DISCURSO 
i— e: i zdcd 
EL DIA 21 DE FEBRERO DE 1897 
EN LA SESION SOLEMNE CELEBRADA EN LA 
REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, TISICAS V NATURALES 
PARA EL INGRESO OEL 
Jtcnio. Sr. pr. |). ílc jfosada, 
POR EL PRESIDENTE DE LA REFERIDA CORPORACION 
DR. D. ANTONIO DE GORRON Y DE AGOSTA. 
HABANA. 
IMPRENTA Y PAPELERIA "LA UNIVERSAL" DE RUIZ Y HERMANO, 
CALLE DE SAN IGNACIO NUM 15. 
1897. DISCURSO íxnno. £i\ S)i\ fj\ conveo ífcntámía iU Copula. 
°T Li ' ’-T i i ' H DirS etilos o 
LEIDO EL DIA. 21 de PEBDEBO ele 1337 
EN LA SESION SOLEMNE CELEBRADA EN LA 
IIIÜL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS V NATURALES 
PARA EL INGRESO EN LA MISMA DEL 
Jfaaiá. \j.¡L -i)p. -i), |33Íusu jüí'BÍuiJijíd «la lasada, 
POR 
D. Antonio de Gordon y de Acosta. 
Presidente Facultativo de los dispensarios para niños pobres de la Habana, Presidente 
de la Real Academia de Ciencias Médicas. Físicas y Naturales de la Habana, Doctor 
en las Facultades de Medicina y Cirujía, Farmacia. Ciencias, Derecho, Filosolía y Le- 
tras, Catedrático de Término, propietario de Fisiología Humana y de Historia crítica 
de la Medicina en la Universidad, Miembro del Colegio de Farmacéuticos, de la Socie- 
dad Antropológica, de la Odontológica, de la de Estudios Clínicos, de la Sociedad Eco- 
nómica de Amigos del País, del Círculo de Abogados, Vocal de la Junta Provincial de 
Sanidad, de la Sociedad de Higiene de la Habana, del Centro Médico-Farmacéutico de 
Matanzas, del Cuerpo Médico-Farmacéutico de Santa Clara, del Centro Médico-Farma- 
céutico de Cienfuegos, de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Puerto- 
Rico, de la Real Academia de Medicina de Madrid, de la Sociedad Española de Historia 
Natural de Madrid, de la Sociedad Española de Higiene, de la Sociedad Geográfica de 
Madrid, del Colegio de Médicos de Madrid, de la Ginecológica Española, de la Sociedad 
Facultativa de Ciencias y Letras de Madrid, de la Academia Médico-Quirúrgica Espa- 
ñola de Madrid, de la Sociedad Española de Hidrología Médica, de la de Fomento de 
las Artes de Madrid, de la Sociedad Económica Matritense, del Colegio de Farmacéuti- 
cos de Madrid, de la Real Academia de Medicina de Cádiz, de la Academia de Higiene 
de Cataluña, Representante General en América de la Sociedad Española protectora 
de las Ciencias, de la Sociedad Económica de Barcelona, de la Real Academia de Cien- 
cias y Artes de Barcelona, de la Academia Médico-Farmacéutica de Barcelona, de la 
Academia y Laboratorio de Ciencias Médicas de Cataluña, de la Sociedad Barcelonesa 
de Amigos de la Instrucción, del Instituto Médico Valenciano, de la Academia de Me- 
dicina y Cirujía de Granada, de la Academia Médico-Quirúrgica de Canarias, de la Real 
Academia de Medicina y Cirujía de Palma de Mallorca, de la Real Academia de Medi- 
cina y Cirujía de Sevilla, de la Sociedad Francesa de Higiene de Parls.de la Sociedad En- 
tomológica de Francia, de la Sociedad Filotécnica de Francia, de la Sociedad Estudios 
Coloniales y Marítimos de Francia, de la Sociedad Química de París, de la Asociación de 
Químicos Industriales de Francia V de las Colonias,de la Sociedad Mineralógica de Fran- 
cia, de la Sociedad de Medicina Publica y de Higiene Profesional de París, de la Asocia- 
ción Francesa para el adelanto de las Ciencias, de la Sociedad Anatómica de París, de la 
Sociedad de Anatomía y Fisiología de Burdeos, de la Sociedad Anatomo-Clínica de Lila, 
de la Sociedad Médico-Quirúrgica de I.a Rochela, de la Sociedad de Mediodía de Rúan, 
de la Sociedad Nacional de Medicina de Lion, de la Sociedad de Amigos de las ciencias 
Naturales de Rúan, de la Sociedad de Farmacéuticos de Burdeos, de la Sociedad iden- 
tifica de Bruselas, de la Real Academia de Medicina Pública de Bélgica, de la Sociedad 
Británica para el progreso de las Ciencias, de la Sociedad de Ciencias Médicas de Lis- 
boa. de la Sociedad Rusa para la protección de la salud pública, de la Sociedad Impe- 
rial de Naturalistas de Moscow. de la Sociedad de ciencias, agricultura y artes de la 
Baja-Alsacin, de la Sociedad Imperial de Medicina de Constantinopla, de la Academia 
de Medicina de Atenas, déla Academia Médico-Quirúrgica de Ferrara, de la Academia 
de Ciencias de Hippone. liona, Argelia, de 11 Sociedad de Farmacéuticos de la costa de 
Oro, de la Academia Nacional de Medicina de México, de la Sociedad de Medicina In- 
terna de México, de la Sociedad Farmacéutica Mexicana, de la Sociedad Médica "Pedro 
Escobedo" de México, Sociedad Mexicana de Historia Natural, de la Sociedad Científico 
Literaria, de "Amantes del Saber- de Caracas, de la Academia Venezolana de la Histo- 
ria. de la Sociedad de Médicos Cirujanos de Caracas, do la Sociedad científico-literaria 
de Coro, del Círculo Médico Argentino de Buenos Aires, de la Sociedad Médica de Chi- 
le, de la Academia Nacional de Medicina de Lima, de la Academia de Medicina de Me- 
dellin, Colombia, de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, de la Academia de Ciencias 
y Bellas Letras del Salvador, de la Academia de Medicina y Ciencias Accesorias de 
Guayaquil, de la Academia de Ciencias de Rochester. de la Academia de Ciencias de 
Nueva York, de la Sociedad de Jurisprudencia Médica de Nueva York, de la Sociedad 
Química de Nueva York, de la Sociedad Microscópica de Nueva York, de la Sociedad 
Médica de Nueva Orleans, de la Junta de Sanidad Nacional de Washington, del Insti- 
tuto Stnithsoniano de Washington, ít., &. 
HABANA. 
Imp. <1* Rui* j IIn<*. PrnreHorca <!• la R#al Casa, San Jfnaeio 5.'» 
1897. (Q/ecczzio. ¿ (ffy/fmo. . 
ffieo/io/L fiemfo afaedeo unánime Je fod 
entudiadtad miemfrod Je edta t Jecrión, ijue 
/iredhfo, iifentijicaefod jetara mente con 
ef dentir Je tocfod Íoj doeio-j Je ente Cen - 
tro-y no fie Je e¿j,uico-carme di afir- 
mo Je toJoc fu yaffeaod ¿f oriunJád efe 
Galicia en Cafa -efe aue de juMaue ef 
fuminodo efidcurco Jlejiredenlacian Jef c Ja- 
cio ¿fe fGflerito nuedtro ifudtre conterráneo 
ef (Jndjiector f eneraf ¿fu iau/JaJ\ Gflifi- 
tar <2 iccmc. Zr. D. 2, sáreo pernán- 
dez de pesada, iiecfiojior c V. L. c7. en 
fa Gfeaf JJcaifcmia Je Cienriad G/léJ’i- 
rad, Jidicad 1/ L1 la tura feo Je edta Ga/iitaf; 
fie ífejiermitirme rchja/fe edtienJá du fomfuf 
á oton/arnod fa tjraria efe ijue tan feffo 
ifidcurdo dea im/iretoj/or cuenta Je foo cVo - 
cafcd Je edta < /eccián, diemjireentudiadtad 
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fPermitanod el Qxcmc. á Jlirr.o'. pr. 
'presidente de la peal J~[cademia de 
SECCION DE INSTRUCCION Qiencias contri fui/amar can cota mofee- 
tioinia afren Ja -enjenJraJa fiar ef cariño 
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jiar oud rirtuJed riricad 1/ du ciencia ta/ito 
nao finura 1/ enafteee. 
LllaJa nido yrataJiara ido fiíja/ Jefa 
anticua < /feria, /ue ricen en eotejieJazo 
Je tierra eojiaña-id, ¿uie ef inareoo Je uno Je 
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niera 1/ ni do reojiriaffe i no ti tueián científica 
Je Cafa; // na Ja ico eo nido oatiofaetario 
taui/iaeo /ue teoti inania re/'cariño //• id reti- 
ñí acida affier/nano, /ue jar o no Jira//¿a/ 
ni fritad, raJeaJo Je id niaJeotia une fe eo 
in/furia, iriffó ¿/ ir i fia entre ido iianiircd 
Jf oaier eamo fidiif airero Je id ciencia. 
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cías fa dcjuriJaJ Je nueotro outcndiife 
recanacimiento no safoJiareota atención, di- 
noji arfa /noticiaj dañar /urde fizo d ido 
inajireriaifcdni fritad Je tan eo cid red Jafia - trino, ¿fijeenue/zufofemi ti tafo dedojma.nízd- 
tin/fnidio Jiara rí¿jue furia ron ¿dito fior 
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Q)iojfua/drá CV. ¿í. < 7. znurfioj año./. 
ddCaíana 2Ó de fíe frezo de J 8 97'. 
El Di rector, 
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O.rc/zio. e tír. bdl\ bd} 8$filón i o (/r Cjorñon // ? i feo.da, 
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CIENCIAS MEDICAS, FISICAS 
Y NATURALES 
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HABANA. 
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e/e e/e Je en?/? ¿e Jee/ee/ee// eyeeez/z/ 
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e/e Jee/e a/J, Je ce? e/e eeezee ?/e c//e¿J, 
ce? /ce/cj Je ez/ee/cJ, c/ Jee/?ece?/c 
PRESIDENCIA  r/fe/nce/ec/ez e/e J//edcc- 
e/ay den/ieeze/ e/ deedc/e/ee/'eee 
e/ //cc/cyc e/e /j/e/ezzcecc y/zc/ /c 
y/zcce cecee t'cc/e/ etc cc//e.e/¿ cae/e z?e 
ei /c>d me/e/cd e/e/9 dce/co Ayo e/e 
Ae/ce z?,cver, zzc ee//e.y'¿ e/ca ce/? - 
dee/e/accorzed ce acce ed cec/eee/c/ 
eS A/ezz/'/o '(/eee/eepe e/e /ce AAAcc- 
Acezzce y eez/z a z/e/cee/ce /■ /ec /¡/ecccczz 
epeee f/st coz? /eezz/o cecee//o 
y/c/edcc/e. 
. '//ccd j/e/ce/e/e ce, znec - 
cAod ce/ícd. 
//foa/azzcc J/cfe/e '//e/ie/o- e/e /(fe//. 
El Presidente, 
2)z. c/ín¿Gni& de , /azdav,. 
c£ JX & ícente ¿ha/ </e /a lección Je 
« /í./nicciófi Jef.Gnt, 'o Cjaffeyo.» Mgifr ti 
, r-—-J; l hombre de genio toma su puesto, 
V y..' 110 se lo dan. Esta co- 
■ 0 •• 1-- 
X nocida sentencia de Jouy viene á nues- 
tra memoria en los brillantes momen- 
x 
i tos que transcurren, porque una vez más la 
y vemos cumplida en la práctica con la solem- 
ne recepción del ilustre Académico de mérito 
Excmo. Sr. Dr. D. Cesáreo Fernández de Losada, 
honra y prez de la Medicina española. 
Tal decimos, porque él es una de esas inteli- 
gencias creadoras que acepta Azais, y por ello es 
también que por derecho propio como axiomáti- 
camente sostenemos, se ha colocado en el sitio 
que le corresponde entre nosotros, pues aquí 
ocurre, como en el mundo físico, que hay leyes 
fatales que se cumplen determinando los más 
admirables y harmónicos hechos. 
En el orden intelectual es la presente fiesta 
una de las más satisfactorias para el que os ha- r4 
bla, por que le toca presentar oficialmente ante 
sociedad tan selecta, al ciudadano modelo que 
desde hoy con su concurso nos liará valer más, 
porque las capacidades, según La Bruyere, gracias 
á sus superiores condiciones, dan realce en todas 
partes, como el sol con su luz, agregamos noso- 
tros, hace bella á la tierra, espléndida la creación. 
Vino al mundo el respetable colega en Ce- 
lanova, preciosa villa de la hermosa, rica y viril 
provincia de Orense, cuna de tantos héroes como 
de sin número de inteligencias privilegiadas, 
siendo uno de aquéllos y de éstas, el correcto 
caballero que nos ocupa, pues desde niño demos- 
tró grandes aptitudes, y en la juventud, recordan- 
do á Montaigne, siempre miró hacia adelante, 
por lo que alcanzó ser uno de los más distinguidos 
alumnos del colegio de San Carlos, en donde se 
halla instalada la Facultad de que es Decano el 
omnisciente Dr. D. José de Letamendi y Man ja- 
rres, departamento que es porción integrante de 
la Universidad que tuvo origen merced á la ini- 
ciativa de los Arzobispos García Gudiel y Carri- 
llo, en especial de este último, que recabó la bula 
del Papa Pió II, expedida en Mántua en 16 de 
Julio de 1459, captándose el estudian te de referen- 
cia entre todos los matriculados, el aprecio íntimo 
del inolvidable cuanto sabio catedrático Dr. Sán- 
chez Toca, siendo por ello antes y despuésde mé- 
dico, primer Ayudante de ese insigne cirujano. 
Con tan buen mentor no es de extrañar que 
el aventajado discípulo ingresara por oposición el 
año de 1857 en el noble Cuerpo de Sanidad Mili- 15 
tar, obteniendo el número uno en las reñidas lu- 
chas del saber, sin las que no puede ocuparse 
plaza en tan prestigiosa congregación, verdade- 
ramente creada entre nosotros, en 8 de Abril de 
1839; pues si desde tiempo inmemorial tenía 
asistencia facultativa el Ejército y hospitales 
desde el siglo XV, sólo en la época mencionada 
se organizó el servicio, no obstante los decretos 
dictados en la pasada centuria de 1774 á 1795, y 
los de ésta desde 1804 á la fecha indicada. 
Después de vestir el ansiado uniforme que 
tanto honraron Mercano y Seoane, en esos mo- 
mentos se destaca más la esclarecida historia del 
querido Jefe, la que está nutrida de acciones á 
cual más interesantes de las que escogeremos, 
bien á nuestro pesar, sólo las de mayor magnitud, 
toda vez que obligados estamos á ser sintéticos en 
estos trabajos y, como Carlos I de Inglaterra, res- 
petamos la ley aun en contra de nuestras aspira- 
ciones y deseos. 
El noviciado en la carrera de las armas lo 
pasó el respetable compañero en el Hospital Mi- 
litar de la Corte, á donde se le destinó como 
médico de guardia, y filé allí justamente el lugar 
donde adquirió gran fama de operador, á lo Ea- 
rrey ó á lo Pe rey. 
Por tal hecho se le confió la Sala de Cirujía 
de Oficiales, clínica que consiguió extraordinario 
renombre en la capital de nuestra nación, así por 
el contingente de individuos salvados, como por las 
espléndidas y transcendentales conferencias que 
hacía con sin igual modestia el aventajado facul- 16 
tativo, á propósito de los casos que se presentaban 
en los sujetos confiados á sus cuidados y á las 
que los médicos con aficiones á la especialidad 
iban á oirle, cual en los pasados tiempos asistían 
los concurrentes á las escuelas de Sainos, de Cos, 
ó, de Stagira. 
Al encargarse el bizarro general O’Donnell 
del mando superior del Ejército que en Africa 
desde el 19 de Noviembre de 1859 a! 25 de Marzo 
de 1860, tan bien dejó sentado el honor patrio y 
que á tanta altura supo colocar su nombre, fué 
pedido al Gobierno de S. M. el joven galeno, para 
que asistiese á tan arriesgada campaña, por el in- 
victo caudillo que de 1843 á 1848 gobernó en esta 
Isla, entonces próspera y feliz. 
El Dr. Fernández de Losada en su nuevo 
destino se comportó como bueno, entre los bue- 
nos, así en los hospitales conloen el mismo cam- 
po de batalla, en donde estuvo constantemente 
llenando su cometido en esos peligrosos días, 
como lo hizo, á las órdenes del Mariscal Moute- 
gau y de los Duques de Bretaña y de Guisa, Am- 
brosio Pareo. 
Los múltiples conocimientos del Profesor 
reclamado para prestar su ciencia en el Cuartel 
General del conde de Lucelia apesar de 110 tener 
graduación para ello, se demostraron tantas veces 
cuantas fueron necesarias, siendo de oportunidad 
recordar el hecho ocurrido al ultimarse el tratado 
para dar fin á la feroz contienda; en esos instan- 
tes, el Príncipe de los Algarves rogó al Gran 
Cristiano que le envíase á su médico para que le 17 
curara ele un inmenso dolor que padecía en la 
mano derecha. 
Diagnosticado el mal, enseguida redujo ad- 
mirablemente el hábil físico la luxación del dedo 
índice que ofrecía Mulev-el-Abbas, con lo que 
acto continuo obtuvo éste la salud y con ella el 
bienestar anhelado, firmándose poco después el 
tratado de Wad-Ras á expensas del que, el iris de 
paz apareció bello, encantador, sublime, uniendo 
á ambos pueblos, en obsequio de la humanidad y 
del equilibrio social. 
Como á nuestro respetado colega liemos co- 
menzado á presentarlo bosquejando sus superio- 
res dotes como militar, justo es para que seamos 
lógicos, que bajo ese aspecto sigamos examinán- 
dole, toda vez que no hemos narrado más que una 
etapa de su provechosa y ejemplar vida. 
Premiados sus servicios en Marruecos con 
el empleo de Médico Mayor y la medalla acuña- 
da para los vencedores en esa epopeya, como alma 
escogida acostumbrada á la adversidad, lia toma- 
do parte activa en las azarosas guerras civiles que 
por desdicha han ensangrentado el suelo de la 
patria en estos últimos tiempos. 
En efecto: el hoy Inspector de ia de Sanidad 
Militar estuvo con el general Martínez Campos 
en el sitio de Valencia; en Alcolea con cariñoso 
afecto verificó la recepción del maxilar superior 
del general Novaliches; distinguiéndose como de 
costumbre en la campaña carlista del Norte, sir- 
viendo á las órdenes del arrogante Duque de la 
Torre, siendo su actitud prodigiosa en Somorros- 18 
tro y San Pedro Avanto, en que poniendo á 
contribución las .superiores condiciones que le 
caracterizan, salvó de la muerte á sin número de 
heridos en extremo graves, figurando entre los 
llamados á sucumbir el marqués de Estella, á 
quien una bala atravesó el pulmón derecho. Por 
tanta labor, en premio de esas glorias, obtuvo el 
empleo de Inspector de 2a cuando apenas pasaba 
de los cuarenta años de edad. 
Traído por su libérrima voluntad á esta ca- 
pital, en el Trasatlántico León XIII z 1 lunes 9 
de Diciembre de 1895, como fué á Egipto Des- 
geuettes para bien de los soldados franceses, ha 
llamado aquí la atención la actividad y saber del 
Dr. Fernández de Losada, pues ha establecido 
hospitales y enfermerías dotándolos de sobrados 
recursos y ha enseñado con sus consejos á sus 
subordinados, en los que vé sólo á compañeros 
que le estiman, pues él se impone respetándolos, 
siendo bondadoso por naturaleza. 
Incansable en el estudio el hoy primer Jefe 
de Sanidad Militar en la Perla de las Antillas, 
son para él los libros objetos predilectos entre 
todas las cosas, por lo que se explica que sea como 
Hipócrates, observador profundo, que tenga una 
erudición comparable á la del médico de Perga- 
1110, que figure como personalidad al lado de Ser- 
vet. del divino Valles, del sapiente Chinchilla, 
de los eminentes prácticos Solano de Luque y 
Villarroel, del conceptuado Virgili, del inmortal 
Orfila y de esa estrella de primera magnitud en 
el campo histo-químico que se llama Ramón y 19 
Cajal, á quien la Real Academia de Medicina de 
la villa del oso y del madroño, acaba de otorgarle 
el premio «Rubio» por su monografía «Nuevas 
ideas sobre la estructura del sistema nervioso del 
hombre y de los vertebrados.» 
Considerado como autor el Sr. Fernández de 
Losada, son muchas y de variadas materias las 
obras que ha escrito, las que ofrecen sumo interés, 
por lo que lian logrado gran boga eu el terreno 
profesional, mereciendo no pocas los honores de 
la traducción á distintos idiomas y las que han 
sido declaradas de utilidad pública, así por los 
maestros más prominentes, como por el Gobierno; 
lo que se explica, porque al escribir ha tenido en 
cuenta lo que dice Max. Simón en su «Deonto- 
logía Médica» acerca de las prescripciones á que 
están obligados aquéllos que como él, con legíti- 
mos y no escasos títulos se proponen contribuir 
al progreso de la medicina. 
Sin embargo del reducido tiempo de que po- 
demos disponer, trataremos siquiera de sus últi- 
mas producciones impresas eu la Habana en el 
año próximo pasado, que son fehaciente testimo- 
nio de todo lo dicho y que justifican la opinión 
del elegante y castizo escritor Curros Enríquez, 
acerca del personaje que nos ocupa. 
Su Gráfica Comparativa del Estado Sanitario 
del Ejército de Cuba, es un trabajo hecho á con- 
ciencia, de afiligranada forma, de sólido fondo, 
libre en absoluto de la mordaz crítica de Gavarret, 
referente á la Estadística Médica. 
Sus instrucciones higiénicas para las tropas 20 
de la Isla constituyen un folleto redactado con 
sencillez y claridad cual el objeto lo pide, el que 
prueba la razón que lia tenido Michel Levy, al 
exponer que «la higiene es el genio tutelar de los 
ejércitos»; por último, su «Cuestionario para el 
Saneamiento de la Habana» materia que más en 
extenso trata en su magnífico discurso de ingreso 
en este templo, es completo cual lo hará ver el 
conspicuo Dr. designado por la Corporación para 
aquilatarlo y dar la bienvenida al nuevo Acadé- 
mico, porque en él examina todos los particulares 
del problema y resuelve las múltiples incógnitas 
que lo complican de tal modo, que al leerlo hay 
que confesar lo que vale, y que confirma estas 
palabras de Cicerón: «Kn nada se parece tanto el 
hombre á los dioses, como en fundar poblaciones 
nuevas, ó en mejorar las ya existentes;» recuérde- 
se que él se propone hacer una Higiapolis de Ri- 
charsond, de la que fué obsequiada con escudo de 
armas en 30 de Noviembre de 1665, por S. M. la 
Reina Gobernadora Da Mariana de Austria, viu- 
da de D. Felipe IV. 
Como miembro de la Junta superior consul- 
tiva de la guerra, ha sido el Sr. Fernández de 
Losada generoso y solícito defensor del progreso 
bajo todas sus manifestaciones, debiéndose á 
su iniciativa é influencia la creación del Mu- 
seo Anatomo-Patológico del Hospital Militar 
de Madrid y el Instituto Bacteriológico de que 
fué Director con exquisito tacto durante algu- 
nos años. 
Mediante él 3'solo él, instalóse también la 21 
cátedra de Cirujía Experimental que ha dado y 
ofrece opimos frutos. 
Prominentes vSociedades científicas así na- 
cionales como extranjeras, se honran con tenerlo 
en su seno, y cubren por completo su pecho en 
artístico consorcio, tanto las insignias de las más 
brillantes instituciones civiles como las placas y 
condecoraciones militares más afamadas, figuran- 
do entre éstas, las grandes cruces de Isabel la Ca- 
tólica, las del Mérito Militar blanca y roja, la de 
Beneficencia y el Gran Cordón de la Orden Im- 
perial de Metjidie. 
El entusiasta compañero ha introducido en 
la Patria muchos y positivos adelantos, fundan- 
do en su pueblo natal un colegio de segunda 
enseñanza confiado á los R. R. P. P. Escolapios, 
á los que consideramos en la forma que lo ha 
hecho el Santo Pontífice, que por fortuna hace 
veinte años que dirige los destinos de nuestra 
Iglesia; en la carta que á su nombre escribió el 
Cardenal Secretario Rampolla, al. Rector del Ins- 
tituto establecido por los hijos de San José de 
Calasauz en Buenos Aires. 
til Doctor cuya biografía en boceto presen- 
tamos, ha favorecido así mismo la creación de 
Universidades católicas, demostrando de esa ma- 
nera que en su alma los estudios Profesionales, 
como en Morgagni, han robustecido la fé, toda 
vez que en él se hallan, sin faltar una, las virtu- 
des que le asigna el pensador Debreyne á los 
médicos cristianos. 
Nunca como en esta vez se echa de me- 22 
nos al sapiente Dr. D. Nicolás José Gutiérrez, 
fundador y Presidente durante veinte y nueve 
años de la casa en qne nos encontramos, privile- 
giado anciano, semejante al filósofo Gorgias ó al 
escultor Puget; organismo superior que, con sus 
infinitos conocimientos y sugestiva palabra, hu- 
biera sabido exponer, cual lo exigen, las inmen- 
sas dotes del favorecido comprofesor objeto de 
este solemne acto en que tanto hemos ambiciona- 
do poseer la inspiración de Homero, para narrar 
los acontecimientos de su espléndida carrera, 
como supo hacerlo el poeta griego con los médi- 
cos Machaon y Podaliro, héroes de la encarnizada 
guerra de Troya, nombres que inmortalizó con 
su encantadora lira. 
Al conocer la historia del Excmo. Sr. Fer- 
nández de Losada, se comprende lo qne ha dicho 
Guizot: «Siempre qne los hombres están coloca- 
dos en cierta posición, la parte de sn naturaleza 
moral que corresponde á aquélla, se desarrolla 
poderosamente. 
Un requisito tan sólo nos falta para ceder con 
placer la palabra al protagonista de la fiesta, y es 
significar los sentimientos de nuestro aprecio y 
gratitud á todos los que aquí congregados nos 
liouran sobradamente de manera tan delicada. 
Tratándose de premiar al mérito, insto es que 
las primeras autoridades de la Isla concurrieran 
hoy, como lo han hecho otras veces, á la Real 
Academia, porque ellas son hechura, las unas en 
más, las otras en menos, del inolvidable Monar- 
ca D. Alfonso XII el Pacificador, que con la ve- 23 
hemencia propia de las convicciones y los alientos 
de la juventud, expuso ante el docto y sabio 
Claustro de la Universidad Central, presidiendo 
una de las aperturas del curso escolar, «que la 
ignorancia es la forma más dura de la esclavitud». 
Así se comprende la conducta de los Gobernan- 
tes y que sea para ellos infinito nuestro agrade- 
cimiento, como lo es también para las señoras 
que nos dispensan su atención, pues creyendo 
nosotros de la mujer, lo que asegura Julieta 
Adam, así como defendemos sus derechos con 
Dumas, Ibsen, Montorgneli, Brands, los Rosny 
y tantos otros, estimamos en lo que valen sus 
acciones, porque ellas son la más bella mitad del 
género humano, según Rousseau, la inspiración 
del sexo fuerte como afirma Leroux. 
Obligados en alto grado quedamos así mismo 
á los caballeros que ocupan este sagrado recinto 
por el favor que nos dispensan, el que no podre- 
mos olvidar, porque esa atención es un beneficio, 
y éste en nuestro sentir, como en el de Abbadie, 
es la delicada cadena que liga los corazones. 
Por último, para los eximios Académicos es 
también nuestro eterno reconocimiento, porque 
ellos con la conducta observada, haciendo honor 
á quien honor se debe, han demostrado que son 
verdaderos magistrados en la profesión que 
Sidenham consideró la más noble, y que se en- 
cuentran siempre á la altura que les corresponde, 
procurando por medios hábiles que este Centro 
del saber sea hoy lo que fueron antes por su 
magnificencia los de Epidauro y Titana en el 24 
Peloponeso, el de Cirene en la Libia y el de Per- 
gamo en el Asia Menor, asombro de propios y 
extraños, lugares dq veneración universal. 
Ahora bien; precísanos terminar estas mal 
hilvanadas lineas, y al hacerlo, recordamos al 
eminente patricio que las ha motivado lo, que él 
con seguridad sabe: que si en Madrid se le quie- 
re, aquí se le ama y que el actual banquete de 
las inteligencias, es continuación del celebrado 
en el Hotel Inglés, la noche del sábado 16 de 
Noviembre de 1895, Por 1° ñ11*2 también brinda- 
mos por el anfitrión, como lo hicieron allí el Ca- 
pitán General Primo de Rivera y el Sub-Inspec- 
tor de Sanidad Dr. D. Alejandro de Torres, dándo- 
le además la enhorabuena en este santuario de 
la verdad, con análogas palabras é igual entu- 
siasmo con que el Duque de Tetuán supo ha- 
cerlo, desnudando la espada ante sus Ayudantes 
y Estado Mayor en i9 de Enero de 1860, en los 
momentos más reñidos de la batalla de los Casti- 
llejos, al ver como el Dr. Fernández de Losada, se 
excedía en el cumplimiento de sus deberes; sin que 
le impusieran ni le hicieran vacilar, el estampido 
de los cañones, el disparo de los fusiles, la asfixian- 
te atmósfera del humo de la pólvora, la penetrante 
voz de los clarines y cornetas que impulsaban á la 
pelea, el ruido determinado por el choque de las ar- 
mas de los combatientes y la lluvia de mortíferos 
proyectiles que á su alrededor hicieron siete vícti- 
mas. «Saludo con admiración y respeto al hom- 
bre de ciencia, al militar pundonoroso.» 
Hk dicho. ULTIMOS TRABAJOS DEL AUTOR 
PUBLICADOS EN ESTA CAPITAL 
Lecciones Elementales de Fisiología Celular. 
La Iglesia y la Cre:macion. 
La Higiene del Ciclismo en Cuba. 
Informe acerca de la obra de Técnica Anatómica del 
Doctor Yarini. 
Los Incendios, Los Bomberos y la Higiene. 
Medicina Indígena de Cuba y su valor histórico. 
Higiene Colonial en Cuba. 
Discurso leído en la sesión solemne de la Real Academia 
de Ciencias Medicas, Físicas y Naturales de la Habana 
el día 19 de Mayo de 1895. 
Discurso leído en el Colegio de Farmacéuticos de la 
Habana el día 29 de Septiembre de 1895. 
Una responsabilidad de nuestros cafes. >• 
Discurso leído en la sesión solemne de la Real Academia 
de Ciencias Medicas, Físicas y Naturales de la Habana 
el día 19 de Mayo de 1896. • 
Discurso leído el día 29 de Noviembre de 1896 en la 
Apertura del i«. Dispensario para niños pobres de la 
Habana. 
Los Loros y la Tuberculosis. 
Discurso leído el día 10 de Enero de 1897 en la Apertura 
del 20 Dispensario para niños pobres de la Habana. 
Discurso de presentación del Excmo. Sr. Dr. D. Cesáreo 
Fernandez de Losada a la Real Academia de Ciencias 
Medicas Físicas y Naturales, el 21 de Febrero de 1897.