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REGLAMENTO
46
                 FORMADO



l; ¿  POR LA JUNTA SUPERIOR DE SANIDAD



%f   DEL ESTADO DE MÉXICO
Jf&  Para ^«c se propague y perpetué la

*j>t   vacuna  en todos los  Pueblos de la

            comprensión  de aquel.
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Tlalpam año de 1829.
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Imprenta del Gobierno del Estado, á cargo

     de Juan Matute y González.
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1
             ARTICULO 1.°

JTV] establecimiento de la vacuna en la Ca->
pital del Estado, se le nombrará Junta ge-
neral de vacunación  pública.
  Art.  2.  En  cada  Cabczera  de partido
del Estado se erigirá una Junta  con la de-
nominación de principal de vacunación pú-
blica, corapnesta del Cura Párroco, Juez de
Letras si lo hubiere,  ó Alcalde  primero  en
calidad de Presidentes como Vocales de la
misma el Alcalde primero, y  si este estuvie-
re  desempeñando la* funciones  de Juez de
Partido será el segundo, el Regidor mas  an-
tiguo del Ayuntamiento,  y el Administrador
ó Administradores de rentas nacionales que
allí  hubiere: tres  ó  cuatro  vecinos de  los
ma3 útiles  nombrados por el Aynntamiento,
y  todos los   que componen la expresada
Junta, no tendrán ni  pretenderán sueldo al-
guno;  mas como para verificar las operacio-
nes de la inoculación es  indispensable que
haya dos profesores  en  la ciencia de curar,
se nombrarán estos,  y en caso de no haber-
los se destinará para este objeto al  curioso
aficionado que cuide  de  la salud de los  ve-
cinos:  y así este como aquellos tendrán voz
y voto en  la  Junta solo  en el caso  de que
en  ella se trate algún punto facultativo.
                     2 
  Art.  3.   Ei  lo*  pueblos  p'vyaTns será
el Alcdde qne resida en el,  y cintro  ó ci ti-
co  vecinos  mas  útiles,  quienes con el Pár-
roco ó Vicario formarán 11 Junta; v á  e-itas
se  les dará el  nombre  de  Subalternas  de
la Cabecera.
  Art.  i.   Uno de  los Vocales vecino? se
encubará del oficio de Secretario, turnando
entre sí  por semestres,  para  que  el tra-
bajo sea distribuido con  igualdad:  pero en
los  pueblos  donde  hubiere gran numero  de
habitantes, s¿ le auxiliará al  secretario co:i
un  Escribiente.
  Art.  5.   Cada Cabecera  de Partido ten-
drá cuatro libros: el primero que servirá para
asentar sns  acuerdos: el segundo para  apun-
tar  las observaciones  que se  hagan en la
prática de  la  vacunación,  pues  por este
medio se conocerá  que el  admirable des-
cubrimiento ademas  de ser un eíicas  pre-
servativo de las viruelas, cura también otras
enfermedades  como so i las cutáneas,  hidro-
pesías, fiebres,  cuartanas  rebeldes, afectos
nerviosos  por  debilidad  del  sistem  »: que
asimismo  es útilísimo para  las diarreas y
desenterias  que padecen  alguaos niños  en
la época  de  su dentcion; y  <jij  por últi-
mo,  puede  ser  un  preservativo de  la  fie-
bre  amarilla  ó  botnito  negro,  corno han
dicho  algunos  sabios;   por   lo que será
muy  útil  que  los   Profesores  vacuna dores
dediquen á hacer  estas 'A«servactones con
pro'ijidad y fina critica,  anotando todas las
particularidades dignas de atención, y que me- 
                      3
 rezcan darse ai público con lo que  se lo-
 grará  ver en este libró un euerpo de doctri-
 na de la  vacunación:  el  tercero para  la
 correspondencia mutua  de esta y las  otras
 Juntas subalternas; y el euarto,  para  ano-
rtar  el número  de los vacunados, con espre-
 sion de los males conque se presenten al tiem-
 po  de vacunarse, sus nombres, edad, sexo,
 casa y familia.
   Art.  6.  Las Juntas de  las Cabeceras, 6
 principales de  vacunación pública, las ten-
 drán  el Presidente y  Voeales una vez á lo
 menos en el mes, para  tratar de la obser-
 vancia de este Reglamento; inquiriendo los
 efectos y  progresos  de  la vacunación, y
 examinándose sí las demás Juntas subalternas
 cumplen  con  sus deberes.
   Art.  7.  Los deberes  de las Junjas  su-
 balternas  en lugares  de  poca  población,
t serán: acudir cada vez  que  necesiten á pro-
 veerse del fluido vocuno en la junta de la Ca-
 becera;pero si esto no puede ser, ya por la dis-
 tancia del lugar, ó por el costo que  tenga, en-
 tonces de acuerdo con la misma  se  prove-
 erá del pueblo  mas  cercano,  conduciéndo-
 se,  si puede ser,  tres  ó* cuatro niños del lu-
 gar que necesite el fluido vacuno, acom-
 pañados de algún facultativo \ó inteligente,
 para  que  de brazo á brazo  lo  conduzcan,
   Art.  8.  Para averiguar  cuando  en los
 Pueblos  hay ya competente número de ni-
 ños   que  ecsija la salida de los tres 6 cua-
 tro que  vacunados conduzcan el  fluido los 
                     4
Párrocos formarán  por los  libros  de bau-
tismos  padrones mensales de los  que vayan
naciendo, y los pasarán  certificados a  las
Juntas,  á cuyo cargo  queda disponer cuan-
do  han  de  repetirse  las inoculaciones, co
nio también  tratar de administrarlas con fre-
cuencia,  principalmente  en  el  tiempo  en
que  so tuviese noticia de que amenaza la
epidemia de viruelas,
  Art.   9.   Solo en la Junta general ó de
la Capital y en las de las Cabeceras, ecsis»»
tira  la conservación ó perpetuidad del flui-
do;  pues que en  las  subalternas á  la lle-
gada del mismo, con los niños que van va-
cunados  se  les  hará  á  todos  los que allí
ecsistan  la operación,  y asi succesivamente
en las  demás  remesas.
  Art.   10.  Las Juntas  subalternas Ó  de
pueblos puequeños darán parte  cada dos me-
ses de lo ocurrido  al  Sub-Prefecto, quien
lo hará al  Prefecto del distrito,  y este  lo
hará á la Junta general, la  que  impondrá
de todo al Escmo. Sr. Gobernador del lis-
tado, pues  los  Prefectos y  Sub-Prefectos.
son  Presidentes natos de  dichas  Juntas, co-
mo q;ie  en  razou  de  sus atribuciones de-
ben  cooperar eficazmente á que en sus res-
pectivos  distritos se ejecute  con actividad
y empeño tan benéfico  sistema.
   Art.   11,   Las Juntas subalternas darán
prte á la de la eabecra del número de niños
que han  nacido, los qne se han vacunado, en
que dia, mes y por que facultativo, con dis- 
tinción de sexos, cuyo parte Armarán todos
los  vocales, y  por este orden darán el   su-
yo las de  las  Cabeceras a  la general  del
Estado,
  Art.   12.  Si  por  algún   accidente   im-
previsto   fallase  ó  se perdiese el fluido en
alguna Cabecera, su Junta dispondrá se  acu-
da inmediatamente á la mas  sercana á  pro-
veerse con niños á quienes  se les haga la
inoculación.
  Art.   13.  Para las vacunaciones, se ele-
girá una pieza decente y amplia,  en las Ca-
sas consistoriales ó Curatos, donde falte aque-
lla,  adonde  concurra el  público  á vacunar-
se gratuitamente el dia que  corresponda, y
que  señalen  los facultativos  encargados,.el
cual se  anunciará con anticipación por car-
teles  en  los  parajes   públicos, y en los
periódicos.
   Art.   14.   A  el acto de la Vacunación pú-
blica asistirá  el  Presidente  de  la Junta, ó
alguno de sus vocales, q^üien dispondrá ob-
servar  el buen  orden y  decoro  que  es de-
bido á  un acto tan benéfico, al  que  con-
currirán precisamente los profesores comi-
sionados,  para  ecsaminar  prolijamente, al
 tiempo  que ejecuten la  inoculación, el  cur-
so que  ha seguido la vacuna en  su desarro-
 llo,   y  anotar en el libro   correspondiente
 tudas las particularidades dignas de atención,
 y que  merezcan darse al público  á  su de.
 bido  liempo.
   Art.  15.  Siendo la  vacunación de  bra- 
                     6
 zo á brazo,  el medio mas seguro de  con-
 servar en  todo su ser el fluido, se  tendrá
 cuidado, tanto en las Juntas de las Cabece-
 ras ó  principales, como en la general, que
 son  en las  que ha  de  conservarse  ó per-
 petuarse el fluido,  corro queda dispuesto  en
 eí art. 9, en no admitir mas número,  en ca-
 da una délas tres vacunaciones que se pra-
 ctican al  mes,  que el  que por  un calculo
 prudencial corresponda á los que nacen  en
 un año, á  menos que no ocuriese el urgente
 caso  de  aproximarse ó  reinar  la epidemia
 de las viruelas  naturales,  en el que se de-
 ben  vacunar á cuantos  se  presenten,  y des-
 pués  con los que  hayan naciendo desde es-
 te dia, se conservará ó servirán estos recien-
 nacidos  para perpetuarla:  para lo cual  se
 tendrán á la vista  las listas ó padrones que
 los Párrocos  han de dar, por los libros de
 bautismos como  queda todo dispuesto en  el
 art. 8.
  Art.  16.   Para asegurar el  feliz éxifo de
 las vacunaciones, y evitar en lo  succesivo
 los errores  que se hayan podido cometer,
con  descrédito  de  tan saludable prática,
nombrará ó comisionará la Junta á dos  per-
sonas que  merecieren su  confianza con  el
nombre de corredores ó llevadores de  los
niños,  para  que presenten ó  conduzcan  el
día de  la  vacunación,  el  número de indi-
viduos que se haya calculado con respecto
á la población,  anotando en un  libro cuan-
tos se vacunaren, con exprecion de sus nom- 
                    7
bres, edad, sexso, y padres,  conforme se pre-
vino en el art. 5.  de este reglamento. Con-
cluida la vaeunaeion  se  sacará  ó formará
una lista  de ellos, que se  entregará  rubri-
cada del  Secretario al encargado de con-
ducirlos  á  quien  se  obligará presentarlos
con la lista  indicada el dia que  se señalare
en la vacunación siguiente,  para  que  los
profesores  examinando sus granos, decidan
si  son  de verdadera vacuna, y aprovechar-
la  en otros; pero si fuese falsa,  6 no  hu-
biere  producido efecto la inoculación, se les
prevendrá á los vacunados la necesidad de
repetirla  sí  quieren ponerse  á cubierto, y
gozar de  sus saludables  efectos: notando en
dicho libro  4. la  persona que después de
operada,  no se  presentó en la siguiente  va-
 cunación  para ser observada por los pro-
fesores  vacunadores.
   Art.  17.  Para  uniformar  la  instrucción
 de los vecunadores, y que con facilidad pue-
 dan  adquirir todos los  conocimientos en la
 práctica  aun cuando no  sean facultativos, se
 impondrán así  de este  reglamento, como de
 la instrucnion formada para ministrar la va-
 cuna, impresa  en México el  año de 1814.
    Art.  18.  Cuando  no se pueda inocular
 de brazo á  brazo, que  es lo mas  seguro,
 y  sea preciso embiar el fluido á  algún pue-
 blo, con  tal que  no pase la remesa  de  diez
 á  doce   dias.   será  bajo  el   orden  que
 se manifiesta  al   folio  quinto de la misma
 iustruccfon. 
                    8
  Art. 19.  Siendo  constante quo la acción
del aire sobre  el fluido vacuno, lo deseca
prontamente, endureciéndolo como el vidrio
aun  con  solo detenerlo el vacunador un po-
co  al tiempo de  operar en la  punta  de la
aguja ó  lanceta,  pondrán sumo cuidado los
vacunadores en no operar al aire libre, ni en-
tre  puertas, ni  bentanas abiertas; pues bas-
ta la menor corriente  de  viento para  inu-
tilizar la mayor parte de las vacunaciones.
  Art.  20.  No tendrán dificultad  los va-
cunadores  de inocular  con el  fluido de un
grano de  personas enfermas y malhumoradas,
ni qne tengan  sarna, herpes,   ú otro  mal
contagioso, aunque  sea  lepra; por estar bien
averiguado por los sabios profesores,  que es-
te precioso fluido  no participa  de  ninguna
mala  cualidad,  ni vicios de los cuerpos de
donde se extrae y que se  conserva siempre
puro  éinalterable, sin perder jamas  sus ad-
mirables  propiedades.
  Art. 21. Siempre que los que se vacu-
nan  padezcan  ó  hayan padecido anterior-
mente cualesquiera  especie  de erupciones
cutáneas,  debe esperarse  se  les aumente
considerablemente á poeos dias después de
la operación, por ser este medio del que se va-
le comunmente la vacuna para purificar la ma-
sa humoral, y restituir la salud en tales casos;
pero como esta critica y favorable erupción se
deba continuar por algún tiempo,hasta que se
desprendan, por si  las  costras que formaren,
evitarán toda aplicación de ungüentos y po- 
                     o
nítidas desecantes, y  el exponerse sin el  cor-
respondiente abrigo al  aire  frió, y solo  usa-
rán de un lavatorio tibio, cou agua  de mal-
vas, cuando el ardor de  las pústulas  sea
excesivo.  Y como estas erupciones secunda-
rias de la  vacuna,  suelen  presentarse  con
tanta diversidad  de aspectos, que los  pocos
prácticos  y reflexivos, no se han detenido
en  caracterizar algunas por verdaderas vi-
ruelas, solo por su  aparente semejanza; se
dedicarán con  el mayor  esmero los  vacuna-
dores  comisionados  á   visitar  y examinar
prolijamente á  todos los enfermos  de  esta
clase, manifestando con  claridad lo que  fue-
te,   para  desvanecer toda equivocación,
  Art.  22.  Aunque es de esperar que  me-
drante este Reglamento, y  plan de* reforma
conque se ha  ae administrar Ja vacuna en
todo el Estado, se asegura su merecido mé-
rito, conservación y propagación; con todo:
respecto  de los  padres de  familia  que  re-
sistan a  la vacunación de sus hijos,  los Par-
recos y demás Autoridades* los  tratarán de
convencer, y estimularán por cuantos medios
puedan, manifestándoles  que el fluido vacuno
es  el admirable antidoto contra  el enemigo
desolador de  las viruelas, que  la Providen-
cia ha concedido este  feliz descubrimiento
para consuelo  y  felicidad de lá humanidad
doliente, comprobados ya sus  maravillosos
resultados en la epidemia  de viruelas  del  año
de  1814,  cuya manifestaciou la dio al  pú-
blico en dicho  año el Exmo,  Ayuntamiento 
                     tu
 de esta Ciudad, por su Junta Municipal d«
 Sanidad.
   Art  23.  En todo establecimiento preca-
 rio ó  subsedáneo,  cuyos  funcionarios por »
 mucho  que  se   empeñen  en  'cumplir sus
 trabajos tienen  á mas que buscar lo  preci.
 so para  su  subsistencia,  sucede  por lo co-
mún que  aquel no  queda servido con toda
la exactitud  que corresponde, y por lo mis-
too es  indispensable que para  evitar este
mal, se doten ó gratifiquen los Profesores ó
aficionados  que  han de operar: los corredo- ,
res que conducen los niños, y al Escribiente
en donde deba  haberlo.  Para esto, y. para,
los gastos de papel, y otros, las Juntas pro- l
pondrán los medios  y arbitrios que  crean .k
convenientes, á  fin  de  que  haya  de donda ,
cubrir estas erogaciones. México 8 jNoviembre
de  1824.