DE UNA FECUNDIDAD EXTRAORDINARIA Y RELACIÓN HISTÓRICA DE UNA PREÑEZ EXTRA—UTERINA. POR MADAMA¡FESSEL; 32 Í1í Pd-vUv^ A Directora"de la casa de Maternidad de esta capital, graduada con el titulb de pasanta de las lecciones de la escuela de parto de Paris, donde obtuvo en el año 1818, los primeros premios de instrucción teórica y practica que el gobierno concede cada año el 28 de Junio después de los examenes generales; y autora de las obras tituladas Consejos á las mugeres embarazadas, Curso elemental de partos , y Observaciones hechas en cuarenta y cinco casos de partos contra naturaleza, y por vicio de conforma cion. LIMA 1830. Imprenta de José M. Masías. ...„la naturaleza? Ella todo lo po- dría, si pudiese aniquilar y crear: pero ■Dios se ha reservado estos dos exlrer fnós de poder: aniquilar y crear, son los atributos de la Omnipotencia; alte- rar, mudar, destruir, desarrollar, rer npvrar, producir son los únicos derechos c míe el tha querido .ceder. Buff. historia nat. .....Lanature? Ellepourroit tout, si .elle pouvoit anéantir et creerr.mais •Dieu sést.réservé ees deux extremes de 'pouvoir: anéantir et creer sont les attri- buts de la toute.puissance; alterer, chan- ger, détruire , développer, renouvelér, Ín-oduire sont les seuls droits qu'il á vou- u ceder. Bvffin, histoire naturelle. Acaban de presentarse en esta capital dos casos extraordinarios, y que han debido admira* necesariamente al público, y fijar la atención de las personas ilustradas, y especialmente la de loa observadores. El primero, es relativo á la fecundidad ad- mirable de la negra nombrada Juana Carrion,(a) que el dia 20 de Marzo último parió naturalmente en esta ciudad cuatro infantes, de los cuales tres son varones , y una hembra; todos muy robustos cuando nacieron, y hasta hoy dia en perfecta sa-» lud. (b) El segundo caso, menos raro que el pri* mero, forma el triste asunto de una preñez extra- uterina , de la que voy á dar los pormenores mas circunstanciados, y mas auténticos. La señora Joaquina Muga, natural de Lam- bayeque, esposa del señor Burgos, de edad de 32 años , de un temperamento bilioso sanguíneo, se hizo embarazada por la sexta vez (c) en el mes de Diciembre de 1829. Esta señora en el primer mes de la jestacion, no experimentó sino los sig- nos presuntivos de una preñez ordinaria. 2 Del 10 al 15 de enero de 1830, sufrió un corto flujo de sangre vajinal, que fué contenido por ligeros remedios que ordenó su médico. Al- gunos dias después, la señora Muga me consultó acerca de un flujo sanguinolento, y me manifes» tó las sospechas de embarazo que tenia. Le or- dené el uso de los baños de mar: ella siguió mi consejo; y no la volví á ver hasta después de dos meses, cuando volvió de los baños. El 20 de abril me hizo llamar nuevamente: en esta entrevista me dijo que tenia dos tumores en el abdomen. Su salud, y el habito exterior de su cuerpo , no me parecieron alterados. Según su cálculo, debia tener cerca de cuatro meses de preñez. No habiéndose manifestado aun los mo- vimientos del feto, y deseando disipar la duda en que estaba, me suplicó que reconociese su estado por medio del tacto. Sentí en efecto por este me- dio la presencia de dos tumores, de los que cada uno me pareció del tamañcvdel puño; el uno si- tuado en la rejion hypogástrica, y el otro in- clinado al lado derecho correspondiente á la fosa iliaca. No satisfecha de este primer tacto, introduje el índice en la vajina para asegurarme del peso del útero, y del peloteo del feto (d). Encontré la matriz un poco mas baja que en el estado natu- ral dirijiendo el dedo de la mano derecha á la parte superior y posterior del cuello del útero, y mi mano izquierda sobre uno de los tumores que me 3 pareció estar en su fondo. Hice un movimiento de percusión esperando recibir el choque del feto sobre el dedo que estaba aplicado arbajo fondo de la matriz: pero esta tentativa que reiteré mu- chas veces fué inútil; nada sentí que pudiese in- dicarme la presencia del feto en la cavidad de este órgano. Dudosa acerca de la preñez de la señora Muga, la exorté atener paciencia durante algunas semanas, y le aseguré que , si realmente; lo estuviese, bien pronto los movimientos del feto la sacarían de duda. No obstante, un sentimiento de inquietud in- voluntaria parecía perseguir á la señora Muga< y en esta época fué cuando consultó á dos médi- cos sobre su situación. Ignoro cuales fueron los remedios que prescribieron estos señores, pero si sé, que aseguraron, que esta señora tenia un scir- ro; y en este concepto la trataron durante muchas semanas. El 9 de Mayo, en la noche del sábado al do- mingo, la señora Muga sufrió un dolor agudo en la fosa iliaca derecha, y su esposo el señor Burgos vino á las cinco de la mañana á suplicarme que fuese á ver á su muger. Como en este momento yo estaba indispuesta, le supliqué que en mi lugar llamase á un médico. A las ocho un amigo de la casa vino á suplicarme con instancia, que fuese á casa del señor Burgos: me contó que se habia hecho llamar una pretendida partera del pais, que aseguraba que el infante estaba en la vulva, y que 4 para favorecer su pronta expulsión, habia reco- mendado al señor Burgos, sacudir fuertemente á su señora por los pies: lo que se ejecutó durante un largo tiempo. Llegué al lecho de la enferma» cuyo estado habian empeorado las sacudidas intempestivas aconsejadas por la mas crasa ignorancia: ella su* fria una viva cefalalgia: su semblante estaba co- lorado, su pulso duro y fuerte, la boca seca, la tefpiracion precipitada; y sentia un dolor agudo en el lugar del tumor, que correspondía á la fosa iliaca derecha. Me determiné á practicar el tacto: él me hizo reconocer el error en que se estaba sobre un pre- tendido aborto; porque yo encontré el cuello de !a matriz conservando toda su longitud, y su ori- ficio enteramente cerrado. Ordené una sangría del brazo de cinco onzas, un baño tibio largo, y cataplasmas emolientes (leche y malva) sobre el abdomen: por bebida, agua de pollo aromatizada con hojas de naranja, y dieta. Estos medios le pro- curaron un poco de alivio; pero sin embargo ma- nifesté el deseo que tenia de consultar con un mé- dico sobre el estado de la señora Burgos, lo que se efectuó á las 5 de la tarde. Nosotros repetimos la sangría, y durante ocho dias se continuaron los mismos emolientes. En este intervalo la enferma me dio parte con cierta especie de satisfacción, que sentia los movimientos del feto, principalmen- te cuando estaba en el baño. 5 El 12 del mes de Mayo fui, pues, ala hora del baüo, donde la señora de Burgos, a fin de expe- rimentar, y asegurarme por mí misma de los mo- vimientos del feto. En consecuencia, puse la pal* ma de la mano derecha sobre la región hypogás- trica, donde yo creía poder encontrarle. Mi ante- brazo se apoyaba sobre la rejion lombar derecha: mi sorpresa fué grande cuando sentí, que el mo- vimiento del feto correspondía al mismo lugar donde reposaba mi antebrazo. El temor de aven- turar mijwonóstico, me hizo continuar mis visitas durante tres ó cuatro días consecutivos, y siem- pre á la hora del baño, de modo que pudiese rei- terar el mismo tacto. Los movimientos del fetp se hacían mas y mas perceptibles. El 17 del mismo mes me decidí a practicar por tercera vez el tacto interno, de modo que pu- diese juzgar, si las mudanzas que debía haber ex- perimentado el útero, correspondían al volumen y desarrollo del feto: procuré al mismo tiempo examinar el movimiento apelotonado del feto, único signo característico de la preñez uterina.Mis investigaciones fueron vanas; encontré solamente la matriz mas baja, á la verdad, de lo que debía estar, pero vacía. Oculté á la enferma el estado de inquietud en que estaba sobre su preñez; y fui el mismo dia ¿* la casa del Médico, con quien ya había con- sultado sobre la situación de la señor* de Burgos. Xe participé mis temores acerca de la existencia 6 de una preñez extra-uterina (e); y convenimos en reunimos nuevamente, agregándosenos un tercer consultor. Esta consulta se verificó en la maña- na del dia siguiente: expuse aun mis recelos á es- tos señores, ellos tocaron el vientre en varios sen- tidos , y reconocieron perfectamente los dos tu- mores de que he hablado mas arriba. En cuanto á los movimientos del feto que yo había reconocido, uno de ellos los atribuyó á un estado de obstrucción de las vi ceras abdominales; y ellos ordenaron una nueva sangría, los tópicos emolientes, y una bebida purgante oleosa. La enferma lejos de encontrar alivio, empeoró. Sobrevinieron la inapetencia y el disgusto ; así como el insomnio; se declaró un dolor en la re- gión umbilical, á cada movimiento que hacia el feto: sobrevino la constipación á pesar del empleo de todos los laxantes, que se procuró oponerle: el pulso estaba duro y acelerado; el color de las orinas era de un rojo anaranjado ¡ y abundaba en sedimento. El 29 del mismo mes, la enferma sintió un dolor tan violento en la cavidad abdominal, que yo temí la ruptura del Kiste que creia contener al feto. [f| Previne al señor Burgos de los temores que tenia acerca de la preñez de su esposa, y le empeñé vivamente á que reuniese el.mayor número posi- ble de médicos, á fin de poder deliberar sobre un caso que me parecía tan grave. El 30 el señor Burgos convocó una Junta 7 compuesta de cinco Médicos. Después que ellos visitaron á la enferma, les expuse todo lo. que ha- bía observado desde el principio de la preñez de la señora de Burgos, y terminé dándoles parte de mis temores acerca de la existencia de una.pre- ñez extra-uterina. Tres de estos señores, se de- clararon por esta opinión, y dos contra ella. No habiendo hablado nadie á favor déla ope- ración de la Gastrotomia, se decidió solamente que se usase de la medicina espectante. La pre- ñez de la señora de Burgos, se hizo de dia en dia mas borrascosa, cuyos síntomas los referiré por meses, áfin de no hacer molestosa su lectura, del modo siguiente. JUNIO. Síntomas. Vista animada; insomnio; enfla- quecimiento; piel cálida; pulso fuerte y acelerado; respiración dificultosa; boca amarga; inapeten- cia, náuseas y vómitos periódicos de los alimen- tos, de ÍO a 11 de la noche; extreñimiento tenaz; orina colorada, y cargada de un sedimento ro- jizo; aumento de volumen de los dos tumores de que ya hemos hablado, y principalmente del cor- respondiente á la fosa iliaca derecha , el que se hacia sentir hasta en la rejion umbilical; movi- mientos violentos y bruscos del feto en toda esta rejion, con dolores que parecían desgarrar las entrañas; sequedad extrema.en las .partes de la jeneracion. Método curativo en esta época. Bebidas se- 8 dativas; baños generales; y cataplasmas emcn- lientes; linimentos oleosos sobre el abdomen; la- vativas calmantes, laxantes &c. JULIO. Síntomas. Vista viva; insomnio; aumento de. enflaquecimiento; poco calor en la piel; calofríos; pulso ríjido y febril; aumento de la dificultatf de respirar; boca siempre amarga; pérdida total del apetito;nauseas,,y vómitos porraceos cada vez que la enferma tomaba bebidas ó aumentos; con* tracciones violentas del diafragma , con hipoj cxtreñimiento tenaz; orina mas colorada, y mas cargada del mismo sedimento rojo; aumento de los dos tumores ya indicados, y especialmente del que ocupaba el lado derecho, y que se encontraba situado en la rejion epigástrica; dolor agudo en el hipocondrio derecho y en la rejion epigástrica; movimientos de una violencia extraordinaria del feto, y que se hacían vigibles al travez de las pa- redes del abdomen, de tal modo, que era posible distinguir sus extremidades, y conocer su posición, que me pareció ser transversal, relativamente á la cavidad del abdomen. La forma de esta cavidad era irregular, por su aplanamiento en la rejion hypogástrica,y presentaba un tumor oval, del cual una de las extremidades correspondía al lado de- recho, y la otra al izquierdo de dicha cavidad; la misma sequedad en las partes internas de la ge- neración. Método. Bebidas refrijerantes ; sedativos , unidos á los emolientes; linimento oleoso, con éter 9 sulfúrico, y opio; lavativas laxantes, fyc. PRIMEROS DÍAS DEL MES DE AGOSTO. Síntomas. Ojos vagos; cara descolorida; boca amarga y seca; labios áridos; poca sed (g) pér- dida completa del apetito; marasmo; dispnea acompañada de un silvido de los bronquios; hipo convulsivo; vómitos frecuentes y porraceos; extre- ñimiento tenacísimo; orina roja, cargada siempre de mucho sedimento: calor y dolor en el meato urinario <\n el acto de la excreción; movimientos del feto mas fuertes, y mas frecuentemente repe- tidos; dolores fortísimos en toda la extensión del abdomen; vivas contracciones del Kiste, y de tal modo perceptibles al tacto exterior, que se podía anunciar de antemano, que la enferma iba á sufrir en la región hypogástrica, y en los lomos el dolor de que se quejaba en estas circunstancias; seque- dad total de las partes de la jeneracion; senti- miento de inquietud jeneral; horripilaciones. Método. Bebidas calmantes: linimento oleoso con opio; lavativas laxantes. SÍNTOMAS DESDE EL DOCE DE AGOSTO HASTA EL VEINTE. Síntomas: los mismos que los dias preceden- tes unidos á las contracciones violentas del Kiste. y acompañadas de dolores que parecían desgar- rar las entrañas en toda la cavidad del abdomen; síncope de media hora sumo. Después me retiré de donde la enferma. A la una de la mañana, vinieron á llamarme para socorrer á la señora de Burgos en sus últimos momentos; no estaba entonces en mi casa, habia ido á asistir á una señora. El Dr. Fessel, mi ma- rido, me reemplazó. Fué inmediatamente á donde ella, y la encontró agonizante, permaneció ásu la- do cercaMe 42 minutos, al cabo de los cuales, llegó la última hora á poner término á los largos pade- cimientos que habia sufrido esta señora en el curso de tan funesta jestacion. Como importaba en estremo abrir el cadáver, á fin de cerciorarse si el feto vivia aun, y podia en este caso administrársele el sagrado bautismo* el Dr. Fessél lo hizo transportar inmediatamente después del último suspiro, aun gabinete cercano, y á presencia del R. P. Fr. Bernardino Cárdenas, Religioso Mercedario, D. Juan Sarsines, y D. José de la Rosa Castro, Cirujano Flebotómico: procedió á la apertura del abdomen, de la manera siguien- te: Primero introdujo la punta de un bisturí en uno de los talones del cadáver, á fin de evitar un er- ror cruel, que, mas de una vez ha sucedido en di- versos casos de muerte aparente: cortó en segui- da circularmente toda la piel del abdomen, y la cubierta muscular que se adhiere á él ; y para no dañar ninguno de los órganos profundos sitúa- 12 dos en esta cavidad, se sirvió de una sonda aca- nalada. Hecha esta división hasta cada uno de los pliegues de la ingle, volteó la cara interna de la cubierta abdominal, que dejó ver á los testigos en este mismo momento, el niño que tan dolorosa- mente habia llevado en su seno la señora de Bur- gos por el espacio de nueve meses. (Véase la la- mina litografica número 1. ° ) El Dr. Fessél habiendo manifestado á to- das las personas presentes á la apertura', que él, ni debia, ni quería tocar de ningún modo, las par- tes que se presentaban á la vista, por la razón de que todo debia verificarse públicamente en un caso tan extraordinario; se contentó con hacer ver á todos los presentes, que el feto estaba muer- to; y les hizo observar igualmente, la posición que ocupaba en la cavidad del vientre. Después de haber manifestado estos dos hechos, Mr. Fessél volvió á poner la piel del ab- domen en su lugar primitivo, hizo cerrar el gabi- nete donde estaba el cadáver, y lo encargó á una persona de confianza. El mismo dia á las ocho de la mañana con- vocamos una junta de médicos. El respetable señor Protomédico D. D. Miguel Tafur, fué uno de los primeros que se convocaron: pero estando entonces postrado en cama de resultas de una enfermedad, no pudo asistir, y dispuso que se nos reuniese el disector de Anatomía del colejio 13 de la Independencia D. D. Cayetano Heredia. Los señores doctores Faustos, Médico en je- fe de la Caridad; (h) Fessél, médico de la casa de Maternidad, ex-cirujano en jefe, con título de 1 ? clase de los hospitales militares de Francia; Fuentes, médico del hospital de S. Bartolomé; y Kinston, se reunieron alas ocho de la mañana en la casa del señor Burgos, calle del Arzobispo, Don José del Pozo, hábil dibujante, y D. José Julián Bravo, dibujante, y alumno distinguido del cole- gio de iá Independencia , fueron encargados de hacer el bosquejo de todo lo que se presentase á la vista en esta preñez extra-uterina. Luego que se acercaron al cadáver, el doctor Fessél, levantó el tegumento que había cortado, y antes de proceder á la relación de la autopsia, los dibujantes designados trazaron fielmente con el lápiz, lo que se presentaba en esta circunstan- cia [véanse las figuras 1 y 2.] Habiéndose trazado exactamente esta pri- mera vista, levantó el feto del sitio en que se en- contraba colocado, y procedimos de consuno al reconocimiento de las relaciones, que debían existir, entre el feto y sus dependencias, con res- pecto á la cavidad abdominal, así como con las visceras que en ella se contienen. Procedimos igualmente á la redacción de los hechos consig- nados después por los señores médicos, que que- daron todos convencidos en esta ocasión, que la señora de Burgos habia tenido durante nueve 14 meses, una preñez extra-uterina del ovario iz- quierdo, [i] RELACIOJYCIRCUJYSTAJYCIADA DE LA disección del cadáver de Da. Joaquina Muga de Burgos, practicada á presencia de los señores doc' tores en Medicina citados arriba, y ante los testigos igualmente indicados, los cuales han certificado to- dos los hechos siguientes. l.° Diámetrolonjitudinal de la cavidad del abdomen 15 pulgadas, 6 lineas. 2.° Diámetro transversal 12 pulgadas. 3. ° El feto se presentó situado transversal- mente en la región umbilical, ofreciendo solo á la vista la parte posterior, ó dorsal del tronco, y parte del brazo, y muslo derechos. Sacado de esta situación, se observó que ocupaba casi enteramente la rejion en que se hallaba situado; que su cabeza estaba doblada é inclinada acia el hipocondrio izquierdo; del que ocupaba una gran parte, con la cara vuelta acia atrás, y apo- yada contra la columna vertebral por la parte iz- quierda de la frente, donde el hueso frontal pre- sentó una depresión profunda; que la extremi- dad superior derecha estaba extendida acia abajo hasta el pubis, y la izquierda doblada de- bajo de la cabeza; que, los miembros inferiores, estaban doblados acia la fosa iliaca derecha, donde se encontraron alojados los pies. 4. o El peso del feto con el cordón umbili- 15 cal era de 5 libras 4 onzas. 5. ° La longitud del feto era de 20 pulgadas 9 lineas. 6. ° La longitud del cordón era de 34 pul- gadas, 6 lineas. 7. ° La placenta era de un volumen consi- derable, piriforme, y ocupaba el hypogastrio. Sus adherencias eran: 1. ° con el peritoneo de la fosa iliaca izquierda: 2. ° con los ligamentos anchos y partes correspondientes del útero: 3 ° con el Epiploon, que se encontró casi consumi- do. Se notaron vasos de un diámetro conside- rable en estas dos últimas adherencias de la placenta, la mayor ó principal era la que tenia con la trompa, y ovario del lado izquierdo del útero donde recibía su involucro. Colijiendose de esto que en este sitio fué donde principió á desarrollarse el embrión. 8. ° El peso de la placenta era de 2 libras 14 onzas. 9. ° El cordón umbilical estaba doblado en forma de asas, y adherido á la placenta por fi- lamentos celulares. 10. ° Examinada la placenta, su color ex- terior era lívido, y su interior no presentaba si- no una masa de sangre negra, y grumosa. 11. ° El mismo color lívido presentaron la vajina, y el cordón umbilical. 12. ° Examinado el útero se notó, que su vo- lumen era doble del natural. Su cavidad ca- 10 si nula, y contenia una sustancia cebacea. Sus paredes tenían una pulgada y cuatro lineas de grueso. 13. 9- Peso del útero 1J onzas. 14. ° La longitud era de 6 pulgadas 6 lineas. . 15. ° La latitud del útero era de 4 pulgadas 8 lineas. 16. ° Examinados los conductos de las trom-» pas de Falopio se encontraron obliterados en su orijen. Job ;•: 17. ° La cavidad del abdomen esfaba des- provista casi enteramente de/serosidad, y solo se encontró una pequeña cantidad de sangre en el.sitio que ocupaba la cabeza del feto, que este habia arrojado por boca y nances 18. ° De las membranas fetales, ó del Kiste solo se encontró una pequeña porción, que cu- bría la cabeza del feto. 19. ° Las demás visceras se encontraron ile* sas, los intestinos delgados que habían sido desalojados de su situación natural ocupaban el hipocondrio derecho; y el estómago y el hí- gado estaban refundidos acia el diafragma, 20. ? El cuello del útero-tenia un color aplo- mado ó lívido obscuro. 21. ° El sexo del feto, era masculino. 17 REFLEXIONES. Las numerosas observaciones de preñeces ex- tra-uterinas que se han ofrecido en Alemania, en la América del norte, en una de las Islas Anti- llas, (La Guadalupe), en Francia, en Inglaterra, é Italia; (1) inducen á creer que la actual de que se trata no sea la única que se haya presentado en Lima, ó en la vasta extensión de esta Amé- rica, á pesar de no haber constancia de algún otro suqeso de este jénero fuera del que acaba de presentarse ahora. Mas para no exponernos de nuevo á que se crea que soy capaz de substituir á hechos verdaderos, suposiciones imaginarias, ó inverificables, como se predijo inconsiderada- mente en muchas casas distinguidas en el mo- mento mismo en que precisamente pronostiqué antes que todos, la preñez extra-uterina de la des- graciada é interesante señora de Burgos; (2) voy á dejar que hable sobre la materia el sabio Dic« cionario de ciencias médicas. "La naturaleza no siempre confia á la ma- triz el germen ó el embrión; [dice el autor de es- "te artículo, en la página 398, volumen 19] la ob- servación atestigua que los fenómenos de la con- "cepcion, pueden efectuarse también en las trom- bas deFalopio, en los ovarios, ó en el abdomen. "Se ha convenido en designar estas tres especies "de preñez por la expresión jenérica de preñez ex- "tra-uterina, ó por error de lugar; pero este modo 3 18 "particular de jestacion, tiene otro nombre cuan- "do se quiere dar á conocer el lugar que ocupa "el feto. Entonces se llama preñez de las trom- "pas ó del ovario, ó abdominal. Estas tres espe- cies no son igualmente frecuentes; aquellas en "que el feto se desarrolla en las trompas no es "muy rara , también se sabe la historia de un "gran número de preñeces abdominales; la de los ovarios se observa con menos frecuencia. "CAUSAS DE LA PREÑEZ EX^RA- UTER1NA. "Cuando se adopta la opinión de los ovaris- "tas que parece tan recomendable, cuando se ad- "mite que el ovario es la primer cuna del hombre; "cuando se reflexiona que el jérmen no llega ala "cavidad de la matriz, sino después de haber re- Corrido la trompa que es muy ancha del lado "del ovario, y muy estrecha de la del útero; cuan- "do se imajinan los numerosos obstáculos que "pueden oponerse á su transito por este conduc- "to; no solamente se concibe la posibilidad de la "preñez extra-uterina, sino que debemos admi- "rarnos de no observarla con mas frecuencia.— ; "Astruc piensa que las preñeces extra-uteri- "nas son mas comunes entre las solteras y las viu- "das que han pasado por honestas, porque el mie- "do, la vergüenza y el sobresalto tiene mucha par- Ce en eUa."[3] 19 Acabamos de describir según los escritores cuales son las causas que pueden ocasionar la preñez extra-uterina: veamos también ahora con el laconismo posible, su opinión acerca délas in- dicaciones curativas de esta preñez. Los partidarios del método espectante, á cuya frente deben colocarse á Levret y áSabatier, no cuidan sino á la madre, y fundan su opinión en los motivos siguientes. La Castrotomia es una operación peligrosa, que rara vez tiene un éxito feliz. Eila expone á la mujer á ser afectada de una inflamación mortal de las visceras del bajo- vientre, por el derrame de los loquios, ó por el contacto del ayre atmosférico sobre los intesti- nos. El miedo de la hemorrajia ha impedido á ca- si todos aquellos que han encontrado preñeces extra-uterinas, abrir el vientre de la mujer, no siendo susceptible de contracciones suficientes para detener la bolsa que encierra al feto: en fin esta operación no les ha parecido de una absolu- ta necesidad, porque muchos hechos atestiguan, que el feto desarrollado fuera de la cavidad del útero, puede permanecer durante toda la vida en esta especie de capsula que se llama Kiste [4] sin sufrir alteración notable, ó salir por parteci- llas por medio de uno, ó muchos abcesos, que se abren ya sea en el ombligo, ó ya en el fondo de la pelvis sin comprometer la existencia de la mu- jer (5). Ellos pues, se han limitado á aconsejar la sangría y el rejimen, con la mira de aumentar 20 la extensión del Kiste, ó de disminuir el incremen- to del feto. [6] Las razones que militan en favor de la me- dicina activa, son poderosas, y reúnen mayor nú- mero de sufrájios. No comprometiendo sino la vida de un solo individuo, la Gastrotomia tiene por objeto, como la operación Cesárea, libertar de la muerte á la madre y al hijo. En efecto es el único recurso que el arte ofrece para la conser- vación de este último;y los peligros que amenazan á la madre, serian aun mayores, si no s% practi- case esta operación; porque adoptando el méto- do especiante, no solamente se sacrifica siempre el niño que se podría quiza salvar si se hiciese la extracción convenientemente, sino también se ex- pone á la madre á una muerte, sino cierta, á lo menos muy probable. Algunos acontecimientos tan felices como extraordinarios, no deben hacer olvidar que una multitud de mujeres han muerto victimas de los esfuerzos impotentes á que se han entregado para parir ; que la hemorragia deter- minada por la ruptura del Kiste; que la inflama- ción de las visceras del vientre y la putrefacción del feto, hacen sucumbir el mayor número. Ob- servaciones auténticas prueban al contrario, que madre é hijo han debido la vida á esta operación. Un caso de preñez extra-uterina se presentó el 3 de abril de 1802 en el hospicio de la Mater- nidad de Paris. La mujer que es el objeto de esta observación era lavandera, y se habia hecho em- 21 barajada el 10 de julio de 1801. El miedo, se- gún ella, la hizo esperimentar la mas viva emoción en el momento mismo en que habia debido con- cebir. Los movimientos del feto se manifestaron cuatro meses y medio después de esta época, y no cesaron sino acia el 2 de abril siguiente. La víspera de la entrada de esta mujer al Hospicio de la Maternidad, Madama Lachapelle, partera en jefe de este Hospicio [7], reconoció la primera por medio del tacto, que esta preñez no ofrecía to- do lo qu% se nota ordinariamente, en la misma época en las demás mujeres, ni lo que puede ha- cer presajiar un parto feliz. Ella observó 1. °: que el cuello de la matriz no habia sufrido aun ningún desarrollo, que estaba oprimido contra el pubis, y retirado acia lo alto de la sinfisis; que el labio posterior de su orificio vajinal era mas lar- go, mas duro, mas grueso que el anterior; que este orificio estaba apenas entre abierto, y el in- terno por consiguiente inaccesible al dedo: 2. °: que un tumor semi-esferico situado detras del cuello uterino, ocupaba el estrecho superior, co- mo en otras circunstancias , lo hubiera podido hacer, la cabeza del feto envuelta con las pare- ces posteriores de la matriz. 3. °: que el globo que ella juzgó ser la matriz, estaba menos ter- minado, menos redondeado, y mas elevado de lo que se le encuentra en los últimos instantes de la preñez ordinaria. 4. ° en fin, que el abdomen estaba meteorizado por todas partes. 22 Esta misma preñez habiéndose reconocido por extra-uterina, se practicó la operación de la gastrotomia cinco días después. "A los pocos dias de nombrado (dice el Sa- "bio Baudelocque, pajina 474, vol. 2. ° Arte de "partos ) cirujano en jefe del Hospicio de la "Maternidad , el caso de la lavandera de que "se trata me parecía muy grave, para no ro- dearme de las luces de M. M. Andry , y Au- "vity, médico y cirujano ordinarios del mismo "Hospicio. Yo manifesté aun el deseo dfe que se "nos reuniese mi colega Antonio Dubois (8); "pero esta reunión de consultores, no se pu- "do verificar sino al tercer dia. Aurque enton- "ces hubiese muy poca esperanza de conservar "la mujer, se decidió no obstante que se practi- case la Gastrotomia, operación que ella misma "pedia hacia muchos dias, mas bien que aban- donarla á la triste y deplorable situación en que "se hallaba, no pudiendo hacerse mayor el me- teorismo del vientre, que no le permitía ya ca- "si el respirar. Pero la operación tuvo tan mal suceso que cuarenta horas después, la mujer no existia ya . Se encontró que el niño estaba muerto hacia muchos dias [9] Ahora pregunto á las personas de instrucción, y buena fé, si un catedrático como Baudelocque fué capaz de manifestar temores en caso seme- jante, y se hizo acompañar de sujetos de los ma- yores talentos, sin embargo de haberse practicado 23 la operación intra-muros, esto es, en un hospital donde el que opera tiene precisamente en tales circunstancias mucha mas amplitud que en el pú- blico; ¿como habríamos tenido la temeridad de emprenderla exponiéndonos á la maledicencia del vulgo de Lima? Pero no: si en nuestra conciencia hallamos que se debia estar en aquella desgraciada ocasión por la Gastrotomia, [10] sin querer no obstante en- cargarnos de practicarla , á lo menos la autopsia nos ha dado el consuelo, de que esta operación era impracticable en la infortunada señora de Burgos, cuya muerte ee habría verificado infali- blemente á consecuencia de la hemorrajia, en el momento, ó algunas horas después de la opera- ción. (11) No intentamos atribuirnos un mérito extra- ordinario por haber reconocido, la primera, el ver- dadero carácter de la preñez extra-uterina de la señora de Burgos; no obstante, sin esta circunstan- cia, quizá dicha señora habría continuado some- tida á diferentes métodos curativos tan largos co- mo ruinosos, en concepto á las diversas enferme- dades que gratuitamente se le suponían, y la gen- te ociosa, tan amante de lo maravilloso en todos los países del mundo, tampoco habría dejado de persistir en la creencia, y de repetir de boca en bo- ca, como ha sucedido en esta ocasión; que la pre- ftez de la señora de Burgos era efecto de la pre- sencia de algunos animales; entreteniendo asi su 24 imajinacion, tan fecunda en lo falso, con otros mil cuentos semejantes, mas ó menos ridículos. Antes de terminar esta larga observación, debo cumplir con otro deber que me parece tan- to m as fácil de llenar, cuanto está fundado úni- camente, en la mas profunda estimación ácia la pe rsona del Sr. D. José Antonio de Burgos, por los asiduos cuidados, la dulzura y la paciencia, de que ha dado tantas pruebas á la Sra. su digna es- posa, durante todo el tiempo de su desgraciada preñez. Conducta honrada y laudable«que debe estar eternamente gravada en la memoria de las personas que como yo, han estado en el caso de observarla en circunstancia tan penosa para las cualidades del alma. ■*¿. "íSp* íü NOTAS. (a) La solicitud verdaderamente paternal del Supremo Go- bierno del Perú, se ha manifestado eñ esta ocasión de una ma- nera bien liberal: inmediatamente que supo los pormenores del parto de Juana Carrión, sé apresuró á socorrerla, y encargó al Sr. Presbítero D. Matias Maestro, Director dé la Beneficencia, que le diese treintapesos mensuales, para subvenir al manteni- miento de los cuatro infantes. Esta es filantropía: este es verda- dero Republicanismo. [b] 3¡n ciento ocho mil partos que se han efectuado en el hospicio de la maternidad de Páris, én el espacio dé sesenta años no se ha notado una sola preñez semejante á la de Juana Carrión. Muchos autores, tales cómo Avicehe Albucásis, Carpi, Al- berto el grande, Ambrosio—Paré &. hablan dé preñeces de seis, siete, ocho, nueve, diez, y mas infantes; pero está especie de he- chos parecen increíbles, y si han existido semejantes preñeces, no han podido producir probablemente, sino niños muertos al nacer , ó incapaces de vivir ; pero los cuatro hijos de Juana Carrión, siempre han sido de una constitución robusta. (c) Entre las seis preñeces de la Sra. esposa de Burgos, dos han sido de gemelos. (d) Véase mi curso elemental de partos impreso en Lima, en la- pajina 27. [e] Hay según autores una multitud de signos que son todos mas ó menos equívocos para pronosticar una preñez extra-ute- rina. Es casi imposible, dice Baudelocque pag. 441, y el Dic- cionario de ciencias Médicas pag. 402, reconocer estas preñe- ces antes del fin del cuarto mes, ó á principios del quinto, época en que los movimientos activos" y pasivos del feto pueden sef apreciados por el tacto interno. [f] Cinco egempfos de rupturas de una de lastrompas de Falo- pío dilatadas por el producto de la concepción, han sido observa- das por el Catedrático Baudelocque, desde el año de 1900 hasta 1806.' Las preñeces no eran sino de tres semanas, de dos, ó tres meses, y todas han ocasionado la muerte de la madre , á conse- cuencia de la hemorrajia provenida de la ruptura de la troín- 4 2t> pa de Falopio (véase á Baudelocque, Arte de partear, pag. 440. vol 2 . ° ) [g] Como explicar aquí la ausencia de la sed? (h) El Doctor Faustos, ha asistido constantemente á la señora de Burgos, juntamente con nosotros. Durante este tiempo no solamente ha dado nuevas pruebas de su conocido ta- lento, sino que también se ha ocupado en la investigación de la verdad , sobre el pronóstico de esta preñez con todo el celo , y dignidad que convienen á un médico en casos tan difíciles. (i) »La mayor parte de los fetos encontrados en las trompas »ó en los ovarios, no ofrecian el volumen de los de tres ó cua- dro meses de concepción, y aun muchas veces eran mas peque- mos. Apenas se han encontrado algunos que hayan aparecido »en un perfecto incremento. El ilustre barón de HaUer, so- flámente cita uno: tampoco entra en ningún pormenor sobre es- »te hecho, y no indica sino el autor. [Baudelocque, Arte de par- dear pag. 449, año de 1807.» El catedrático Baudelocque expresándose de esta suerte ha pretendido sin duda decir que antes de la observación que nos ha dado sobre la preñez extra-uterina del ovario presen- tada en el Hospicio de Maternidad de Paris , el 4 del mes de abril de 1802 , apenas hasta esta misma época se habia encontrado preñeces extra-uterinas, en quienes el feto hubiese llegado hasta el término de nueve meses, como aquel que el cita [véase la página n. ° 22 ] De manera que la observación que damos en este momento, parecería, según las expresio- nes de este autor , la segunda en este jéqero que se haya presentado hasta este momento; pero ademas de esta circuns- tancia el feto de que hablamos aquí, estaba no solamente muy bien conformado en todas dimensiones, sino que era aun nota- ble por su extensión; que desde el vértice de la cabeza hasta la planta de los pies, ofrecía una lonjitud de veinte pulgadas y nueve lineas; de modo que tenia dos pulgadas y nueve lineas mas, que la lonjitud que jeneralmente adquiere un feto en la preñez ordinaria. El contribuye ademas á confirmar la ecepcion siguiente—Que el feto extra-uterino adquiere algunas veces un volumen superior al de aquel que se desarrolla en la matriz. [1] Amand, Baudelocque, Balthazar , Bouvier, Baudin, Breuwer, Bertrandi, Bónnet, Boehmer; Beclard, Cipríanus. 27 Chaussier, Douglas, Duverney, Dionis, Degraaf, Fouart—Si. mmons, Giffard, Galli, Haller, Levret, Lacroix, Leroux, Littre, Máugras, Máuriceaü, Morlann, Nysten, Nourse, Portal, Ruis- ch , Riolan , Recamier, Santori i, Solingen, Simón, Sabatier, Sanctorius, Taddei, Ucelli, William~Tembull, Vassal, Wein- cknech , Valisnerí, han citado y transmitido cada uno en par- ticular, casos de preñeces extra-uterinas. Las memorias de las Academias de medicina y de cirujia, así como los diversos dia- rios científicos, refieren también algunas. (2) Conocemos muchos Médicos que io solamente negaron la existencia de la preñez de la Sra. de Burgos hasta su último mo- mento; sin? que también han afirmado públicamente y hasta el mismo instante de la autopsia que no podia haber preñeces ex- tra-uterinas, ó fuera de la matriz. No los nombramos por respeto al arte que profesan, ó por consideración á su fama. . [S] Parece mas razonable admitir que los vicios de con* formación de las trompas de Falopio y de los ovarios, debían particularmente ser las causas de las preñeces extra-uterinas. Éa opinión de los que creen como el Profesor Astruc, que ellas san el resultado de la ansiedad, del terror, ó del miedo experi- mentados, en el acto conjugal, es quizá menos fundada que la primera, porque el producto de la concepción no se desprende dll ovario sino después del tercer dia. Sea lo que fuere el huevo después de haber sido fecundado, no llega constantemente al utlro; algunas veces se detiene en las trompas, otras queda fijo en el ovario, en fin en algunas circunstancias el huevo que ni el ovario ni la trompa han podido hacer ni detener, se desliza al bajo vieftre, y va á adherirse á lo exterior de la matriz sobre el peritoneo, el mesenterio, ó sobre algún punto de los intestinos. Mas cualquiera que sea el sitio en que el huevecillose detenga crece allí y se desarrolla por la comunicación que se es- tablece con, los vasos en el punto en que se detiene. El huevo (dice el diccionario de ciencias médicas) puede considerarse como un cuerpo extraño, pero dotado no obstante de todos los atributos de la vida. Su presencia determina la inflamación de la membrana con quien tiene contacto y se une á ella minis- trándole en el acto lo que contiene de vitalidad. Esto, como lo 28 observa el catedrático Rioherand, es una-unión entredós partes vivientes muy análoga ala que se opera entre dos su- perficies inflamadas. Por lo que respecta al modo con que se nutre el feto extra- uterino, en nada se diferiencia del que se cria en la matriz. En ambos casos el lugar en que fija su mansión el feto scconvierte siempre en un centro de fluxión que atrae una gran cantidad de líquido propio para su nutrimento. [4] El feto extra-uterino está encerrado en un saco mem- branoso que se llama Kiste, el que ejerce las funciones de la ma- triz, y en el que se encuentra un líquido mas ó menos abundan- te, en el cual nada el feto. c Este Kiste tiene por última envoltura, una túnica que le suministra la dilatación de la trompa ó la del ovario, en caso de una ú otra de estas preñeces extra-uterinas. El es producido por la irritación de los órganos contenidos en el bajo-vientre, cuando la preñez es abdominal. En este último caso como en los dos primeros, el feto está independiente de las visceras que le rodean: y no conserva con ellas conexiones, sino por medio del Kiste, que según el catedrático Baudelocque, (lo que noso- tros hemos observado igualmente un gran número de veces en la preñez de la señora de Burgos) se contrae, como lo hace la matriz en el estado de preñaz ordinaria,. cuando quiere desem- barazarse del producto de la concepción. [5] Podriamos citar otros muchos casos de preñeces, extra- uterinas , en las que el feto ha sido sacado á pedazos, y en un es- tado de putrefacción, ya sea de la vejiga, ya de los intestinos, ó ya de abcesos que se han formado y dado pasaje á semejantes despojos. El sabio catedrático Beclard , á quien la ciencia, y sus numerosos y honorables amigos han perdido, no há muchos años al finalizar una de las mas brillantes carreras médicas , nos ha dado pormenores muy interesantes, acerca de unapreñez extra- uterina, en que el feto ha sido sacado á pedazos, sin que la mu- jer hubiese sucumbido. Pero las preñeces extra-uterinas no son las únicas que se terminan de esta manera; la mano benéfica de la naturaleza se ha mostrado algunas veces del mismo modo en la preñez ordina- ria, cuando los esfuerzos para espulsai el feto por la via acos- 29 lumbrada, habían sido infructuosos. Se ha visto muchas veces porciones enteras huesosas ó carnosas del feto, abrirse paso al travez de los abcesos, y ser enseguida expelidos por los excretos. [6] Los autores nos han conservado la historia de muchas mujeres que han tenido semejantes preñeces durante el espacio de 25, SO, y aun de 46 años. Un gran número de estos hechos están recopilados en una memoria de M. Morand, leída á la Aca- demia de las ciencias de Paris en 1748. En las actas Británicas tomo 2. ° Londres 1756 en 4. ° se leen todos los pormenores de Un ifeto que ha estado en el seno materno durante 18 años. La mujer ha parido un niño en este intervalo, t se ha libertado en fin del primero por medio de un abceso. La mujer de Linzeüe, en Suabia, tuvo en el vientre un feto durante mas de medio siglo; concibió dos veces en este estado; y dio á luz dos niños que estaban en muy buena salud. [7] El recuerdo de los talentos distinguidos y de las virtu- des privadas de que Madama Lachapelle ha dado tantos ejem- plos durante todo el tiempo de una existencia, por desgracia muy corta para la humanidad, no puede borrarse de la memoria de las personas que han tenido la felicidad de conocerla; y mucho me- nos aun, de la de aquellas que como yo, han tenido la ventaja de seguir largo tiempo sus sabias lecciones y prudentes consejos. [8] Citar al barón Dubois , entre cuyas discípulas tengo el honor de numerarme, es hacer el elojio del carácter moral, y de todos los talentos reunidos. [9] La lonjitud de este feto era de 19 pulgadas. [10] Debo decir aquí como un homenaje debido á la verdad que el honorable Dr. Gastañeta, ha espresado como yo en esta circunstancia, su dictamen á favor de la gastrotomia. [11] Pero se habría tal vez conservado al niño, de la Sra. de Burgos practicando la operación de la Gastrotomia, en el debido tiempo. 30 EXPLICACIÓN DE LA LAMINA LITOGRAFICA. FIGURA NUM. l.o 1. Estómago. 2, 2. 2 Intestinos delgados. 3. Porción dorsal del feto. 4. Duplicatura y asa del cordón umbilical. 5,5. Placenta. 6. Escroto del feto. « 7. Parte del brazo derecho. 8. Tegumentos del abdomen. 9. Parte de la pierna derecha del feto. 10. Arco transversal del Colon. FIGURA NUM. 2.° a. La cavidad delavajina abierta en toda su extensión. b. Orificio externo de la matriz. c. Cuerpo de la matriz. d. Fondo de la matriz. c, e. Ligamentos redondos. /,/,/,/, Ligamentos anchos. g, g. Dos alfileres que fijan los ligamentos anchos. h. Trompa derecha de Falopio. i. Pabellón de la trompa guarnecida de mu- chas franjas carnosas de las que una está adhe- rente al ovario. En medio de este pabellón hay una pequeña abertura que puede admitir la ex- V'É¿ \ „.. 7 r ''ñus/-■■.í"-"- ' >u*V \ ' íStyY-y S¿L£... \f ? a '"^swkf..., 31 tremidad de una sonda y que es el único ejemplo de esta clase que hay en la economía animal, de una via abierta en las membranas serosas para comunicar con lo exterior. k. Ovario derecho. /. Adherencias de la placenta. m. La placenta (en su centro.) n. Raices de los vasos de la placenta. o. Cordón umbilical. p. Bridas que unen el cordón umbilical con la placenta. q. Feto. r. Depresión en la parietal izquierda. s, í. Porción restante del Kiste en forma de virrete. (( 1 ^ 9.C. 32 Los abajo firmados certificamos haber esta- presentes á la abertura del cadáver de la Sra. D Joaquina Muga de Burgos, hecha por el Dr. 1 Juan Bautista Fessél, entre una y dos de la m ñaña del dia veinte del mes de agosto último Atestiguamos que todo lo que se dice á este respecto, en la presente observación, desde la pajina n. ° 11 hasta la del n. ° 12 es enteramente conforme á la verdad. Lima 29 de setiembre de 1830. Dr. José de La-Rosa Castro—Fr. Bernardino Cárdenas^- Juan de Salcines. Diseño fielmente, José de Pozo. Los médicos abajo firmados certificamos: Que todo lo contenido en la presente observación, desde el parágrafo n. ° 1. hasta el n. ° 21. ° pa- ginas 14, 15 y 16; es enteramente conforme con los hechos que hemos reconocido, y de que única- mente nos hemos cerciorado en la autopsia ca- davérica de la Señora Da. Joaquina Muga de Burgos. Y esto á presencia de una multitud de testigos, ademas de los arriba firmados; todos dignos de fe. Lima 29 de septiembre de 1830. J. B. Fessél.—F. Faustos.—Francisco Fuentes.—To- mas Kinston.-Cayetano Hcredia.-José Julián Bravo.