nos, débil ele razón y todo el que tenga seriamente dañada su sustancia nerviosa, perderá, de seguro, sus facultades secsuales. Ambos dependen, in- timamente, el uno del otro y se ven afectados, en provecho ó en daño, por las mismas causas, inter- nas y esternas. En la actualidad, la mayor parte de los hombres, tienen mil causas, que obran sobre ellos, de una manera en estremo destructora, de sus facultades Nerviosas y Secsuales, y que ocasionan un gasto material, de sustancia Seminal y del Cerebro, en- gendrando padecimientos físicos y pérdidas men- tales, de mas entidad de lo que suele presumirse. Esto, como es consiguiente, ha dado margen á la invención de tantos, Uamados, remedios; pre- conizados, como infahbles, por especuladores y charlatanes, que ignoran la naturaleza de esos males y, á qienes importa poco los efectos, que produzca el remedio, con tal que se venda. En todos los sufrimientos, á que me vengo re- firiendo, lo primero que se requiere, es el conte- ner el gasto ó cambio y, enseguida, Restaurar, si es posible. Para efectuarlo, se desprende, que los medios empleados, han de ser tales, que real- mente formen nuevo Cerebro ó nueva sustancia Se- minal ; del mismo modo que fórmanos Músculos, 394 REMEDIOS AFRODISIACOS. en los casos de debüidad muscular. Que lo dicho puede hacerse, es evidente; por cuanto, sabido, que cada parte de nuestra organización, deriva los elementos de su nutrición, de un origen espe- cial, en cuanto Uegamos á descubrir, que elemen- tos son esos y de donde proceden, podemos, desde luego, suplirlos. No es dado el renovar los siste- mas Secsual Nervioso, con los mismos ele- mentos, solamente, que nutren y renuevan al sis- tema muscular y, si bien dichos elementos sirven al objeto, como necesarios componentes, tienen que ir acompañados de ciertos elementos estraños, que solo se encuentran en las sustancias Nerviosa y Seminal y que, únicamente, puede suplir el Re- medio Afrodisiaco. Esta preparación, no es ni un Estimulante, ni un Escitante, ni un mero Tónico; es un verdadero Renovador que suple, precisamente, la especie de sustancia é influencia, que se requieren, para pro- ducir Nuevo Cerebro y Nuevo Fluido Seminal. Yo mismo, me he maravillado, á menudo, de sus efec- tos y rara vez desconfio de r%igun caso, en que pueda emplearse: puede decirse, que es infalible, escepto cuando ecsiste Defecto Orgánico ó alguna lesión anterior, que es preciso correjir, primero, como se vé en los " Casos," que Uevo citados como egemplos. Es igualmente eficaz, en toda clase de desarre- glo y debilidad Nerviosas, puesto que estas dima- nan de las mismas causas, que los padecimientos morales descritos, es decir, la falta de nutrición conveniente, en el Cerebro y en la Sustancia Nerviosa. Se haUará, en especial, inapreciable, para el tratamiento del tenible, y frecuente, mal, cono- cido por Reblandecimiento del Cerebro, el cual, hasta ahora, se consideraba incurable. El lector comprenderá, ahora, la Naturaleza del Remedio y el valor que le doy. No lo anun- ciaré, á manera de los Cordiales y Vigorizadores, REMEDIOS AFRODISIACOS. 395 del Charlatanismo de la época, pero lo facilitaré £ los que lo hayan menester. Los que lo usen puedo asegurar que lo hallaran tan infalible y eficaz, por sí, como es posible, que en la naturaleza de las cosas, lo sea medicina hu- mana. Si no produjere, pronto, efecto saludable, el paciente debe acudir, inmediatamente, al Dr. Hollick, porque puede aquel estar seguro, que ec- siste algún desarreglo Orgánico, que reclama, im- periosamente y con urgencia, la intervención Quirúrgica ó Mecánica. El Remedio lo he acondicionado, en forma en- teramente seca, y herméticamente protegido del agua y del aire, de modo que puede conservarse, sin menoscabo é indefinidamente, en cualquier clima y circunstancias. Puede, á la par, tomarse, sin el inconveniente de medir, de acompañarlo de Líquidos ó de ninguna otra ecsijencia molesta, ase- gurando así la facilidad y reserva, en el uso, en cualquiera situación en que el hombre se encuen- tre. Cualquiera puede llevarlo en el bolsillo del chaleco, sin temor de que pueda sospecharse lo que es, ni por el bulto, ni por el olor, Puede remitirse á cualquiera parte por el correo, con toda seguridad, y bajo tal forma, que aqueUos, por cuyas manos pase, no puedan sospechar el conteni- do, ni siquiera Uamarlas la atención, como cosa particular. El valor de cada paquete, es de media, onza de oro y, si se pide por el Correo, se remitirá, libre de porte, y con las instrucciones, á cualquier pun- to. En la actualidad, no hay Agentes para su venta, en ninguna parte; y no los habrá, sin que los haga públicamente conocidos, por mis libros; de modo que el remedio solo puede obtenerse, di- rectamente de mí, dirigiéndose, por el Correo, al "Doctor F. Hollick—Apartado (Box No. 3606— Nueva York." Esto lo hago, para evitar trabajo y precaverme contra las Ym daciones espúreas £ que, probablemente, daría lugar la venta, por me- 396 REMEDIOS AFRODISIACOS. dio de Agentes. En los casos ordinarios, de sim- ple debilidad, por efecto de escesos ó descuido, basta un solo paquete; pero en los padecimientos serios, será menester usarlo por mas tiempo, se- gún la intensidad del mal. Los ancianos, y aqueUos que están ya muy decaídos, debieran usarlo, continuamente, de tiempo en tiempo; pero un paquete, cualquiera que sea el estado de la do- lencia, será suficiente, para dar á conocer los efectos. Añadiré, aunque á penas haga falta, que la pre- paración no tiene nada que pueda perjudicar, en lo mas mínimo, en ninguna circunstancia. Puede emplearse en los casos de Esterilidad de la Muger, 6 en los de adormecimiento de sus órganos, lo mis- mo que en los de desarreglos del Sistema mascu- Hno y en los de los Nervios, como se deduce de los "Egemplos" citados en mis Libros. Las personas, de los Estados Unidos, que pidan el Remedio, Afrodisiaco del Dr. Hollick, de- ben poner cuidado en dar su sobre, ó dirección, claramente y por entero, nombrando el Estado, County y Estafeta, y dirigirse al— Doctor F. Hollick, Box 3606—Post Office, New York City. Por la media onza de oro, se remitirá, á cuah guierpunto, libre deporte. 397 ESTRACTOS DE CARTAS DE MIS AGENTES, EN VARIOS PAÍSES. Aden, Arabia, á la entrada del Mar Rojo. ) Octubre 3, 1861. j Al Dr. Hollick, New York, U. A., Box 3606. Muy Señor Mió : Siguiendo sus instrucciones do V, vine de Egipto, £ este punto, donde me haUo, hace tres semanas. Cual V. suponía muy bien, esta Ciudad es el sitio mas £ propósito, para con- seguir varios de los artículos, para cuya compra me comisionó V ; si bien es mas dificü y costoso, el obtener algunos de eUos, de lo que yo me ima- giné. El----, si bien traído á este mercado, procede del interior de África, de donde viene al través de Abisínia. Los Somalí, Tribu feroz y sanguinaria, habita el pais que lo produce y no se toman el tra- bajo de recogerlo y comerciar en él, sino £ cambio de armas y ciertas clases de telas. Me veré pues precisado á tener aqui, constantemente un acopio de dichos artículos, á fin de cambiar por todo el ----, que venga á la plaza. Supongo que lo que traigan no escederá de lo que V. necesita pero, si así fuere, habrá que adquirirlo, de todos modos, £ fin de asegurar el monopolio y estimularles á que si- gan recogiendo y surtiéndonos. El----, viene á este punto del interior de la Arabia, pero no sé, aun, de que Tribu. Las cara- vanas, que lo traen, solo Uegan dos veces al año. He visto á los únicos mercaderes, que trafican en eUo, y he hecho arreglos para la compra, en ade- lante, de cuanto reciban ; de modo que nadie pue- da conseguir lo mas mínimo. Los demás artícu- los los aseguraré, del mismo modo, permanecien- do aquí hasta dejarlo todo corriente. Respetuosamente suyo Arnold Hufer. 898 extractos de cartas. Assam en el interior del Yndostan. \ Marzo 3, 1861. ) Al Dr. Hollick, New York, U. S. A. Muy Señor Mió : Hace cinco semanas, que Ue- gue á esta problacion, y he sido muy afortunado, en el asunto que me trajo. Con respeto al Almizcle, me he convencido que en las fronteras, al sur del Yndostan, es donde puede conseguirse, mas puro, y en mayores canti- dades. Aqui no se cria y viene del otro lado de las montañas ; en el Thibet, sud-este de la Clima y algunos puntos de la Tartaria ; pero, como des- de aquí á dichos países, hay bastante comercio, lo traen de continuo y es mucho mas puro, que el que se vende en la China, si bien cuesta mas, á oausa de lo largo y peligroso del viage para los mercaderes. Me han dicho que les cuesta siete meses, el ir y volver, al través de regiones desier- tas y bárbaras. He hecho convenios, con los prin- cipales comerciantes, á quienes viene consiguado, liara quedarme con todo el que Uegue, de modo que es inútü que nadie venga ya, en busca de Al- mizcle : esto lo he conseguido, á fuerza de creci- dos adelantos, para el pago, espftniendome á pér- didas ; pero no es posible conseguir estas cosas de otro modo. Según los informes el----, viene, solamente, del Norte de Burmah y no se vende, nunca, púbhca- mente : los despóticos gobernantes de las regiones, que lo producen, lo estiman tanto, que tienen pro- hibida su esportacion, bajo pena de la vida; pero, como todas las cosas en este pais, puede conse- guirse, si sabe V. manejarse y dirijirse, con mucho dinero, á la persona £ propósito. Costará algunos lakhs de rupias el lograr la cantidad que V. indica, ademas de gratificar £ los empleados ; pero puede V. estar seguro, que nadie mas conseguirá la me- nor cantidad. No es posible traer aquí mercan- EXTRACTOS DE CARTOS. 899 cias, de modo que hay que pagano todo en plata; por lo que, conviene, que siempre tenga V. un re- puesto suficiente, en manos de sus Agentes, en Calcutta. Estas regiones son muy saludables y en eUas permaneceré, en tanto lo dejo todo permanente- mente aneglado. Suyo &c, James Hoxton. Cuzco : en los Andes—Sur-América, \ Mayo 15, 1862. \ Al Dr. Hollick, New York City, U. S. A. Muy SeSor mío: Una vez aquí, no hallo difi- cultad en conseguir todos los artículos, que V. ne- cesita,; pero es necesario acudir á ios Yndios, que son los que los recojen, y que nunca los Uevan á las Ciudades. He presenciado las maraviUosas virtudes de las Hojas de Coco y veo, que las rela- ciones de Tschudi, Stevens y otros, no son nada ecsageradas. Un Yndio, lo menos de 50 años, me llevó, á cuestas, por las montañas, en una especie de süla, £ cosa de unas veinte millas, diarias, sin que él tomara, £ veces, alimento alguno, en veinte y cua- tro horas, y sin dar la menor señal de debilidad. Al emprender la jornada, ponia en la boca su bohta de hojas de Coco, con su poco de cal, para paladear y con esto, se mantenía tan perfecta- mente, que parecía tan dispuesto, al concluir la jornada, como al empezarla. En tanto, yo necesi- taba tres comidas fuertes y, aun así, me sentía cansado, viajando con piernas agenas. Lo mas- can y lo usan como té y yo he empezado á tomarlo, diariamente. La esperiencia ha demostrado que es enteramente inofensivo y su virtud, para evitar el cansancio, físico y moral, es asombrosa. Yo mismo me he ocupado, afanosamente, todo un (Ha «H¿ . 400 extractos de cartos. y, usando el Coco, podia continuar escribiendo toda la noche, sin el menor síntoma de cansancio. Parece que tiene la facultad de suspender, completamente, todo gasto ó pérdida de poder nervioso. Por la via de la Ciudad de Lima, recibirá V. remesas periódicas, tanto del Coco, como de los demás artículos. Suyo, &c, Arthur Le Roy. (Traducción.) Leipzig—Alemania, ( Octubre 9, 1861. j Doctor Hollick:—P. O., Box 3606, New York, U. S. A. Muy Señor mío: Puedo cerrar el trato con el Señor---el conocido químico, para la prepara- ción de las sustancias, que V. indica; pero necesi- ta construir, para ello, un aparato especial y ecsije, que de V. fianza, para abonarle el costo y tomarle cuanto fabrique, al precio convencido. Es el único, que ha querido encargarse de la fabrica- ción. Suyo, &c, Hermán Blum. Los pocos estractos, que anteceden, demuestran el gasto y trabajo, que me ha costado, el hacerme de un repuesto, seguro y suficiente, de tan escasos artículos, y prueban la imposibilidad, de que na- die pueda espender una medicina, como mi Reme- dio Afrodisiaco. F. Hollick. APPENDICE. 401 APÉNDICE. ARTÍCULOS, DE LA PRENSA PERIÓDICA, SOBRE LAS LECTURAS DEL DR. HOLLICK. El Dr. Hollick y la Fisiología.—La segun- da de una serie de Lecturas, por este CabaUero, sobre la fisiología humana y los importantes fenó menos de nuestra constitución física, tuvo lugar, anoche, en el Salón Nacional, con un lleno com- pleto. El tiempo se empleó bien y así lo conside- ró la concunencia. En la primera de estas Lec- turas, el Martes por la noche, el lector y orador, en un ecsórdio claro y bien co-ordinado, ganó, pa- ra la materia discutida, así como para su propia persona, la benevolencia y simpatías del público. Lo primero lo alcanzaron sus modales, su len- guage y su estilo ; lo segundo fué debido á su pro- funda lógica, á sus argumentos, á su sencillez y á sus investigaciones. Yndependiente de los in- teresantes detaUes, sobre las maravillas de la re- producción y las pruebas de la inmutable sabidu- ría de la naturaleza que, donde quiera y de con- tinuo, se nos muestra en los reinos animal y vege- tal, la Lectura del Dr. Hollick fué escelente, co- mo defensa de la verdad, vindicación del derecho de libre investigación y condenación de la necia, pero muy arraigada opinión, de que hay verdades que es mejor ignorar. Aun cuando^ el Dr. Hol- Hck, en su sólido y bien trazado ecsórdio, no hu- biera conseguido mas, que desacreditar la errónea, necia y perjudicial preocupación, que pretende, que la investigación no avance de los limites marcados, por la rutina, la ignorancia ó una espúrea morali- « [402 APPENDICE. dad, hubiera, con eso solo, héchose acreedor al público patrocinio. Las verdades, bien patenti- zadas, causaran impresión siempre, aun cuando su investigación no esté de moda. Ecsiste una afini- dad, entre la capacidad de aprender y las verdades que pueden aprenderse, que se manifiesta clara- mente, cuando se presenta la ocasión de libre averiguación ; y el caballero, que nos propor- ciona, de un modo elevado y prudente, el conoci- miento de aquellos principios fundamentales ele muestra ecsistencia física, de los cuales se abusa, porque se ignoran, produce mas bien, que media docena de pedagogos, de mayores pretensiones y menos mérito. Causaba satisfacción el presenciar el decoro y las muestras de respeto, al Lector y al asunto, que dominaban á la concurrencia y que probaban, evidentemente, que motivos, mas ele- vados que los de mera curiosidad, los tenia allí reunidos : se conocía, que deseos mas nobles, que los de un entretenimiento pasagero, ocubapan £ aquellas imaginaciones, que se atrevían á racioci- nar, y que habian de aprovecharse de tan útiles discusiones.—(Heraldo de Nueva York, 7 Agosto, 1844.) En un Meeting de la Clase, que asiste á las Se- lectas Lecturas del Dr. Hollick, sobre la Fisiolo- gía y Filosofía del "Origen de la Vida," en Plantas y animales; y cuyo Meeting se efectuó el Miér- coles, por la noche Io. de Diciembre de 1844, en el Salón de Lectura del Museo, el Señor Dn. G. West, fué llamado á presidir y Don Samuel W. Black elegido Secretario ; pasándose las resolu- ciones siguientes. Resuelto,—Que hemos oido con sincero interés y placer el Curso de Lecturas del Dr. Hollick, que han terminado, y que ahora consideramos un acto de justicia, hacia él y hacia el auditorio, el espre- sar nuestra confianza en su carácter y talento, a.si APPENDICE. 40.,, como en su modo de ilustrar la materia que, para servirnos de Lis palabras de un periódico diario " lo ha llevado á cabo con un lenguage tan deli- cado, y á la par tan comprensible, que el mas ec- sigente no hallaría que pedir, ni el curioso mas holgazán dejaría de salir aprovechado." Resuelto,—Que se nombre una Comisión, com- puesta de tres individuos, para que pase á ofrecer al Dr. HoUick la espresion de gratitud, de toda la Clase, por su condescendencia, hacia los que la componen, proporcionándoles todas las facili- dades para enterarse en los asuntos de sus Lec- turas ; y que se le suplique repita el Curso, lo mas pronto que le sea consistente, con sus otros com- promisos. Se publicó en todos los Periódicos diarios de Füadelfia del 4 Diciembre 1844, bajo la firma de ciento cuarenta, de los mas respetables é influyen- tes habitantes. (Véanse parecidas Resoluciones, firmadas por mas de doscientas personas en los Diarios del mis- mo Füadelfia, del 9 Marzo 1844, 16 del propio mes y en varias otras ocasiones. De los Diarios de Filadetfia del 21 Febrero de 1845. En un Meeting, de las Señoras, que componen la Clase del Dr. Hollick, tenido en la tarde del Miércoles, 19 Febrero, en el Salón de Lectura del Museo, las Siguientes resoluciones se adoptaron, por unanimidad, disponiendo se publicaran en uno, ó mas, de los Periódicos diarios de la Ciu- dad. Resuelto,—Que hemos oido, con gran placer é ínteres, las Lecturas del Dr. HoUick y que nos complacemos en añadir nuestro testimonio £ los muchos, ya concedidos, á dichas Lecturas. Que consideramos al Dr. HolHck, como un bienhechor néím) m^M H:04 APPENDICE. de muestra raza y, ,en especial, de nuestro secso y le deseamos, sinceramente, fortuna y cumplida re- compensa, en el convencimiento del bien que dis- pensa. Resuelto,—Que influiremos con nuestras amigas y conocidas, para que aprovechen la rara y venta- josa oportunidad, que se les presenta, de obtener la valiosa instrucción, que dichas Lecturas pro- porcionan, de una manera tan honesta como digna. Firmado, á nombre del Meeting, por Susan "Wood, Presidenta. Sarah Webb, Secretaria. Con mas de 50 firmas, de otras Señoras. Una MedaUa de Oro al Dr. Hollick.—Las Seño- ras, que asisten á la Clase del Dr. Hollick, le han hecho presente de una hermosa Medalla de Oro, encerrada en un bonito estuche de tafilete. El anverso de la Medalla tiene la inscripción si- guiente : '' Presentado á Federico Hollick D. en M. por las Señoras, que asistieron á sus Lecturas, sobre Ciencia Fisiológica, en Füadelfia y Marzo de 1846 : como espresion de aprobación, de los cono- cimientos que encierran y, en testimonio, de con- sideración personal." En el reverso hay un Sol é, iluminado por sus rayos, un roUo, con las siguientes palabras. "Para dar luz, á los que yacen en tinieblas." Philadélphia Espíritu de la Época-, 28 Marzo, de 1846. APPENDICE. 405 - J * 5 Cartas de Nueva York, No. 11. (Estracto de una carta, en el Correo de Boston, del lunes 2 de Junio de 1844, escrita por la Señora L. M. Chlld. "***** Hemos tenido este invierno varios cursos de Lecturas, sobre Anatomía, adaptadas £ i la comprensión popular. Esto me complace' sobre manera pues, hace ya mucho tiempo, que abrigaba la esperanza de ver, algún dia, que el conocimiento general de nuestra organización, y las leyes que la rijen, saha del esclusivo dominio de unos pocos hombres científicos, y se estendia al pueblo en general, formando parte de su educa- ción. Nada considero tan á propósito, para dis- minuir el vicio y las vulgaridades, como un cono- cimiento racional y universal de estas materias. El estado impuro de nuestra sociedad ha perver- tido, de tal modo, á la naturaleza y ahuyentado al sentido común, que vemos mugeres, de inteli- gencia, que estuchan, afanosamente, la configura- ción de la Tierra, la atracción de los Planetas, la reproducción de las Plantas, &e, y que, sin em- bargo, parecen avergonzarse de saber algo de la estructura del Cuerpo humano y de aqueUos he- chos Fisiológicos, tan íntimamente ligados, con las mas puras y profundas emociones del corazón femenino y las mas santas obligaciones de su ec- sistencia." . " Las únicas Lecturas, á que pude asistir, íue- ron las del Dr. Hollick, que me interesaron é ins- truyeron muclüsimo. Eran conversaciones fa- miliares, dichas con gran modestia y escuchadas con decoro y atención. El maniquí, para expli- car la Anatomía, es un mecanismo asombroso, in ventado por un Médico Francés : está hecho de vanier mache y representa al cuerpo humano, con admirable perfección, tanto en forma y colorido, como en la colocación de las fibras mas diminutas. 406 APPENDICE. Se desarma y descompone, por medio de alambres, de manera que puede, como disecarse, y hacer ver la situación y funciones de los varios órganos, el interior del Corazón, Pulmones, &c. '' Antes de ecsaminar este curioso mecanismo, ¡tenia una idea muy imperfecta de la milagrosa maquinaria, con que funciona la Casa en que vivi- mos, y su ecsámen, hizo surgir muchas ideas en mi imaginación." * * * L. M. C. El estilo de las Lecturas del Dr. HolHck es en estremo senciUo, claro é inteligible. No hace uso de efectos oratorios, para sorprender ó con- mover al auditorio y sostener el interés de sus es- plicacioñes, las cuales, de por sí, son sobrado in- teresantes. Se le escucha con silencio y placer continuo y, á no dudarlo, las Lecturas perderían de su mérito, con cualquier artificio ele parte del Lector. La razón de esto es evidente. La No- vedad é importancia del asirnto ; las misteriosas materias que abraza, de tanta entidad en los fenó- menos de la reproducción y de la conservación, dan á las esplicaciones del Dr. Hollick un valor sólido y constante y mantienen un duradero in- terés, en los que las escuchan. Tenemos entendido que el Dr. HolHck es el único, en este pais, que ha dedicado largos años de estudio á este importante ramo del saber hu- mano, tan descuidado hasta el dia, y que se es- fuerza, actualmente, en derramar, sobre el pueblo, la benéfica luz de sus asiduos estudios y esperi- mentos. No podemos menos de considerar al Dr. como un bienhechor público y nos parece, que el bien estar de muestros conciudadanos, reclama que le recomendemos eficazmente. Esto no es la espre- sion de ecsageradas y pagadas alabanzas ; nues- tros lectores saben que somos incapaces de prosti- APPENDICE. 407 tuir así nuestras columnas y el crecido número de Señoras y Caballeros, que han concurrido á oír al Dr. Hollick, podran atestiguar, que solo decimos lo que el hecho se merece.—Yntelligencer de San Luis, 8 Febrero de 1850. El Dr. Hollick.—Este Lector notable tuvo un lleno completo, anoche, en el Apollo ; y el com- placido auditorio dio á conocer su aprobación, al terminar la Lectura, con prolongados aplausos. El Dr. Hollick es, realmente, un Lector instruc- tivo y entretenido. Oimos decir anoche á un Mé- dico, que habia asistido, que no dejaría de ha- cerlo, á toda la serie, aun cuando tuviera que vender la camisa, para pagar la entrada. Los co- nocimientos, que difunde el Dr. Hollick, son verdaderamente inapreciables, para los criie par- ticipan de eUos.—Diario de Louísvílle, 8 Enero de 1850. Las Lecturas del Dr. HoUick han Uamado mu- cho la atención, y producido mucho bien en el pais. Dichas Lecturas son altamente instructivas y estrictamente morales. Nada en ellas puede alarmar ú ofender la mas sensitiva escrupulosidad. __Dell'a, New Órleans, 24 Febrero de 1850. Al bajar el Rio Mississippi, en Febrero de 1850, el esplendido vapor Atlántico, los oficiales y pasa- deros suplicaron al Dr. HoUick, que desempaque- tara sus Modelos y tes diera Lecturas £ bordo, lo cual verificó, por tres dias consecutivos. Al ter- minar, el auditorio se constituyó en Meeting, nombrando para la Presidencia al Dr. Gibson y al Dr. Clark, de S. Louis, de Secretario. Se acor- 408 APPENDICE. daron, unánimemente, una serie de resoluciones, dando gracias al Lector y recomendando las Lec- turas, en los términos mas espresivos. Dichas resoluciones, que Hevaban por encabezamiento, "Nueva é interesante escena, á bordo de un vapor del Mississippí," se publicaron en el Picayune de Nueva Orleans, á cuyos habitantes se instaba para que asistieran £ las lecturas, cuando el Dr. las diera en la pobla- ción, lo cual hicieron en gran número. Durante su permanencia en el Oeste y en el Sur, el Dr. HolHck fué recibido, en todas partes, del modo mas Hsonjero, apreciando el público, como era justo, los esfuerzos del entendido Médico, pa- ra estender, á todas la clases, el conocimiento ge- neral de la Fisiología. En todas las poblaciones, los mayores salones, que podían conseguirse, para las Lecturas, se llenaban siempre y el número de consultas era tan grande, que el Dr. se vio, á me- nudo, precisado á aplazar las Lecturas, para podei atender á los pacientes. APPENDICE. 409 ESCRIBANÍA Y PLUMA DE ORO, PRESENTADAS AL DB. HOLLICK, POR UNA DE SUS CLASES DE SEÑORAS. Dr. Hollick—Muy Señor nuestro : Las Señoras de su clase de V., ansiosas de ofrecerle un testi- Imonio de su particular estima, y una muestra de gratitud, por los beneficios que V. les ha dispensado, así como al secso en general, ruegan á V., respetuo- samente, se sirva aceptar la Escribanía que acompaña. Si necesario fuera, reiteraríamos nues- tras seguridades,de recordar eternamente los servicios que está V. prestando £ la Humanidad. Las mugeres del presente siglo tienen motivos para congratularse, del nuevo y düatado campo de instruc- ción, que los esfuerzos de V. ha abierto á su secso, el cual vé, ahora, £ su alcan- ce, tesoros de conocimientos, de inmensa importancia para ellas y para su descen- dencia, los cuales, hasta el dia, se haUa- ban encerrados en el círculo de la pro- fesión. Deseándole salud y dicha, roga- mos £ V. nos permita subscribirnos, Como sus verdaderas Amigas, Firmado, £ nombre de la Clase, por M. G. Füadelfia 20 Marzo de 1845. O. W. B. MEDALLA DE ORO, PRESENTADA AL DR. HOLLICK, POR SEÑORAS DE FLLADELFIA. APFENDIOE. 411 LECTURAS EN 1852. A principios de este año, el Dr. HoUick dio Lec- turas, durante cuatro semanas, en Füadelfia, con el resultado mas brillante, y luego, por igual tiem- po, en Baltimore, donde fué tan entusiástica- mente recibido, por las Señoras, que llenaban el Salón, que, el último dia, acordaron una serie de Resoluciones, altamente lisonjeras y recomendato- rias, que los periódicos diarios pubUcaron. Los siguientes, son algunos de los artículos, que sobre eUo vieron la luz pública, en aquella ocasión. (comunicado). Señores Editores : El Dr. HoUick está dando, en el Salón Masónico, la serie de Lecturas, mas útiles y científicas de muestros tiempos, sobre la salud y la Fisiología de la Reproducción. El co- municante asistió, durante la semana pasada, al primer curso y, habiéndose educado para la pro- fesión médica, se cree autorizado, para poder juz- gar de la utilidad de dichas Lecturas. Es indu- dable, que la opinión de la facultad, y la de la gente instruida, ha sido siempre desfavorable £ los Lectores ambulantes, á los cuales se ha tenido por meros charlatanes ; pero el caso presente es, £ no dudarlo, una escepcion. El Dr. Dunbar (Profesor, en otro tiempo, en el Colegio de Washington) asistió á la última Lec- tura del Dr. HolHck, y quedó tan complacido, del estilo y del asunto de eUa que, al terminarse, se dirigió públicamente al auditorio, que no habia aun abandonado al salón, esponiendo : que habia ido aUi, £ ruegos de un enfermo y predispuesto contra el Lector ; pero que, al oirle, sentía de su deber el manifestar, que la Lectura era completa- mente científica, conducente y propia para pro- ducir grandes beneficios, y que consideraba, que 412 APPENDICE. todo el mundo, joven 6 viejo, aprovecharía con es- cucharlas y debía, por tanto, asistir £ ellas. Las elucidaciones del Dr. Hollick son hermosas y completas y da sus esplicaciones, en lenguage tan delicado, que el mas ecsijente no puede hallar faltas. AqueUos, de los numerosos lectores, de su apreciable periódico, que puedan dedicar una ho- ra £ las restantes reuniones del Dr., les agradece- rán £ V. V. el haber dado publicidad á estas Hneas. —Americano de Baltimore, 2 Marzo de 1852. Lecturas del Dr. Hollick,—La reputación adquirida por el Dr. HolHck, como inteligente y circumspecto Lector, en las importantes é intere- santes materias de la salud y de la fisiología hu- mana, hace inútil todarecomendacion, por nues- tra parte : no obstante, en atención á que el curso, que ha dado últimamente, debe repetirse, osta noche y las dos siguientes, en el Salón Masóni- co, £ instancias de muchas personas, aprovecha- mos la ocasión, pasa asegurar á nuestros lectores y al público en general, que dichas lecturas son inestimables, para todo individuo de la familia humana. Muchos de los médicos mas distingui- dos de esta población, garantizan la escelencia de dichas Lecturas, considerándolas altamente útües, para comunicar, de una, manera, libre de todo re- paro, ese conocimiento de nuestra estructura físi- ca, y de las leyes de la salud, cuya ignorancia tantos males y tantas desgracias acarrea, en la ac- tualidad.—Sol de Baltimore, 1» Marzo de 1852. El precio, de la Edición Española, de la " Guia de los Casados," lindamente encuadernada en Azul y Oro, con cantos dorados, es de un escudo fuerte, (ó sean $2,12¿) cada egemplar. APPENDICE. 413 Lo pubhca el Dr. F. HoUick, Box 3606 P. O. New York City, U. S. Cuyo Señor, al recibo de la cantidad indicadr, lo remitirá, por el Coneo, franco de Porte, £ cualquier punto de los Estados Unidos. El Único Agente, para la Ysla de Cuba y las Américas Españolas, es el Señor Don W. P. Har- vey, CaUe Mercaderes, Numero 11: en la Habana, Ysla de Cuba. En la Perú, W. B. Colvüle & Co., Librería, CaUe de la Constitución. 414 REMEDIO AFRODISIACO. REMEDIO AFRODISIACO, DEL DR. HOLLICK. Este es el célebre Remedio, empleado hace tan- to tiempo, por el Dr. HoUick, en su estensa prác- tica, para la curación de la Ympotencia, la Esteri- lidad y todas las formas de Derilidad Secsual y Nerviosa. Por muchos años, el Dr. HoUick ha sido viva- mente instado, para que ofreciera su remedio £ la venta pública ; pero, hasta ahora, le ha sido impos- ible, á causa de la Escasez y Carestía de muchos de los ingredientes, que entran en su composición, y de la gran cantidad que consumen sus enfer- mos. A inmenso trabajo, y mayor costo, el Dr. HoUick ha conseguido, por fin, un repuesto que le per- mite, por vez primera, el ofrecerlo al público, en general, Uenando así los Yncesantes y Vrvos De- seos, que mües de personas, le han manifestado de continuo, desde su descubrimiento. Estc| Remedio es el único de su Especie, que es posible conseguir; por cuanto el Dr. HoUick es el solo poseedor del secreto de su composición y tiene asegurado el Esclusivo Monopolio, de los mas escasos y eficaces de sus ingredientes. Entran en la composición Treinta y Tres Sustancias Distintas, algunas de ellas tan activas, que solo hay, en cada dosis, una centésima parte de grano: y tan caras, que suelen costar, de dos á cuatro pe- sos, el grano. Con todo, el Remedio es Entera- mente Ynofensivo y puede usarse, por todo el mundo, y en todas circumstancias. REMEDIO AFRODISIACO. 415 El Afrodisiaco es un Remedio Seguro y Per- manentemente Eficaz, para los Estériles, los Ympotentes, los Nerviosos, los Débiles de Cu- erpo y de Ymaginacion, los Hipocondríacos y los que se sienten Envejecer Demasiado Pronto ; tanto del uno como del Otro Secso. No es un Mero Estimulante, ó un Escitante Perjudicial que obra solo por el momento, sino un verdadero Tónico y Renovador, Nervioso y Secsual, que produce nueva materia Secsual y Ner- viosa, cuando se han consumido con desórdenes, abusos ó enfermades. En los Harenes de Turquía hacen uso de una composición, llamada, en Arábigo, "Ayuda del Amor. Consta de varias especias estimulantes, con opio y almizcle, y causa algún efecto, al prin- cipio ; pero, por fin, produce debilidad y descae- cimiento general, tanto física como mentalmente. El difunto Sultán de Turquía hizo uso de esta composición, hasta que se volvió casi imbécü y, por último, murió de puro aniquüamiento. En la China usan unas pildoras parecidas, en la composición, £ la anterior y que produce, casi, los mismos resultados. Hace algún tiempo, este Remedio Chino fué introducido en Francia y se vendió en Paris, bajo el titulo de Honneur de la Famille ! (Honor de la Familia), que es el nom- bre que le dan los Chinos ; pero sus efectos perni- ciosos lo hicieron caer pronto en desuso. En algunas partes del África y de la Arabia, ha debido emplearse, por mucho tiempo, un Afrodi- ; siaco, como se deduce de ciertas indicaciones, en antiguas Crónicas y en varios Poemas. En las Escrituras Hebraicas, se habla de la Mandragora, como empleada para este objeto. Los naturales del Hindostán han sido siempre muy adictos á los Afrodisiacos y poseen algunos, muy eficaces ; pero los usan sin verdadero conocimiento y, por consi- guiente, derivan de eUos mas daño que beneficios. Todas esas composiciones las obtuvo el Dr. Hol- 416 REMEDIO AFRODISIACO. Hck, á fuerza de tiempo, trabajos y dispendios y procedió á su análisis, para averiguar fijamente lo que eran. El Remedio Afrodisiaco, del Dr. HolHck, con- tiene cuanto es bueno y eficaz, en todas eUas, sin ninguna de sus sustancias dañinas. Los Afrodisiacos Comunes son composiciones de Cantáridas, Opio, Estrignina, Arsénico y Fósforo : la mayor parte venenos, en estremo activos. Entre los varios nombres, con que se conocen los Afrodisiacos, en Turquía, Arabia y el Hindos- tán, los siguientes son los mas usuales. Padre del Placer ! Delícia del Paraíso ! Multiplicador de la Familia ! Prolongador de la Juventud ! Esperanza de los Ancianos ! fortificador del cerebro í fuente del po- der ! Dador de la Fuerza ! Con otros, varios, que indican las mismas virtudes. Todos estos re- medios, aunque imperfectos, han logrado, sin em- bargo, reputación y han sido sohcitados con afán : ¡ con cuanta mayor razón sucederá eso con una composición que, combinando las buenas propie- dades de todos eUos, no tiene ninguna de las dañi- nas! Aunque no ha sido jamas anunciado y .solo es conocido por los elojios de los que se han resta- blecido con su uso, el Afrodisiaco del Dr. HoUick es reputado y solicitado, en todas las principales Ciudades de Europa. Muchas personas eminentes lo han conseguido, privadamente ; y, en mas de una ocasión, los deseos y las esperanzas de matri- monios, de elevada posición, se han visto satisfe- chos por su medio. Su fama ha Uegado hasta Turquía y, en el mis- mo Constantinopla, el Afrodisiaco está reemplazan- do, rápidamente, las drogas ineficaces y dañinas, que antes se empleaban. No es, por tanto, necesario anunciar el Afrodi- síaco, para conseguir su venta; lo único que hace taita es hacer saber, £ los que, por tanto tiempo, REMEDIO AFRODISIACO. 417 lo han deseado, que ha llegado la hora, en que pueden obtenerlo. En la mayoría de los casos, de Debilidad Sec- sual, basta un paquete del Remedio, para restaurar la pujanza viril; y, en todas ocasiones, esta canti- dad será suficiente á dar á conocer, que la cura- ción completa es solo cuestión de tiempo. Cuan- do el sistema se halla muy aniquilado, y el descae- cimiento data de mucho tiempo, es necesario en- plear el Afrodisiaco con mas constancia y pueden hacer falta varios paquetes. Las personas de edad, ó los acabados por' escesos, debieran tomarlo constantemente, para evitar mayor descaecimien- to : lo mismo debieran hacer, los que se entregan mucho á la Venus, para evitar las consecuencias de su imprevisión. Si á un razonable uso del Afrodisiaco, no sigue nna restauración satisfactoria, debe estarse seguro que ecsiste, ó imperfección natural, ó alguna En- fermedad Orgánica : probablemente la pérdida del Semen con la orina. En casos semejantes, el en- fermo debe apresurarse á consultar al Dr. Hollick, para que le ecsamine detenidamente y pueda so- meterlo al oportuno tratamiento y hacer que la dificultad desaparezca. Las Mugeres Estériles, Frías de temperamento, Nerviosas y Secsualmente Débiles, hallaran, en el uso del Afrodisiaco, tanto alivio como los varones: muchos hogares solitarios se han visto bendecidos con hijos, á efectos del Remedio. Para los que no puedan apersonarse con el Dr. HolHck este les indicará un medio sencillo da ecsaminar, por sí, la orina, de modo que el caso se evidencie completamente y luego el tratamiento puede dirijirlo el Dr., á cualquier distancia, por medio de la correspondencia. Como todos los Medicamentos, del Dr. HolHck, están preparados, en forma de polvos concentrados, pueden remitirse por el correo, sin temor de averia o de llamarla atención y de ese modo le es dable el atender 418 REMEDIO AFRODISIACO. perfectamente, cual lo hace, £ centenares de en- fermos distantes. féa?" Todas las cartas las destruye el Dr. Hol- Hck, en cuanto ha hecho las anotaciones, que el caso reclama. (Véase el FoUeto, que acompaña á cada paquete, é igualmente los libros del Dr. HoUick, sobre el Casamiento y sobre el Sistema Secsual). El Remedio Afrodisiaco está acondicionado en Cajitas, Doradas, Chatas; de manera que puede enviarse á cualquier punto, por el correo, como una carta, sin riesgo de que se descubra el contenido ó se pueda ecsaminar. Se conserva, sin alterarse, cualquier espacio de, tiempo, en todos los climas y en todas las circunstancias. Puede llevarse, sin que se note, en el bolsillo del chaleco y no requiere, para tomarse, líquidos, medida ni engorro de nin- guna especie, por cuanto es de forma solidificada, dividido en dosis y sin olor ni sabor. El precio es de media onza, de oro, por paquete: Remitido, franco de Porte, al punto que se desee. B^^Para Evitar Ymitaciones, y para preca- verse contra estafadores, el Dr. HoUick no vende su Remedio, en los estados Unidos, por medio de Agentes, £ menos que así lo indique, y los nom- bre, en sus obras. El Dr. lo remite, personal- mente, por el Correo, libre de porte, á cualquier, punto de los Estados Unidos, mediante la espresada media onza de oro. Los que lo deseen, deben dirigirse, directamen- te ; al—"Dr. F. HoUick, Post Office, Box 3606, New York City, New York. El Agente General, para la Ysla de Cuba y las Américas Españolas, es el Señor D. " W. P. Har- vey, CaUe Mercaderes, Numero 11, Habana, Ysla de Cuba. A dicho Señor hay que dirigirle todos los pedidos, de Libros ó Medicinas. 119 TABLA DE MATERIAS DE LOS ÓRGANOS GENERATIVOS, DEL SÉCSO MASCULINO. El Sistema Femenino. Del Sistema Masculino. Del Semen. Enfermedades, Ymperfeciones, y Vicios de Confor- mación de los Testículos, de sus Forros, y de las Partes, que se haUan en mas Inmediata relación, con aqueUos. Anomalías en el Tamaño y, aparente, Número de los Testículos. Hidrocele, ó Hidropesía de los Testículos. Sarcocele, ó Hinchazón, Crónica, Carnosa, del Testículo. Fungus del Testículo. Hernia Humoral, Orquitis ó Ynflamacion de los Testículos. Osificación del Testículo. Paralización del DesarroUo, y Consunción de los Testículos. Cuerpos Estraños en el Escroto, Ademas de los Testículos. 420 Mal Tubercular, ó Tisis de los Testículos. Afecciones Nerviosas de los Testículos. Espermatocele ó Hinchazón de los Testículos, por Efecto de Repleción ó Aglomeración escesiva de Semen. Escrotocele, Quebradura, ó Ruptura de los Intes- tinos, ó del Omento, Llamado También Epli- pon, Dentro del Escroto. Varicocele y Circocele, ó Hinchazón de las Venas del Escroto y del Cordón Espermático. Hematocele, ó Hinchazón del Escroto y del Cordón Espermático, Producida por el Derrame de Sangre. Prurigo, ó Comezón en el Escroto. Elefantiasis del Escroto. Caida, ó Prolapso, del Cordón Espermático. Relajación del Escroto. Enfermedades de los Vasos Deferentes. Enfermedades de las Vesículas Seminales. De la Estructura, Enfermedades y Vicios de Con- formación de la Pene y de las Partes mas ín- timamente Ligadas con eUa. Ausencia y Vicio de Conformación de la Pene. Hypospadias. Epispadias. Fimósis. Parafimósis. Falta de DesanoUo, ó Pequenez Congénita de la Pene. Parálisis de los Músculos de la Pene. Priapismo, ó Erección Involuntaria. Enfermedades de la Uretra, y de las Partes que esta Encierra. Enfermedades Funcionales, y Simpatéticas, de loa Órganos Genitales. 421 La Glándula Próstata. Ynfluencía del Cerebro, Sobre el Poder Jenerativo. Ynfluencía de la Ymajinacion Sobre los Órganos Generativos. Escesiva Sensibilidad de los Órganos Genitales. Espermatorrea, ó Pérdida Escesiva del Semen. Efectos Especiales de la Espermatonea. Causas de la Espermatorrea. Síntomas, por medio de los cuales, puede Descu- brirse la Espermatorrea. Ympotencia, Causada por Derrames Involuntarios. Ecsámen Microscópico del Semen. Tratamiento de la Espermatorrea. De la Ynfluencia de las Medicinas, para Producir, y Curar, la Ympotencia y la Espermatonea. De la Masturbación, y Otros Escesos Secsuales. El Onanismo. Erotomania y Satiriasis. Observaciones Jenerales, sobre la Conservación y Restauración de la Potencia Secsual. 422 PUBLICACIONES DEL DR. HOLLICK. Acabamos de leer una obra nueva, titulada " Guia d* los Casados," escrita por el Dr. Hollick, el conocido Autor del Origen de la Vida, y hemos de coufesar, que es el libro mas estraordinario, quo jamas pasó por nuestras manos. Bastante científico, para los mejores teóricos, ó prácticos, en el arte de curar, es, al propio tiempo, sobrado ^encillo y claro, para el uso de cualquiera inteligencia me- diana. El idioma Yngles no posee otro compendio de ins- trucción Fisiológica, tan completo y prácticamente útil, como este y tan adecuado al uso de las personas casadas, ó de los que intentan contraer matrimonio. El libro con- tiene todos los recientes descubrimientos de Pouchet, Bis- choff y otros y los del mismo Autor, publicados por vez primera y desconocidos, hasta ahora. Los grabados son esceleutes y curiosos y ia obra, en su totalidad, la conside- ramos como incuestionablemente única en su género y destinada á ser, tan popular y tan citada, como lo fué, an- tiguamente, Aristóteles. Una de las peculiaridades, que mas distinguen á este libro, de cualquiera otro de su clase, es la notable moralidad y delicadeza, que predomina en su longuage é ideas, y que hace su lectura propia y útil pa- ra toda persona, de uno ú otro secso, que haya alcanza- do á la pubertad. Un eminente Sacerdote nos autoriza á, manifestar, que juzga un deber el hacer que circule, privadamente, entre su Congregación, como el medio mas a propósito, de evitar y destruir esos vicios despreciables, tan dañinos al alma y al cuerpo, y que tanto prevalecen, hoy dia, por desgracia.—(Revisia Médica y Quirúrgica. " Los órganos Generativos del Secso Masculino.'1'')—Esta obra escrita por el Dr. Hollick, el eminente y popular Lector, y práctico afortunado, debiera hallarse en poder de todo hombre, que estima su salud y la conservación, ó restauración, de su vigor. Es libro completo, en todos conceptos, y el único, en Yngles, en que se esplica esten- samente ese padecimiento, destructor de miles, la perdi- da urinaria del semen, con los métodos para curarlo y evitarlo. Cuantos miles mueren anualmente, ó pierden la razón, por efecto de esta enfermedad, de que nunca haa oido hablar!—(Diario de Medicina.) 423 ENFERMEDADES^ LAS MUGERES, CON SUS CAUSAS, Y MÉTODO CURATIYO, ESPIíICADOS FAMILIAR Ó SENCÍLLAMENTE. Solo en Ydioma Yngles. Contiene Yndicaciones Prácticas, para precaver dichas enferme- dades y conservar la Salud del secso Femenino : está escrito, espresa- mente, para el uso particular de todas las Mugéres y le acom- pañan Láminas Coloridas, con numerosos Grabados. Si todas las mugi'res poseyeran este libro, á tiempo, se ahorrarían la mayor parte de los padecimientos y enfermedades, que actual- mente las aquejan. Todo cuanto hace referencia á la salud de la muger, desde la niñez á la ancianidad, se esplica en esta obra; la cual contiene, tambieci, las mejores recetas y todas las instrucciones prác- ticas, en la forma mas sencilla y comprensible. No ecsiste enferme- dad alguna, de laa que el secso femenino padece, que no se halle es- plicada, de modo que cualquiera pueda comprenderlo. £1 Dr. Hollick ha recibido miles de cartas, dándole las gracias, por haber publicado esta obra, y muchas de las audiencias públicas de Señoras le han cumplimentado, también, por lo mismo. £9" Toda Muger, en particular si está Casada, debiera poseer este libro. --------♦-»-»-------- MANUAL DEL ARTE DE PARTEAR, PARA USO DE LAS PARTERAS: CONTIENE TODAS LAS ENFERMADADES, DE LAS MUGÉRES, DURANTE EL EMBARAZO Y EN EL PARTO. En Yngles, Solamente. Es este un tratado, práctico, y completo, del Arte de Partear, que abraza todos los incidentes y males, que pueden ocurrir, durante los pt-rúnliis de la preñez y del alumbramiento. Está escrito con la mira de que sirva para instruir á las Mugeres, por si mismas, y de que cualquiera de ellas, de mediana inteligencia, con solo leerlo detenidamente, pueda prestar la ayuda necesaria, en caso de apuro. La descripción de las distintas Posiciones y Presen- taciones de la Criatura, es bajo un plan, enteramente nuevo, tan sencillo como fácil de comprender; y el modo de proceder con el re- cien nacido, y manejarlo, se enseña por completo. También se dis- cute el uso del Éter y del Cloroformo, durante el parto. La obra está ilustrada con mas de sesenta Gravados y, ademas, con Láminas coloridas, para demostrar los distintos períodos y el modo de conocerlos; las diferentes posturas; el curso del parto; Ac 424 LOS ÓRGANOS GENERATIVOS, DEL SÉCSO MASCULINO, EN ESTADO DE SALUD Ó DE ENFERMEDAD Y, DESDE 1A YNFANCIA, í LA SENECTUD. En Yngles y en Español. Precio, en Español, $2,12^ (ó sea un escudo fuerte) remitido, franco de porte, á cualquier punto de los Estados Unidos. E?te es un Tratado, práctico, Completo, de la Anato- mía y Fisiología del Sistema Generativo Masculino ; con una cstensa descripción de las causas, y medios de cura- ción, de todos los desarreglos y enfermedades, á que se halla sujeto- Está escrito de una manera adecuada al uso partiadar y privado, de cada cual. No es una obra sobre Enfermedades Venéreas y ni si- quiera hace referencia á ellas; solo trata de aquellos de- sarreglos y dificultades, de todas clases, á que todos los homhres se hallan, mas ó menos, espuestos y, de las cuales, pocos escapan. Todas las causas, que conducen á la decadencia del sis- tema Generativo, se esplican minuciosamente, así como los medios de conservar su vigor, hasta la »strema vejez. Con cuidadosa, particularidad, se trata de aquel descaeci- miento oculto, y desconocido generalmente, de que miles tnferman, pierden la razón y mueren, sin sospechar, si- quiera, la causa de su ruina. Los mismos médicos, saben lun, hoy dia, poco de esta importante materia, que tanto ¡onviene, á todos, el conocer por sí mismos. Todas laa :ecetas están en Yngles y el tratamiento, tan claramente indicado, que cualquiera puede seguirlo. Este libro está, también, ilustrado, con Grabados y Láminas Coloridas y tiene un capítulo introductorio, con un resumen de todos los descubrimientos modernos, sobre el sistema Femenino y la Generación. Ninguna obra, de su espéoie, so ha publicado jamas. Ningún Hombre, jo- ven ó anciano debiera carecer de ella. 425 LIBROS PUBLICADOS POR EL DOCTOR HOLLICK, GUIA DE LOS CASADOS, Ó HISTORIA NATURAL, DE LA GENERACIÓN. --------*-♦-*.-------- EN LA PERÚ, W. B. COLVLLLE & CO., LIBRERÍA, CALLE DE LA CONSTITUCIÓN.- * ■ » Esta obra es un Mentor Privado, de los Casados, ó de los prócaimos á tomar estado, en uno y otro sécso ; ense- ñándoles cuanto atañe á la Anatomía y Fisiología del sis- tema Generativo, de ambos, y los trámites de la Repro- ducción. Contiene, ademas, una .completa descripción, de cuanto hoy se sabe, respecto á la producción de hijos ; las causas de la diferencia de sécso, la Filosofía del Casa- miento, &c, &c. La " Guia de los Casados" es, sin comparación, el tratado mas estraordinario, de Fisiología, que se conoce. Nada de cuanto ios matrimonios necesitan, ó pueden desear, saber, deja de hallarse en dicha obra, estensamente espli- cado : contiene, ademas muchos asuntos, de la clase mas curiosa é importante, á los cuales no se hace siquiera re- ferencia, en ningún libro, en el idioma Yngles. Todoa los descubrimientos modernos, algunos de ellos jamas pu- blicados, en especial los que hacen referencia á la concep- ción y á la esterilidad, se hallaran en este libro, minucio» sámente detallados- Ninguna persona casada, de cualquiera de los dos sec- sos, debiera carecer de la obra. No se parece, en nada, á las publicadas hasta el dia, y las materias, que contiene, no se hallan en ninguna otra. Consta de 500 páginas y está lindamente encuadernada de Azul, con adornos dorados, ó ilustrada con Grabados y Lámina.0 coloridas. 426 TABLA DE MATERIAS DB LA GUIA DE LOS CASADOS. Consideraciones Generales, sobre las Funciones Reproductivas. Descripción de los órganos Generativos Estemos, de la Muger. Descripción de los Órganos Generativos Internos, de la Muger. Del Huevo, ú Óvulu, de la Hembra. De la Menstruación. De los Órganos Generativos Masculinos. El Semen y los Animálculos. Union Secsual, ó* Cópula. Fecundación. Las Diez Reglas Fundamentales de Pouchet que Gobiernan el Procedimiento de la Fecunda- ción. Eln que Tiempo la Concepción es Posible é impo- sible. De que Modo se Verifica la Fecundación. Crecimiento del Nuevo Ser. Concepción Extra-Uterina, y Fetos Fenomenales ó Monstruosos. Gemelos y Superfetacion. Duración de la Preñez, y Período en que el NiS« Puede Vivir. 427 Signos de la Preñez. Causa de la Differencia de Sécso. De la Copula Después de la Concepción, y de trae Consecuencias. Sécso Dudoso ó Doble. Ynfluencia de la Ymaginacion, sobre las Fun- ciones Generativas, en todos los Períodos. Carencia y Pérdida Total del Poder Generativo. Ynfluencia de las Drogas, sobre las Facultades Secsuales. De los Preventivos del Embarazo. Ynfluencia de la Comida y de la Bebida, sobre el Poder Secsual. Horas Mas á Propósito para los Placeres Amati- vos. Efectos de Una Escesiva Escitation y de Abstrac- ción de Ánimo. Duración del Poder Secsual. De la Edad £ Propósito para Contraer Matrimo- nio. Ventajas de las Separaciones Temporales. Precauciones Necesarias al Contraer Matrimonio, De la Filosofía de los Placeres Amativos. Ynfluencia del Cerebro, sobre las Facultades Ge- nerativas. De la Ynfluencia del Cerebro, sobre las Facul- tades Generativas. Resultados Físicos y Morales de la Continencia. Continencia Indebida, por Motivos de Prudencia Mundana ó Social. Continencia Yndebida, por Efecto de Falsas Ydeas Religiosas. Una Víctima de las Ocupaciones. De las Consecuencias, de los Escesos y del Abuso Secsual. Desarollo Retardada 428 Conecsion, ó Correspondencia, entre el Cerebro y los Órganos Secsuales. Casos, que manifiestan el uso del Microscopio, para Descubrir la Ausencia de los Animálcu- los Seminales. Reblandecimento del Cerebro. De la Nerviosidad. Curación, Completa, de Ympotencia, causada por Escesos. Reanimación de las Facultades Secsuales, en un Anciano. Ynf ecundidad de una Señora, Curada, £ los treinta y seis Años. Gran Pérdida de Poder Secsual, y Desarreglo, Considerable, del Sistema Nervioso, Curados en un Comerciante. Curación de Ympotencia Secsual é Yndifferencia, ó Falta de Deseos en un Caballero de Cuba. Caso Notable de Ympotencia, en Nueva Orleans, Curada completamente. Caso Curioso en Cuba, de Pérdida de Poder Sec- sual, en un Hombre Casado. Curación completa, de un Caso de Derrames, Yn- voluntarios y Repentinos, de que Siempre Habia Padecido el Yndivícíuo. Curación, de Repentinas Desavariciones, Cróni- cas y Constantes, del Poder Secsual. Curación de un Caso Angustioso de Yneptitud, al Contraer Matrimonio. Casos Mistos. Ecsámen, Microscópico, de la Orina. Descripción, General, de los Afrodisiacos, é His- toria de los Remedios Afrodisiacos, del Dr. Hollick. Conecsion, ó Enlace, entre los Sistemas Nervioso y Secsual: con una Esplicacion de los Medios, a Nuestro Alcance, para Nutrirlos y Renovarlos.